Análisis Económico

El PBI uruguayo creció en el segundo trimestre del año con respecto a 2010 pero sufrió una desaceleración en términos desestacionalizados

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.47 Hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
En el segundo trimestre de este año el Producto Bruto Interno (PBI) creció 4,8% en comparación con el mismo período del año pasado.

Sin embargo, si hacemos el análisis en términos desestacionalizados, la economía creció sólo 0,5% frente al trimestre enero-marzo, marcando así una desaceleración notoria respecto del trimestre previo en el que, según cifras revisadas, el crecimiento había sido de 2,1%.

¿Cómo hay que interpretar estos datos que dio a conocer ayer el Banco Central del Uruguay (BCU)? ¿Qué perspectivas se abren ahora para los próximos meses? De eso vamos a conversar con el economista Pablo Rosselli de la consultora Deloitte.

¿Cómo vieron ustedes la información sobre la actividad económica del segundo trimestre? Los analistas en general no estaban esperando una desaceleración en el trimestre abril-junio, ¿no?

PABLO ROSSELLI:
Es cierto, y nosotros tampoco. A nuestro juicio fue un dato decepcionante. La tasa interanual de crecimiento, ese 4,8% frente al segundo trimestre del 2010, sigue siendo una buena tasa, pero la señal desestacionalizada, con esa expansión de solamente 0,5% frente al primer trimestre, marca un enfriamiento fuerte de la actividad económica que no aguardábamos. En ese sentido fue una sorpresa negativa, esperábamos un crecimiento algo menor al del primer trimestre, que había sido excepcionalmente bueno, pero no una desaceleración tan marcada.

EC – ¿Y cómo fue el comportamiento a nivel de sectores? ¿Hubo algún sector en particular que explique ese freno de la actividad económica en abril-junio?

PR – La desaceleración en esa comparación contra el primer trimestre fue generalizada a nivel sectorial. Todos los sectores crecieron menos que en el primer trimestre, salvo Electricidad, Gas y Agua.

Si miramos un poco más, encontramos tres sectores con caídas frente al primer trimestre. Actividades Primarias bajó 2%, básicamente por la menor faena. Ese era un dato esperable, en Uruguay estamos teniendo poco ganado, a nivel agrícola tuvimos una cosecha récord de arroz, tuvimos mayores áreas de cultivos de invierno, creció la producción lechera, pero en el total la caída en la faena fue importante.

Construcción bajó un 2,4% debido a una menor inversión pública; la inversión privada siguió subiendo, según el BCU.

Pero la gran sorpresa para nosotros estuvo en Comercio, Restaurantes y Hoteles. Según el BCU, el sector bajó 2,4% frente a enero-marzo, que había sido un trimestre muy bueno debido a una temporada turística excepcional. Pero esa retracción de la actividad comercial fue la que más incidió en la desaceleración de la actividad global en el Uruguay.

Veamos otros sectores relevantes. Industria creció 0,4%, se desaceleró frente al 2,8% del primer trimestre. Transporte y Comunicaciones creció mucho, un 2,2% trimestral, pero menos que el 3,6% del primer trimestre. Y Otras Actividades, que agrupadas conforman la mayor parte de los servicios, prácticamente se estancaron en el segundo trimestre, después de haber crecido 2% en el primer trimestre.

Con esos datos hay un elemento interesante más a señalar: si no fuera por la expansión de Electricidad, Gas y Agua –que creció más de 40% y en eso incide si hay lluvias o no– el crecimiento de abril-junio hubiera sido prácticamente nulo.

EC – Entonces, este freno de la actividad económica en el segundo trimestre, ¿está marcando un punto de inflexión en lo que venía siendo una tendencia de crecimiento muy firme de la economía uruguaya?

PR – La economía uruguaya venía creciendo a un ritmo insosteniblemente alto y eso lo comentamos varias veces. Pero igual hay que ser cautelosos con las conclusiones que saquemos de este dato.

¿Por qué digo esto? La desestacionalización del BCU marca sin dudas un dato "malo" para el segundo trimestre. Sin embargo, nuestras estimaciones, que realizan un procedimiento algo diferente para corregir los efectos estacionales, no arrojan un freno tan abrupto. Y en particular no marcan una caída tan significativa de la actividad comercial, aunque igual marcan cierta retracción del comercio.

Incluso mirando los datos del BCU desde la perspectiva de la demanda, no parece observarse un freno en la demanda interna. El consumo privado en particular siguió creciendo a un ritmo muy fuerte, más de 9% en la comparación contra el mismo trimestre del año pasado, y la inversión mantuvo un dinamismo razonable.

EC – ¿Cómo se entiende entonces el menor crecimiento que ha mostrado la economía en el segundo trimestre? ¿Qué fue lo que pasó por ejemplo con las exportaciones?

