El Banco Central de Brasil recortó la tasa de política monetaria por segunda vez consecutiva. ¿Cómo se analiza y qué impactos puede tener esta decisión?
Análisis del economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.44 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
Después de haber sorprendido al mercado con un recorte de la tasa Selic en agosto, el Comité de Política Monetaria (el Copom) del Banco Central de Brasil resolvió una nueva baja de la tasa de referencia en la reunión que tuvo lugar el miércoles pasado. En concreto, el Comité determinó otra vez un descenso de la tasa de referencia de 50 puntos básicos, llevándola así a 11,50% anual.
Esta decisión se produjo luego de que se conocieran nuevos datos desalentadores en relación a la evolución de la actividad económica.
¿Cómo se analiza esta decisión del Copom en Brasil? ¿Qué impactos puede tener? En seguida conversaremos de este tema con el economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
A diferencia de lo visto en agosto, las reacciones inmediatas de los analistas no parecieron mostrar sorpresa y más bien parece primar conformidad con la decisión del Copom. ¿Cómo se explica ese cambio en la reacción del mercado?
UL: En primer lugar, hay que señalar que la decisión de agosto, cuando el Banco Central bajó por primera vez en el año la tasa Selic, marcó una ruptura con lo que venía siendo la tónica de la política monetaria hasta ese momento. Recordemos que en la primera mitad del año el Banco Central de Brasil había llevado adelante un endurecimiento importante de la política monetaria, con cinco subas consecutivas de la tasa Selic. Concretamente, en el transcurso del primer semestre ajustó al alza la tasa en 175 puntos básicos, llevándola desde 10,75% anual en diciembre de 2010 hasta 12,50% anual en julio.
Como comentamos en esa oportunidad, al analizar la baja de la Selic de agosto, la decisión del Copom tomó por sorpresa a los analistas locales, sobre todo porque al momento de adoptar la decisión aún no se conocían datos contundentes que marcaran un freno de la actividad económica. De hecho, la preocupación en general estaba más centrada en la inflación que venía subiendo de forma significativa. Si bien ya se estaba viendo un deterioro notorio del contexto externo (con la agudización de la crisis en Europa), que "obligaba" a pensar en una mayor cautela en las decisiones de política macroeconómica, la mayoría de los analistas locales consideraba en agosto que lo más prudente era que la tasa de referencia fuera mantenida estable, en 12,50% anual. En ese contexto, la decisión del Banco Central de bajarla a 12% fue bastante criticada e incluso se llegó a cuestionar la autonomía del organismo.
Ahora, una de las diferencias más importantes frente a esa situación es que, en esta ocasión los analistas ya esperaban un nuevo recorte de 50 puntos básicos de la Selic. Incluso, en las semanas previas a la reunión, algunos grupos de empresarios y de trabajadores reclamaban al gobierno la implementación de una política monetaria más expansiva. En ese sentido, probablemente este cambio en las expectativas de mercado obedezca no sólo a que el contexto externo sigue planteando mucha incertidumbre sino, sobre todo, al deterioro que vienen mostrando los últimos indicadores de actividad económica.
JAE: Quizás valga la pena comentar esos datos. ¿Qué están mostrando los últimos indicadores de crecimiento económico en Brasil?
UL: En primer lugar, las cifras oficiales de PBI mostraron una desaceleración de la economía brasileña en el segundo trimestre, cuando creció solamente 0,8% frente a enero-marzo.
A esas cifras hay que agregar que el Indicador Mensual de Actividad (que construye el propio Banco Central) mostró un crecimiento moderado de la economía en julio y un descenso de la actividad en agosto. En el promedio de julio-agosto entonces la economía se habría mantenido prácticamente estancada en relación al segundo trimestre. Este freno en la actividad responde sobre todo a un mal desempeño de la producción industrial y también a una desaceleración de la demanda interna. En consecuencia, se aguarda que las cifras de PBI del tercer trimestre (que se van a conocer en diciembre) probablemente muestren un pobre desempeño de la economía brasileña.
