La economía internacional en 2011: balance y desafíos
Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.45 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
El 2011 fue sin lugar a dudas un año "movido" en materia económica y financiera a nivel internacional. Tuvimos una volatilidad extraordinaria en las bolsas, cambios fuertes en las paridades cambiarias, advertencias de un posible default en Estados Unidos y, sobre todo, un clima de mucha incertidumbre por los matices que fue adoptando la crisis europea.
¿Qué balance podemos hacer mirando el año en perspectiva? ¿Podemos decir que "lo peor" ya pasó? ¿Qué desafíos quedan planteados para el año que viene? ¿Cuáles son los aspectos que deberíamos mirar con más atención desde nuestro país? En los próximos minutos, el diálogo será con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
Parece inevitable comenzar poniendo la mirada en la situación europea. ¿Cuáles fueron, a juicio de ustedes, los hitos más relevantes de este año?
PR: La crisis fiscal y financiera que hemos tenido este año en Europa no es un fenómeno estrictamente del año 2011, sino que más bien responde a una agudización de problemas que varios países venían arrastrando hace años. Hablar de "hitos" entonces es difícil. Probablemente no hay un solo "hito" que marque el comienzo de la crisis, así como probablemente no va a haber un "hito" que marque el final.
JAE: Pero mirando el año en perspectiva parece verse con bastante claridad que tuvimos un primer semestre relativamente "bueno" en materia de expectativas y que el vuelco se dio más o menos en julio. ¿Qué cambió?
PR: Es cierto. Si miramos las bolsas y tomamos como ejemplo el Dow Jones en Estados Unidos y el DAX en Alemania, tenemos que el primer semestre había cerrado con ganancias, de 7% en el primer caso y de 5% en el segundo. Luego en julio comenzó el desplome y al cierre de setiembre el Dow Jones estaba 5% abajo del cierre de 2010 y el DAX acumulaba pérdidas por 10%.
Ese cambio en los mercados coincidió con el momento en el que empezaron a hacerse bien evidentes los problemas de caja de Grecia y comenzaron a aflorar, a su vez, preocupaciones importantes por la situación fiscal de otros países como Irlanda o Portugal. Pero en ninguno de los tres casos el deterioro fiscal era nuevo; de hecho, Grecia había recibido un paquete de asistencia en abril de 2010. Diría más bien que tuvimos un giro de los mercados hacia expectativas más pesimistas que terminó agravando o retroalimentando los problemas de financiamiento de estos países.
Recordemos que la sostenibilidad de la deuda de un país no sólo depende del nivel de deuda sino también de la tasa que exigen los inversores para ir renovando la deuda a medida que va venciendo. Y lo que vimos en Europa fue que el cambio de expectativas hizo que para varios países el costo de financiamiento se hiciera aún más oneroso. Eso retroalimentó los temores de que finalmente las deudas se volvieran impagables.
JAE: Y esos temores, que comenzaron en la "periferia", terminaron alcanzando, además, a otras economías más grandes, como Italia o España.
PR: Exacto. Y eso nos trae nuevamente al tema de los "hitos". Hay quienes argumentan que el "contagio" en materia de expectativas se dio, en buena medida, porque no hubo "hitos" o acciones que mostraran en forma más decidida cuál era el plan para evitar la caída de las economías de la zona del euro. En ocasión del salvataje de Grecia no hubo un plan claro acerca de cómo atacar problemas similares en otras economías. Y el fondo que se creó para respaldar a los países en dificultades fue, al menos en un inicio, muy pequeño en relación a las necesidades potenciales en caso de que la crisis se extendiera a otros países. Tampoco ayudó a las expectativas que el Banco Central Europeo se mostrara tan "ortodoxo" y poco dispuesto a intervenir en los mercados o a ampliar la gama de instrumentos que acepta como colateral como garantía para los créditos a los bancos.
JAE: Ahora, ¿qué balance hacen ustedes de los anuncios que se han hecho en las últimas dos cumbres de líderes de la Zona Euro? Te lo pregunto porque algunas iniciativas parecen haber tenido buena acogida en los mercados. ¿Se puede decir que ahora sí se va encaminando una "salida" de la crisis?