PR – Justamente, esta desaceleración de la economía –más allá de si fue tan abrupta como la marca el dato desestacionalizado del BCU– está asociada al sector externo. Las exportaciones de bienes y servicios cayeron 4,4% contra el segundo trimestre del año pasado. Que hubiera una caída era algo que esperábamos, porque los datos de comercio exterior de bienes ya venían mostrando una caída en los volúmenes exportados en los últimos meses, sobre todo en algunos rubros clave como la carne. A mediados de 2010 habíamos tenido un pico de volumen de exportaciones.

Por otro lado, las importaciones siguieron creciendo a un ritmo muy fuerte, casi 17% en la comparación contra el mismo trimestre del año pasado. Eso podría estar significando cierto efecto de sustitución de producción nacional por importaciones y puede tener impactos negativos en la actividad económica.

En definitiva, quizás el deterioro de la competitividad, fruto del fortalecimiento del peso, está teniendo algunos impactos mayores de lo que estábamos pensando en general los analistas. Esa es una posibilidad, tampoco nos apresuraríamos a sacar una conclusión muy tajante en este sentido. La caída de la actividad comercial fue clave, lo que pasó con el comercio fue clave. Es difícil explicar lo que pasó por un problema de competitividad, porque el comercio puede crecer vendiendo productos nacionales o vendiendo productos importados. Y el comportamiento de las exportaciones está siendo afectado en una parte no despreciable por la falta de ganado que tiene el Uruguay desde la sequía de 2009.

EC – ¿Pero se puede decir que la economía uruguaya sintió el impacto de estas turbulencias internacionales ya en el segundo trimestre?

PR – Está bien la pregunta, podría estar ocurriendo. Parecería que la desaceleración de Uruguay está siendo esta vez más contemporánea con lo visto en las economías desarrolladas y también con lo visto en las economías emergentes en general y en Brasil en particular.

En la medida que nuestro país suele reaccionar con cierto rezago a los cambios en el contexto global –y eso lo vimos por ejemplo en 2010 y lo habíamos visto en 2008, 2009– nosotros no estábamos esperando en el segundo trimestre un impacto de la crisis internacional sino que lo estábamos esperando para el tercer trimestre del año.

Pero quizás la crisis internacional ya esté repercutiendo en el segundo trimestre de forma un poco más temprana de lo que pensábamos en algunas decisiones de inversión.

EC – Y mirando para adelante, ¿qué están esperando para el segundo semestre del año, que ya estamos recorriendo? ¿Cómo van a quedar las proyecciones que ustedes tienen para el conjunto del año 2011?

PR – Con el clima de incertidumbre a nivel mundial que estamos viendo, en que los riesgos externos se han incrementado notoriamente, tendríamos que esperar en el tercer trimestre, a nuestro juicio, un crecimiento relativamente bajo, con alguna desaceleración de la demanda interna, tanto a nivel de consumo como a nivel de inversión.

Como ocurrió en el 2010, por ahora pensamos que la desaceleración de las economías emergentes en general y de Uruguay en particular va a ser una desaceleración en buena medida transitoria.

Ahora, aun cuando en el cuarto trimestre la economía retome una expansión más acorde con lo que pensamos puede ser un ritmo tendencial, del orden del 4-4,5% en términos anuales, eso nos dejaría con una expansión promedio anual del PBI para este año 2011 sensiblemente menor que la que estábamos manejando. Todavía estamos afinando las estimaciones, pero tendemos a pensar que este año el PBI va a estar creciendo en torno de 5,5% frente a un 7% que esperábamos hasta conocer este dato.

EC – Y lo último, con estos datos de actividad que acaban de divulgarse y con la rebaja de la tasa de interés que dispuso hace muy pocos días Brasil, ¿qué esperan ustedes que haga el BCU en la próxima reunión del Comité de Política Monetaria?

PR – Antes de conocer este dato esperábamos que el BCU mantuviera la Tasa de Política Monetaria en 8%, plegándose a lo que viene siendo una tendencia general de pausa en la suba de las tasas de interés en los países emergentes, pausa que se justifica por la mayor incertidumbre que trae la crisis.

Con este nuevo dato y también incorporando lo que fue la decisión de Brasil de bajar la tasa Selic en 50 puntos, quizás podamos ver una baja de la tasa en Uruguay. Lógicamente, una reducción de la tasa en Uruguay supone que el BCU acepte tomar más riesgo en el frente inflacionario. Pero esa decisión podría justificarse por la incertidumbre que está planteando la crisis internacional y por una perspectiva de actividad probablemente más pobre en el tercer trimestre. Y estar dispuestos a tomar más riesgo ahora en el frente inflacionario debería tener como contracara estar dispuestos a endurecer la política monetaria con más rapidez, si al final se constatara que la economía termina creciendo más rápido de lo que estamos previendo ahora.

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