Análisis Económico

Luego de un año, Brasil volvió a realizar una emisión de deuda en dólares en el mercado internacional. ¿Cuáles fueron las características de esta emisión y qué resultados obtuvo?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.30 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
El 7 de julio, el Gobierno brasileño reabrió la emisión en el mercado internacional del bono nominado en dólares "Global 2021", que había sido ofrecido ya en dos oportunidades el año pasado.

Se trató de la primera colocación en dólares luego de un año y fue, además, la primera emisión del Gobierno de Dilma Rousseff.

Si bien la operación fue calificada como "exitosa" por las autoridades y los analistas, les proponemos analizar con más detalle las características de esta salida al mercado del Gobierno brasileño y los resultados obtenidos, en diálogo con la economista Tamara Schandy, de la Consultora Deloitte.  

¿Cuáles fueron las características de esta colocación de deuda brasileña?

TAMARA SCHANDY (TS):
Se colocaron 550 millones de dólares en total. Se trató de una reapertura de la emisión del bono "Global 2021". Este bono tiene un vencimiento a 10 años. En una primera instancia, el 7 de julio este bono fue ofrecido en el mercado europeo y en el norteamericano, donde fueron colocados unos 500 millones de dólares. En relación a esta colocación, las autoridades señalaron que la demanda por el papel superó la oferta ampliamente. Si bien no hay datos oficiales concretos en este sentido, en prensa trascendió que la demanda habría sido de 4.500 millones de dólares, es decir que habría superado en nueve veces la cantidad ofrecida por el Gobierno. En ese marco, ante el éxito que tuvo la colocación en Europa y Estados Unidos, las autoridades decidieron extender la emisión también al mercado asiático el 8 de julio, donde se captaron 50 millones de dólares adicionales. El otro elemento a señalar, que habla de lo exitosa que fue la emisión, es la baja tasa de rendimiento obtenida.

JAE – De hecho, las noticias hablan de la menor tasa de la historia, ¿es así?

TS – Sí. La tasa de rendimiento del bono fue de 4,19%, menor a las tasas obtenidas en emisiones anteriores y, en particular, sensiblemente más baja que las obtenidas en las dos emisiones previas de este mismo papel. La primera vez que fue emitido el Global 2021, en abril de 2010, la tasa había alcanzado 5%. Luego, en julio del año pasado, cuando se reabrió la colocación de este papel, se obtuvo la tasa que hasta el momento era la más baja en la comparación histórica: 4,55%. La diferencia entre la tasa pagada por Brasil en esta oportunidad (de 4,19%) y la pagada por un bono norteamericano de igual plazo (una medida del riesgo que el mercado le asigna a Brasil) se ubicó en tan sólo 105 puntos básicos, lo que también constituyó un mínimo histórico. Se trató de una colocación muy exitosa, sobre todo en un contexto de mucho nerviosismo en los mercados en torno a algunas economías europeas.
 
JAE – ¿Cómo se explican o en qué se sustentan las tasas tan bajas obtenidas por Brasil?

TS – En alguna medida, los buenos resultados deben interpretarse en el marco de un escenario favorable para los países emergentes en general. Ya hemos señalado en otras oportunidades que estas economías mostraron un muy buen desempeño durante la crisis internacional, presentaron tasas de crecimiento muy elevadas en los últimos años y en general han mantenido fundamentos macroeconómicos relativamente sólidos. En este sentido, hay que tener presente que otros países de América Latina han colocado deuda en las últimas semanas también de manera exitosa. A modo de ejemplo, el 5 de julio Colombia también emitió deuda en dólares a 10 años en Europa, Asia y Estados Unidos, con una tasa de rendimiento de 4,4%, que marcó un diferencial frente al rendimiento de bonos de Estados Unidos de sólo 130 puntos básicos. En el caso de Brasil, la emisión se hizo en un contexto particularmente favorable, luego de que las tres principales agencias calificadoras de riesgo mejoraran la nota de la deuda soberana.

JAE – Quizás vale la pena recordar qué nota tiene Brasil actualmente, según las calificadoras más conocidas.

TS – Brasil obtuvo el grado inversor en 2008. En abril de este año, Fitch elevó la nota a BBB (un escalón por encima del mínimo de grado inversor) y en mayo Standard & Poor’s subió la perspectiva de la nota de "estable" a "positiva". Todavía mantiene una nota de BBB (que es el escalón más bajo del grado inversor) pero indica que podría subir la nota en los próximos meses. Hace unos días, Moody’s subió la calificación a Baa2 y la ubicó, al igual que Fitch, un escalón por encima del mínimo del grado inversor.  

JAE – ¿A qué obedeció esta corrección al alza de la calificación de deuda del Gobierno brasileño?

TS – Por un lado, a que la economía brasileña ha venido mostrando un buen desempeño recientemente. En ese sentido, Fitch, Standard & Poor’s y Moody’s coincidieron al señalar la solidez de los fundamentos macroeconómicos de Brasil. Las tres agencias reconocieron el esfuerzo de las autoridades por contener las presiones inflacionarias a través del manejo de la política monetaria, fiscal y crediticia. En materia de gestión de la deuda se han percibido mejoras. De hecho, ya cuando las agencias asignaron el grado inversor a la deuda de Brasil en 2008, reconocieron los avances en este punto.

JAE – ¿Qué avances son los más destacados en relación a este punto?

TS – Se destaca que el stock de deuda viene mostrando una tendencia bajista en los últimos años y que, al mismo tiempo, Brasil ha logrado importantes mejoras en la concentración de vencimientos (alargando plazos) y en cuanto a la composición de la deuda por moneda. En los últimos años, Brasil logró aumentar de forma significativa la porción de deuda emitida en reales nominales (sin ningún mecanismo de ajuste que proteja al inversor del riesgo inflacionario), aunque su peso en el stock total es todavía relativamente bajo (menor al 15%). En este sentido, las autoridades señalaron que la estrategia del Tesoro apunta a realizar nuevas emisiones en reales en el futuro. Como hemos comentado otras veces, emitir en moneda local a tasa fija es un elemento muy importante para reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas a shocks negativos del contexto externo. Para que Brasil haya comenzado a incursionar en emisiones en reales ha sido clave la consolidación de una política monetaria ortodoxa, que apunta a un control riguroso de la inflación, con anuncios que operan como ancla efectiva de las expectativas inflacionarias de los agentes. En ese sentido, para poder seguir avanzando por este camino, es importante que, pese al reciente aumento de la inflación,  Brasil logre mantener esa buena reputación y credibilidad en su manejo monetario.

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