El dato de la inflación de setiembre de 1,21% es más alto de lo esperado
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 7.53 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La inflación de setiembre se situó en 1,21%. Un valor sensiblemente más alto que la proyección de los analistas. La encuesta de expectativas del Banco Central apuntaba a que en setiembre hubiera una inflación de 0,7%. Finalmente fue 1,21, y con ese dato la inflación de los últimos doce meses queda en 8,64%.
¿Qué causas hay detrás de este repunte inflacionario? ¿Qué perspectivas se plantean por delante? Porque estamos muy por arriba del rango meta fijado por el Banco Central. Vamos a conversar con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.
¿Cómo vieron el dato de inflación de setiembre? ¿Para ustedes fue una sorpresa?
PABLO ROSSELLI:
No fue una sorpresa. Nosotros proyectábamos una inflación alta para setiembre de 1%. Finalmente fue de dos décimas, es una diferencia moderada que está en el límite, pero dentro del margen de error que usualmente tienen las proyecciones. De todos modos, nos parece que la inflación del mes fue alta. También era esperable, pero el dato de setiembre es una señal que confirma los problemas que tenemos en el frente de la inflación.
EC ¿Por qué estaban esperando una inflación tan alta para setiembre?
PR Había varios factores. Pero lo más relevante es que estábamos viendo una suba de los precios internacionales de los alimentos en los meses anteriores, que iba a tener efectos en el mercado uruguayo. En setiembre los precios al consumo de los alimentos que están más atados a las referencias internacionales subieron 1,8%. Me refiero a las subas en las carnes, los lácteos y los productos panificados. También aguardábamos algunos impactos por el lado de los precios administrados y esos factores junto con la tendencia que vemos de un mes a otro en la inflación nos llevaban a proyectar una inflación de 1% para setiembre.
Este dato genera un poco de sorpresa, aunque no cambia el diagnóstico que tenemos sobre las presiones inflacionarias que son muy persistentes y se explican por la fuerte suba de la demanda interna, por la suba de los salarios. En los últimos dos o tres meses hubo un empuje adicional por los precios de los alimentos, pero eso no constituye un cambio sustancial.
Desde hace bastante tiempo estamos con una inflación alta que obedece a la combinación de una política monetaria que ha sido muy expansiva durante varios años, con una política fiscal también expansiva y con un marco de subas de salarios demasiado fuertes.
EC El lunes estuvimos analizando la decisión que había adoptado el Banco Central de subir la tasa de política monetaria a 9%. Con estos datos nuevos, ¿cómo se re-examina aquella resolución?
PR A nuestro juicio, el Banco Central llegó tarde con esta decisión y estamos viendo que la política monetaria está actuando en forma procíclica. El Banco Central se ve en la necesidad de subir la TPM en un contexto internacional en el que predominan los esfuerzos de flexibilización monetaria y con bajas de las tasas de interés en Brasil en el último año.
EC ¿El Banco Central está yendo a contramano?
PR Está yendo contramano ahora, también estábamos yendo a contramano cuando la economía crecía rápidamente y por lo tanto manteníamos las tasas de interés que eran demasiado bajas para el ritmo de crecimiento de la economía y para la persistencia de las presiones inflacionarias. A nuestro juicio, desde hace más de un año el diagnóstico de una inflación persistente estaba claro. Y la TPM resultaba baja en términos reales. La política monetaria no debería reaccionar a un dato mensual como el de este mes que, presumimos, el Banco Central lo tenía al momento de reunirse el Copom.
De todos modos, el dato confirma esta persistencia en la inflación. El Banco Central estaba aguardando meses atrás cierto descenso en las presiones inflacionarias externas como consecuencia de la crisis internacional, pero eso no está ocurriendo dado que los precios de los alimentos volvieron a ponerse firmes.
Según nuestra estimación, la inflación subyacente está hoy en 9,5% anual.
EC ¿Qué es la inflación subyacente?
PR Sacamos los componentes del IPC a los precios que directamente administra el Gobierno porque sobre esos precios tiene discrecionalidad y le sacamos los componentes de frutas y verduras que son muy volátiles, y empañan una mejor lectura de la tendencia de la inflación.
EC Entonces, decías que la inflación subyacente está en 9,5.