PR: Muchas de las medidas anunciadas van en la dirección correcta, pero a esta altura hay problemas en varios niveles. Por un lado, se debía atender una urgencia de evitar la agudización de la crisis en el corto plazo. Para eso, la perspectiva de ampliación del fondo de estabilidad con fondos extrazona fue muy importante, también los cambios políticos en varios países en apoyo doméstico a las política de ajuste. También fueron importantes las señales de un clima de más colaboración de los países centrales con los periféricos.
De todas formas, eso no parece suficiente. Una resolución ordenada de la crisis Europea requiere de la acción coordinada de los gobiernos para redinamizar las economías con una perspectiva de mediano plazo. Sin una perspectiva clara de recuperación económica, la deuda será probablemente insostenible y no habrá ayuda financiera que sea suficiente. Eso requiere de políticas fiscales más expansivas en las economías "centrales", de financiamiento más amplio a los países periféricos y probablemente también de una mayor expansión monetaria por parte del Banco Central, algo para lo cual todavía parece haber bastante reticencia oficial. También parece claro que se requiere una restructuración "realista" de la deuda de Grecia y posiblemente de Irlanda y Portugal, que despeje la especulación acerca de quitas futuras.
En definitiva, nos parece que todavía no hay un acuerdo suficiente como para pensar en una salida creíble.
JAE: ¿Cuáles son las claves que deberíamos mirar con más atención desde Uruguay?
PR: Desde el punto de vista de nuestro país la resolución de la crisis europea interesa por la relevancia que tiene como destino para algunos productos pero fundamentalmente por las implicaciones que puede tener una salida "desordenada" para los mercados financieros internacionales.
En este sentido hay dos cosas que no debemos perder de vista.
La primera es qué sucede con la prima de riesgo de los mercados emergentes, porque una salida "desordenada" de la crisis puede traer aparejada una mayor aversión al riesgo en los inversores y un encarecimiento del financiamiento para nosotros también.
El otro elemento clave para nuestro país es cómo repercute la volatilidad de los mercados en los precios de los commodities. Si se agrava la crisis europea, también podemos ver más presiones bajistas sobre los precios de exportación.
JAE: ¿Cuál es el balance de este año para los productos que más importan para nuestro país?
PR: Los precios de exportación de la carne se han mantenido bastante tonificados. Los últimos datos marcan que el precio promedio está 10% arriba del cierre de 2010. En otros productos agropecuarios, los cambios son más importantes. En la soja y el trigo, por ejemplo, en el tercer trimestre se registraron bajas muy fuertes y los precios están actualmente entre 15% y 20% debajo de los valores de cierre de 2010.
Ahora, en relación a los commodities un elemento tanto o quizás más importante que lo que suceda en Europa es cuán marcado y cuán duradero termina siendo el freno de las economías emergentes. Este es otro aspecto del "balance 2011" de la economía mundial que nos parece que es clave para Uruguay.
JAE: ¿Cómo están viendo ese tema?
PR: A nuestro juicio, las economías emergentes comenzaron a recoger hace algunos meses los impactos de este contexto internacional más negativo.
Por un lado, China creció a tasas del orden de 8% en el segundo y tercer trimestre. Si bien esas tasas aún son muy importantes en la comparación internacional, son menores a las que se veían a fines de 2010 y comienzos de este año. A su vez, algunos indicadores de producción industrial sugieren también un menor dinamismo en el cuarto trimestre. En India ya desde fines del año pasado se está dando una moderación en las tasas de crecimiento. Si miramos en la región, se ven las mismas señales en países como Chile o Perú, pero el caso más claro sin dudas es Brasil, en donde la economía se estancó en el tercer trimestre en relación al trimestre anterior.
En definitiva, tendremos que esperar los próximos meses para ver si las señales de desaceleración se agudizan aún más, pero ya es claro que el freno de las economías emergentes es un factor de riesgo importante para la economía uruguaya de cara al 2012.
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