Análisis Económico

Las expectativas empresariales en Uruguay: resultado de la 5ta Encuesta de Deloitte

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.34 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En los últimos días se conocieron los resultados de la quinta Encuesta de Expectativas Empresariales realizada por Deloitte, que relevó la opinión que tienen 245 altos ejecutivos de empresas de capitales nacionales y extranjeros sobre distintos temas de la realidad económica uruguaya.

Los resultados son particularmente interesantes en virtud de que estamos ante un deterioro significativo de las condiciones internacionales, que hacen que Uruguay esté perdiendo el "viento de cola" del que nos beneficiamos en los últimos años. Vamos a examinar las principales conclusiones de este sondeo con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Tamara, ¿qué evaluación general hacen los empresarios del clima de negocios en Uruguay?

TAMARA SCHANDY:
La opinión es mayormente positiva. El 71% de los consultados considera que el clima de negocios es "bueno" o "muy bueno". Ese es un buen resultado y de hecho es mejor que el que obtuvimos en el relevamiento anterior, que hicimos en setiembre del año pasado.

Si miramos los resultados con una perspectiva un poco más larga, de todos modos, se advierte que el porcentaje de empresarios que opinan que el clima es "regular", "malo" o "muy malo" viene subiendo. En la primera edición de la encuesta, en marzo de 2010, estas respuestas eran aproximadamente el 10%, mientras que el 90% respondía que el clima era "bueno" o "muy bueno". Ahora, como decía antes, los que responden "bueno" o "muy bueno" son cerca del 70% y las opiniones más pesimistas han subido hasta 30%.

EC- ¿Qué expectativas hay si se mira hacia delante? ¿Los empresarios esperan cambios en el clima de inversiones?

TS- Las respuestas que obtuvimos cuando preguntamos por la expectativa para los próximos doce meses denotan mucha cautela entre los empresarios, tanto en relación al clima de inversiones como a la situación económica en general.

La mayor parte de los encuestados opina que la situación económica y el clima de negocios se mantendrá igual a como está ahora, pero más del 40% de los encuestados respondieron que esperan un deterioro en los dos frentes y los que opinan que mejorará son menos del 10%.

Nuevamente, hay que advertir que esta composición de las respuestas es mejor que la que obtuvimos en el relevamiento anterior, cuando las respuestas que apuntaban a un empeoramiento estaban en el orden del 60% para las dos dimensiones. Ahora tenemos una mejora que no es para nada marginal, son casi 20 puntos menos de respuestas negativas, pero el clima de expectativas es claramente diferente al que teníamos en mediciones de comienzo de 2011 o incluso anteriores, en las que las respuestas más pesimistas eran menos de un quinto del total.

EC- ¿Cómo interpretan ustedes que las respuestas ahora hayan sido mejores que las obtenidas en la encuesta de setiembre? Te lo pregunto porque en el último tiempo la economía uruguaya ha mostrado más signos de desaceleración y el contexto internacional también presenta riesgos crecientes. ¿Cómo ven ustedes ese punto?

TS- En parte puede ser porque en setiembre del año pasado, cuando hicimos la última encuesta, también estábamos en un punto bastante crítico de la crisis europea y también teníamos un contexto financiero internacional pautado por bajas generalizadas de las bolsas, caídas en algunos precios de commodities, y teníamos también bastantes riesgos a nivel de actividad económica en el mundo. Esta edición de la encuesta, en cambio, la lanzamos en marzo y abril, que eran meses en los cuales si bien se advertían riesgos importantes, todavía no estábamos en una coyuntura como la que hemos tenido en estas últimas semanas. En particular, los mercados internacionales en ese entonces acumulaban ganancias, los precios de las materias primas habían subido en relación al cierre de 2011, la crisis europea no había ingresado aún en el nuevo revés que se observó en las últimas semanas y todavía no se visualizaba el deterioro del marco económico en Argentina y los posibles impactos sobre Uruguay con la claridad con la que se observan ahora. Todos esos son elementos que de alguna medida pueden explicar por qué la percepción que recogimos fue algo mejor que en la edición de setiembre.

De todas formas, reitero que, aunque las respuestas fueron más favorables que en la edición anterior, los resultados siguen pautando mucha cautela entre los empresarios y que las expectativas de un contexto más negativo siguen siendo importantes. Eso, en definitiva, es muy consistente con el panorama de menos crecimiento económico que estamos previendo los analistas para este año.

EC- ¿Qué opiniones encontraron cuando se pregunta a los empresarios por su propia empresa? ¿También allí se advierte esa mayor cautela?

TS- Sí. Allí hay un resultado muy interesante, que es que por primera vez desde que hacemos la encuesta la mayoría de los empresarios aguarda un mantenimiento de los niveles de producción en su empresa. Un 58% de los empresarios a los que consultamos contestó que no tiene planes de cambiar su producción este año. En marzo del año pasado, por ejemplo, sólo un 40% esperaba mantenimiento de la producción, mientras que el 57% esperaba producir más.

Este resultado es muy elocuente respecto a las perspectivas de la actividad económica en Uruguay para los próximos meses, aunque también es importante marcar que lo que pautan estas respuestas es un freno de la actividad económica, no una caída de la producción. Sólo un 6% de los encuestados prevé que la producción de la empresa cayera. Eso es más que el 2% que veíamos un año atrás, pero sigue siendo un porcentaje menor.

EC- ¿A qué atribuyen estos cambios?

TS- Nosotros no pedimos justificación de las respuestas en la encuesta, así que no podemos estar 100% seguros. Seguramente hay varios factores operando conjuntamente. Tenemos un deterioro del contexto externo que probablemente siembra cierta incertidumbre, tenemos opiniones menos favorables sobre la gestión del Gobierno... pero también recabamos una mayor preocupación sobre el balance de rentabilidad en las empresas. Sólo el 18% de los encuestados señaló que su rentabilidad aumentó en el último año y 36% consideró que empeoró. De esto se desprende que a pesar del dinamismo que mostró la actividad económica hasta ahora, las utilidades de las empresas muestran probablemente una tendencia a la baja, presionadas por los mayores costos. De hecho, cuando les preguntamos a los empresarios por los desafíos que enfrentan en este 2012, la mayor parte de los entrevistados, el 71%, señaló que el incremento de costos es uno de los temas principales.

EC- Para terminar, te consulto sobre la evaluación de la gestión del Gobierno. ¿Qué resultados obtuvieron en esta última edición de la encuesta?

TS- La evaluación de la gestión del Gobierno también tuvo una mejora respecto a las respuestas que habíamos recogido la vez anterior. La desaprobación de la gestión cayó más de 10 puntos desde la encuesta de setiembre. De todos modos, el porcentaje de desaprobación se ubicó en 37%, que es todavía alto. Por ejemplo, en marzo de 2011 o en agosto de 2010 ese porcentaje era de menos de 15%.

De nuevo, vale advertir que nosotros no pedimos justificaciones de las respuestas. Igual hay que marcar que el grado de aprobación de la gestión varía mucho según el área evaluada. Siguen siendo muy negativas las evaluaciones en torno a temas que las empresas entienden claves como la educación y la seguridad. Quizás la falta de avances en estas áreas está incidiendo en la formación de la opinión de los empresarios.  En cambio, se mantiene una evaluación muy positiva de la gestión en lo que hace a resultados macroeconómicos en el área del crecimiento económico, desempleo y políticas de promoción de la inversión.

***