Análisis Económico

Coyuntura económica y perspectivas en Venezuela tras las elecciones nacionales

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 9:20 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El domingo se celebraron las elecciones presidenciales en Venezuela, que consagraron nuevamente a Hugo Chávez como presidente de ese país, al conseguir un 55,11% de los votos.

Más allá de las implicancias políticas, esta nueva victoria del presidente Chávez supone la continuidad del particular "modelo" económico que instalado Chávez en sus 14 años de mandato.

Por eso y teniendo en cuenta que Venezuela es ahora un miembro más del Mercosur, vale la pena detenernos en el análisis de su economía, para analizar la coyuntura actual pero también las perspectivas que se están manejando para adelante. El diálogo es con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Comencemos con algunas cifras básicas. ¿Cuán grande es la economía de Venezuela y a qué ritmo viene creciendo en los últimos años?

FLORENCIA CARRIQUIRY:
Venezuela es la quinta economía de América Latina por PBI en dólares. Era la cuarta hace algunos años (detrás de Brasil, México y Argentina), pero el año pasado fue superada por Colombia. Tiene un PBI de algo más de 300.000 millones de dólares, casi siete veces el tamaño de Uruguay.

El crecimiento económico ha sido bastante dispar en los últimos años. En promedio, en los últimos cinco años el crecimiento del PBI fue de 2,7% por año, bastante poco si lo comparamos con lo que creció en promedio América Latina, que fue 3.8% por año. Pero en estos últimos meses el ritmo de expansión viene siendo bastante intenso. Las últimas cifras oficiales llegan hasta el primer semestre de este año y marcan un crecimiento promedio algo por encima del 5%.

EC- ¿Cuáles son los pilares de ese crecimiento?

FC- Para la economía Venezolana la producción de petróleo es un elemento central. De todos modos, los reportes sobre Venezuela destacan que este crecimiento más reciente está siendo muy impulsado por una suba fuerte del gasto público, en particular en algunos programas de vivienda, en el marco de la campaña electoral. Hay algunas estimaciones de PBI petrolero y PBI no petrolero y esos datos muestran que es el PBI no petrolero el que está creciendo más. Eso no quiere decir que ese crecimiento no esté financiado con ingresos petroleros, pero son otros los sectores que están creciendo.

De todos modos, en general hay una expectativa de que pasadas las elecciones ese gasto se va a moderar, y de allí que cuando uno mira los pronósticos que diferentes instituciones hacen para 2013 y los años siguientes, se proyecta un freno bastante fuerte de la economía desde ese 5% que comentaba recién. La CEPAL y el FMI tienen un pronóstico para 2013 en torno de 3%, pero The Economist Intelligence Unit está proyectando un crecimiento casi nulo el año próximo por la caída del gasto.

EC- ¿Cómo está la situación fiscal en ese contexto de crecimiento fuerte del gasto público?

FC- Las cifras fiscales son bastante oscuras porque hay ingresos y gastos que se canalizan por fondos parafiscales, o sea que no se consolidan en la información de las cuentas públicas y sobre los cuales no hay demasiada información. Por ejemplo, existe un fondo llamado FONDEN (Fondo de Desarrollo Nacional) que se alimenta de aportes de PDVSA y de reservas del Banco Central. Hay otro fondo que se llama Fondo Conjunto Chino-Venezolano que se nutre de recursos provenientes de entidades oficiales chinas, que luego se pagan con ventas de petróleo a China. Así que cuando miramos el balance del gobierno y vemos un déficit de 5% del PBI (que es importante), probablemente no estamos viendo algo demasiado informativo de la realidad. Es probable que si las cuentas públicas se contabilizasen y se consolidasen correctamente veríamos números aún más negativos.

EC- ¿Cómo se financia ese déficit fiscal?

FC- Con deuda pública y con deuda que emite PDVSA. En los últimos años ha habido un uso relativamente importante de reservas del Banco Central. Este es un punto importante porque si miramos la balanza de pagos de Venezuela, ni siquiera con los altos precios del petróleo que han prevalecido en los últimos años se ha logrado un ingreso neto de divisas al país, que se refleje en una acumulación sustantiva de divisas por parte del Banco Central.

