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¿Qué hacer con la mejora en las cuentas fiscales?

¿Qué hacer con la mejora en las cuentas fiscales?

En los 12 meses a abril el gobierno ha logrado un superávit primario de 3,8% del PIB, mientras el compromiso con el FMI para 2004 es 3,2%. Esa holgura abre diferentes posibilidades: reducir la deuda, aumentar la inversión o bajar la carga impositiva. El economista Javier De Haedo propone seguir reduciendo el IRP.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
El gobierno está estudiando una nueva rebaja del IRP, que se agregaría a la que se aprobó con vigencia al 1 de mayo. Los trascendidos circulan desde la semana pasada pero hasta ahora no está confirmado que esto vaya a ocurrir, aunque ayer en la reunión que el ministro Isaac Alfie tuvo con el escribano Guillermo Stirling le adelantó que está acelerando los estudios a esos efectos.

Mientras esas decisiones se procesan vale la pena plantearse algunas preguntas: ¿es tan buena la performance fiscal? ¿Es cierto que la recaudación "está volando"? Y si, efectivamente, hay en caja más dinero que el previsto, ¿cómo usarlo? ¿Qué es mejor para la economía del país, amortizar deuda –o, mejor dicho, emitir menos–, aumentar el gasto o bajar impuestos? Y en caso de bajar impuestos, ¿cuál es la mejor opción?

Vamos a conversarlo con el economista Javier De Haedo, consultor privado, que ha trabajado sobre este tema en las columnas que escribe en el diario El Observador.

***

Economista De Haedo, ¿cómo son los números fiscales en comparación con los compromisos asumidos frente al Fondo Monetario Internacional (FMI)?

JAVIER DE HAEDO:
Para este año está previsto un superávit primario –es decir antes de pagar intereses, antes de descontar los intereses– de 3,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).

EC - 3,2... ¿Cómo venimos ahora?

J de H - Venimos muy bien; el año pasado fue de 2,8 y ya en los 12 meses terminados en abril está en 3,8. Es decir que en sólo cuatro meses, metiendo cuatro meses de 2004 y sacando cuatro de 2003, sube un punto; si uno lo anualiza daría para pensar que sube tres. No tenemos todavía los datos de empresas públicas, que son muy importantes, pero si fueron como los de mayo del año pasado da la impresión de que también se van a mantener en 3,8-3,9.

Entrevista con el economista Javier de HaedoEC - 3,8, cuando el compromiso para fin de año es 3,2. Estamos holgados.

J de H - Hay una holgura.

EC - ¿Qué está pasando, por ejemplo, con el déficit? ¿Cómo queda el déficit?

J de H - Ése es el resultado antes de considerar los intereses; después hay que ver cuánto son los intereses.

EC - Ahí tenemos el déficit.

J de H - Ahí se llega al resultado fiscal global, que da un déficit. Los intereses en los 12 meses terminados en abril fueron de 6,4 por ciento del producto, pero ocurre que en mayo del año pasado, que fue el mes en el cual se hizo el cierre de la operación de canje de deuda, hubo que pagar una cifra extraordinariamente alta de intereses por la propia lógica del canje, se adelantaron determinados pagos en función de las distintas fechas de vencimiento de los distintos bonos que se canjearon; creo que se pagaron 180 millones de dólares alrededor del 20 de mayo. Ese dato es totalmente alejado de lo que es una cifra normal mensual de intereses. Entonces todos los años móviles y los períodos de 12 meses a partir de mayo del año pasado incorporan un mes muy alto; ahora sale mayo del año pasado de la cuenta y esos 12 meses móviles bajan de 6,4 a lo que yo estimo que será 5,2.

EC - Eso es el pago de intereses...

J de H - ...de los últimos 12 meses a mayo.

EC - 5,2 por ciento del PBI. Entonces teníamos un superávit primario en los 12 meses a mayo de 3,8 por ciento del producto y pago de intereses de 5,2...

J de H - Daría un déficit global de 1,4, cuando el objetivo es cercano a 3. Hay una holgura muy grande.

EC - Efectivamente, entonces estamos cómodos en el cumplimiento de los compromisos con el FMI, por lo menos a esta altura del año.

J de H - El tema es ése, hasta ahí. Hay tres temas que empiezan a jugar después.

EC - Antes de eso, ¿cómo se llega a esta situación tan auspiciosa? ¿Llegamos por la vía de la mejora de la recaudación, por la vía de la baja del gasto?

