Análisis Económico

El crecimiento reciente del crédito al consumo y la situación de endeudamiento de las familias

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 08.50 Hs.)

EMILIANO COTELO (EC):                                                                                        
El crédito al consumo viene subiendo a un ritmo importante en los últimos meses, no sólo a nivel bancario sino también a través de empresas no bancarias que operan en el mercado de préstamos personales.

¿Cuán relevante es ese crecimiento para explicar la expansión del consumo que estamos viendo en Uruguay? ¿Debe preocuparnos el mayor endeudamiento de las familias? ¿El crédito es mucho o es poco en relación al que hay disponible en otros países? Les proponemos poner foco en la dinámica más reciente del crédito al consumo en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Quizás sea bueno comenzar ubicando a los oyentes con algunas cifras clave. ¿A qué ritmo aproximadamente está creciendo el crédito al consumo?
 
TAMARA SCHANDY (TS):
No hay una fuente única de información y la periodicidad con la que se divulgan los datos no es la misma para los bancos que para las empresas no bancarias. Pero en base a los cálculos que hacemos en nuestra firma estimamos que el crédito al consumo está subiendo a tasas de alrededor de 20% por semestre medido en pesos corrientes. Eso equivale a tasas anuales de algo más de 40%, así que aún descontando el efecto de la inflación estamos hablando de un aumento muy significativo.

EC - ¿Cuánto es eso en términos de dinero?

TS - En esas cifras estamos contando los préstamos personales para consumo que pueden tomarse en los bancos (no los hipotecarios), los créditos que dan las financieras no bancarias en forma de vales y también el crédito que las familias toman a través del uso de sus tarjetas de crédito. Considerando todo eso el stock a mediados del año pasado era de aproximadamente 2.000 millones de dólares (o mejor dicho 43.000 millones de pesos, porque es prácticamente todo crédito en moneda nacional). Este año estamos hablando de unos 3.000 millones de dólares o unos 60.000 millones de pesos.

Así que tomando números muy gruesos podemos decir que estamos hablando de un aumento del orden de los 1.000 millones de dólares o de unos 20.000 millones de pesos.

EC - ¿Son aumentos récord para nuestro país?

TS - En realidad las tasas de crecimiento no son récord. En 2006, 2007 y 2008 habíamos visto tasas de magnitud comparable o aún superiores, pero eran aumentos desde niveles mucho más bajos.

La particularidad de la situación actual pasa más por los volúmenes, porque ahora el crédito está creciendo sobre puntos de partida que no son tan reducidos y entonces los montos adicionales que se van volcando al mercado son realmente significativos.

Por ejemplo, en 2010 el consumo total de Uruguay fue de unos 27.500 millones de dólares según las cuentas nacionales. Eso significa que ese aumento de 1.000 millones de dólares en el crédito del que hablaba antes (y repito que son estimaciones con cifras muy redondeadas) equivale a algo menos del 4% del gasto privado en consumo o, en otros términos, equivale a aproximadamente un tercio de lo que fue el incremento del consumo entre 2009 y 2010.

EC - La contracara de esta expansión del crédito es obviamente un mayor endeudamiento de las familias, ¿cómo están viendo ustedes ese tema? ¿Es un frente de preocupación?

TS - Ante incrementos del crédito tan fuertes es lógicamente una pregunta bien pertinente y la respuesta no es sencilla, porque al mismo tiempo está subiendo el empleo, están subiendo los salarios, y todo eso hace que las familias estén en condiciones de tener más crédito que antes sin que eso sea necesariamente un problema.

Es una lástima que no haya muchos datos acerca del público que está tomando esos créditos. Porque definitivamente no es lo mismo si ese volumen de dinero adicional es más endeudamiento de unos pocos que si es reflejo de que hay muchas más personas tomando créditos.

Pero hay algo que sí podemos decir y es que en términos agregados el nivel de crédito que tenemos hoy en día en relación al ingreso total de todos los hogares, o en relación al PBI, no es desmedidamente alto. Por ejemplo, en 2010 el crédito al consumo era equivalente a aproximadamente 6.5% del PBI, que es un nivel alto para los parámetros históricos de Uruguay pero similar al que teníamos en 1998.