EC- Es interesante detenernos en el funcionamiento del mercado de cambios. En Venezuela hay varios tipos de cambio diferentes y el acceso a divisas para importar distintos productos es bastante administrado. ¿Cómo es ese esquema?

FC- Sí, en Venezuela hay tres tipos de cambio: uno "oficial" para las operaciones de comercio exterior, otro (también "oficial") para las transacciones que involucran títulos de deuda pública, y un tercero que es el tipo de cambio en el mercado paralelo o mercado negro. La diferencia entre los tres es fuerte. El tipo de cambio que rige para las importaciones es el más bajo, son 4,3 bolívares por dólar, mientras que el de las operaciones de deuda pública es 5,4 bolívares por dólar (25% más alto que el anterior), y el "negro" está en casi 10 bolívares por dólar (más del doble del dólar que rige para las importaciones). En un esquema como ese hay una administración centralizada bastante estricta en cuanto a quién accede al dólar "barato". Hay una comisión administradora, que se llama CADIVI, que es la encargada de alocar los dólares entre los distintos usos.

EC- Una de las interrogantes que están planteadas es si luego de las elecciones no habrá una devaluación. ¿Cómo ven ustedes ese tema?

FC- Es una posibilidad que viene dando vueltas hace tiempo. Es probable que suceda algún ajuste de los tipos de cambio "oficiales" si tenemos en cuenta que la inflación de Venezuela es muy alta, del orden del 20% anual. Desde esa perspectiva, un tipo de cambio fijo supone un encarecimiento en dólares muy importante.

Respecto a la magnitud de la posible devaluación hay distintas visiones en el mercado. Algunos analistas proyectan variaciones relativamente moderados, otros más fuertes. The Economist Intelligence Unit tiene una proyección de que el tipo de cambio de las importaciones podría pasar de 4.3 a 5.8 bolívares por dólares, es decir, un aumento de 35%.

En cualquier caso, la perspectiva de una eventual devaluación es un punto particularmente importante para Uruguay.

EC- ¿Por qué?

FC- Porque Uruguay está encontrando en algunos productos alternativas de colocación relativamente "atractivas" en Venezuela. Pero los precios de esos negocios están muy asociados a que Venezuela está "caro" en dólares por tener ese tipo de cambio fijo y relativamente bajo. Con una devaluación fuerte en Venezuela, es razonable esperar que veamos un ajuste a la baja de los precios a los que los exportadores logran colocar sus productos.

EC- ¿Cuál es el volumen de exportación de Uruguay a Venezuela?

FC- En el año móvil cerrado en agosto Uruguay exportó a Venezuela 400 millones de dólares, eso es un monto 40% mayor al registrado en el mismo período un año atrás. Los principales productos son por lejos los lácteos, con ventas por unos 250 millones de dólares en ese lapso.

De hecho, el caso de los lácteos es muy paradigmático de lo que comentaba recién. Los precios de exportación a Venezuela han sido muy superiores a los que la industria uruguaya encontró en colocaciones en otros mercados. De alguna forma Venezuela está siendo un "refugio" en un momento en el que las cotizaciones internacionales de los lácteos han bajado.

EC- Y ustedes son escépticos de que eso se mantenga.

FC- Lógicamente puede haber matices sectoriales e incluso a nivel de productos, pero nos parece importante marcar que deberíamos estar preparados para que en el futuro la cifra de exportaciones a Venezuela baje o al menos modere mucho su crecimiento. Como decía antes, es probable que algunos precios caigan si hay una devaluación, pero además tenemos una economía con fuertes desbalances macro y que en estos últimos tiempos estuvo creciendo mucho por fuerza de un gasto público muy procíclico y que seguramente se desacelerará en los próximos años. Todo eso nos debería obligar a ser al menos cautelosos a la hora de celebrar los aumentos fuertes que tuvieron las colocaciones uruguayas en ese mercado en los últimos tiempos.

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