J de H - Fundamentalmente por la vía del aumento de la recaudación real de impuestos. En los primeros cinco meses del año los ingresos generales del gobierno subieron 16 por ciento por encima de la inflación, 16 por ciento en términos constantes, a precios constantes, mientras que el gasto primario creció 5 por ciento. ¿Por qué creció 5 por ciento? Si uno ve los rubros del gasto primario se encuentra con que gastos de inversiones están subiendo y si bien no hay información como para poder asegurarlo, da la impresión de que el gobierno se está poniendo un poco más al día con los proveedores y contratistas del Estado.

EC - Ah, ésa es la causa de la suba del gasto.

J de H - Creo que sí; incluso leí una declaración no sé si de Alfie o algún otro funcionario del equipo económico que lo decía hace un tiempo. Fue notorio –quienes nos están escuchando, proveedores y contratistas del Estado vaya si lo saben– que en el año 2002, cuando lo peor de la crisis, el gobierno entre otras cosas se atrasó para no tener un egreso de caja, que es el que cuenta desde el punto de vista fiscal, no tanto lo devengado. En la presentación de ACDE a fin de año el equipo económico anunció que este año iba a haber una cierta partida para ponerse un poco más al día con esos gastos.

EC - ¿Así que es eso y no manga ancha de año electoral?

J de H - No da la impresión, no hay ningún indicio de que sea eso.

EC - Entonces hemos tenido por un lado una mejora fuerte de la recaudación, o muy fuerte, y un aumento del gasto... ¿cómo lo calificamos?, ¿leve?

J de H - Yo diría que muy moderado, dentro de lo razonable.

EC - Ante este escenario que usted ha estado describiendo con números, ¿qué hacer?

J de H - Hay tres cosas antes de ver qué hacer; si esto se sostiene en los próximos meses en primer lugar. Y hay tres elementos que hay que evaluar. El primero es cuál es el impacto real de la rebaja anterior del IRP que se dispuso con fecha 1 de mayo y que rige desde junio en el sentido caja del gobierno. No tenemos los datos todavía, el gobierno había estimado que sobre una recaudación total de IRP –el IRP viejo, el de 1982, más el adicional de 2002–, del orden de 6.600 millones anuales, con esa rebaja iba a perder 2.600 millones, es decir 40 por ciento del impuesto. Pero hay que tener en cuenta que es muy probable –los oyentes coincidirán– que casi todo ese dinero que vuelve a los bolsillos de los contribuyentes se va a consumir. No estamos en un momento de gran consumo, en todo caso hay un déficit de consumo en los hogares, es muy probable que quienes percibieron algún punto más, o los pasivos, a quienes se les eliminó el IRP adicional, estén consumiendo, y eso paga IVA, Imesi, Cofis. Entonces parte de eso vuelve a la tesorería.

EC - Lo primero que hay que hacer es saber cuál es la pérdida neta de recaudación.

J de H - Claro, eso no se va a saber por unos cuantos meses, pero quizás ya con los datos de junio y julio el gobierno pueda tener una idea.

EC - ¿Qué más hay que examinar antes de tomar decisiones?

J de H - Lo que pase con el tema del precio de la energía. Yo he venido escribiendo en el diario que el gobierno, aprovechando este colchón, este excedente financiero, ha sido mucho más cauto de lo que hubiera sido en otras circunstancias con los aumentos de tarifa de electricidad y combustibles. En otras circunstancias se hubiera dado ya un aumento de combustibles hace unas cuantas semanas, por no decir algún mes largo, y la tarifa térmica ya estaría vigente. Es posible que aprovechando esa holgura el gobierno haya decidido, creo que correctamente, con cautela, no traspasar a los hogares un golpe adicional, por lo tanto ir mirando cómo evoluciona la cosa y cuando no haya más remedio, como parece que ahora va a ocurrir finalmente con los combustibles, que el petróleo está en 40 dólares, ahí sí proceder a un ajuste de tarifas.

EC - Pero falta saber cuál es el impacto de esta demora en actuar.

J de H - Exactamente, cuánto ha invertido, por decirlo de algún modo, el gobierno en postergar estos aumentos de tarifas.

EC - ¿Cuál es el tercer aumento que hay que considerar?

