Los mercados vivieron una jornada de "euforia" luego de la cumbre de líderes de la Eurozona: ¿cómo quedan las perspectivas para esa región tras los acuerdos alcanzados?
Análisis del economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.40 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
El jueves en la madrugada hubo "humo blanco" en Europa. Luego de varias semanas de intensas negociaciones, los gobiernos europeos anunciaron el famoso "paquete" de medidas que tanto esperaban los mercados para poner punto final a la crisis fiscal que amenaza a esas economías.
¿En qué consisten las medidas anunciadas? ¿Serán suficientes para detener definitivamente la crisis en la Eurozona?
Con esas preguntas sobre la mesa, en los próximos minutos les proponemos poner una mirada a fondo en las últimas novedades que llegan desde el continente europeo, en diálogo con el economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
Comencemos repasando cuáles fueron los principales anuncios realizados por los líderes europeos en la madrugada del jueves.
UL: A grandes rasgos, los gobiernos europeos anunciaron un paquete de medidas que abarca los tres grandes focos de preocupación que presentaba esta crisis.
¿Cuáles eran esos tres focos de preocupación? En primer lugar, el Gobierno griego lucía insolvente y se debían adoptar medidas contundentes para garantizar la sustentabilidad de las cuentas públicas de esa economía a mediano plazo. El segundo foco de tensión giraba en torno a la solvencia de algunos bancos europeos, en particular de aquellos que son acreedores del gobierno griego y que sufrirían pérdidas importantes en un escenario de impago parcial de la deuda de ese país. El tercer foco de incertidumbre tenía que ver con el efecto "contagio" que la crisis de Grecia estaba causando en otros países europeos como Portugal, Irlanda o incluso en economías de mucho mayor tamaño como España o Italia.
Y un primer mérito de las medidas anunciadas es que los líderes europeos abordaron simultáneamente esos tres problemas, adoptando decisiones que una semana atrás parecían prácticamente inviables, fundamentalmente por las fuertes discrepancias que existían entre los diferentes actores involucrados previo a la cumbre.
JAE: ¿Te referís, por ejemplo, al acuerdo que finalmente se alcanzó para que los bancos acepten tener pérdidas equivalentes a 50% de los montos adeudados por el gobierno de Grecia?
UL: Sin dudas. Ese era uno de los principales puntos de discrepancia previo a la cumbre y justamente representó el último acuerdo alcanzado sobre las 4 de la mañana del jueves. En principio, los bancos pretendían que las pérdidas (en términos de valor presente neto) no superaran el 40%, pero finalmente accedieron a dar lugar a un canje de deuda que implicará pérdidas para los inversores del orden del 50%.
También resultó significativo el acuerdo para "apalancar" el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, de forma de incrementar sustantivamente su capacidad de asistencia. Recordemos que ese fondo, que actualmente cuenta con menos de 300.000 millones de euros disponibles, representa la principal herramienta para evitar el efecto "contagio" hacia los demás países europeos. El tema es que esos 300.000 millones de euros disponibles lucen claramente insuficientes para financiar a grandes economías como Italia o España, en caso de que esos países enfrenten dificultades para obtener financiamiento barato en los mercados. Finalmente se decidió elevar la capacidad de préstamo del fondo hasta 1 billón de euros. A tales efectos, se procurará engrosar el Fondo de Estabilidad con dinero de inversores privados y con dinero de gobiernos que no pertenecen a la Eurozona (en particular del gobierno de China que previo a la cumbre había adelantado su disposición a colaborar con Europa). Esa eventual ampliación del Fondo de Estabilidad podría representar una herramienta bastante potente para detener el efecto contagio hacia los países más grandes de la región.
La tercera medida, como decíamos, fue exigir un mayor nivel de capital a los bancos europeos para detener los temores en torno a la solvencia de algunas de esas instituciones.
Con todos esos acuerdos alcanzados el miércoles, la reacción de los mercados ayer fue de cierta "euforia", ya que en buena medida se superaron lo que eran las expectativas previas.
