Las expectativas empresariales en Uruguay: resultado de la 6ta encuesta de Deloitte
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 9:02 Hs.)
EMILIANO COTELO:
En los últimos días se conocieron los resultados de la sexta Encuesta de Expectativas Empresariales de Deloitte, que relevó la opinión que tienen 229 altos ejecutivos de empresas de capitales nacionales y extranjeros sobre distintos temas de la realidad económica del Uruguay.
A continuación les proponemos analizar las principales conclusiones con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI:
¿Qué evaluación hacen los empresarios del clima de negocios en Uruguay? ¿Se notan cambios respecto a las ediciones anteriores de la encuesta?
TAMARA SCHANDY:
En general sigue predominando una visión positiva: los encuestados que respondieron que el clima de negocios es bueno o muy bueno sumaron 65%. Sin embargo, en las respuestas se percibe un deterioro de la evaluación de la situación económica y el clima de inversiones respecto de mediciones anteriores.
El porcentaje de empresarios que opina que el clima es "regular", "malo" o "muy malo" ha seguido subiendo. En la primera edición de la encuesta, en marzo de 2010, estas respuestas eran aproximadamente el 10%, mientras que el 90% respondía que el clima de negocios era bueno o muy bueno. Ahora, los que responden "bueno" o "muy bueno" son un 65% y las opiniones más pesimistas han subido hasta 35%.
Cuando preguntamos no sobre la situación actual sino sobre las expectativas para el próximo año, allí también es bastante evidente un mayor pesimismo.
EC- Deloitte realiza esta encuesta también en otros países latinoamericanos. ¿Cómo se comparan estos resultados con los obtenidos en otros países?
TS- En varias dimensiones Uruguay destaca por respuestas más negativas que las de otros países. Por ejemplo, en Uruguay sólo el 4% de los encuestados espera que la situación económica en el próximo año mejore respecto a la situación actual, lo cual es un porcentaje muy bajo cuando lo comparamos con otros países. En Perú, por ejemplo, el 50% de los empresarios esperaba una mejora, en Colombia ese porcentaje es de 49%, en Costa Rica 28%. Y no es porque Uruguay de por sí esté en una situación de partida mucho mejor.
Es justo decir que tradicionalmente siempre vimos un sesgo más negativo en las respuestas de Uruguay. Quizás porque el pesimismo es un rasgo muy característico nuestro, pero esta vez la diferencia es bastante más acentuada. Que sólo un 4% espere una mejor situación económica para el año que viene es un número muy pobre, también es pobre que sólo un 5% considere que la situación económica hoy es mejor que la que teníamos un año atrás.
RA- ¿Qué motivos encuentran detrás de ese mayor pesimismo?
TS- Nosotros no pedimos justificación de las respuestas, así que no podemos estar 100% seguros. Seguramente hay varios factores operando conjuntamente.
Las dos últimas ediciones de la encuesta estuvieron enmarcadas en un contexto internacional menos favorable, tanto por el avance de la crisis europea como por la desaceleración que están teniendo varias economías emergentes. Pero el mayor pesimismo en Uruguay no tiene correlato con el que se percibe en otros países latinoamericanos, por lo cual creemos que tenemos que buscar la explicación también en factores domésticos.
En este sentido, nos parece importante marcar que la gestión del Gobierno sigue recibiendo buenas evaluaciones en lo que hace a aspectos estrictamente económicos, pero hay juicios negativos en relación a la marcha de otras dimensiones, como la educación y la seguridad. También hay evaluaciones negativas respecto a temas como la estrategia de inserción internacional del país, el relacionamiento con Argentina, la postura del país respecto al ingreso de Venezuela al Mercosur. Todos estos temas han ido desgastando la visión de los empresarios sobre la gestión del Gobierno. Son temas que también se ven en los relevamientos de opinión pública en general, pero que en el caso de los empresarios parece haber una visión crítica más acentuada.
Por último, no podemos dejar de mencionar el tema de la conflictividad laboral y el aumento de los salarios. En varios puntos de la encuesta estos elementos aparecen como problemáticos para la mayoría de los encuestados y en general rankean dentro de los grandes desafíos que las empresas consideran que tienen por delante para el año que viene.
RA- Te iba a preguntar sobre la visión que tienen los empresarios sobre la marcha de sus propias empresas. ¿Allí también se observa una evaluación más pesimista?
TS- En general los empresarios tienen una mejor visión sobre su empresa que sobre la macro en general. Esto ha sido una constante a lo largo de las diferentes encuestas y también se constata en otros países. Para el caso de Uruguay, decíamos que sólo el 4% de los empresarios respondió que espera una mejor situación económica para el año que viene. Para la situación general de la empresa, sin embargo, el porcentaje de respuestas positivas está en 33%. Ese sigue siendo un número bajo en comparación con las respuestas de otros países, pero marca una percepción mejor de las perspectivas de la empresa que de las perspectivas macro.
De todas formas, también tenemos que advertir que en las respuestas referidas a las propias empresas hay un deterioro en comparación con ediciones anteriores de la encuesta. Además, la mayoría de los empresarios (el 55%) aguarda un mantenimiento de la producción de su empresa en niveles similares a los de este año. Estos resultados sugieren un panorama de desaceleración económica para los próximos meses, aunque sería un enfriamiento con crecimiento positivo. De hecho, las empresas que prevén que su producción bajará siguen siendo pocas, menos del 10%.
EC- ¿Y más allá del año que viene? ¿Hay alguna pregunta referida a las perspectivas de largo plazo?
TS- No directamente, pero esta vez consultamos a los empresarios por los factores que ellos entienden que están por detrás del crecimiento tan fuerte que registró Uruguay en los últimos años. Los que opinan que el principal factor es una situación internacional pro-crecimiento de los mercados emergentes son la gran mayoría por lejos, el 92%. Además, el 75% de los empresarios respondió que considera que esto es coyuntural y transitorio, frente a un 25% que considera que es estructural y permanente.
Si unimos esto con lo anterior, con las perspectivas para el año próximo, es bastante razonable inferir que los empresarios están viendo un panorama de desaceleración gradual y que no hay expectativas de que la economía vuelva a alcanzar tasas de crecimiento tan fuertes como las que vimos en años anteriores.
RA- ¿Qué respuestas recibieron por las expectativas de inflación en esa área?
TS- El porcentaje de encuestados que piensa que la inflación va a estar dentro del rango meta del Banco Central es muy bajo, sólo 1,3%. De hecho, los encuestados esperan, en promedio, que la inflación se situé por encima de 8% tanto en 2012 como en 2013, son mayoría los que opinan que podría alcanzar valores mayores. Por ejemplo, el 47% de las respuestas apunta a una inflación de más de 8% para 2013.
Esto es algo que no habíamos visto en forma tan acentuada en las encuestas anteriores. Deja en evidencia que la inflación notoriamente está siendo un problema y que uno de los frentes de ese problema es justamente que no hay un ancla de expectativas. Las expectativas de los empresarios, al menos, están muy lejos de las metas oficiales.
Este es un tema que seguramente va a seguir estando en el tapete en los próximos meses. De hecho esta tarde se va a conocer el dato de inflación de octubre, así que seguramente volvamos a conversar sobre las perspectivas de precios en estos días.
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