De hecho, las perspectivas de crecimiento económico para el promedio del año se están ajustando a la baja; hoy por hoy se aguarda una expansión de menos de 4%. Y de mantenerse estas tendencias se abre espacio incluso para nuevos ajustes bajistas de la tasa de política monetaria en los próximos meses.
JAE: Yendo a ese punto precisamente, ¿qué esperan los analistas qué ocurra con la tasa Selic en los próximos meses? ¿Se puede hablar del inicio de un ciclo de ajuste a la baja de esa tasa?
UL: De acuerdo al último relevamiento de expectativas del Banco Central, se aguardan algunas bajas más de la tasa de política monetaria en los próximos meses. Concretamente, las expectativas de mercado apuntan a que se determine una reducción adicional de la tasa de referencia de 50 puntos básicos en la próxima reunión, que será el 29 y 30 de noviembre. Es decir que, según ese relevamiento, la tasa Selic se ubicaría en 11% anual a fines de este año. Y, con miras a 2012, los analistas esperan que se determine algún recorte más y, por el momento, la sitúan en 10,50% anual al cierre del año que viene.
JAE: Ahora, por los números que estás comentando, se prevé que el ajuste de la tasa Selic sea muy gradual. Dentro de un año la tasa permanecería en niveles de dos dígitos. ¿No se puede pensar en una flexibilización monetaria más rápida?
UL: Es cierto que en otras oportunidades, durante la crisis de 2009, por ejemplo, se vieron recortes más pronunciados de la tasa de referencia en escenarios de freno del crecimiento económico. De hecho, la Selic había alcanzado a 8,75% anual a inicios de 2010 y ese 8,75% representó un mínimo en la comparación histórica.
Sin embargo, en ese momento el menor dinamismo de la economía venía acompañado por una inflación notoriamente más baja, de entre 4% y 5% anual. Ahora la situación a nivel de la inflación es muy diferente. En los últimos meses la inflación en Brasil ha venido subiendo y está por encima del rango de tolerancia, que tiene un tope de 6,5% anual. De hecho, en setiembre la inflación en la medición doce meses se ubicó en 7,3%, es el registro más alto desde mediados de 2005. Probablemente esa persistencia de las presiones inflacionarias explique entonces porqué no se aguarda una respuesta más contundente o más rápida de la política monetaria. porque un descenso más rápido de la tasa de interés de referencia podría acelerar aún más la inflación.
JAE: Para terminar, ¿qué impactos puede tener esta baja de la tasa Selic en materia cambiaria?
UL: A nuestro juicio es cierto que las últimas decisiones del Banco Central de recortar la tasa están mostrando una mayor preocupación de las autoridades por los objetivos de preservar el crecimiento económico y por preservar adecuados niveles de competitividad que por el objetivo de cumplir con la meta inflacionaria y a priori eso puede hacernos pensar en un dólar algo más alto en Brasil. Además, también es cierto que en los días siguientes al recorte de la tasa de agosto y en los días siguientes a la reunión de la semana pasada, el tipo de cambio mostró algunas subas moderadas.
De todas formas, hay que tener presente que frente a las subas abruptas que mostró el dólar en algunas jornadas de setiembre el Banco Central de Brasil salió a vender dólares, cosa que no hacía desde 2009. Eso, a nuestro juicio, pauta que las autoridades no parecen estar procurando promover subas del tipo de cambio excesivas.
En definitiva, en los próximos meses probablemente vamos a seguir viendo volatilidad en la cotización del dólar en todo el mundo, en un marco de mucha incertidumbre asociada a la resolución de la crisis en Europa. Pero en una perspectiva de mediano plazo seguimos pensando que los fundamentos apuntan a un dólar débil en relación a las monedas emergentes. Por lo tanto, no aguardamos una corrección cambiaria significativa en Brasil.
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