Análisis Económico

En Brasil, el Banco Central dispuso un recorte de la tasa de política monetaria y el PIB mostró una desaceleración en el segundo trimestre. ¿Cómo se interpreta esta señal del Banco Central? ¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses?

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.45 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
El miércoles el Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil sorprendió a los mercados con una baja de la tasa de referencia, la tasa Selic, de 50 puntos básicos. Esta decisión se produjo pese a que la inflación se ha venido situando por encima del rango de tolerancia de las autoridades en los últimos meses. De hecho, en la medición anual a julio alcanzó a casi 7% y las expectativas de mercado apuntan a que permanezca por encima del rango (que va de 2,5% a 6,5% anual) tanto este año como el próximo. 

Sin embargo, al mismo tiempo, los datos oficiales de PIB, que se conocieron el viernes, mostraron una desaceleración bastante marcada de la economía brasileña. Concretamente, según las cifras del IBGE el PIB creció 0,8% en abril-junio frente al primer trimestre, mientras que en el trimestre anterior había crecido algo más de 1%.

Con estos elementos sobre la mesa, este es el tema para el análisis con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Si te parece empecemos comentando la baja de la tasa de interés que determinó el Copom. El mercado aguardaba que la tasa Selic fuera mantenida estable en la reunión de agosto, ¿es así?


FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Sí. Como tú adelantabas, la decisión de recortar la tasa Selic en medio punto porcentual tomó por sorpresa a los analistas. Recordemos que desde comienzos de este año el Copom había determinado cinco subas consecutivas de la tasa de referencia, llevándola a 12,5% anual en la reunión de julio.

Los últimos relevamientos de expectativas del Banco Central mostraban que los analistas aguardaban que el Comité adoptara una actitud un poco más cautelosa en las reuniones siguientes, contemplando el deterioro de la situación en Europa y en Estados Unidos. Es por eso que, pese a que como tú decías, la inflación mantuvo una trayectoria alcista desde fines de 2010, los analistas brasileños esperaban que en agosto se interrumpiera el ciclo de suba de la tasa Selic. Pero no se esperaba un recorte de la tasa, sino que se aguardaba que la tasa permaneciera incambiada en 12,5% anual incluso hasta 2012.  


JAE: ¿A qué habría obedecido la decisión del Copom?


FC: Precisamente, según establece el comunicado que emitió el Copom luego de la reunión, esta decisión refleja una mayor preocupación de las autoridades por el deterioro reciente del contexto externo. Por mencionar algunos ejemplos, las turbulencias que estamos viendo en los mercados internacionales podrían dar lugar a un menor ingreso de capitales productivos o de largo plazo en la economía brasileña, lo que podría afectar las necesidades de financiamiento. Además, si se observaran caídas pronunciadas de los precios de los commodities, las exportaciones brasileñas podrían verse afectadas, lo que daría lugar a un deterioro del saldo comercial. Igualmente, el menor crecimiento en Europa y en Estados Unidos podría afectar a Brasil, a través de una menor demanda de exportaciones, afectando así la actividad económica.

JAE: De hecho, los últimos datos de PIB ya mostraron un menor crecimiento de Brasil en el segundo trimestre.
   
FC: Sí, así es. Este menor crecimiento era esperado por los analistas locales y también por el gobierno, en la medida en que se estaban implementando políticas macroeconómicas contractivas (algunos ajustes del gasto público, restricciones al crédito y las propias subas de la Selic del último año) para frenar el consumo privado y así moderar las presiones inflacionarias.

Pero en este punto hay que señalar que los datos de PIB no mostraron un menor crecimiento del consumo de las familias, sino que por el contrario, el consumo privado creció a tasas más altas que en el trimestre anterior.

JAE: ¿Qué factores explicaron entonces el menor dinamismo de la economía brasileña?

