El tipo de cambio y el riesgo país registraron una fuerte baja la semana pasada
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 7.53 Hs.)
EMILIANO COTELO:
En el transcurso de la semana pasada el dólar interbancario registró una baja de 3%, cerrando en 20,86 pesos el viernes. En la jornada de ayer tuvimos una nueva baja del tipo de cambio, que cerró en 20,79 pesos.
Esa baja del tipo de cambio fue coincidente con una caída marcada del riesgo país, que se ubicó el viernes en 103 puntos básicos, el menor nivel desde 1998.
¿Cómo se explican estos movimientos en los mercados financieros de nuestro país? ¿Cómo nos deja esta baja del dólar en materia de competitividad? Vamos a conversarlo con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
¿Cómo vieron ustedes estos movimientos en los mercados financieros la semana pasada?
FLORENCIA CARRIQUIRY:
Después de casi dos meses cotizando por encima de 21,5 pesos, el dólar interbancario cayó nuevamente por debajo de los 21 pesos al cierre de la semana pasada. Concretamente, el tipo de cambio cerró el viernes en 20,86 pesos por dólar, después de caer casi 2% ese día y de acumular una baja de 3% en la semana, y en la jornada de ayer bajó algo más, cerrando en 20,79 pesos. De esa manera, el valor del dólar en nuestro país está en los menores niveles desde fines de mayo de este año.
Al mismo tiempo, las cotizaciones de los bonos globales en dólares mostraron subas fuertes en la semana. Por ejemplo, el precio del bono con vencimiento 2022 aumentó 3,5% en la semana, mientras que los precios de los bonos 2033 y 2036 registraron subas de alrededor de 6,5%. En ese marco, el "riesgo país" de Uruguay mostró un descenso de más de 50 puntos básicos la semana pasada, y el viernes se ubicó por encima de los 100 puntos básicos, manteniéndose en niveles similares en la jornada de ayer. Son los niveles más bajos de riesgo país desde 1998.
Estamos en jornadas muy particulares para los mercados financieros de nuestro país, con un fortalecimiento de nuestra moneda y del valor de los títulos públicos.
EC- ¿A qué obedecen esos descensos del tipo de cambio y del riesgo país? Si miramos a Brasil, el dólar no tuvo variaciones significativas la semana pasada y se mantuvo por encima de los 2 reales.
FC- Las caídas fueron muy abruptas y llaman aún más la atención que se dieron en un marco de desaceleración de la economía mundial. Tendemos a pensar que estos movimientos son muy volátiles. La semana pasada hubo bastante inestabilidad en los mercados internacionales, aunque sobre el cierre de la semana se vieron mejoras en las principales variables financieras del mundo debido a buenos datos de empleo en Estados Unidos y a algunas noticias alentadoras en Europa.
No hay que perder de vista que el dólar había tenido una suba muy fuerte en los últimos meses y, aunque no sucedió así en Brasil, en las últimas dos semanas la divisa americana se debilitó en otras partes del mundo. El euro volvió cotizar en 1,24 dólares al cierre de la semana pasada (días atrás estaba en menos de 1,21), en Australia y en Nueva Zelanda el dólar bajó entre 3% y 4% en los últimos diez días.
EC- ¿La suba de la calificación de deuda por parte de Moodys, que le dio a nuestro país el investment grade, puede haber jugado un rol en estos movimientos financieros en Uruguay?
FC- Algunos argumentan que sí, puede ser que la valorización de los títulos de deuda uruguayos haya recogido esta suba de la calificación por parte de Moodys. Sin embargo, nosotros consideramos que no debería haber sido un factor tan determinante por sí solo, teniendo en cuenta que se trata de la segunda calificadora que nos da esa nota. Standard & Poors ya nos había dado el investment grade en abril y eso no había generado una reacción tan relevante en los mercados hasta ahora.
Por eso tendemos a pensar que hay algo de volatilidad en los movimientos vistos en el tipo de cambio y en el riesgo país la semana pasada, por lo tanto no deberíamos apresurarnos en modificar proyecciones y en suponer cambios muy persistentes en las tendencias.
EC- ¿Cómo queda nuestra competitividad frente a Brasil? Dado que la baja del tipo de cambio no se dio de la misma manera.
FC- Con la baja del dólar, la relación pesos por real implícita en las cotizaciones del viernes es la más baja desde mayo, de hecho, tiene escasos precedentes en los últimos tres años. En términos de nuestro tipo de cambio real con Brasil, estamos un 10% por debajo de la media histórica, eso es una relación de competitividad 20% menos favorable que la que tuvimos en los últimos años. Por lo cual, esta paridad cambiaria significa un desafío importante en materia de competitividad frente a nuestro principal socio comercial, y eso puede terminar constituyéndose en un riesgo relevante para la actividad económica en tanto afecta no sólo a las empresas que exportan a ese país, sino también a una cantidad de sectores que enfrentan competencia de importados desde Brasil.
EC- Frente a este panorama y teniendo en cuenta que la inflación de julio sorprendió con un registro de 0,3%, ¿no sería un buen momento para que el BCU bajara la tasa de política monetaria?
FC- Es importante advertir que la baja que vimos en la inflación de julio obedeció al impacto del plan de ahorro de energía eléctrica de UTE, que fue computado como una baja de la tarifa promedio de electricidad de 9% en el mes. Ese hecho tuvo una incidencia negativa de 4 décimas en la inflación mensual. Desde esa perspectiva, la caída de la inflación en julio a 7,5% en términos anuales es transitoria, en tanto ese descenso del costo de la electricidad se va a revertir una vez que finalice el impacto del plan de ahorro de UTE (que se reflejará en el IPC de octubre). A nuestro juicio, la baja de la inflación en julio no debería afectar de forma sustancial las decisiones del Banco Central, que seguirán enfrentando una tensión entre la preocupación por la competitividad (y su posible impacto en la actividad económica) y una inflación (y expectativas de inflación) que permanecen muy por encima del rango objetivo.
La pérdida de competitividad frente a mercados relevantes, y en particular frente a Brasil, tiene mucho que ver con la persistencia de presiones inflacionarias a nivel interno. Al margen de que pueda haber alguna rebaja de la tasa de interés, Uruguay no está en posición de seguir a Brasil (que ya bajó la tasa Selic en 400 puntos en el último año y se espera que la baje algo más en los próximos meses). Con subas de salarios fuertes como las que estamos viendo en Uruguay, la política monetaria no tiene demasiado espacio por sí sola para revertir la pérdida de competitividad. Por eso, en ausencia de una moderación en la política salarial y en la política fiscal, tenemos que hacernos la idea que Uruguay va a estar en una posición muy delicada en materia de competitividad estos próximos meses.
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