Italia en la mira de los mercados: ¿se avecina un "rescate" de esa economía?
Análisis del economista Pablo Roselli, socio de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.45 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
Italia está en "la mira" de los mercados. Esta semana estuvo marcada por un deterioro de la confianza muy importante en la economía italiana, que determinó un aumento fuerte del riesgo país y la renuncia del primer ministro Silvio Berlusconi.
¿Se avecina un "rescate" de Italia? ¿Hay fondos suficientes para ello? ¿Cuáles pueden ser los impactos sobre la economía mundial?
En seguida, intentaremos dar respuesta a estas y a otras interrogantes en diálogo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
¿Cómo están viendo las últimas novedades que llegan desde Italia?
PR: Indudablemente, el panorama en Europa se está tornando complicado y las probabilidades de un desenlace turbulento o desordenado están aumentando.
Ahora es Italia la economía que está en la mira de los inversores y eso representa un riesgo muy importante para la economía mundial. De hecho, Italia es la décima economía más grande del mundo y su volumen deuda pública es la tercera a nivel mundial: solamente detrás de la deuda pública de Estados Unidos y de Japón. Concretamente, Italia debe 1,9 billones de euros (1,9 millones de millones).
En ese marco, "rescatar" a Italia requiere de muchísimos más fondos de los que han sido necesarios hasta ahora para asistir a Grecia, Portugal e Irlanda. Y desde esa perspectiva también, una eventual reestructura de deuda de Italia sería mucho más traumática que la de las demás economías consideradas, porque el volumen de deuda involucrado sería notoriamente mayor. Por eso, un desenlace negativo de la crisis fiscal en Italia podría acarrear consecuencias muy significativas para los acreedores de ese país y en última instancia para la economía mundial en su conjunto.
JAE: ¿Y cuán probable es que se produzca un desenlace "traumático" de la crisis en Italia?
PR: Hasta hace algunos meses Italia lucía claramente más sólida que otras economías de la periferia de Europa, como Grecia, Portugal o Irlanda. Si bien el nivel de deuda pública es muy elevado (en torno de 120% del PBI), el balance fiscal de Italia es notoriamente mejor que el de otras economías europeas. De hecho, este año el Gobierno de Italia probablemente va a cerrar con un equilibrio a nivel primario, es decir, con igual nivel de ingresos y egresos antes del pago de intereses. Desde esa perspectiva, hace algunos meses el panorama en Italia no parecía tan acuciante y los ajustes fiscales necesarios para equilibrar las cuentas públicas (después del pago de intereses) no eran tan abultados como los ajustes necesarios en otros países europeos.
Ahora bien: la situación cambió bastante en los últimos meses. Las dificultades políticas para acordar reformas estructurales tendientes a impulsar el crecimiento económico y las dificultades para aprobar medidas de ajuste fiscal a mediano plazo despertaron el nerviosismo de los inversores en torno a Italia. Nerviosismo que se vio exacerbado por la incapacidad que hasta ahora han demostrado los gobiernos de la Zona del Euro para implementar medidas tendientes a detener la crisis fiscal y financiera en la unión monetaria.
JAE: Y ese nerviosismo es el que provocó un aumento muy fuerte del riesgo país de Italia en estos días, ¿no es así?
PR: Exactamente. El riesgo país de Italia alcanzó los 560 puntos básicos a mediados de esta semana.
¿Qué significa eso? Que los inversores están exigiendo tasas de interés muy altas para financiar al gobierno de Italia, del orden del 7% anual. De hecho, cuando los inversores exigieron tasas similares a Grecia, Irlanda y Portugal, los gobiernos de esos países tardaron menos de dos meses en solicitar asistencia financiera. En el caso de Italia, algunos analistas señalan que el margen para "soportar" tasas de interés de esta magnitud parece ser algo mayor porque las necesidades de financiamiento de muy corto plazo no son muy importantes.