FC: La menor expansión del PIB se debió principalmente al enfriamiento que viene mostrando la producción industrial en los últimos meses, como consecuencia fundamentalmente de la mayor demanda por productos importados, alentada por el descenso del tipo de cambio. En particular y al igual que ocurre en otros países, la industria brasileña está muy expuesta a la competencia de productos provenientes de China, donde la moneda ha evolucionado de manera similar al dólar. En cambio, en lo que va del año el real ha sido una de las monedas que más se ha fortalecido frente al dólar.  

Ya hemos comentado en otras oportunidades que el fortalecimiento del real ha constituido una preocupación central del actual gobierno brasileño. Y presumiblemente la decisión de recortar la tasa contemple también una preocupación por la baja del tipo de cambio y por la pérdida de competitividad de la producción local. 

JAE: ¿Cómo vieron los analistas locales esta decisión del Banco Central?

FC: En general fue una decisión bastante criticada. Como decíamos antes, los analistas esperaban un poco más de cautela en la decisión del Copom, frente a un marco internacional que plantea bastante incertidumbre. Además, con esta baja de la tasa de referencia el Banco Central parece estar privilegiando el objetivo de crecimiento económico y competitividad, en detrimento del objetivo inflacionario. Esto ha contribuido a deteriorar la credibilidad del Banco Central e incluso hay quienes hablan de pérdida de autonomía desde que asumió el nuevo gobierno.

JAE: ¿Podemos decir que estamos ante un giro de la política económica en Brasil?

FC: Con los elementos que tenemos sobre la mesa hasta ahora, a nuestro juicio resulta un poco apresurado sacar esa conclusión. Recién hemos visto un solo corte de la tasa Selic de medio punto porcentual. Y ese recorte aunque a nuestro juicio quizás luce apresurado en relación a las perspectivas de crecimiento y al impacto que pueda tener la crisis internacional, puede comprenderse en este marco de riesgo de desaceleración de la economía mundial que a su vez, si se materializa, debería aliviar las presiones inflacionarias.

Sucede, sin embargo, que ya en la campaña presidencial Rousseff señaló en varias oportunidades que uno de los objetivos de su gobierno sería llevar la tasa de política monetaria a niveles más bajos, como forma de desalentar el ingreso de capitales especulativos y así contener la baja del tipo de cambio. Y esos anuncios de tiempo atrás y reiterados la semana pasada generan dudas sobre los agentes. Aunque las autoridades plantean que la política fiscal más contracíclica tendrá un mayor protagonismo en la tarea de preservar el objetivo inflacionario, los analistas en general consideran que esta priorización del objetivo de crecimiento económico o del objetivo cambiario en la conducción de la política monetaria abre algún espacio para niveles de inflación algo mayores en Brasil.

De todos modos, como decía recién, sería a nuestro juicio apresurado interpretar esta decisión del Banco Central como un cambio importante de prioridades o de la propia política monetaria.


JAE: Y, mirando para adelante, ¿cómo quedan las perspectivas en materia de crecimiento para los próximos meses?


FC: El actual escenario internacional plantea cierta cautela en este sentido. Las dificultades que estamos viendo en Europa y el enfriamiento de la economía norteamericana posiblemente redunden en un menor crecimiento de las economías emergentes en general y, entre ellas, de Brasil. De hecho, en China también se observó un freno en la actividad y algunos indicadores consolidados para este conjunto de países también vienen mostrando un menor ritmo de crecimiento en los últimos meses.

De todos modos, a nuestro juicio la desaceleración de la actividad sería transitoria y estas economías retomarían el dinamismo en los trimestres siguientes. Recordemos que en 2010 se observó una situación similar. De hecho, en Brasil la economía había mostrado un freno en el tercer trimestre y luego continuó creciendo a tasas muy elevadas. Así que, aun contemplando esta desaceleración, esperamos que la economía brasileña mantenga un ritmo de crecimiento bueno, con subas del PIB del orden de 4% anual en 2011 y 2012.

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