Análisis Económico

La inflación de octubre registró un aumento con respecto a las previsiones que manejaban los analistas

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 7.48 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La inflación del mes de octubre fue de 1,15%, un registro superior a las previsiones que manejaban los analistas. La Encuesta de Expectativas del Banco Central mostraba una proyección mínima de 0,5% y máxima de 1,1%.

Este salto grande se produce a pesar de la baja que viene teniendo el dólar, que fue del 5% en el mes, y a pesar de los esfuerzos del Gobierno en acordar con los supermercados algunas rebajas de precios, aunque esto se hizo en la segunda quincena de octubre.

En lo que va del año la inflación queda en 7,89% y si tomamos los últimos doce meses a setiembre, la inflación es 9,11%, muy cerca de los dos dígitos, siempre tan temidos.

Vamos a examinar estos números con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo analizan estos datos?

PABLO ROSSELLI:
Es un número alto, es un dato malo. Nuestra proyección a inicios de octubre era de 0,9%, la habíamos hecho inmediatamente después de tener el dato de setiembre y ya teníamos una inflación proyectada alta porque contemplaba el efecto de la suba de la energía eléctrica y que se iba a terminar de computar enteramente en el mes de octubre, terminada de regir el plan de "Tu ahorro vale doble", de UTE.

Pero era una proyección hecha a inicios de mes, previa a la caída del dólar que no contemplábamos. Previa también a los anuncios de los acuerdos que se hicieron sobre la segunda mitad de mes que, más allá de que entraban a regir sobre la última semana, se podía pensar que pudo haberse generado algún efecto de tensión de ajuste .

Días atrás decíamos en el programa que estos acuerdos iban a tener efectos moderados y transitorios, y que se iba a repartir en octubre y noviembre. Con la baja del dólar que tuvimos y contemplando algún efecto de los anuncios sobre acuerdos de precios con nuestros modelos de proyección, tenderíamos a pensar que la inflación de octubre terminaba siendo dos o tres décimas menos que la proyección inicial. Pero en octubre casi no se registraron bajas de precios, salvo en algunos productos cuyos precios son en dólares, como el de los electrodomésticos. A su vez subieron los alimentos que están más atados a los precios internacionales, en especial la carne. Con lo cual el dato de octubre fue malo.

Así como días atrás decíamos que el dato de setiembre no era un indicador demasiado fuerte de ascenso a las presiones inflacionarias porque son persistentes y no nuevas, con el dato de octubre decimos lo mismo, el dato fue malo, pero no fue tan malo como podría concluirse de la simple lectura del dato.

RA – ¿Y por qué se da eso?

PR – Porque en el dato de octubre hay una incidencia totalmente esperable que es la suba de la energía eléctrica, los precios administrados terminaron explicando un 0,55% en el total de la suba del IPC, 1,15% que tuvimos en octubre. Y porque luego hubo un factor volátil muy difícil de proyectar, la suba significativa en frutas y verduras que explican casi dos décimas de suba en el IPC. Con lo cual, esos dos factores indican un 0,75 del 1,15% de aumento del IPC.

¿Qué dio el indicador de inflación subyacente? Siempre decimos que es mejor porque deja de lado el efecto de los precios administrados y la volatilidad de las frutas y verduras

Tuvimos una inflación subyacente de 0,5% en octubre, nuestra proyección era de 0,4%, lo cual está dentro del margen de error, aunque sigue siendo válido el comentario que hacíamos antes, con la caída del dólar y con algún efecto que se hubiera producido de los acuerdos pudimos haber tenido una inflación subyacente de un par de décimas menos. Entonces es claro que el dato es malo, pero no es tan malo en sí mismo.

El otro elemento a considerar es la relevancia que tiene este indicador de inflación subyacente, porque en setiembre era de 9,5%, en octubre es de 9,2% considerando los últimos doce meses, eso quiere decir que la inflación subyacente sigue estando en torno de los 9%, como lo ha estado desde hace más de un año. A nuestro juicio se reivindica la utilidad de medir la inflación subyacente porque la inflación a largo plazo no se combate postergando tarifas, estamos viendo que el IPC está convergiendo a la inflación subyacente que desde hace más de un año nos venía diciendo que esta era la intensidad de las presiones inflacionarias.

