Según los últimos datos de balanza de pagos, en el segundo trimestre siguió profundizándose el déficit de cuenta corriente - ¿Cómo se analizan estos datos y qué riesgos plantean?
Análisis del economista Uri Lichtenstein, de la consultora de Deloitte.
(emitido a las 8.42 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
A fin de la semana pasada el Banco Central divulgó las cifras de balanza de pagos correspondientes al segundo trimestre de este año.
En particular, los datos mostraron un aumento significativo del déficit de la cuenta corriente, que superó el 2% del PBI en los últimos doce meses a junio.
Con este dato sobre la mesa, les proponemos en los próximos minutos hacer foco en este punto en particular. ¿Cómo se analiza y a qué obedece ese deterioro de la cuenta corriente? ¿Qué implicancias puede tener para la economía uruguaya?
El diálogo será con el economista Uri Lichtenstein de la consultora Deloitte.
En primer lugar, tal vez valga la pena comenzar repasando brevemente qué es esto de la balanza de pagos y de la cuenta corriente, que probablemente no sean términos tan familiares para algunos de los oyentes menos interiorizados en esto de las estadísticas económicas.
URI LICHTENSTEIN (UL): Es cierto. Si bien no es un término tan habitual como PBI o inflación, la balanza de pagos no deja de ser un concepto importante.
Concretamente, la balanza de pagos es la cuenta donde se registran las transacciones que los residentes de un país realizan con el resto del mundo en un determinado período de tiempo. A grandes rasgos, estas transacciones entre residentes de un país y el resto del mundo puede ser de dos tipos: reales (que principalmente están referidas al comercio exterior de bienes y de servicios) o financieras (es decir, relacionadas con los flujos o movimientos de capital).
Por eso es que se habla de dos cuentas en la balanza de pagos: la cuenta corriente y la cuenta capital. En la cuenta corriente, que es la que vamos a estar analizando en más detalle hoy, se registran básicamente los movimientos de divisas asociados a exportaciones e importaciones de bienes y servicios (que conforman lo que se conoce como balanza comercial) y también los pagos de intereses y utilidades al exterior.
En tanto, la cuenta capital engloba los movimientos asociados a transferencias de capital y al traspaso de activos y pasivos financieros entre residentes y no residentes.
Un concepto final que vale la pena tener presente es que el saldo de la balanza de pagos en un período, que se obtiene como la suma del saldo de cuenta corriente y el saldo de la cuenta capital, es equivalente a la variación de las reservas internacionales del banco central en ese período.
JAE: Con esta explicación, vayamos entonces a analizar los datos del segundo trimestre del año. Recién decíamos que uno de los elementos que se destaca es la ampliación del déficit de cuenta corriente, ¿cómo vieron esto?
UL: En el segundo trimestre de este año la cuenta corriente mostró un déficit de casi 290 millones de dólares, que contrasta con lo visto en el segundo trimestre del año pasado cuando la cuenta corriente había registrado un superávit de algo más de 150 millones de dólares.
De hecho, estamos viendo en los últimos trimestres un deterioro bastante claro del saldo de cuenta corriente y como resultado el saldo de esta cuenta pasó de estar en relativo equilibrio en el año móvil a junio de 2010 a ser claramente deficitario en estos últimos trimestres. En los doce meses a junio de 2011 el déficit corriente se ubicó en 1.000 millones de dólares, equivalente al 2,3% del PBI. Se trata de un déficit relativamente elevado.
JAE: ¿Y a qué obedece este deterioro de la cuenta corriente?
UL: El deterioro a nivel de la cuenta corriente se debió mayormente a lo sucedido en la balanza comercial de bienes.
De hecho, el balance a nivel de servicios registró sólo una pequeña desmejora en el segundo trimestre en relación al mismo trimestre de 2010. Y con una temporada turística que fue excepcional este año, el primer semestre cerró incluso con un superávit comercial en servicios muy importante. Por otra parte, los pagos netos de rentas y transferencias al exterior (que es el otro concepto que forma parte de la cuenta corriente, que engloba, por ejemplo, el pago de intereses y de utilidades al resto del mundo) tampoco mostraron variaciones importantes en el último año.
