La inflación del mes de agosto se ubicó en 0,93%, según datos del Instituto Nacional de Estadística
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 7.44 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La inflación se disparó en el mes de agosto.
El registro mensual de 0,93% fue más alto que el de los últimos meses, cuando la inflación mensual se había ubicado entre 0,3% y 0,4%, y superó la mediana de la encuesta de expectativas, que apuntaba a una inflación de 0,6%.
Con este dato de agosto, la medición en doce meses de la inflación volvió a aumentar y se ubicó en 7,88%.
¿Cómo se analiza este repunte de la inflación el mes pasado? ¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses?
De esto conversaremos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
EC- ¿Cómo vieron ustedes el dato de inflación de agosto?
FLORENCIA CARRIQUIRY:
El dato marcó una suba de precios relativamente alta en agosto (de 0,9%), mayor a nuestra proyección (0,7%) y, como tu decías, mayor a la mediana de la encuesta de expectativas (0,6%).
Además, el registro de agosto se vio "amortiguado" por una baja importante del costo de la electricidad (de 4,2% en el mes) como consecuencia del cómputo que hace el INE del Plan de Ahorro de UTE. Ese factor tuvo una incidencia negativa de algo más de una décima, por lo cual la inflación habría superado el 1% en agosto si no fuera por este elemento.
EC- ¿Qué factores estuvieron detrás del repunte de la inflación en agosto?
FC- En términos generales, podemos decir que el dato de inflación de agosto confirma la persistencia de presiones inflacionarias muy firmes.
Si bien en el mes incidió de forma relevante el ajuste de la cuota mutual (que subió 5,8%) y la suba de las frutas de un 6% en promedio, la inflación subyacente, que procura reflejar la evolución de los precios al consumo dejando de lado lo que sucede con frutas y verduras y con precios administrados, para quedarse con una mejor señal de lo que está pasando con las presiones inflacionarias, fue de 0,9% en el mes y en la medición anual la inflación subyacente alcanzó a 9%, es decir que subió 3 décimas respecto a julio.
En particular, la inflación a nivel de los bienes y servicios no transables (aquellos que no se comercian internacionalmente y cuyos precios se fijan por tanto en función del juego de oferta-demanda a nivel local) sigue estando en torno de 10% anual y eso tiene por detrás una demanda interna que sigue muy firme, en un marco de subas importantes de los salarios.
Puntualmente, en el mes de agosto, los precios no transables explicaron casi 4 décimas de las 9 de inflación del mes. Es decir, algo menos de la mitad de la inflación del mes obedeció al aumento de los precios de bienes y servicios no transables.
Además, en los últimos meses estamos viendo nuevamente un repunte de la inflación transable de los bienes que sí son comercializados internacionalmente, es decir, que se importan o exportan. Y eso es consecuencia de las subas que estamos observando en algunos alimentos clave a nivel mundial.
EC- ¿Cómo está impactando en la inflación doméstica la suba de los precios de los granos que estamos viendo en estos últimos meses?
FC- La suba de los alimentos impactó de forma relevante en la inflación del mes pasado. Concretamente, los alimentos, sin incluir frutas y verduras, explicaron algo más de 3 décimas del registro mensual, es decir, algo más de un tercio de la inflación del mes de agosto.
Eso tiene que ver efectivamente con los aumentos fuertes que estamos viendo a nivel de los precios de algunos alimentos en el mercado internacional. Concretamente, en agosto vimos una suba de casi 3% de los productos panificados (consecuencia directa del encarecimiento del trigo) y un aumento de 1,5% de la carne, donde también incide la suba del precio del ganado.
En definitiva, a la persistencia de las presiones inflacionarias internas se suma un repunte de las presiones inflacionarias externas, que habían cedido de forma muy significativa en la primera mitad del año. De hecho, en mayo y junio habíamos visto deflación a nivel de alimentos y esto se revirtió de forma clara a partir de julio.
EC- ¿Cómo quedan entonces las proyecciones en adelante?
FC- Estamos revisando nuestras proyecciones, pero contemplando una mayor inflación internacional en alimentos, la suba de la tarifa de UTE a partir de setiembre y la finalización de la Bonificación por el Plan de Ahorro de Energía, que va a entrar en el IPC en octubre, asumiendo precios de bienes y servicios no transables que se mantendrían firmes en los próximos meses (soportados en una aumento sostenido de los salarios), tendemos a pensar que la inflación va a cerrar el año muy próxima al 8%.
Aun cuando la suba de precios de los alimentos debería moderarse notoriamente en 2013, en cualquier caso pensamos que la inflación va a mantenerse en niveles relativamente elevados el año que viene, en torno de 7,5%, muy por encima del rango objetivo del Banco Central, que tiene un tope de 6%.
EC- ¿Qué podemos esperar de la próxima reunión del Comité de Política Monetaria este mes?
FC- Si bien el escenario internacional ha mostrado un deterioro notorio y la desaceleración de la economía mundial y en particular de la región, plantean riesgos relevantes para nuestro país, estos niveles de inflación están dejando muy poco margen para una baja de la Tasa de Política Monetaria por parte del Banco Central.
Como venimos insistiendo desde hace algún tiempo, pensamos que es necesario un balance distinto en las políticas económicas, con una moderación significativa de la política salarial y fiscal, que dejen más "oxígeno" a la política monetaria.
De lo contrario, la inflación va a seguir operando como una restricción importante para promover una mayor flexibilización monetaria que permita defender nuestra competitividad frente a referencias clave. En particular, hoy vemos un riesgo relevante de una mayor pérdida de competitividad frente a Brasil, que es nuestro principal mercado y eso supone una presión cada vez mayor para el sector exportador uruguayo y, en definitiva, para la actividad económica en general.
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