¿Cómo se leen las cifras de actividad económica en plena campaña electoral en Estados Unidos?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8:30 Hs.)
ALEJANDRO ACLE:
Estados Unidos están en plena carrera con vistas a las elecciones de noviembre. La marcha de la economía y la persistencia de elevados niveles de desocupación son un tema de debate.
Esta semana se conocieron cifras de actividad económica del segundo trimestre que mostraron una suba del Producto Interno Bruto de 1,7% anual, frente a una estimación previa de 1,5%. Aunque el dato definitivo fue un poco mejor que la estimación preliminar, parece confirmar que la economía de ese país no termina de recobrar dinamismo. Vale la pena dedicar nuestro análisis económico a este tema con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.
¿Cómo se analiza este dato de actividad económica?
PABLO ROSSELLI:
La cifra definitiva que se divulgó el miércoles resultó un poco mejor a la estimación preliminar, pero no causó sorpresa porque la revisión fue pequeña y relativamente esperada por los analistas.
De todos modos, este dato marca dos cosas: por un lado, es claro que Estados Unidos se mantiene en una senda de recuperación luego de la crisis de 2008, y desde esa perspectiva las respuestas de política económica implementadas tuvieron éxito en evitar que se repitiera un escenario de depresión como el de la década de 1930. Ese era un factor de riesgo importante tras la crisis de 2008, riesgo que afortunadamente no se materializó. Por otro lado, está claro que el ritmo de recuperación es francamente lento, y eso se traduce en una creación de empleos pobre y en la persistencia una desocupación elevada.
AC- ¿Cómo ha sido la tendencia de la desocupación en los últimos tiempos?
PR- Después de alcanzar un máximo de 10% en el peor momento de la crisis (mediados de 2009), la desocupación fue bajando paulatinamente, pero en lo que va de este año ha fluctuado entre un 8% y un 8,5%.
Vale la pena advertir que esa tasa de desocupación es bastante mayor al 4,5% que se registraba antes del inicio de la recesión en 2008, a pesar de que el nivel de actividad actual supera en un 2% al pico previo a la crisis.
Esto tiene dos repercusiones evidentes. La recuperación de la actividad económica no se ha derramado a todos los sectores de la sociedad y prevalece un clima de descontento entre la población, que sin dudas es un factor clave en esta campaña electoral.
AC- ¿Cómo se explica esa persistencia tan fuerte del desempleo?
PR- Tanto a nivel de la opinión de los economistas como a nivel político este es un tema de debate en Estados Unidos. Algunos sostienen que la principal explicación del desempleo elevado tiene que ver con un desajuste entre las características y habilidades que tienen los trabajadores y las que requieren las empresas. Otros sostienen que la razón de fondo es la falta de demanda agregada.
Si la producción supera los niveles previos al inicio de la recesión, el argumento de falta de demanda tiene algunas debilidades. Es posible que la recesión haya causado un reajuste de las habilidades requeridas por muchas empresas, Sin embargo, también es cierto que el análisis detallado de los datos del mercado de trabajo muestra que se ha observado una contracción del empleo en todos los sectores de la economía. La contracción del empleo es generalizada, lo cual a nuestro juicio cuestiona mucho la idea de que la principal explicación esté en ese desajuste de habilidades entre oferta y demanda de trabajo. Hay problemas de ese tipo, pero la insuficiencia de demanda parece ser un factor clave. De hecho, algunos estudios de la Reserva Federal estiman que 2/3 del problema está en la escasez de demanda.
Esta discusión no es sólo académica, porque las respuestas de política económica dependen en buena medida de cuál sea el diagnóstico.
AC- ¿Y cuáles son los debates en ese sentido?
PR- Para las visiones de índole más keynesiana que ponen el énfasis en la falta de demanda agregada, las soluciones pasan por mantener una tónica monetaria muy expansiva y en buscar una mayor expansividad de la política fiscal. Cuestionan entonces que en el último año el gasto público acumuló un descenso en términos reales del orden de 5%, que se produjo como consecuencia de las dificultades que enfrentan los gobiernos estaduales.
En cambio, quienes piensan que estamos ante problemas estructurales del mercado de trabajo apuntan a que son necesarias reformas que mejoren la productividad y suelen manifestar mayor preocupación por la situación fiscal. Esas visiones defienden la idea de que es necesario reducir el déficit fiscal cuanto antes, atacando el gasto y el tamaño del Estado.
AC- Ése es un tema de debate fuerte en la campaña electoral. ¿Cómo ven ese tema?
PR- Estados Unidos tiene un déficit fiscal muy elevado: fue de 10% del PIB en 2009, de 9% en 2010 y de 8,7% en 2011, y la deuda pública viene creciendo. Sin embargo, los inversores mantienen una fuerte confianza en la capacidad de repago de la deuda pública de Estados Unidos. Tal es así, que las tasas de interés que paga el Tesoro están en mínimos históricos. El gobierno de EEUU puede emitir deuda a 10 años a tasas de sólo 1,6% anual, y puede emitir deuda a 20 años a una tasa real de interés de 0%.
Digo esto porque está claro que EEUU no puede mantener indefinidamente el déficit fiscal actual, pero también está claro que no es necesario abordar una reducción fuerte del déficit fiscal a la brevedad. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, señaló recientemente que debía evitarse un ajuste fiscal apresurado y que el sistema político debía encontrar caminos para acordar medidas de ajuste de largo plazo sin comprometer la marcha de la recuperación económica. Esa declaración fue inusual para un presidente del banco central, que usualmente se limita a opinar sobre la política monetaria (su área de trabajo) y constituye toda una señal de los riesgos que enfrenta EEUU.
AC- ¿Por qué decís eso?
PR- Porque si no hay cambios, a partir de 2013 se suspenden un conjunto de recortes tributarios y se implementan algunas medidas de ajuste de gastos que podrían suponer una contracción fiscal del orden de 3% del PIB. Esos ajustes fueron acordados entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano en ocasión del debate que se produjo en torno a los límites de endeudamiento público. Como los Republicanos no aprobaban una expansión de los límites a la deuda pública, la administración Obama debió ceder al reclamo de la oposición de implementar medidas de ajuste fiscal para 2013.
AC- Con esos elementos ¿cómo son las perspectivas para los próximos meses?
PR- El contexto internacional está mostrando señales claras de desaceleración de la economía mundial. A su vez la demanda interna en Estados Unidos, sobre todo el consumo, perdió un poco de fuerza en el segundo trimestre del año, y las cifras del mercado de trabajo mejoran muy lentamente.
En ese contexto, debemos pensar que la economía de Estados Unidos continuará mostrando un crecimiento relativamente lento, en torno de 2% el año próximo, pero hay riesgos internos y externos. En lo que hace a los riesgos externos, aunque la economía de EEUU es muy grande, también depende de lo que suceda en el resto de la economía mundial, donde vemos riesgos de una recesión importante en Europa, que repercutiría también en menos crecimiento en las economías emergentes, en definitiva en menor demanda externa para EEUU.
Y a eso se suman los riesgos internos. La oficina de presupuesto del Congreso de EEUU estima que la economía ingresaría en recesión en 2013 si finalmente no hay marcha atrás con las medidas de ajuste que entrarán en vigor el año próximo.
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