La inflación de setiembre se ubicó en 0,5% y la medición doce meses subió a 7,8% - Análisis y perspectivas tras la suba del dólar de las últimas semanas
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.45 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La inflación de setiembre se ubicó en 0,5% y dejó la medición doce meses en 7,8%. Esto es una inflación anual dos décimas superior a la de agosto.
Frente a estas cifras, surgen varias preguntas. ¿A qué obedece ese aumento de la inflación en setiembre? ¿La suba del tipo de cambio tuvo un impacto relevante en los precios del consumo el mes pasado? ¿Cuáles son las perspectivas con un dólar que por ahora es más alto que hace unas semanas atrás?
De esto conversaremos en seguida con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Para empezar, ¿cómo vieron el dato de inflación de setiembre?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
El dato de setiembre estuvo en línea con lo esperado. Nuestra proyección era justamente de 0,5%, mientras que la mediana de la encuesta de expectativas del Banco Central estaba algo por debajo de ese nivel, en 0,4%.
Si bien la inflación anual volvió a subir, esa suba se explica porque en setiembre de 2010 habíamos tenido una inflación particularmente baja (de 0,3%). Pero a nuestro juicio no deberíamos concluir que esto pauta un cambio de tendencia o un resurgimiento de mayores presiones inflacionarias.
JAE: Y yendo al análisis de los datos, ¿cómo fue la evolución de los precios a nivel de componentes de la canasta de consumo?
FR: Cuando miramos al interior de la canasta del IPC, en setiembre vemos que casi la mitad del 0,5% de inflación del mes se explicó por los precios de los bienes y servicios no transables, que subieron 0,6%. Vale recordar que los no transables son todos aquellos que no se comercian internacionalmente y que, por lo tanto, se fijan en función de la demanda y oferta a nivel local. En ese sentido, en la medición doce meses la inflación no transable siguió ubicándose en torno de 10%, reflejando que las presiones inflacionarias internas son todavía persistentes, con una demanda interna que se ha mantenido firme.
Por otro lado, los precios de los bienes transables (aquellos que sí se comercializan internacionalmente) también subieron 0,6% y explicaron 0,2 puntos del 0,5% de inflación del mes.
En particular, en setiembre (al igual que en agosto) vimos aumentos de precios significativos en algunos rubros en los que la suba del tipo de cambio se refleja de forma bastante directa por tener sus precios nominados en dólares frecuentemente. Por ejemplo, a nivel de los electrodomésticos o los autos se vieron incrementos de entre 2% y 3% el mes pasado y de la misma manera los pasajes de avión aumentaron 5% en el mes y los servicios de alojamiento (hoteles) se encarecieron casi 2%. Todos estos eran rubros en los que hasta julio teníamos bajas debido al descenso sostenido que venía registrando el valor del dólar.
JAE: ¿Y cómo se comportaron los alimentos, que hasta hace unos meses eran un factor de presión inflacionaria importante?
FR: En setiembre no fueron los alimentos los que contribuyeron más a la suba de precios. La inflación anual en alimentos llegó a superar el 13% a mediados de año, con la carne, por ejemplo, subiendo más de 20% en los doce meses a junio. Eso tenía que ver con precios de commodities que venían subiendo a un ritmo muy significativo en los mercados internacionales desde mediados de 2010.
Sin embargo, después de tocar un pico de 13,4% anual en junio, en los últimos meses estamos viendo un descenso apreciable de la inflación en alimentos, que en setiembre se ubicó en 10%.
Esa baja de la inflación en alimentos era a nuestro juicio previsible (y la estábamos contemplado en nuestras proyecciones) porque, como dijimos otras veces, no aguardábamos que se repitieran en el segundo semestre de 2011 subas tan importantes de los commodities como las que se vieron en el segundo semestre de 2010. Pero en las últimas semanas se está observando incluso que los precios de los commodities han comenzado a sentir el impacto de la mayor incertidumbre a nivel internacional y hemos visto bajas significativas a nivel de los granos, de la carne, de los lácteos. Por tanto, las presiones inflacionarias desde el frente externo y en particular desde el frente de los alimentos están cediendo sensiblemente.
JAE: Y mirando para adelante, ¿cómo están viendo la evolución de la inflación? Decías hace un rato que no deberíamos interpretar el aumento de la inflación anual en setiembre como el resurgimiento de mayores presiones inflacionarias. ¿No están viendo un riesgo de más inflación en estos próximos meses, entonces? ¿La suba del dólar no puede terminar complicando al gobierno por el lado de la inflación?
FR: La suba reciente del dólar probablemente tenga todavía algún impacto en los registros de los próximos meses porque en algunos rubros importados los ajustes no son tan inmediatos. Por eso, seguramente tengamos todavía en octubre (y quizás en los últimos meses del año también) algún efecto rezagado de la corrección que tuvo el tipo de cambio en agosto-setiembre.
Sin embargo, ese efecto del tipo de cambio sobre la inflación tiende a ser un efecto que opera "por única vez", no altera de forma permanente la dinámica inflacionaria. En tanto no veamos subas mucho más importantes del dólar en los próximos meses el impacto sobre la inflación de este ajuste cambiario será moderado y transitorio. Por lo tanto y más allá del impacto del incremento del dólar en los registros de inflación de estos próximos meses, pensamos que el riesgo inflacionario está cediendo en el contexto actual.
JAE: ¿Por qué?
FR: Por un lado, tenemos lo que comentábamos recién acerca de la baja reciente de los precios de los commodities y, por otro lado, porque tendemos a pensar que toda esta turbulencia en los mercados financieros, la mayor incertidumbre en relación al contexto externo y la misma suba del dólar estarían afectando el clima de expectativas a nivel interno y podrían reflejarse en cierta desaceleración de la actividad económica y de la demanda interna en este segundo semestre de 2011. En ese marco, entonces, también las presiones domésticas de inflación tenderían a ceder, al menos moderadamente.
JAE: ¿Cómo quedan entonces las proyecciones? ¿Piensan que la inflación podría terminar ingresando al rango objetivo del Banco Central en 2012?
FR: Para este año y teniendo presente lo que decíamos del impacto del tipo de cambio en la inflación de los últimos meses de 2011 nuestras últimas estimaciones apuntan a una inflación anual en el entorno del 8%, algo superior a la que estábamos proyectando hasta el mes pasado, de 7,5%. Este ajuste recoge el efecto de la suba del dólar que tuvimos en agosto y setiembre.
Para el año que viene, sin embargo, esperamos cierto descenso de las presiones inflacionarias, que se reflejaría sobre todo en una menor inflación en los rubros transables que componen la canasta del IPC pero en alguna medida también en cierta moderación de la demanda interna y de la inflación de los rubros no transables.
De todos modos, no vemos un espacio para que la inflación baje tanto como para entrar en el rango objetivo, salvo que como consecuencia de la crisis internacional nos sorprendamos con un enfriamiento muy abrupto de la economía, que no es nuestro escenario base. Como hemos comentado otras veces, la fortaleza de la demanda interna y los aumentos salariales muy significativos que se laudaron en la última ronda de negociaciones colectivas torna muy difícil que la inflación entre en el rango meta. Por ahora, estamos previendo una inflación que baje hacia 7% el año próximo.
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