Análisis Económico

España emitió deuda pública al 7%: una tasa de interés "insostenible" para la mayoría de los analistas

Análisis del economista Uri Lichtenstein de la consultora Deloitte.


(emitido a las 7.40 Hs.)

JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
La crisis en Europa tuvo un nuevo capítulo en la jornada de ayer. El Gobierno de España emitió deuda a diez años de plazo y los inversores exigieron un rendimiento de casi 7% anual. Se trata de la tasa de interés más alta que debió pagar España desde su inclusión en la Zona del Euro y algunos analistas advierten que la dinámica de la deuda española podría tornarse insostenible si estas tasas de financiamiento perduran en los próximos meses.

Con estos elementos sobre la mesa, analizamos las últimas novedades de la crisis fiscal en Europa, en diálogo con el economista Uri Lichtenstein de la consultora Deloitte.


¿Por qué generó tanto temor esta emisión de deuda de España al 7%?


UL: Como tú comentabas anteriormente, el Gobierno de España emitió deuda a diez años de plazo por un monto algo superior a 3.500 millones de euros a una tasa de casi 7%. ¿Por qué generó tanto temor? En primer lugar, porque el rendimiento exigido por los inversores en esta ocasión fue 150 puntos mayor al obtenido el mes pasado cuando se colocaron títulos al mismo plazo. A su vez, el monto de deuda colocado en el mercado no llegó a los 4.000 millones de euros que se había fijado como objetivo el Gobierno español, porque las tasas requeridas por otros inversores fueron incluso más altas.

Finalmente, el temor en los mercados se produjo porque cuando los inversores exigieron rendimientos del orden de 7% a los gobiernos de Grecia, Irlanda y Portugal, finalmente esos países terminaron solicitando asistencia financiera a los demás miembros de la Eurozona y al FMI a las pocas semanas.

Y en ese sentido, algunos analistas señalan que la tasa de 7% exigida a España en esta emisión podría convertirse en un "punto de no retorno". O sea, hay quienes señalan que finalmente España no podrá gestionar su deuda pública sin contar con la asistencia financiera de los demás gobiernos del bloque.


JAE: ¿Y cuán probable es para ustedes que España deba solicitar un rescate en las próximas semanas?


UL: Una emisión como la de ayer no puede por sí sola desestabilizar la trayectoria de la deuda española, porque 3.500 millones de euros es un monto muy reducido en relación al stock de deuda total de España. De hecho, ese monto representa apenas 0,6% de la deuda pública total de España. En ese marco, nosotros tendemos a pensar que la emisión de ayer no implica necesariamente que ya estemos en un "punto de no retorno".

De todos modos, si los gobiernos de Europa no logran revertir este clima de desconfianza y si durante muchos meses los inversores continúan demandando tasas de interés de 7% o mayores, eso sí puede complicar la dinámica de la deuda en el mediano plazo y podría hacer inevitable un "rescate".


JAE: En cualquier caso, y aunque esta emisión no desestabilice la dinámica de la deuda, el Gobierno de España terminó convalidando una tasa de interés muy alta de acuerdo a la mayoría de los analistas.


UL: Sin dudas. La emisión de deuda de ayer fue una demostración de que el Gobierno español se halla en una situación complicada, que necesita dinero para enfrentar sus obligaciones y que está dispuesto a financiarse a un costo elevado para obtener esos fondos.

En ese sentido, cabe señalar que en lo que queda de 2011 y en 2012 las autoridades deben hacer frente a vencimientos de deuda por unos 120.000 millones de euros. Y adicionalmente, el año que viene el Gobierno deberá obtener recursos para financiar cuentas públicas que continúan arrojando un déficit significativo, del orden del 6% del PBI, que equivalen a unos 60.000 millones de euros adicionales. Y ese desequilibrio de las cuentas públicas incluso podría profundizarse si se verifica un desempeño muy pobre de la actividad económica. Justamente en ese sentido, cabe señalar que los últimos datos publicados el martes pasado marcaron que la economía española se estancó en el tercer trimestre del año y algunos analistas avizoran una caída del PBI en el cuarto trimestre.

Ahora, más allá de todos esos elementos, es probable también que con esta emisión de deuda a una tasa alta el Gobierno español haya querido enviar un mensaje, una señal política, hacia el resto de Europa.  


JAE: ¿A qué te referís con eso?


UL: En cierta medida, la emisión de deuda de España puede ser interpretada como una señal para las economías centrales del bloque (Alemania fundamentalmente) y para el Banco Central Europeo de que la actual "receta" para combatir la crisis europea no está dando sus frutos y que es necesario un cambio de rumbo.

Desde el comienzo de la crisis las economías centrales y el Banco Central Europeo han insistido en que las economías periféricas deben ajustar el nivel de gasto para ir reduciendo los déficits públicos y deben impulsar reformas estructurales para reactivar la actividad económica. Sin embargo, hasta el momento las medidas de austeridad implementadas por las economías periféricas han profundizado el escenario recesivo y no han contribuido a recuperar la confianza de los inversores.


JAE: ¿Y qué otras posibilidades existen hoy para calmar a los mercados?


UL: A nuestro juicio, parece bastante claro que el Banco Central Europeo debería tomar un rol más protagónico en la salida de la crisis fiscal y financiera de la Eurozona. Como comentamos la semana pasada en este espacio, el Fondo de Estabilidad Europeo cuenta solamente con unos 300.000 millones de euros disponibles y a pesar de que se anunció una ampliación con dinero de economías emergentes fundamentalmente, por el momento esos fondos no aparecen. En ese marco, un número creciente de analistas señala que el Banco Central debería emitir una cantidad importante de euros y ampliar así las disponibilidades del Fondo de Estabilidad, de forma de llevar tranquilidad a los mercados. Una medida de ese tipo podría, por sí sola, alentar una baja en la tasa de interés que exigen los inversores, lo que podría evitar que economías como España o Italia se vean en la necesidad de solicitar un "rescate" financiero en los próximos meses.

Por eso decíamos que si bien las noticias que llegaban desde España ayer no eran positivas, quizás podrían inducir a Alemania y al Banco Central Europeo a flexibilizar sus posturas en torno a la participación del BCE en la resolución de la crisis. Es claro que la crisis en Europa sigue avanzando y esta semana, incluso, el "riesgo país" de otras economías de la unión monetaria, como Bélgica y Francia, registró aumentos significativos. Ese es otro elemento que debería alentar a los líderes europeos y a las autoridades del Banco Central a adoptar medidas mucho más contundentes que las anunciadas hasta el momento.


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