El nuevo plan de estímulo fiscal de Obama: posibles impactos sobre la actividad económica y sobre el valor del dólar
Análisis del economista Uri Lichtenstein de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.42 Hs.)
EMILIANO COTELO (EC):
Los mercados financieros están enfrentando las mayores turbulencias desde el año 2008. En medio de una gran incertidumbre en torno a los problemas fiscales que enfrenta Europa y en momentos en que se acrecientan los temores de que Estados Unidos pueda volver a caer en recesión, el jueves pasado el presidente Barack Obama presentó un nuevo plan de estímulo a la actividad económica.
¿En qué consiste el programa que presentó Obama ante el Congreso? ¿Será suficiente para evitar una recaída en recesión de Estados Unidos?
En los próximos minutos, les proponemos analizar en más detalle la situación de la principal economía del mundo, en diálogo con el economista Uri Lichtenstein de la consultora Deloitte.
Si te parece comencemos repasando en qué consiste este plan de estímulo a la actividad económica impulsado por Obama.
URI LICHTENSTEIN (UL):
A grandes rasgos, el programa consiste en una serie de recortes de impuestos y en un incremento del gasto público con el objetivo de alentar una recuperación de la actividad económica y una mayor generación de puestos de trabajo. Concretamente, el plan de Obama contempla recortar los aportes que realizan los trabajadores norteamericanos por concepto de Seguridad Social desde 6,2% hasta 3,1% de sus salarios. Simultáneamente, el presidente norteamericano propone aumentar la inversión pública en infraestructura, fundamentalmente a través de la mejora de autopistas y caminos, así como la refacción de un número muy importante de escuelas.
En total, el programa (que será evaluado por el Congreso en las próximas semanas) asciende a casi 450.000 millones de dólares. Esa es una cifra muy significativa (equivalente a 3% del PBI de Estados Unidos) y representa un esfuerzo muy importante por evitar que se profundice el fuerte enfriamiento que muestra la economía norteamericana.
EC: Justamente, yendo a ese punto, ¿cuán grave es la situación en Estados Unidos? ¿Es posible afirmar que esa economía está volviendo a caer en recesión o se trata de una desaceleración transitoria de la actividad?
UL: Eso es difícil saberlo. Lo cierto es que la recuperación de la economía norteamericana se muestra mucho más "frágil" de lo que se creía algunos meses atrás.
Y hay unos cuantos números que reflejan esa situación.
EC: ¿Cuáles son esos números?
UL: En primer lugar, el PBI de Estados Unidos aumentó solamente 0,4% anualizado en enero-marzo, lo que representa un crecimiento prácticamente nulo con relación al trimestre anterior. En abril-junio la tasa de expansión del PIB fue de 1% anualizada, un guarismo que resultó algo mayor que el de enero-marzo pero que volvió a decepcionar a los analistas.
Por otra parte, algunos indicadores anticipados de producción industrial y del mercado de trabajo correspondientes a julio y agosto permiten avizorar una situación de estancamiento de la economía en este trimestre que está transcurriendo.
Y a todo eso debemos agregar un último elemento: en los próximos meses está previsto que queden sin efecto algunas de las medidas de estímulo a la actividad dispuestas a lo largo de 2009 y 2010. En ese marco, si el Gobierno de Estados Unidos no dispone nuevos estímulos fiscales en los próximos meses, los riesgos de que la economía norteamericana recaiga en recesión en 2012 van a ser muy significativos.
Con todos esos elementos sobre la mesa, a nuestro juicio parece "razonable" que el gobierno de Estados Unidos pretenda tomar medidas extraordinarias para evitar un deterioro aún más importante de la situación económica.
EC: ¿La aprobación de esas medidas no podría generar más problemas para Estados Unidos en el frente fiscal? Te lo pregunto a la luz de la decisión que tomó Standard & Poor´s el mes pasado de rebajar la calificación de la deuda de Estados Unidos, producto, entre otras cosas, del abultado nivel de deuda pública y del alto déficit fiscal que muestra esa economía.
UL: Si bien el nivel de deuda pública de Estados Unidos estaría alcanzando a 100% del PBI este año (y eso es un nivel relativamente alto en la comparación internacional), a nuestro juicio el Gobierno de ese país no enfrenta la necesidad de reducir el gasto público en forma inmediata.