J de H - El aumento de las tasas de interés internacionales; finalmente, después de mucho tiempo, subieron un cuarto de punto las tasas de la Reserva Federal en las últimas semanas. Da la impresión de que ese proceso recién se inicia y va a continuar, hay algunas noticias sobre inflación en Estados Unidos que son positivas y capaz que suben más despacio de lo que se esperaba. En todo caso el Banco Central ya ha hecho pública alguna estimación de cuánto significaría un aumento de 1 por ciento en la tasa de interés de la Reserva Federal sobre nuestros pagos de intereses y resultó una buena noticia: resultó menos de lo que todos esperábamos. Yo había hecho una estimación del orden de 50 millones de dólares anuales por cada 1 por ciento, algunos colegas habían hablado de algo más, de 60 millones; lo que pasa es que quizás no tomamos en cuenta –al menos yo no la tomé– la deuda con organismos internacionales, que es a tasa variable, no es totalmente elástica la tasa de interés de la FED, sino una tasa que tiene un componente fijo y otro variable, entonces sube menos proporcionalmente cuando sube la tasa de interés internacional. Por lo tanto el gobierno estima en 34 millones anuales el impacto de 1 por ciento. Es bastante menos de lo que pensábamos. 34 millones equivale a 3 dólares en el precio del barril del petróleo, del impacto anual; nosotros hasta hace poco trabajábamos con un petróleo a 25 y hoy está a 40, eso equivale a 5 puntos de tasa de interés.

EC - Tenemos entonces tres factores a examinar: el impacto real en la recaudación de la rebaja anterior del IRP; qué costo están teniendo las demoras en ajustar las tarifas; y tercero la incidencia del aumento de las tasas internacionales de interés. ¿Se puede sacar alguna conclusión final?

J de H - No puedo jurarlo, pero tengo la impresión de que pasando raya a todo esto  que estamos hablando es posible que efectivamente sigan existiendo excedentes respecto del programa, respecto de lo previsto y respecto del programa no sólo de 2004 sino de 2005, que no es cosa menor.

EC - ¿Cuál es la tendencia a mediano y largo plazo?

J de H - En el acuerdo con el Fondo se establece un lineamiento de mediano plazo de que para el año 2007 el primario tiene que estar en 4 por ciento del producto, o sea que tendría que ir subiendo un poco cada año. Yo creo que es de buen administrador no sólo tener un buen resultado este año, sino dejar al nuevo gobierno el año que viene una proyección pasiva, como se dice a nivel de programación financiera, que cumpla la meta. Si después ocurren sucesos no previstos es otra historia, pero dentro de lo previsto, dentro de un crecimiento razonable del producto, de un contexto externo razonable, de una cierta tasa de interés previsible, se prevé un déficit de tanto, que está en línea con lo que el Fondo aceptaría para el nuevo programa que las nuevas autoridades tendrían que hacer desde marzo del año que viene. Tengo toda la impresión de que, aun considerando todos estos aspectos, hay un excedente; por lo menos es relevante plantearse el tema, la semana pasada cuando vi que trascendía la noticia dije: "Voy a escribir una columna sobre el tema, porque por lo menos es relevante planteárselo". No estoy diciendo: "Señores del gobierno, bajen el impuesto", estoy diciendo que es posible que estén dadas las condiciones y que si efectivamente ellos comprueban que es así, sería el camino para hacerlo.

EC - Usted dice que hay margen en el cumplimiento del programa con el FMI para tomar alguna decisión de este tipo. Pero la pregunta siguiente es si la decisión es ésta, porque alternativas hay básicamente tres: emitir menos deuda, alimentar el gasto o la inversión o rebajar impuestos.

J de H - Y después qué impuestos.

EC - Y en caso de rebajar impuestos, cuáles.

***

EC - ¿Qué hacer entonces ante ese margen que aparentemente hay en el compromiso fiscal asumido con el FMI?

J de H - Hay tres caminos, como usted bien planteaba. En primer lugar aumentar el ahorro del gobierno, es decir tener más superávit o menos déficit del previsto, sobrecumplir la meta; segundo subir los gastos y las inversiones públicos; y en tercer lugar bajar impuestos.

Respecto del primero, sobrecumplir las metas, hay distintas consideraciones. En primer lugar sería obligatorio que eso ocurriera si estuviéramos hoy con el PBI por encima del nivel de tendencia de largo plazo. Nosotros llegamos a un cierto nivel de PBI en 1998, en la cresta de la ola, después se sumergió y ahora está subiendo. Pero si uno proyecta lo que sería la tendencia de largo plazo, el PBI potencial de Uruguay, estamos todavía debajo, por más que estamos subiendo, de 1998 a 2004 van seis años, hay que pensar por lo menos en una tasa de 2 por ciento anual de crecimiento a largo plazo de la economía y por más que en 1998 estuviéramos por encima de la tendencia, según mis números todavía estamos entre 5 y 10 por ciento por debajo. No tengo ninguna duda de que si estuviéramos como en 1998 habría que ahorrar más, no habría que bajar impuestos ni subir gastos.

