Análisis Económico

Avanza la preocupación del mercado por España: ¿cuáles son las claves en el plano fiscal y en el sistema financiero?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.32 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Esta semana se confirmó: España volvió a ingresar oficialmente en recesión.

Con un desempleo que supera el 20% y con los mercados exigiendo tasas cada vez más altas para financiar la deuda, el Gobierno de Mariano Rajoy no tiene por delante un panorama fácil.

¿Cuáles son las claves para entender la situación que atraviesa la economía de España? Vamos a conversarlo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, el riesgo país de España viene subiendo casi sin pausa en las últimas semanas y recientemente volvió a tocar los 420 puntos, acercándose a los máximos que se habían alcanzado en las semanas previas al canje griego. ¿Cómo están viendo ustedes esta suba? ¿Cómo interpretan este nuevo giro hacia un mayor pesimismo de los inversores respecto a España?

TAMARA SCHANDY:
Antes de ingresar en las dificultades propias de España, me parece que vale la pena marcar que ese es un movimiento que se está dando con mayor o menor intensidad en varias economías europeas. En España el riesgo país subió de 300 puntos a principios de marzo a unos 420 puntos ahora como tú adelantabas, pero en Italia tuvimos una suba de 300 a 400 en el mismo lapso, en Francia de 100 a 140... En Grecia, incluso, el riesgo país, que había caído fuertemente y había alcanzado los 1.700 que puntos después del canje, ahora subió a casi 2.000 puntos.

Marco esto porque parte de la suba, al menos, resulta de tendencias más generales, que exceden al caso puntual de España.
De todos modos, en el caso de España tenemos también elementos domésticos que no están ayudando a generar confianza en los mercados. Tuvimos, por ejemplo, una segunda caída consecutiva del PBI, que se confirmó esta semana, y por tanto el retorno "oficial" a una situación de recesión, cambios en las metas fiscales, sucesivas rebajas en la calificación de la deuda pública y también una conflictividad muy alta en respuesta a las medidas que está tomando el Gobierno en materia de austeridad fiscal y de flexibilización del mercado de trabajo. Todos estos elementos se suman a un panorama de por sí complicado, con desequilibrios fiscales importantes y con preocupaciones respecto a la salud del sistema financiero.   

EC - Es claro que hay ingredientes muy diversos en la preocupación de los mercados por la situación española. Te propongo comenzar poniendo el foco en el plano fiscal. ¿Cuán importantes son los desequilibrios en España? ¿Cómo se compara la situación, por ejemplo, a la que tenían países como Grecia, Irlanda o Portugal cuando debieron recurrir a la asistencia del resto de Europa?

TS - Bien. España se diferencia de todos esos países por tener un nivel de deuda sobre PBI relativamente bajo. En 2010 la deuda era de aproximadamente 60% del PBI, cuando Irlanda y Portugal tenían niveles cercanos al 90% y Grecia estaba en torno del 145% del PBI. El endeudamiento público de España incluso era (y sigue siendo ahora que ha subido un poco más) menor al de otros países como Alemania o Francia, que en este momento no preocupan tanto a los mercados.

El problema es que esa deuda viene creciendo rápidamente porque el déficit fiscal que se acumula año a año es alto. El año pasado, por ejemplo, el déficit fue de 8,5% del PBI, lo cual es un nivel extremadamente elevado.

EC - De todas formas, Tamara, los planes de austeridad fiscal para bajar ese déficit han sido bastante debatidos, sobre todo por los impactos recesivos que, se entiende, tendrían en una economía que de por sí está muy golpeada, con una tasa de desempleo que se acerca al 25%.

TS - Exactamente. El nuevo gobierno de Mariano Rajoy está trabajando con un objetivo de déficit de 5,3% del PBI para este año. Es un déficit objetivo que es todavía muy alto y muy superior al 4,4% del PBI que se había acordado a nivel de la Unión Europea antes del cambio de administración, pero que igual supone un ajuste fuerte respecto al nivel de 2011, que, como decía fue de 8,5% del PBI.

El plan es bastante agresivo –incluso ahora el revisado– y busca un recorte del déficit de más de 3 puntos del PBI. El impacto de eso en la actividad va a ser importante, y de e allí que muchos analistas visualizan que la economía va a caer más del 1,7% que esperan las autoridades. Por lo tanto, si la economía cae más los ingresos fiscales probablemente van a evolucionar peor y la meta fiscal, va a ser muy difícil de alcanzar.

El otro problema que tiene España a nivel fiscal es la autonomía provincial. En el pasado esto ha determinado apartamientos fuertes de los resultados globales respecto a las metas planteadas inicialmente. Es un punto de debate con las autoridades europeas, que exigen más información y más alineamiento de las provincias con el presupuesto meta.
 
EC - ¿Cómo es la situación en materia de vencimientos de la deuda pública?

