El sector citrícola uruguayo enfrentó una caída fuerte de su producción y de los resultados económicos en 2011. Análisis y perspectivas
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 08.35 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La citricultura uruguaya está enfrentando una situación muy difícil, que ha derivado en el cese de actividades de algunas empresas tradicionales del sector.
El martes pasado conversamos de la realidad del sector citrícola uruguayo con el subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el ingeniero agrónomo Enzo Benech.
Hoy les proponemos volver a poner la mirada en este sector para analizar más en detalle las principales cifras disponibles y los desafíos más importantes que enfrenta esta actividad. El diálogo va a ser con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
Comencemos comentando algunas de las principales cifras de este sector. ¿A cuánto asciende la producción citrícola uruguaya?
TAMARA SCHANDY:
Según las últimas estimaciones del MGAP, en 2011 la producción citrícola uruguaya ascendió a unas 270.000 toneladas. Este volumen total incluye unas 135.000 toneladas de naranja, que es la principal especie plantada; unas 93.000 toneladas de mandarina; 38.000 toneladas de limón; y algo menos de 4.000 toneladas de pomelos. A grosso modo, las naranjas y las mandarinas representan aproximadamente un 50% y un 35% respectivamente del total producido. De esa producción, aproximadamente un 50% se exporta y un 50% se vende localmente, ya sea para su industrialización (para jugos u otros productos) o para su consumo como fruta fresca.
Uruguay es uno de los principales exportadores de cítricos a nivel mundial. Desde hace varios años venía ocupando el tercer puesto, detrás de Sudáfrica y Argentina, pero el año pasado bajó al quinto lugar por el avance de Chile y Australia.
EC - ¿Cómo están viendo ustedes la situación actual de este sector?
TS - Efectivamente el sector está atravesando una situación crítica. En materia productiva es un sector que desde hace varios años está virtualmente estancado. Ha mostrado altibajos de un año a otro pero en la última década la producción ha estado oscilando entre 235.000 y 350.000 toneladas sin lograr consolidar una tendencia creciente. En 2011 el sector sufrió una retracción importante. Si bien no hay datos oficiales aún, las estimaciones del MGAP indican que la producción habría caído casi 15%. En ese marco, las exportaciones en dólares (incluyendo jugos y otros subproductos) disminuyeron en la misma magnitud y se ubicaron apenas por encima de los 81 millones de dólares. Si tenemos en cuenta que los precios mejoraron en el promedio del año (algo más de 10%), en volúmenes la caída de las exportaciones habría sido aún más fuerte.
De esa manera, con ingresos en caída y costos que suben significativamente (medidos en dólares), la rentabilidad del rubro se deterioró muy significativamente y, como tú comentabas al inicio, en ese contexto vimos el cese de actividades de algunas empresas tradicionales como Sandupay.
EC - En su visión, ¿a qué obedece esta crisis en el sector citrícola?
TS - A nuestro juicio, hay diversos elementos que están afectando la competitividad del rubro. Varios de ellos los mencionaba el mismo Benech en la entrevista que le hicieron el martes en el programa. Algunos de estos elementos podemos considerarlos como relativamente coyunturales, pero hay otros que tienen un carácter más estructural y que de hecho se arrastran desde hace varios años.
EC ¿Cuáles son los elementos que ustedes identifican como "coyunturales" en la crisis citrícola?
TS - En primer lugar, en la caída fuerte de la producción que se vio en 2011 incidieron algunos problemas climáticos. La falta de agua durante el período de floración afectó de manera importante las plantaciones que no tienen riego suficiente (que son aproximadamente el 50% de la superficie total) y también hubo granizadas que provocaron pérdidas importantes en algunas zonas.
En segundo lugar, la crisis económica que atraviesa Europa afecta de forma muy fuerte a este sector, dado que aproximadamente 70% de sus exportaciones van al mercado europeo.
