En noviembre la producción de la industria manufacturera mostró una caída de casi 9% - Análisis y perspectivas
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 7.40 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La actividad de la industria manufacturera en noviembre fue 8,7% más baja que en el mismo mes del año 2010. Así lo marcan los datos divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
También se habla de toda la actividad industrial, pero si no tomamos en cuenta la actividad de la refinería de Ancap, que no estuvo funcionando, llegamos a otra conclusión: en noviembre la producción industrial creció 4,5%% respecto a igual mes de 2010 y completó 13 meses seguidos de expansión.
EC: Si consideramos el período enero-noviembre, el índice de volumen físico de la industria manufacturera, sin considerar la refinería, crece 5,6% respecto al mismo período de 2010.
JAE: ¿Qué aporta la lectura de los nuevos datos en relación a las perspectivas para este 2012? Vamos a conversarlo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
¿Cómo evaluaron ustedes esta caída en la producción industrial que se conoció ayer?
TAMARA SCHANDY:
El dato está más o menos dentro de lo que esperábamos. Era previsible una caída fuerte porque en las cifras está influyendo el cierre de la refinería de Ancap. La refinería cerró en los últimos días de agosto debido a tareas de mantenimiento, que se realizan aproximadamente cada cuatro años. Como el peso de la refinería en el índice es muy alto (algo más de 15%), el cierre causa que el índice de producción total muestre esta caída tan fuerte.
De hecho, si excluimos los datos de la refinería y tomamos en cuenta solamente la producción de las restantes industrias, la producción industrial muestra un aumento de 4,5%. Por lo tanto, esta caída es un hecho puntual y el dato no es tan malo como puede parecer a primera vista.
Otra corrección que solemos hacer es aislar la producción de UPM. Esto lo hacemos porque también en este caso se trata de una sola industria que pesa mucho en el índice y que muchas veces distorsiona la lectura de lo que está pasando en términos más generales. Este indicador más depurado, sin la refinería de Ancap y sin Botnia, nos está marcando una suba de la producción industrial de 4%, lo que en definitiva confirma que a nivel general los datos no fueron malos.
JAE: El informe del INE reporta una suba de menos de 2% para el acumulado enero-noviembre, pero supongo que esta cifra también está afectada por los efectos que mencionabas recién. ¿Qué balance hacen del año con las cifras ajustadas?
TS: Si excluimos la refinería de petróleo, entonces la industria muestra una suba de 5,6%.
Pero además, cuando miramos el acumulado del año la exclusión de UPM se hace aún más relevante, porque la planta tampoco produjo a capacidad plena en octubre y noviembre debido a tareas de mantenimiento.
Así, si tomamos la evolución de la producción industrial sin refinería de petróleo ni la producción de pulpa, el crecimiento de enero-noviembre se sitúa en 6,8%. Este es un crecimiento muy importante. A modo de comparación, en 2010 la industria sin refinería ni pulpa creció 4%.
JAE: ¿Y qué sucede al interior de la industria? ¿Cómo es el comportamiento a nivel de las distintas ramas?
TS: El análisis por rama permite ver que el aumento de la producción industrial es bastante generalizado. Y eso es un elemento positivo adicional.
Nosotros en Deloitte elaboramos un indicador de difusión del crecimiento industrial, que mide el porcentaje de ramas entre las más de 60 ramas que releva el INE que está creciendo respecto al mes inmediato previo. Este indicador no es tan bueno como hace un tiempo atrás, pero se ha mantenido por encima del 50% prácticamente en todos los meses del año. Eso quiere decir que más de la mitad de las ramas industriales está hoy en una senda creciente, aumentando su producción.
De todas formas, igual hay que advertir que hay varias ramas importantes que enfrentaron dificultades el año pasado y que mostraron, entonces, caídas de su producción.
JAE: Justamente, el martes pasado analizamos contigo las cifras de comercio exterior de Uruguay y mencionábamos que los volúmenes de exportación de varios productos habían caído en 2011. Los frigoríficos eran el ejemplo más sobresaliente. Obviamente eso fue de la mano de una menor actividad industrial, ¿verdad?
TS: Sí, durante el año pasado y seguramente se repita este año se observó una fuerte escasez de ganado terminado, que impactó negativamente en los frigoríficos. En este marco, los datos del INE marcan que la industria frigorífica registró una caída de 3% en su producción. Además, la menor faena también afectó a las curtiembres, que en un contexto de menor disponibilidad de cueros registraron un aumento de apenas 1% de su actividad.