TS - En lo que queda del año hay vencimientos por unos 85.000 millones de euros, que equivalen aproximadamente al 7% del PBI. Esta es una cifra grande pero no demasiado "anormal" para España. Por ejemplo, en lo que va del año España ya tuvo que hacer amortizaciones por 57.000 millones de euros y para eso realizó emisiones en los mercados que sumaron unos 70.000 millones.

EC - También hay que captar fondos para cubrir el déficit fiscal del año ¿verdad?

TS - Sí, claro. Lógicamente hay una preocupación por la capacidad de seguir captando fondos a tasas medianamente "razonables" si sigue deteriorándose el clima de expectativas. De todos modos, la mayor inquietud de los mercados radica más que nada en las contingencias que puede haber si surgen dificultades en el sistema financiero y se genera un impacto no previsto en las cuentas públicas que haga más grande el volumen de financiamiento a conseguir en los mercados.

El nerviosismo del mercado se deriva, además, de que aunque el nivel de deuda es relativamente bajo en relación al PBI, pero España tiene 2 veces el tamaño de Grecia, Irlanda y Portugal sumados y representa más del 10% de la economía de la Eurozona. Por lo tanto, difícilmente se podría cubrir un salvataje de España, llegado el caso, con los recursos que hoy tiene el Fondo de Estabilidad europeo, ni que hablar si se generara un contagio de expectativas que derivara en la necesidad de asistir también a Italia.

EC - Volviendo al tema del sistema financiero, que mencionaste allí al pasar, ¿cómo viene comportándose la morosidad en este marco recesivo que ya lleva varios años?

TS: - Según la información oficial viene subiendo y actualmente está en torno de 8% en promedio. Eso quiere decir que 8% de los créditos tienen atrasos en sus pagos. Lógicamente, hay diferencias sectoriales muy marcadas. En los créditos a la construcción y desarrolladores inmobiliarios, por ejemplo, el indicador de mora está en 20% aproximadamente.

Las pérdidas de los bancos y, sobre todo, de las cajas han sido importantes en los últimos años como resultado de esa situación y de hecho el Estado ha debido dar respaldo a varias instituciones pequeñas y medianas y procesar reestructuras o liquidaciones de otras.

Lo que sucede es que los especialistas consideran que la caída de los precios de los inmuebles no ha terminado. Y si queda todavía un ajuste por delante en los precios de las viviendas, entonces puede quedar también un impacto por delante en los balances de los bancos, más allá de las previsiones.
 
EC - Si los precios en España bajan más, ¿qué impactos puede tener el sistema financiero?

TS - Las autoridades han tomado medidas para fortalecer al sistema para enfrentar esa eventualidad. En febrero se aprobó un plan que incluye una mayor cobertura de previsiones para los créditos y también un incremento del capital. Eso se suma además al hecho de que desde el estallido de la crisis en 2009 se ha ido procesando una gradual consolidación del sistema: hay menos instituciones y las cajas han pasado a estar sujetas a los requerimientos de los bancos comerciales. A raíz de todos estos cambios el Banco Central sostiene que los balances de los bancos resisten bajas mucho más fuertes de los precios de los inmuebles. De hecho, en una presentación oficial que se hizo hace algunos días se explicaba que la posición actual permite absorber caídas de más de 50% en los precios de los inmuebles.

Ahora, aún con esas estimaciones persiste incertidumbre y también hay quienes son escépticos respecto a lo que puede suceder con el crédito en otros sectores en un panorama de recesión relativamente severo, porque para esos préstamos las previsiones no son tan altas como las que se han constituido para los créditos relacionados con el sector inmobiliario.

EC - Para terminar, Tamara, ¿cuáles consideran que son las claves para restablecer la confianza de los mercados?

TS - España tiene a su favor que el nivel de deuda de partida es más bajo que en otros países. Visto desde esa perspectiva y asumiendo que no hay "sorpresas" en el sistema financiero, el desafío más grande es reactivar la economía.

El problema es similar al de las otras economías europeas en problemas. Hay rezagos de productividad y la devaluación, que es la ruta de escape "rápida" a esta situación, no está en el menú de opciones de España. La recesión puede ayudar a bajar la brecha de salarios y el Gobierno también está procesando reformas en el mercado de trabajo para otorgar más flexibilidad, pero son procesos costosos y que llevan tiempo.

En lo inmediato, la atención va a seguir centrada en la capacidad del Gobierno de hacer frente al pago de deuda. Hay un riesgo de profecía autocumplida; hay un riesgo de que el mercado siga exigiendo intereses cada vez más altos por la deuda española y eso la haga insostenible, cuando en otra circunstancia el gobierno hubiese podido seguir honrando sus compromisos. Este problema es común a otros países europeos y es por eso que, además de los cambios domésticos, locales, para encauzar las respectivas recuperaciones económicas, en las últimas semanas han ganado cada vez más eco las propuestas para avanzar en algún tipo de esquema de financiamiento de deuda pública en conjunto de todos los países de la Eurozona, los llamados eurobonos, pero eso si te parece es tema para otro día.

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