En cualquier caso, si el "riesgo país" de Italia se estabiliza en estos niveles o aumenta, tarde o temprano el Gobierno deberá solicitar un "rescate" de forma de obtener fondos más baratos que los que puede obtener en el mercado. Y el tema es que por el momento no hay dinero disponible en Europa para asistir financieramente a Italia.
JAE: ¿Te referís a que el tamaño del llamado Fondo Europeo de Estabilidad Financiera no es suficiente para rescatar a Italia?
PR: Sin dudas. Al día de hoy el Fondo de Estabilidad tiene disponibles unos 300.000 millones de euros. Eso alcanzaría para cubrir algo más de un año de vencimientos de deuda de Italia. Y cualquier paquete de rescate debería cubrir los vencimientos de deuda de dos o tres años. Además, el Fondo debería tener dinero disponible para asistir nuevamente a Portugal e Irlanda (que probablemente requerirán un segundo paquete de asistencia), así como dinero para eventualmente recapitalizar a los bancos europeos que así lo requieran. Desde esa perspectiva, entonces, el Fondo de Estabilidad luce claramente insuficiente para financiar un "rescate" de Italia.
Por otra parte, si bien el 26 de octubre los líderes europeos acordaron ampliar sustantivamente el Fondo de Estabilidad, en principio el dinero no provendrá ni de los gobiernos europeos ni del Banco Central Europeo. De hecho, los líderes de la Eurozona procuran convencer a los gobiernos de economías emergentes (en particular de China) de contribuir con la ampliación del Fondo de Estabilidad. De esa forma, en el mejor de los casos y si finalmente los gobiernos de las economías emergentes acceden a participar en la ampliación del Fondo, esa operación podría tardar algunos meses más.
JAE: ¿Y cómo se sale de esta situación entonces? ¿Quién puede llegar a aportar los fondos para un eventual rescate de Italia?
PR: La pregunta no es sencilla. Existe un número creciente de analistas que está exigiendo un mayor involucramiento del Banco Central Europeo. Finalmente, la autoridad monetaria podría emitir una cantidad de dinero suficiente para ampliar el Fondo de Estabilidad y tranquilizar a los mercados. El tema es que una expansión muy significativa de la cantidad de dinero puede tener efectos inflacionarios más o menos importantes y, en ese marco, por el momento el Banco Central Europeo se ha resistido a tener una mayor participación en la resolución de la crisis fiscal y financiera.
Una expansión monetaria muy fuerte por parte del BCE, con un debilitamiento del euro (que permita a las economías de la Eurozona recuperar competitividad frente a Estados Unidos, China y otras economías emergentes) y con financiamiento generoso y abundante de las economías "centrales" hacia las economías "periféricas" durante varios años, puede ser una combinación de políticas relativamente razonables para superar gradualmente la crisis. Pero por el momento, no parece haber suficientes señales en esa dirección y un escenario de desenlace desordenado ha cobrado más relevancia.
JAE: ¿Y qué cabría esperar en un escenario más negativo? ¿Qué podría implicar un desenlace "desordenado" de la crisis?
PR: A esta altura de los acontecimientos, un desenlace desordenado podría suponer una ruptura de la Zona del Euro, con Grecia y probablemente otras economías abandonando la unión monetaria. Y en ese caso deberíamos esperar reestructuras de las deudas públicas con pérdidas muy importantes para los inversores privados, no solo en el caso de Grecia, sino también en el caso de otras economías.
En particular, una reestructura de la deuda pública de Italia podría acarrear consecuencias muy severas para el sistema financiero europeo y probablemente redundaría en un enfriamiento muy generalizado de la economía mundial. Eso es algo que por ahora no forma parte de nuestro escenario base porque los fundamentos de Italia son algo mejores que los de otras economías europeas y porque todavía los líderes europeos y los líderes de otras economías tienen algunas herramientas disponibles para evitar un escenario más negativo en Italia.
En cualquier caso, la situación continúa agravándose y los tiempos para encontrar una solución tendiente a detener los temores de los inversores en torno a la economía italiana comienzan a agotarse.
***