La escasez de materia prima también parece haber afectado la actividad de los molinos harineros, que cayó 4%. Recordemos que la producción de trigo cayó fuertemente en la cosecha 2010/2011.
Las industrias que mencionábamos recién fueron afectadas por factores de oferta, que son más o menos transitorios. Pero además, hay algunas otras ramas que vienen mostrando caídas desde hace mucho tiempo y que probablemente respondan a problemas de competitividad. Este sería el caso de la producción de textiles, que cayó 6,7% en enero-noviembre, y de las prendas de vestir, que cayeron 2,6%.
JAE: ¿Cuáles fueron entonces las ramas que crecieron más y que impulsaron ese crecimiento general de la industria de más de 6% que mencionabas antes?
TS: Las ramas que mostraron un mejor desempeño podrían clasificarse en dos grupos. Por un lado, hay algunas ramas agroindustriales que tuvieron disponibilidad récord de materia prima y que por lo tanto expandieron fuertemente su producción. Este es el caso de los productos lácteos y de los molinos arroceros. En ambos casos, la actividad industrial en enero-noviembre resultó 20% superior a la del mismo período de 2010.
Pero, además, se observó un muy buen desempeño en ramas no alimenticias, que en general destinan su producción al mercado local o la exportan a la región. Por ejemplo, la industria autopartista y de armado de vehículos aumentó su producción en más de 50%, luego de la instalación de nuevas plantas de ensamblado. La producción de sustancias y productos químicos aumentó 15%. En este grupo se incluye la fabricación de medicamentos, sustancias químicas básicas y pinturas. La actividad de la industria de plásticos también creció más que el promedio, 8%.
Estas industrias se vieron favorecidas, por un lado, por el buen desempeño económico de Uruguay y de los países de la región, que hace que aumente su demanda. Además, si bien el peso uruguayo se encuentra fuertemente apreciado frente al dólar, la competitividad con los países de la región sigue siendo bastante razonable.
Con una perspectiva más corta igual cabe advertir que en los últimos meses varias de estas ramas han enfrentado problemas para colocar su producción debido a distintas trabas a la importación en los países vecinos, lo que vuelve necesario ser cautelosos con respecto a las posibilidades de crecimiento para este año.
JAE: ¿Qué proyecciones manejan ustedes para 2012?
TS: A nuestro juicio, en 2012 la industria manufacturera en su conjunto va a mostrar un crecimiento moderado. Específicamente, en nuestras proyecciones estamos contemplando un incremento de la actividad industrial algo menor al 3%, que en buena parte se debe a que la refinería de petróleo retomaría su producción en las próximas semanas.
JAE: ¿Qué prevén para las demás ramas? ¿Se mantendrán las grandes tendencias que marcabas para 2011?
TS: Para este año prevemos que la faena continúe en niveles bajos en términos históricos, en torno de 2 millones de cabezas. Por lo cual la industria frigorífica y las curtiembres seguirían mostrando poco crecimiento o incluso algunas caídas.
Adicionalmente, es probable que las ramas que presentaron crecimientos más fuertes el año pasado vean moderarse sus tasas de expansión. Por un lado, la disponibilidad de materia prima difícilmente pueda aumentar al mismo ritmo, mientras que en el caso del arroz, por ejemplo, probablemente se registre alguna caída con respecto al récord de la zafra 2010/2011. En otros casos en que se han observado aumentos muy fuertes a partir de niveles de producción que ya eran elevados también se podrían constatar ciertas restricciones de capacidad instalada.
Por último, tampoco puede desconocerse la fuerte presión de costos que enfrentan las industrias. En particular, los aumentos reales de los salarios en un contexto de escasez de personas en el mercado laboral se traduce en subas de los costos en dólares. En algunos casos los fuertes aumentos de los precios de venta han compensado esas subas, pero algunas ramas han visto sus márgenes fuertemente presionados a la baja y ello desestimula la expansión de la producción.
En síntesis, para este año estamos esperando que en promedio la industria crezca, pero estamos previendo una expansión moderada y bastante inferior al que prevemos para la economía en su conjunto, que estaría en la órbita del 5%.
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