Análisis Económico

El desempeño reciente y las perspectivas de la agricultura de secano en Uruguay

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(Emitido a las 8:30 hs.)


EMILIANO COTELO (EC):
La agricultura tuvo un crecimiento extraordinario en la última década, sobre todo de la mano de la soja.

Con la zafra de verano recientemente finalizada y en momentos en que está terminándose la siembra de los cultivos de invierno, parece un buen momento para volver a centrar la mirada en la agricultura... De eso vamos a estar conversando con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.


Florencia, si te parece comencemos analizando los números de esta última zafra de verano... Tuvimos un nuevo récord de área sojera, ¿verdad?


FC: - Efectivamente. El área sembrada de soja se expandió algo más de 4% en la campaña 2011/2012 y alcanzó a 900.000 hectáreas (un nuevo récord histórico). En particular, la suba del área sojera fue liderada por una recuperación de las áreas de soja de segunda (es decir, la que se siembra luego de cosechar algún cultivo de invierno, habitualmente trigo). En ese sentido, era esperable que en esta zafra pasada viéramos una mayor incidencia del área de segunda, porque el área sembrada en el invierno 2011 fue récord, pero el aumento de la siembra de soja de segunda también fue estimulado por muy buenos precios al momento de la implantación del cultivo.

El otro elemento a destacar en esta zafra de verano fue la expansión fuerte que mostraron las áreas de granos forrajeros, como el maíz y en particular el sorgo.

EC: - ¿A cuánto asciende la superficie sembrada por esos otros granos?


FC: - El área sembrada de sorgo alcanzó a 101.200 hectáreas (se triplicó respecto al año previo) y la de maíz aumentó 60%, ubicándose en 117.500 hectáreas... Por lo cual, en conjunto estos dos cultivos, agregaron unas 128.600 hectáreas a la superficie agrícola de verano.

Claramente estamos hablando de una superficie reducida cuando uno la compara con la soja, pero el crecimiento respecto a años anteriores fue realmente muy importante. Eso tiene que ver con la necesidad de rotación de los suelos pero también con una demanda creciente por estos granos, para la alimentación animal (sobre todo en la lechería, aunque también en alguna medida en la ganadería de carne).

 
EC: - Más allá de esa expansión del área, ¿cómo fueron los resultados económicos en esta última campaña de verano?


FC: - Bueno según estimaciones nuestras y de acuerdo a lo que señalan varios operadores del sector, la zafra de verano 2011/2012 culminó con buenos resultados económicos, de hecho bastante mejores incluso que lo esperado a priori.

A nivel de precios se vio una volatilidad importante del precio de la soja en los últimos meses, debido a turbulencias en los mercados financieros y temas climáticos. Por eso, el precio medio que obtuvo cada productor por su cosecha depende del momento en que fue vendiendo la producción. Hoy por hoy, la producción se va colocando en el transcurso del ciclo, a través de ventas a futuro o forwards.

En general, los precios promedio de la soja en el ciclo fueron similares a los de la campaña previa... pero la situación de cada productor puede ser bien diferente en función del uso de estos instrumentos de cobertura de riesgo...


EC: - ¿Y qué pasó con los costos? Supongo que medidos en dólares los costos deben haber acumulado subas importantes, ¿verdad?


FC: - Sí. Es cierto. En la zafra pasada se volvieron a observar subas fuertes de costos. Para mencionar algunos ejemplos, el precio del gasoil subió en torno de 20% en dólares respecto al ciclo anterior y los fertilizantes se encarecieron un 30% en promedio (también medidos en dólares).

De todos modos, como decía antes, los resultados económicos igualmente fueron buenos, porque los rendimientos -sobre todo en la soja- tuvieron una mejora importante respecto de años previos. Concretamente, según estimaciones preliminares, los rendimientos medios de la soja se ubicaron en unos 2.200 kilogramos por hectárea... y eso es un registro casi 25% mayor al del ciclo anterior... De hecho es el mayor rendimiento promedio de los últimos ocho años.


EC: - Por lo cual, en términos generales, la zafra de verano terminó con buenos resultados para los agricultores. ¿Qué podemos prever para esta zafra de invierno que está comenzando?