De hecho, luego de la decisión adoptada por S&P el mes pasado, las tasas de interés que paga la deuda de Estados Unidos siguieron cayendo y alcanzaron mínimos históricos. En última instancia, esa disminución de las tasas refleja que los inversores siguen confiando en la capacidad de pago de Estados Unidos, y que están dispuestos a financiar el déficit de esa economía, exigiendo para ello retornos muy bajos.
En ese marco, tendemos a pensar que a corto plazo la adopción de medidas más expansivas en el frente fiscal no representa una amenaza para la solvencia de Estados Unidos y que, por el contrario, lucen bastante necesarias a los efectos de impulsar la actividad. Por cierto, los niveles actuales de déficit no son sostenibles para siempre y a mediano plazo el Gobierno sí debe delinear estrategias tendientes a equilibrar las cuentas públicas y a estabilizar la relación deuda sobre PBI. Pero apresurarse a tomar medidas en ese sentido puede terminar siendo contraproducente y provocar una recaída en recesión.
JAE: Queda claro ese punto. Ahora, ¿cómo se explica la reacción que ha tenido el dólar en los últimos días? ¿Por qué se fortalece la moneda de Estados Unidos cuando justamente se teme que esa economía puede volver a caer en recesión?
UL: Suena bastante paradójico la verdad. Lo cierto es que sobre finales de 2008 y comienzos de 2009, cuando la economía norteamericana estaba en recesión y cuando el sistema financiero de ese país sufría la crisis más importante en 80 años, el dólar también se fortaleció en todo el mundo.
Y eso tiene directa relación con algo que comentábamos la semana pasado respecto al franco suizo. Tanto el franco suizo, como el yen y el dólar norteamericano son consideradas monedas de "refugio", a las que acuden los inversores en situaciones de elevada incertidumbre como la que prevalece por estos días en los mercados financieros internacionales. En otras palabras, aun cuando es la economía norteamericana la que enfrenta un riesgo significativo de caer en recesión, los inversores en todo el mundo están demandando dólares y por eso la divisa norteamericana se ha fortalecido no solo frente al euro, sino también frente a las monedas de algunas economías emergentes de Asia y de nuestra región. El tipo de cambio en Brasil superó la barrera de 1,70 reales en la jornada de ayer y en ese marco el tipo de cambio aquí en Uruguay cotizó por encima de los 19,25 pesos.
EC: Y mirando hacia adelante, entonces, ¿cómo están viendo ustedes las perspectivas para la economía de Estados Unidos y para el valor del dólar en los próximos meses?
UL: Nosotros tendemos a pensar que la economía norteamericana va a seguir creciendo, pero a un ritmo muy reducido en los próximos trimestres. Ese ritmo de expansión probablemente va a ser insuficiente como para promover una reducción sustantiva del desempleo en ese país. Lógicamente, en las últimas semanas el balance de riesgos se ha deteriorado y algunos analistas internacionales ya adjudican una probabilidad de hasta 40% de que Estados Unidos pueda volver a caer en recesión. La aprobación (o no) de este nuevo paquete de estímulo fiscal por parte del Congreso es, entre otras cosas, uno de los elementos que va a terminar incidiendo en la trayectoria del PBI norteamericano en los próximos trimestres.
EC: Y en ese marco de bajo crecimiento con riesgos de recesión, ¿qué puede pasar con el valor del dólar?
UL: En lo referente al valor del dólar, estamos aguardando que en las próximas semanas la cotización de la divisa norteamericana siga mostrando mucha volatilidad. No solo por los temores en torno a una eventual recaída en recesión de Estados Unidos, sino fundamentalmente como resultado de la incertidumbre que está generando la crisis fiscal en Europa y un eventual default de Grecia que cada día luce más probable.
En un escenario internacional tan incierto, aguardamos que en el corto plazo el tipo de cambio siga mostrando fluctuaciones importantes e incluso no descartamos alguna suba adicional del valor del dólar en el mundo. De todas formas y en una mirada de mediano plazo, seguimos aguardando que la moneda norteamericana permanezca muy debilitada respecto de las monedas de las economías emergentes, porque las magras perspectivas de crecimiento económico de Estados Unidos dejan poco espacio para un aumento muy significativo y duradero del dólar y porque la Reserva Federal ya anunció que va a mantener una política monetaria muy expansiva por un período prolongado.
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