JAE: O sea que, por lo que estás diciendo, el tema es que las importaciones de bienes están creciendo más que las exportaciones de bienes, ¿es así?
UL: Exactamente. El deterioro a nivel de la cuenta corriente obedece esencialmente a eso. Las importaciones de bienes alcanzaron a casi 2.700 millones de dólares en el segundo trimestre del año y fueron un 34% mayores que en el mismo trimestre del año pasado. Las exportaciones de bienes se ubicaron también en unos 2.600 millones de dólares en el mismo trimestre, pero eso representó un aumento interanual de sólo 11%. Y algo similar ya había pasado en el primer trimestre del año, con las importaciones creciendo 49% y las exportaciones subiendo 29%.
En definitiva, entonces, en el primer semestre de 2011 tuvimos 41% más de importaciones de bienes que en el mismo semestre de 2010, mientras que las exportaciones de bienes se incrementaron un 18%. De allí que el saldo comercial de bienes bajó muy significativamente en lo que va de este año y explicó, como decía, el deterioro visto en la cuenta corriente.
JAE: ¿Y por qué las importaciones tuvieron un crecimiento tanto mayor que las exportaciones en este primer semestre del año? ¿Eso está reflejando problemas de competitividad de la economía uruguaya? ¿O podemos estar viendo también impactos de la crisis internacional?
UL: Hay varios elementos en realidad. Por un lado, en las exportaciones se están observando desde hace varios meses restricciones de oferta importantes en un sector exportador clave como es el cárnico. Estamos viendo niveles muy bajos de faena (asociados a la escasez de ganado) y eso impacta en los volúmenes de carne exportados por los frigoríficos y tiene un impacto relevante en el número global de exportaciones del país. Pero además de eso hay que mencionar también que las exportaciones de otros productos (que no son alimentos) están mostrado muy poco dinamismo en los últimos meses, frenándose notoriamente en relación a los meses o años anteriores. Allí puede estar habiendo algún impacto de cierto enfriamiento de la demanda mundial, pero tendemos a pensar que ese impacto se sentiría eventualmente en mayor medida en la segunda mitad del año.
Y, por otra parte, detrás del incremento fuerte de las importaciones se encuentra la evolución del consumo y de la demanda en general. Como es natural en toda economía, pero más en una economía pequeña como la nuestra, el incremento de la demanda interna se dirige al menos en parte a bienes que son importados. Sin embargo, en estos meses estamos viendo un crecimiento realmente muy acelerado de las compras del exterior y eso, junto el escaso dinamismo de las exportaciones, podría estar indicando una luz amarilla en relación a los impactos de la baja del tipo de cambio en la competitividad externa de nuestro país.
JAE: Entonces, para terminar, ¿qué implicancias tiene que se esté profundizando el déficit comercial y de cuenta corriente?
UL: El déficit de la cuenta corriente en última instancia nos da una idea del exceso de gasto que una economía está realizando por sobre lo que produce. Cuando se profundiza el déficit eso quiere decir que la economía está gastando más de lo que produce y por lo tanto está requiriendo más financiamiento del exterior para cubrir ese exceso de gasto interno. Eso de alguna manera plantea una "vulnerabilidad" para la economía porque el nivel de gasto que se está realizando es dependiente de que sigan ingresando al país flujos de capitales para financiarlo.
En ese sentido, está claro que en un contexto como el actual, de tanta turbulencia en los mercados financieros, el riesgo de que las economías emergentes enfrenten un freno o una reversión en los flujos de capitales se intensifica. Y algunos países que son hoy muy dependientes del financiamiento externo para cubrir los niveles de gasto doméstico pueden tener que procesar ajustes recesivos más o menos importantes.
De todos modos, en relación a Uruguay puntualmente, nos parece importante advertir que el déficit corriente en nuestro país se cubre hoy con creces con inversión extranjera directa (IED), que se ha mantenido firme en torno de los 500 millones por trimestre. Eso es un elemento positivo porque la IED implica ingresos de capitales más "estables", menos riesgosos que los capitales financieros que pueden entrar y salir del país de forma más rápida y son más susceptibles a los vaivenes de corto plazo o cambios de humor en los mercados.
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