FC: - A esta altura del año la siembra está bastante avanzada. Si bien en algunas zonas se continúa plantando trigos de ciclo corto, para esta zafra 2012/2013 esperamos que el área sembrada muestre una caída fuerte a partir del récord del año pasado. Estimamos que la superficie sembrada con trigo se situaría en unas 450.000 hectáreas y eso marca una caída de casi 25% frente al área triguera de 2011.

A nivel del otro cultivo importante del invierno, la cebada, la superficie está mucho más pautada por el área que decidan contratar las malterías. Según los datos de las malterías, la superficie de cebada se ubicaría en torno de las 130.000  hectáreas este año, que es más o menos el área que deja (con rendimientos "normales") una cosecha suficiente para cubrir las necesidades de abastecimiento de la industria maltera trabajando a capacidad plena.


EC: - Florencia, recién decías que esperan una baja de casi 25% de la superficie sembrada con trigo. ¿A qué obedece esa reducción del área?


FC: - El descenso en el área de trigo tiene varios elementos por detrás. Por un lado, en el invierno pasado los resultados no fueron tan buenos... Si bien en las últimas semanas los valores del trigo vienen subiendo, al momento de tomar las decisiones de siembra para esta zafra (en la primera mitad del año), la cotización del trigo (de los commodities en general) no mostraba tanta firmeza. De hecho, se situó por debajo de los 230 dólares en buena parte de abril y mayo, con costos que han venido subiendo de forma importante en estos últimos años, eso alentaba pobres perspectivas de resultados para esta campaña. Además, probablemente, los muy buenos resultados de la última cosecha de soja también habrían llevado a algunos productores a optar por reducir el área de invierno y expandir, en cambio, la superficie de soja de primera este año.


EC: - En definitiva, Florencia, de acuerdo a lo que estás comentando, vamos a seguir viendo un predominio claro de la soja en la agricultura nacional.

FC: - A ver. Sin dudas la expansión sojera en el país vino para quedarse. Ahora, si bien es cierto que en los últimos ciclos (y sobre todo en este último) la soja presentó buenos resultados económicos (mejores en general que los demás cultivos), como mencionaba antes estos resultados son muy dependientes del clima y de los rendimientos efectivamente observados. En ese sentido, los rendimientos de la soja presentan una heterogeneidad importante a nivel del territorio nacional. Hay zonas marginales (con menor aptitud agrícola) en los que los resultados del cultivo han sido bastante decepcionantes.

De hecho, Emiliano, a veces se pierde de vista que más allá de la mejora de los rindes en el último ciclo, los rendimientos agrícolas en nuestro país son bajos en la comparación internacional y regional. A modo de ejemplo, el rendimiento en Argentina y Brasil está en torno de 2.800 kilos por hectárea; en Estados Unidos se observan rendimientos parecidos. Desde esa perspectiva, la competitividad de Uruguay desde el punto de vista de la productividad agrícola es relativamente débil...


EC: -  Sin embargo Uruguay ha logrado consolidar corrientes exportadoras importantes de soja y de trigo... Si no ha sido en base a los buenos rendimientos, ¿cuáles fueron los factores detrás del éxito de la agricultura de secano, entonces?


FC: - Uruguay ha podido aprovechar otras fortalezas que sí tiene frente a otros países con mejor potencial, a nivel de tierras. La más importante de estas fortalezas es que la distancia que debe recorrer la producción hasta llegar al puerto es corta. Por ejemplo, en Brasil la soja producida en Mato Grosso debe recorrer 1.200 kilómetros hasta llegar a los puertos. En cambio, en Uruguay la mayor parte de la soja se produce a menos de 250 kilómetros de Nueva Palmira.

Igualmente, esta ventaja tiende a erosionarse con el paso del tiempo con el incremento de los costos de transporte y otros costos logísticos y de servicios agrícolas en general.  Si bien a mediano plazo la inversión en la expansión de la oferta de servicios para la agricultura va a contribuir a contener la presión de costos, en el corto plazo representa un desafío importante para los productores y las empresas.

Preservar la competitividad de la agricultura de Uruguay requiere cuidar mucho los costos logísticos y de transporte.