PR 9,5% anual. Si la inflación total es un punto porcentual más baja, está en 8,64% anual, es porque el Gobierno ha evitado corregir suba de tarifas. Pero eso viene de la mano de un costo fiscal, de una renuncia de ingresos.
Salvo que haya un fuerte enfriamiento de la economía internacional, con estas presiones inflacionarias es claro que afecte los precios de los alimentos y que termine desacelerando la demanda interna. Son necesarias medidas adicionales de política económica para contener las presiones de inflación. La clave está en cómo se combinan las herramientas disponibles.
EC ¿Habría sido mejor que la decisión del Banco Central tuviera otros anuncios en el frente fiscal y salarial?
PR Sí, seguimos pensando eso. El dato de setiembre afirma lo que estábamos diciendo. Salvo que tengamos un shock externo negativo pronto, estos niveles de inflación no van a bajar sustancialmente sin medidas adicionales de política económica.
EC No sólo el Banco Central tiene que actuar, sino también el Ministerio de Economía.
PR Si el combate a la inflación sólo va a descansar en la política monetaria, no tenemos dudas de que serán necesarias nuevas subas de las tasas de interés y eso puede conducir a un deterioro mayor de la competitividad, que comprometa a los sectores exportadores que no venden alimentos, que no se benefician de los altos precios internacionales. Los sectores que exportan a Argentina y a Brasil se están viendo afectados por la barreras que levantó Argentina y por el menor dinamismo económico que hay en Brasil, donde además el dólar acumuló una suba muy importante en los últimos tiempos. El sector turístico uruguayo está viendo los efectos de las medidas argentinas. La caída del dólar que hemos visto en estos días, producto de la decisión del Copom, nos vuelve menos competitivos en el turismo.
Por un lado tenemos al Gobierno que procura algunas medidas para mitigar los efectos de las trabas en Argentina, por otro lado la política monetaria castiga a esos sectores.
No queremos decir que el Banco Central no debía subir la tasa de interés. Con una inflación subyacente que estaba arriba de 9% anual no tenía mucha alternativa. La clave está en revertir la inconsistencia de las políticas actuales, con una política monetaria que se vuelve contractiva mientras que la política fiscal siga siendo expansiva y los salarios continúen subiendo.
EC ¿Cómo quedan las perspectivas de inflación para los próximos meses? El dólar está bajando, ¿eso puede ayudar?
PR Probablemente pueda ayudar un poco. Revisando las proyecciones, estamos muy encima de la decisión del Copom, por lo que tampoco tenemos muy claro cuánto es la caída del tipo de cambio que pueda terminar revirtiéndose o no en los próximos días. Esta baja del dólar, en pocos días es de 2,5%, va a incidir en quitarle presión inflacionaria al componente más comercializable o transable del IPC. Pero también es cierto que las bajas del dólar demoran en trasladarse en algunos precios, y al mismo tiempo vamos a tener el impacto de la suba de las tarifas de energía eléctrica. La suba de la energía eléctrica entró a regir el 24 de setiembre, por lo cual solo operó en una semana de setiembre y termina este plan de ahorro de UTE.
Por unos cuantos meses vamos a ver a la inflación arriba del 8% anual, en la medida usual de inflación en doce meses.
Si miramos a largo plazo, debemos preguntarnos qué nivel de inflación queremos tener. La meta de una inflación de 4 a 6% ha quedado por el camino. Durante mucho tiempo el Banco Central evitó subir las tasas de interés, a pesar de que era claro que el diagnóstico de la inflación no iba a bajar a ese rango objetivo.
Algunos se estarán preguntan qué problemas plantea tener una inflación un poco más alta. Por un lado, la inflación persistente es el reflejo de un desequilibrio en la economía. La inflación es persistente porque en la economía la demanda interna crece más rápido de lo sostenible, porque los aumentos de salarios están siendo más altos que las ganancias de productividad. Eso tiende a deteriorar la capacidad de competencia del país y a un crecimiento desbalanceado apoyado en la demanda interna.
Por otro lado, plantea que si en momentos donde la economía se desempeña de buena manera, como todavía estamos viendo, estos niveles altos de inflación permiten tener un margen de acción para que la política monetaria pueda reaccionar expansivamente ante un agravamiento de la crisis internacional. Mientras en el mundo estamos observando políticas monetarias que tratan de tener un giro más expansivo, en Uruguay la política monetaria tiene que endurecerse porque en el pasado convivimos con niveles de inflación demasiado.
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