JAE: ¿Y cómo debe interpretarse esa "euforia" en los mercados? ¿Es posible afirmar que "lo peor" de la crisis ya pasó y que a partir de ahora vamos a tener más tranquilidad en los mercados financieros?
UL: A nuestro juicio, resulta prematuro afirmar que ya dejamos definitivamente atrás las turbulencias. Es cierto que el "paquete" de medidas estuvo a la altura de lo que se esperaba y es cierto también que la reacción de los mercados fue muy favorable.
De hecho, las bolsas de Europa registraron subas muy importantes ayer (de entre 5% y 6%) y el riesgo país de Italia, España, Irlanda y Portugal se redujo unos 30 puntos básicos. Incluso, el euro se valorizó más de 2% frente al dólar y superó la barrera de 1,42 dólares por primera vez en siete semanas. Todos esos elementos denotan un "voto de confianza" de los inversores en los anuncios realizados por los líderes europeos.
Ahora, como comentábamos recién, a pesar de este mayor optimismo, sería apresurado concluir que lo peor ya quedó atrás.
JAE: ¿Por qué decís eso?
UL: Porque en otras oportunidades, luego de cumbres de los gobiernos europeos como la de esta semana, supimos observar reacciones similares de las variables financieras que finalmente resultaron transitorias. A modo de ejemplo, cuando en mayo de 2010 los gobiernos europeos aprobaron un primer paquete de asistencia financiera para Grecia y crearon el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para evitar el efecto "contagio" hacia otros países, las bolsas europeas registraron subas extraordinarias, de hasta 15% en un solo día. Y todos sabemos que ese paquete de medidas de mayo 2010 no representó el fin de los problemas para Europa.
Ciertamente, en este caso las medidas adoptadas lucen más contundentes y más abarcativas que las dispuestas en aquella oportunidad, pero hay analistas que ya están señalando debilidades del paquete aprobado en la madrugada del jueves.
JAE: ¿Cuáles son esas debilidades?
UL: En primer lugar existen dudas respecto de si la quita de 50% dispuesta para la deuda del Gobierno griego va a ser suficiente para estabilizar la deuda pública de ese país en niveles sostenibles. De hecho, asumiendo una adhesión alta al canje de deuda y asumiendo también que el Gobierno de Grecia introduce nuevos recortes fiscales en los próximos años (algo que no va a resultar sencillo a la luz de la enorme tensión social que prevalece en ese país), la deuda pública permanecería en torno de 120% del PIB hasta el año 2020. Ese es un nivel de deuda muy alto. Por eso, numerosos analistas ya advierten que probablemente la crisis fiscal de Grecia tiene nuevos capítulos por delante y que, incluso, no deben descartarse quitas mayores para los inversores en los próximos años.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que la recapitalización de los bancos europeos y la ampliación del Fondo de Estabilidad (los otros dos pilares de este paquete de medidas) requiere recaudar un billón de euros, que en principio no van a provenir ni del Banco Central Europeo ni de los gobiernos europeos. En otras palabras, buena parte del éxito del plan depende de la obtención de fondos que al día de hoy no está claro quién o quienes los van a aportar.
JAE: En definitiva, entonces, debemos tomar con cierta cautela esta ola de optimismo en los mercados.
UL: A nuestro juicio sí. No hay dudas que la cumbre del miércoles implicó avances muy importantes. Y no hay dudas que las grandes líneas de acción anunciadas han estado en línea con lo que los analistas y los mercados venías exigiendo. Allí hay razones para ser más optimistas.
De todas formas, la clave finalmente va a estar en los mecanismos que se elijan y la rapidez con la que se implementen las medidas anunciadas. Dificultades para instrumentar el canje de deuda pública de Grecia o dificultades para ampliar el Fondo de Estabilidad en base a financiamiento de otros países podrían redundar en nuevos temores y en un retorno de las turbulencias en los mercados financieros. Ese es un escenario que todavía no debemos descartar por completo, fundamentalmente a la luz de todos los detalles que resta por definir en torno a las medidas anunciadas ayer.
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