RA – ¿Cómo quedan las perspectivas para lo que resta del año?

EC – La pregunta es muy oportuna, entre otras cosas teniendo en cuenta lo que decía ayer el economista Masoller, que para los dos últimos meses del año esperan que haya una inflación muy baja o incluso nula.

PR – Nosotros estamos revisando las proyecciones. Antes de los acuerdos y la baja del dólar nosotros preveíamos una inflación de 0,7% para los dos meses del año juntos, noviembre y diciembre son meses de baja inflación, un mes 0,4, otro mes 0,3. Si no cambiáramos ese pronóstico eso nos dejaría con una inflación de 8,6%, quizás tengamos algunas décimas menos y terminemos con una inflación entorno de 8% debido a la baja del dólar cuyos efectos sobre el IPC son un poco lentos en algunos rubros, en algunos se dan algunas bajas, en otros se evitan subas, y también como consecuencia de algún impacto que tengan los acuerdos de precios que serían impactos que veremos con más claridad en noviembre.

De todos modos, sabemos que esa menor inflación que tendremos en noviembre, aunque nos costaría proyectar que la inflación va a ser nula en el bimestre, nos parece que eso es por un poco de optimismo, pero aún sabemos que esa menor inflación que tengamos en el mes de noviembre por efecto de los acuerdos es transitoria y completamente reversible en un período relativamente corto.

Nuestra insistencia es en que en realidad lo que se requiere aquí es una readecuación de las políticas económicas, tenemos una inflación persistente desde hace tiempo, el dilema entre inflación y tipo de cambio es más severo, y por lo tanto se requiere una política fiscal contractiva, una moderación de las subas de los salarios reales y se requiere también una desindexación de los salarios que tenemos que desengancharlos de esa lógica de que los salarios suban todo lo que subió la inflación pasada.

EC – El Banco Central en su informe de esta semana anotó alguna frase a propósito de cómo hay que manejar con cautela la renovación de los convenios salariales.

PR– Ese es un elemento central. Si eso no ocurre lo que va a terminar pasando es que el Banco Central se va a ver obligado en algún momento no demasiado lejano a seguir subiendo su tasa de política monetaria, eso va a generar más desvíos de tipo de cambio en relación a referencias relevantes, hemos comentado días atrás que estamos bastante caros en relación a Brasil y esa es una señal de advertencia.

Eso, en definitiva, plantea el riesgo de que nuestra economía se encamine a una trayectoria de una desaceleración más marcada de la producción, producto de la falta de competitividad en algunos sectores y al mismo tiempo a un escenario de inflación persistente producto de querer seguir aumentando los salarios a un ritmo que no va a ser compatible con el aumento de la productividad en nuestra economía.

EC – Decías que se requiere también una política fiscal contractiva, el último dato del déficit fiscal a setiembre fue muy alto, 2,8% del producto, subió con respecto a la medición del mes anterior que había sido 2,4.

PR – Sí, fue muy alto. Hay algunos factores que operan por única vez como el pago de las deudas con los viejos accionistas del Banco Comercial, hay un efecto que tiene que ver con la falta de lluvia y el alto costo de generación, pero cuando uno mira la evolución de los gastos del Gobierno central, vemos que están subiendo a un ritmo superior a lo que sube el Producto Bruto Interno. Esa tendencia de aumento del gasto es insostenible en una economía que dejó de crecer al ritmo del  6% anual que promedialmente tuvimos en los últimos cuatro o cinco años.

Es notorio que el gasto se debe moderar para reencausar las finanzas públicas hacia mejores resultados, pero a nuestro juicio es importante que el Gobierno suspenda la ejecución de gastos que ya están aprobados y que empiece a ser más bajo de lo proyectado.

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