Y, finalmente, hay un tercer factor que podemos clasificar también como relativamente "coyuntural", aunque se viene dando ya desde hace algunos años, que es el incremento fuerte de los costos medidos en dólares. Tal como el ingeniero Benech comentaba el martes en la entrevista, el sector está sufriendo duramente el impacto del incremento de los costos y de la baja del dólar. En particular, este es un sector muy intensivo en mano de obra y en ese sentido los aumentos salariales tienen una incidencia muy importante en la rentabilidad. Además, si bien los precios han subido, lo hicieron en una magnitud menor que en otros productos agropecuarios y eso implica un desafío particular para el sector. Debe competir por algunos recursos con otras actividades cuyos productos se han valorizado de forma claramente más importante.
EC - Y más allá de estos temas que identificabas como relativamente "coyunturales", tú recién decías que hay otros factores más "estructurales" detrás de los problemas de competitividad del sector. ¿Cuáles son estos factores?
TS - Bien. En primer lugar, el sector tiene algunas dificultades productivas o de baja competitividad agrícola, por decirlo de alguna manera. ¿A qué me refiero con esto? Por un lado, a que la citricultura uruguaya presenta rendimientos por hectárea relativamente bajos en relación a algunos competidores clave y, por otro lado, hay problemas relacionados a las variedades producidas, que no se ajustan totalmente a lo que hoy por hoy los mercados demandan. Benech hizo referencia también a este punto el martes. El MGAP está trabajando con las empresas en relación a esto, pero son cambios que llevan tiempo.
Y, por otro lado, el sector enfrenta también dificultades de acceso en algunos mercados clave.
EC - En relación a esto, el Gobierno está trabajando en lograr el acceso de los cítricos uruguayos al mercado estadounidense. Este sería un punto bien relevante.
TS - Efectivamente. Estados Unidos sería un mercado muy relevante para el sector, no solo por los volúmenes que capta, sino porque paga además buenos precios. En este sentido, los principales competidores de Uruguay en la producción citrícola, como Chile, Perú, Sudáfrica o Australia tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos y por tanto ingresan con arancel cero a este mercado. Esa es una ventaja clave para la actividad citrícola de estos países. Las autoridades uruguayas han estado trabajando en la apertura de este mercado pero los trámites no han finalizado todavía.
Y, de la misma manera, Uruguay también corre con desventaja frente a algunos de sus competidores en el acceso al mercado europeo. Chile, Perú y Sudáfrica, por ejemplo, también ingresan con arancel cero a Europa, mientras que Uruguay debe enfrentar aranceles de entre 11% y 16%, dependiendo del producto. Incluso, existe un riesgo de que Uruguay vea deteriorado aún más su acceso a Europa si termina perdiendo algunas ventajas que hoy tiene por ser beneficiario del sistema general de preferencias europeo.
La crisis actual del sector no se deriva de un solo factor, sino que son varias las razones que están detrás y por tanto son varios los frentes en que se debe trabajar tanto a nivel de las autoridades de Gobierno como a nivel de las empresas.
EC - Para terminar, y a la luz de esta situación, ¿que perspectivas están viendo para el sector?
TS - De acuerdo a los especialistas del MGAP, las perspectivas para 2012 son relativamente buenas y se espera una recuperación de la producción.
Sin embargo, en una mirada de mediano y largo plazo, el futuro del sector va a depender de los avances que se logren, sobre todo, en los factores más estructurales que repasábamos recién. A nuestro juicio, es fundamental que el sector logre mejoras productivas a nivel de rendimientos y de los cambios varietales que exige el mercado y que, al mismo tiempo, el país logre mejorar el acceso a mercados. Para los cítricos, conseguir una apertura efectiva del mercado estadounidense sería hoy muy importante (sobre todo ante los problemas en Europa) y también avanzar en acuerdos comerciales que permitan el acceso a otros mercados, como el mismo mercado europeo, en mejores condiciones (es decir, con menores aranceles). De otra manera, será muy difícil que este sector pueda competir con otros productores del hemisferio sur que tienen una inserción externa notoriamente más ventajosa.
***