Con la diferencia, además, de que es básicamente crédito en pesos.

EC - ¿Y por qué ese énfasis en la moneda?

TS - En 1998 ese crédito era mayormente crédito en dólares y eso suponía un flanco de vulnerabilidad financiera bien importante para los hogares que en su gran mayoría perciben sus ingresos en pesos. Hoy estamos entonces con niveles agregados similares, pero con créditos que están en su mayor parte en pesos; una situación mucho más "saludable" desde el punto de vista del riesgo que toman las familias y también desde el punto de vista del riesgo que asumen los bancos o las empresas financieras no bancarias al prestar.

EC - ¿Ustedes ven entonces que hay margen para que el crédito siga subiendo?

TS - Con la economía creciendo mucho, con el empleo tan firme y con los salarios también subiendo en forma sostenida nos parece que probablemente vamos a seguir viendo una expansión importante del crédito.

En años anteriores el aumento del crédito estaba muy impulsado por mayores préstamos por parte de las financieras no bancarias, pero estamos viendo que también los bancos (tanto el BROU como los privados) están mostrando una mayor vocación de prestar en el segmento de familias.

Estamos en un momento entonces en el que confluyen mayor oferta y también mayor demanda de crédito, así que efectivamente en nuestro escenario base estamos contemplando que vamos a seguir viendo una tendencia alcista en los próximos meses.

EC - ¿Mayor al crecimiento del PBI?

TS - Probablemente sí, al menos en el corto plazo.

Esto lógicamente no puede durar para siempre, no podemos ver al crédito crecer sistemáticamente más que el consumo y al consumo, a su vez, crecer sistemáticamente más que el PBI. Por ahora es un escenario bastante probable para el próximo año.

EC - ¿En otros países está pasando lo mismo?

TS - El crecimiento más reciente del crédito en Uruguay es más fuerte que el que tuvieron otros países de la región. En 2010, por ejemplo, el crédito en Uruguay aumentó más del doble que en otros países como Argentina, Brasil, Colombia o Chile (aún descontando el efecto de los distintos niveles de inflación).

Es cierto que esos países habían tenido aumentos fuertes del crédito en años anteriores, cuando en Uruguay el ritmo de crecimiento era más lento.

Teniendo en cuenta eso y pasando a una comparación de deuda total, o de endeudamiento total para consumo en relación al PBI no estamos mal.

EC - Te iba a preguntar sobre este punto, porque a veces se señala como elemento positivo que los niveles de endeudamiento de las familias en Uruguay son mucho menores de los que tienen otros países. ¿Podemos repasar algunas cifras? ¿Cómo son los datos en nuestra región, por ejemplo?

TS - Sí, ese ratio de 6,5% del PBI que comentaba antes para Uruguay en 2010 es bajo si nos comparamos con Brasil, que tiene un stock más cerca de 15% del PBI. Lo mismo sucede cuando nos comparamos con países desarrollados, como Estados Unidos o Inglaterra.

De todas formas eso no necesariamente pauta una referencia de lo deseable o un objetivo, incluso en Brasil se ha cuestionado bastante en los últimos años el crecimiento que ha tenido el crédito y los niveles que ha alcanzado.

Dejando de lado a Brasil, Uruguay está más o menos alineado con la situación de otros países de la región, o a mitad de tabla, por decirlo de alguna manera. En algunos países como Argentina o México los niveles de endeudamiento son notoriamente más bajos (del orden del 4% o 5% del PBI), pero también hay referencias como Chile en torno de 8,5% del PBI o Colombia, en casi 8% al cierre de 2010.

Desde esta perspectiva podría ser razonable suponer que en Uruguay todavía queda algo de espacio para crecer (y de crecer incluso algo más que el PBI), pero lógicamente la sostenibilidad de eso en el largo plazo depende de cómo, a quién y en qué condiciones se preste.