EC - Habría que ahorrar más.

J de H - Ahorrar más a nivel público y emitir menos o cancelar deuda.

EC - Hoy estamos emitiendo deuda.

J de H - Hoy sigue habiendo un déficit fiscal.

EC - Sigue habiendo un déficit y hay que emitir deuda.

J de H - Ésa sería la segunda consideración: dada la magnitud de la deuda, que es muy alta, ¿no sería, aun cuando no estamos en la cresta de la ola, buena medida bajar deuda pública? En condiciones normales sí, desde el punto de vista estrictamente técnico sería lo ideal, sería muy bueno tener menos déficit fiscal y en vez de emitir 300 millones de dólares de deuda en el año se emitieran 150 o 100. Pero está la variable política y no creo que eso termine ocurriendo, entonces más vale pájaro en mano que cien volando. (Es opinable, otro puede creer que sí; estoy dando mi opinión.) En mi opinión no es verosímil pensar que en un año electoral se dé el sobrecumplimiento de una meta en un acuerdo con el Fondo; bastante sería que se cumpliera. Y creo que van a pasar a la historia si la cumplen, porque sería la primera vez.

EC - Entonces quedan dos alternativas: aumentar el gasto o la inversión y rebajar impuestos.

J de H - Exacto. ¿Por qué digo que es preferible bajar impuestos y no subir el gasto? Si hacemos un foro en la página web de El Espectador y les preguntamos a los oyentes si el Estado gasta mucho o poco o si cobra muchos o pocos impuestos, va a haber unanimidad, seguramente va a dar 100 por ciento que el problema de Uruguay es que el gasto es muy alto y los impuestos muy altos, no lo contrario.

EC - Claro, pero la idea de rebajar el IRP ha recibido algunas críticas desde la izquierda en cuanto a que no beneficia a los sectores más necesitados de la sociedad, porque la gente que está peor, una de dos: o no tiene trabajo, o sea no paga IRP, o puede tener trabajo pero está en negro, entonces no se beneficia con una rebaja del IRP. Alguien ha dicho: ¿por qué no gastar más en planes sociales para esa gente?

J de H - Está bien, es una opción que admito. Pero también hay que tener en cuenta que este tipo de impuestos, los impuestos al trabajo, sobre todo con tasas altas, son una cuña en el mercado de trabajo porque generan incentivos para trabajar en negro, porque además no es trivial que el que paga el impuesto es el trabajador, depende del mercado de trabajo en cada sector de actividad; sectores con sindicatos muy fuertes capaz que logran trasladárselo a la empresa. En todo caso el impuesto al trabajo en términos generales –creo que nadie puede discrepar con esto– es antitrabajo, cuanto más alto es el impuesto menos incentivo hay para contratar mano de obra, por lo menos para hacerlo en blanco. En ese sentido puede ser que algunos sectores no reciban directamente el impacto, pero en última instancia va en la dirección correcta.

EC - ¿Y por qué no aumentar la inversión?

J de H - Son todas opciones atendibles. Hay más plata de la prevista, ¿en qué la uso? Hay un menú de opciones, no estoy diciendo que unas sean malas y otras buenas, son todas razonables. Yo estoy diciendo que prefiero ésta. Estamos en el último año de un gobierno, el año que viene va a haber un nuevo gobierno, por lo tanto se va a discutir el presupuesto quinquenal. Ésa es la instancia en la cual se discuten aumentos de gastos e inversiones. Si yo estuviera entre las personas que el año que viene podrán estar en un gobierno preferiría que este año no hicieran nada y dejaran que el nuevo equipo se dedique a planear un presupuesto de cinco años, no dejar una situación heredada que pueda complicar las cosas.

EC - Así que decididamente en principio usted se pronuncia por la idea de seguir rebajando el IRP.

Entrevista con Javier  de HaedoJ de H - Claro. El candidato colorado parece muy interesado en bajar el IRP y fue a ver al ministro ayer para hablar del tema; que conste que cuando hablamos hace dos días para combinar esta entrevista no sabíamos que el tema iba a estar en los diarios. En todo caso fue acierto del periodista.

Los dos principales candidatos, Vázquez y Larrañaga, tienen en su programa el impuesto a la renta de las personas físicas y el IRP es una suerte de impuesto a la renta de las personas físicas...

EC - ...pero focalizado en una parte de la población, nada más.

J de H - En los sectores de sueldos; no, por ejemplo, en los profesionales que facturan honorarios y no trabajan en relación de dependencia, ni en los que cobran ingresos por alquileres o por rentas de otro tipo. Si el año que viene se va a plantear un análisis del tema –y creo que se va a plantear, guste o no guste; no estoy dando una opinión–, va a haber consenso para plantearlo, el ideal sería dejar la cancha despejada para que se pueda trabajar desde cero y no tener que construir un impuesto sobre otro que ya existe, que es a la renta, a algunas rentas, y viene siendo una herencia de 20 años atrás.

EC - ¿Pero el margen de dinero en caja da como para eliminar directamente el IRP?

J de H - No lo sé, eso tendría que surgir de los cálculos que el gobierno tendría que hacer, que creo que sería bueno que compartiera con los distintos sectores que están compitiendo hacia las elecciones. La rebaja anterior, que rige desde mayo, se estimó en 2.600 millones; sólo en abril por el Impuesto a la Renta de Industria y Comercio se recaudó una cifra parecida por encima de lo previsto, en un solo mes; y los anticipos de IRIC a partir de entonces son mucho más altos porque la base de cálculo también es mayor. Da la impresión de que da para por lo menos plantearse seriamente una nueva rebaja, lo que dé; ¿por qué tiene que ser todo el adicional?

EC - ¿Hay que plantearla también de manera diferenciada, según los niveles de ingreso?

J de H - Eso ya es entrar a hacer sintonía fina, yo diría que la vez pasada se eliminó para los pasivos y 3 por ciento para todos los activos; se podría ir eliminando de a tantos puntos para todos parejamente.

EC - Usted dijo más temprano que es muy probable que el grueso del dinero que vuelva al bolsillo de los empleados en una rebaja del IRP se gaste.

J de H - Digamos que de cada 100 pesos que vuelven, entre 30 y 40 vuelven como impuestos.

EC - Usted estaba examinando el efecto fiscal de la rebaja; yo iba a preguntarle a propósito del efecto económico. ¿Estamos ante un factor dinamizador de la economía también?

J de H - Sí, es aumento de consumo, aumento de consumos básicos, de todo lo que una canasta de consumo tiene, más demanda sobre ese tipo de bienes, es aumento de la actividad económica.

EC - Para terminar, a la hora de bajar impuestos hemos puesto la atención en el IRP porque es lo que ha trascendido, ¿pero hay algún otro que pueda tocarse o que convenga tocar en una circunstancia como ésta?

J de H - Sin dar nombres de impuestos, empezaría por los últimos que se pusieron, porque son justamente los peores; si no se hubieran puesto antes.

EC - Impuestos muy criticados, hasta por confusos, desprolijos, complicados: el ITEL, el Cofis, por ejemplo.

J de H - El Cofis hoy día está recaudando muchísimo dinero, costaría mucho bajarlo.

EC - Es difícil sacarlo.

J de H - Claro, pero por ejemplo el aumento de las tasas del Impuesto a Renta de Industria y Comercio, que estaba en 30 por ciento y subió creo que a 35. Yo empezaría de atrás para adelante en el tiempo viendo cuáles fueron los últimos que se subieron, ésa sería la norma objetiva y clara para seguir.

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EC - ¿En qué momento tendría que terminar conociéndose esta decisión, en la medida que se necesita algo de información, decía usted mismo?

J de H - Siempre es bueno terminar un trimestre, ver si se cumplen las metas, ver cuán lejos se está y reprogramar para adelante algunos trimestres; yo diría hasta 2005, sería una cuestión de seriedad y responsabilidad.

EC - ¿Cuándo se conocen los números del segundo trimestre?

J de H - Creo que el gobierno ya los tiene; públicamente los vamos a empezar a conocer a fin de este mes, dentro de dos semanas vamos a tener los datos del gobierno y de las empresas públicas de mayo. Pero el gobierno ya los tiene.

EC - Entonces hay que pensar que decisiones de ese tipo se conocerán sobre fin de julio, principios de agosto.

J de H - Claro, sí.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni