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Ernesto Talvi (Ceres): "Se minó la autoridad de este equipo económico" cuando "debió apuntalárselo más que nunca"

Ernesto Talvi (Ceres): "Se minó la autoridad de este equipo económico" cuando "debió apuntalárselo más que nunca"

En una conferencia realizada este martes por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) titulada "El Uruguay, la región y el mundo ante un cruce de caminos", el doctor en economía Ernesto Talvi dijo que "el Gobierno ha entregado a las cúpulas sindicales y a sus aliados políticos la gestión del presupuesto del Estado y de la política salarial". También aseguró que "desde octubre de 2011 se perdió el control de las finanzas públicas en Uruguay". En diálogo con En Perspectiva, Talvi dijo que "es previsible que este enfriamiento significativo que el Uruguay vivió en el último año se empiece a revertir" y que "estaríamos creciendo a tasas probablemente superiores el año que viene". Con respecto al control de las finanzas, el economista aseguró que "en el momento en que necesitamos una política fiscal más restrictiva, tenemos una política fiscal brutalmente expansiva y se pierde el control del gasto" y a esto hay que sumarle que "la política salarial se sale de cauce". También considera que "socavar la autoridad del quipo económico (...) es una forma de suicidio en el contexto internacional en el que estamos viviendo".


(emitido a las 8.48 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"El gobierno ha entregado a las cúpulas sindicales y a sus aliados políticos la gestión del presupuesto del Estado y de la política salarial." "Desde octubre de 2011 se perdió el control de las finanzas públicas en Uruguay", "se perdió el control del gasto público" y "los salarios reales se salieron de cauce". Sin embargo, "se puede ser moderadamente optimistas". "La pelota está de nuevo en nuestra cancha."

Estas son algunas de las frases que el doctor en economía Ernesto Talvi lanzó este martes en una conferencia organizada por el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) que llevó como título: "El Uruguay, la región y el mundo ante un cruce de caminos".

En los próximos minutos vamos a conversar con el doctor Talvi, director ejecutivo de Ceres, para profundizar en ese análisis y en las previsiones que pueden formularse desde ese punto de vista.

Sobre la situación de la economía uruguaya, usted planteó una serie de advertencias y críticas, algunas muy severas. Ya hablaremos de eso. Pero antes, al comienzo de la conferencia, usted habló del contexto internacional, del mundo. ¿Por qué?

ERNESTO TALVI:
La primera razón es que no creo que ningún análisis de la región ni del Uruguay se pueda hacer sin referencia a lo que está pasando en el mundo. De hecho, si uno mira con cuidado el ciclo de las variables financieras, el ciclo de la actividad económica, la sincronización que hay en el movimiento es tan enorme que decíamos figurativamente en la conferencia que parece que el mundo está bailando al son de la misma música.

Hemos visto un período muy fuerte de enfriamiento económico después de que la crisis en Europa se generaliza a España e Italia hacia principios y sobre todo a mediados del 2011. Y ese enfriamiento se produjo no solo en la propia Europa, el epicentro de la crisis, sino que se produjo en China, en el Asia emergente, en Brasil, en Argentina que venía creciendo muy fuerte hasta mediados del 2011, y también en Uruguay donde de venir creciendo a un ritmo del orden de 6% pasamos a crecer a un ritmo inferior al 3%. Todo ese enfriamiento, esa desaceleración se produce de manera absolutamente sincronizada con la crisis europea en todas las economías emergentes.

Hablamos de un pronóstico moderadamente optimista, porque desde que Mario Draghi asume la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) por primera vez empiezan a adoptarse políticas que permiten ver un tenue rayo de luz al final del túnel. Ya hemos dicho varias veces –lo dijimos aquí cuando estuvimos hace dos años– que la crisis europea se iba a tener que poner peor antes de ponerse mejor, porque no veíamos que se estuviera apuntando al nudo gordiano del problema, y con la asunción de Mario Draghi empiezan a adoptarse políticas que permiten ver un tenue rayo de luz al final del túnel.

EC - ¿A qué políticas se refiere, en titulares?

ET - Políticas que fundamentalmente garantizan la convertibilidad de los bonos de los países periféricos en problemas –en particular y muy especialmente de España e Italia– en bonos del BCE. En otras palabras, el BCE queda autorizado a comprar bonos de España e Italia y luego esterilizar la emisión monetaria que hace para adquirirlos emitiendo bonos propios, lo que implica que al final se terminan sustituyendo el riesgo España y el riesgo Italia, que los inversores hoy perciben como altos, por el riesgo BCE, léase el riesgo Alemania. Eso ha logrado bajar mucho las tasas de interés que España e Italia pagan, y si este shock de confianza incipiente que ha logrado Mario Draghi en el BCE se logra perpetuar puede producirse un círculo virtuoso en el que tenemos baja en la tasa de interés, recuperación de la inversión, recuperación del consumo, recuperación de la actividad económica, recuperación de la recaudación, y por ende deudas que antes parecían impagables empiezan a parecer pagables y entonces los inversores aceptan validar esas menores tasas que están pagando.

EC - La decisión de las últimas horas de los ministros de Finanzas de la Unión Europea, que esta madrugada alcanzaron un acuerdo sobre el marco legal que permitirá crear un supervisor bancario único ¿va en la misma dirección?

ET - Va en la buena dirección. La Unión Europea está haciendo un esfuerzo por reorganizar su arquitectura, y esto va en la dirección de la unión bancaria; se está trabajando en la unión fiscal y en una unión política más profunda. Estas dos cosas son componentes de eso. Me gusta poner este ejemplo para distinguir las políticas: la casa se está incendiando, entonces lo que hace Mario Draghi (o el Fondo Monetario o las instituciones de Europa cuando le dan liquidez) es decir: "te mando los bomberos, te voy a apagar el incendio, pero te voy a poner ciertas condiciones, tenés que cuidar las finanzas públicas", hacer esto, lo otro, hacer estas reformas. Es como decir "después que te apague el incendio te tenés que ocupar de pintar un poco la casa, arreglarla y ponerla un poquito en orden como estaba". Y estas iniciativas de la unión bancaria, como esta noticia de hoy, la unión fiscal, que son más de largo plazo, son como decir "pero además vamos a poner bomberitos y detectores de humo para asegurarnos que no se vuelva a producir un incendio". Son todas cosas que apuntan a la buena dirección, pero diría que lo más espectacular desde el punto de vista de resultados y lo más importante es lo que está haciendo Draghi en el BCE. Eso ha hecho que desde mediados de este año hayamos tenido una distensión espectacular en los mercados financieros.

EC - Distensión. ¿Qué significa?

ET - Que se han recuperado las bolsas en todo el mundo, que el riesgo país de los países emergentes ha bajado enormemente, que de vuelta los capitales que se habían retraído están viniendo de nuevo. A Brasil por ejemplo estaban llegando 80.000 millones de dólares al año, se habían retraído a 40.000 millones y ya están subiendo de nuevo; a Uruguay venían a razón de 3.500 millones de dólares, se habían retraído a menos de 2.000 y ya están viniendo de nuevo. Eso es lo que está poniendo presión para apreciar las monedas, y es lo que está haciendo –por eso hacemos un pronóstico moderadamente optimista– que las economías de los países emergentes estén empezando de nuevo a recuperarse, en la China, en el Asia, en Brasil, en Uruguay. No en Argentina, porque Argentina sufrió mucho el deterioro externo, pero durante esa fase de deterioro tomó medidas heterodoxas –yo digo que medio en sentido figurado es el nombre elegante que le ponemos al disparate– que minaron la credibilidad y por ende no está aprovechando esta distensión internacional que estamos teniendo y la economía no está mostrando síntomas de recuperación.

EC - ¿Cómo ubica en ese cuadro la influencia de Estados Unidos? ¿Qué está pasando en Estados Unidos? En la conferencia usted dijo que la evolución de la economía de Estados Unidos sigue los patrones habituales de las recuperaciones después de las crisis financieras y que lo que cabe esperar es que siga creciendo y paulatinamente lo haga a tasas más vigorosas.

ET - Sí, el patrón típico después de las crisis financieras es que la gente, como el crédito se vuelve caro y escaso, quiera desendeudarse, la gente deja de consumir para poder pagar su deuda, las empresas dejan de invertir para pagar su deuda, eso deprime la demanda interna (el consumo, la inversión), y eso deprime a la economía. Esos períodos de desendeudamiento llevan muchos años, en Estados Unidos ya vamos cuatro, a Suecia –con quien comparamos la crisis de Estados Unidos por su extraordinaria similitud– a principios de los 90 le llevó siete años. Cuando ese proceso de desendeudamiento termina y la gente retoma patrones de consumo más normales y las empresas patrones de inversión más normales, las economías se empiezan a recuperar con vigor.

Estamos viendo en Estados Unidos que quizás este proceso esté llegando a su fin de manera un poco más rápida de lo que pasó con el antecedente sueco. Los precios de las viviendas, que habían caído 40%, se están estabilizando; el crédito, que se había hecho pedazos –de hecho los bancos no solo no estaban prestando sino que estaban recobrando los créditos–, está empezando a resucitar de manera más o menos tenue, pero a resucitar, y la industria de la construcción ha parado de caer y se está recuperando. Vemos los primeros síntomas de que el proceso de desendeudamiento agudo que mantiene la demanda interna muy comprimida está llegando a su fin, entonces podríamos esperar que Estados Unidos sea una fuerza de recuperación positiva para la economía mundial. No olvidemos que Estados Unidos es todavía el 25% de la economía del mundo.

EC - De todos modos, hay algunas luces amarillas. Está el riesgo del abismo fiscal, por ejemplo.

ET - Está el riesgo del abismo fiscal. El abismo fiscal es simplemente que a fin de año rebajas de impuestos que se hicieron durante la administración Bush y la administración Obama se terminan de manera automática, o sea que habría una suba automática de impuestos y una reducción automática de algunos gastos que se comprometieron a mediados del año pasado cuando se renegoció el aumento de los topes de deuda. Si no se hace nada, va a haber un ajuste fiscal del orden del 4% del PBI, que podría ponerle a la economía presiones recesivas, que estimamos van a ser temporarias, pero que sería una lástima que en un momento en que la demanda interna privada todavía está frágil le impongamos un ajuste fiscal absolutamente abrupto, y en mi opinión innecesario. Esperemos que se pongan de acuerdo republicamos y demócratas, no es fácil, el Congreso de Estados Unidos está en los niveles de polarización más altos que conoce la historia reciente, pero aun si no se pusieran de acuerdo, el presidente Obama tiene algunas opciones para poder evitar caer en este abismo.

EC - La resolución de la Reserva Federal de ayer –un paso más en la política de estímulo monetario–, cuando anunció una nueva inyección de liquidez, cuando anunció que mantendrá las tasas de interés de referencia a niveles muy bajos, 0 y 0,25%, hasta que el desempleo baje a 6,5%, va en la línea de lo que usted dice.


ET - La Reserva Federal ha llevado una política absolutamente impecable durante toda esta crisis financiera, la Reserva Federal ha evitado que tuviéramos una nueva gran depresión, porque dio la casualidad –en la vida a veces se dan esas casualidades– de que este señor Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos), es un académico (nunca había estado ni en Wall Street ni en nada en el sector privado) que se había especializado en entender los orígenes de la gran depresión del 29 en Estados Unidos. Y cuando 80 años más tarde tenemos la peor crisis financiera de la historia de Estados Unidos después de la gran depresión, está al mando del banco central una persona que entendía perfectamente todo lo que nuestra ciencia sabe al respecto de cómo manejar estas grandes depresiones. Gracias a él esa gran depresión se evitó. (A este señor era que Mitt Romney, el candidato republicano, dijo que quería destituir o reemplazar –porque no puede destituirlo hasta dos años después de entrado su mandato–, lo que a mí me hacía temblar de miedo, porque me parecía que había un error muy grande de concepto en el diagnóstico que hacía el candidato republicano.)

De modo que la política monetaria va a seguir siendo un apoyo a la recuperación, y esperemos que el abismo fiscal se resuelva de una manera razonable, que no interrumpa una recuperación que viene bien y que le viene muy bien al mundo.

***

EC - Elegimos una pregunta de la audiencia para cerrar este bloque.

ROMINA ANDRIOLI:
Un oyente pregunta: "¿Se puede decir que el mundo financiero está siendo ordenado, entonces?".

ET - Diría que está tratando de ser reordenado después de haber sufrido una crisis severa. En Estados Unidos ese proceso viene muy bien, y en Europa, como dijimos, se ve ahora una tenue luz al final del túnel. No se veía antes esa luz, pero advierto que la luz es todavía tenue y que la situación en Europa es todavía muy delicada. Tengo que decirlo, porque en esto tenemos que ser cien por ciento sinceros.

EC - Por ejemplo, ¿depende de si Berlusconi va a ser candidato en Italia?

ET - Depende de muchas cosas.

EC - Ese tipo de factores pesan mucho.

ET - Decíamos en la conferencia que si esto que empezó a hacer Mario Draghi en el BCE, que va en la dirección correcta, es demasiado poco o demasiado tarde, va a depender más de los tiempos políticos que de los tiempos económicos. Dimos el ejemplo de Grecia: en la última encuesta la intención de voto para la extrema izquierda y para el partido neonazi, Amanecer Dorado, suma 50%. Es decir que los partidos tradicionales de Grecia han bajado del 86% de la elección del 2004 al 30% de intención de voto. ¿Quiere decir que el electorado griego de golpe se ha vuelto extremista? No, es un voto castigo al establishment por no haber podido lidiar con una situación que es sumamente grave, con un desempleo del 25%, entre los jóvenes del 52%, con caídas de salarios de 30%, de jubilaciones de 40%. Mi temor es que cuando se dan esas condiciones político-sociales uno nunca sabe qué chispa puede encender el fuego.

EC - En Italia se teme el regreso del populismo.

ET - Mi temor es que un estallido social en Grecia, por ejemplo, puede perfectamente terminar como terminó la historia en la Argentina.

***

EC - Empezamos conversando a propósito del contexto internacional, pero nos interesa llegar a nuestro país. Si nos detenemos en Uruguay, vemos que la economía va a crecer este año entre 3,6 y 4%, la inflación está por encima de 9%, el déficit fiscal está en 2,9 % del producto, y el valor del dólar, otra de las variables importantes, aparece cayendo en picada, ayer andaba por encima de los 19 pesos, y eso que intervino el Banco Central del Uruguay (BCU). Obviamente, un tipo de cambio tan bajo complica la competitividad, de todos modos, las exportaciones de este año –ya se sabe– van a marcar un nuevo récord. ¿Cómo ve este panorama en su conjunto?

ET - Empecemos por donde terminamos antes: en la medida en que estamos viendo una distensión financiera en el mundo, en la medida en que estamos viendo una recuperación a raíz de esa distensión en las economías emergentes, en particular también en Brasil, en las economías de la región, estamos viendo lo mismo en el Uruguay. En condiciones normales es previsible que este enfriamiento significativo que el Uruguay vivió en el último año se empiece a revertir –de hecho crecer a tasas del 4% en un año de enfriamiento es un logro no menor–, y estaríamos creciendo a tasas probablemente superiores el año que viene. En ese sentido diría que las noticias son buenas.

Esta distensión financiera ha hecho que de nuevo empiecen a ingresar capitales al país. Cuando esto sucede, hay presiones para que el tipo de cambio caiga. Y cuando uno analiza la historia reciente del país, cada vez que el tipo de cambio ha caído tuvimos presiones de entrada de capitales, con presiones para apreciar el tipo de cambio la inflación empezó a dispararse, por el intento normalmente del BCU de proteger la competitividad. Para proteger la competitividad y evitar que el dólar caiga en picada, el BCU interviene, emite dinero que luego esteriliza colocando letras (emite dinero o cuasidinero), y eso genera un empuje inflacionario.

El problema que se ha agregado ahora –que creo que es un problema serio y por eso alertamos– es que hasta octubre del 2011 y desde el 2005 la política fiscal estaba controlada, en el sentido de que el gasto público estaba evolucionando peso a peso con la recaudación. No olvidemos que tuvimos el aumento de recaudación más espectacular que ha tenido el país desde la posguerra, la recaudación aumentó 50% más o menos en términos reales desde el año 2005. Y nos gastamos cada peso; no voy a discutir hoy si debimos haber ahorrado una parte para tiempos no tan buenos.

EC - Usted entiende que sí, que debió haberse ahorrado una parte.


ET - Yo entiendo sí, que debimos haber hecho lo que hicieron los gobiernos socialistas de Chile. Hay que dicen que ahorrar en el banco no es la única forma de ahorrar, o como hace UTE, embalsar el agua en épocas de lluvia para soltarla en épocas de sequía no es la única forma de ahorrar, puedo gastar en construir una central térmica, entonces tengo una capacidad de generación alternativa cuando tengo sequía. Perfecto. Entonces la pregunta es: ¿en qué gastamos? ¿Se gastó en prioridades? El gasto subió también prácticamente un 50% en términos reales, y si vemos en qué se gastó más, se gastó en salud (el gasto en salud subió más de 100%), en educación (80%), en seguridad (80%). Entonces la pregunta es qué resultados obtuvimos, ¿hemos generado nuevas capacidades para que el país cuando el mundo no nos sonría tanto pueda seguir creciendo por sus propios medios? La respuesta es básicamente no, porque hemos gastado un montón en educación y la tasa de fracaso educativo en estos últimos ocho años ha empeorado, y ha empeorado en mayor medida aún en los contextos socioculturales más desfavorables. La seguridad ha empeorado, el delito violento ha crecido exponencialmente desde el año 2005.

En otras palabras, los ciudadanos nos tenemos que preguntar, dado que el Gobierno usa recursos que nos pertenecen, porque somos nosotros los que generamos la riqueza, pagamos los impuestos y esperamos que los Gobiernos usen en nombre de la colectividad y la sociedad de buena forma los recursos, por qué si se gastó tanto en educación, si se gastó tanto en seguridad, que está muy bien, los resultados han sido pésimos. En lo que se gastó muy poco (aumentó 12% en términos reales) es en infraestructura. Entonces la red vial está intransitable y en algo que pudimos haber invertido y generado resultados inmediatos –porque no hay cómo errarle a una carretera, uno la hace y funciona– invertimos muy poco.

Esa es una discusión completamente aparte. Hasta setiembre del 2011 nos gastamos cada peso que entró al Estado, cuando los dos últimos Gobiernos contaron con un volumen de recursos inédito en la historia reciente del país.

EC - ¿Qué pasó en setiembre-octubre de 2011? ¿Qué es esa fecha que usted coloca como de corte?

ET - Ahí se pierde el control del gasto, se divorcia por completo el gasto público de la evolución de la recaudación. El gasto público se acelera muy fuertemente y la recaudación se estanca.

EC - Usted dice que hasta esa fecha se gastaba lo que entraba.

ET - Se gastaba lo que entraba. Uno puede discutir si se debió haber ahorrado algo o si se gastó lo que entró cómo se gastó.

EC - A partir de esa fecha empezó a gastarse más de lo que entra.

ET - Estamos gastando lo que no tenemos. Por eso es que el déficit fiscal pasó de estar equilibrado en octubre del 2011 a un déficit de 3 puntos del PBI. Entonces, en un momento en que tenemos presiones inflacionarias, lo que nosotros como economistas le pediríamos a la política fiscal es que se comporte de una manera restrictiva para no agregar leña al fuego y contribuir a que el tipo de cambio no se aprecie tanto y que la inflación no suba tanto. Y en el momento en que necesitamos una política fiscal más restrictiva, tenemos una política fiscal brutalmente expansiva y se pierde el control del gasto.

Al mismo tiempo (este es un modelo que estimó Ceres sobre la determinación de salarios en el Uruguay), tengo que decir, con total honestidad, que hasta setiembre del 2011 el modelo nos decía que la evolución de los salarios venía comportándose acorde con el comportamiento de sus determinantes fundamentales, las variables económicas más importantes.

EC - O sea, el mismo momento de corte.

ET - En el mismo momento en que se pierde el control del gasto público, la política salarial se sale de cauce. En el último año los salarios subieron un 2, 3% por encima de lo que habría estado justificado por los fundamentos, por la evolución de la economía. Y las actuales negociaciones, de las cuales la de la bebida fue simbólica, muestran que ese divorcio se ha seguido acelerando. La política macroeconómica tiene tres grandes pilares: la política fiscal, la política salarial y la política monetario-cambiaria del BCU. Si uno desbalancea la política fiscal, si uno desbalancea la política salarial, le está poniendo un peso muy fuerte al BCU para pelear contra la inflación, entonces el tipo de cambio cae mucho más y la competitividad se deteriora mucho más de lo que sería necesario para poder mantener la inflación bajo control.

Pero al BCU le dan además el mandato: "La política fiscal no te va a ayudar en la guerra contra la inflación, todo lo contrario; la política salarial ya no te va a ayudar en la guerra contra la inflación, todo lo contrario; así que estás solo para pelear esto. Pero te pido además que no me aprecies mucho el tipo de cambio porque no me gusta perder competitividad". Le están pidiendo al BCU no una tarea ciclópea, le están pidiendo una tarea imposible.

EC - El Gobierno ha autorizado algún otro instrumento, por ejemplo los acuerdos de precios con los supermercados.


ET - Cuando uno se encuentra con que se desbalancea la política fiscal, se desbalancea la política salarial, con eso uno desbalancea la política del BCU y produce una apreciación muy fuerte del tipo de cambio al tiempo que la inflación se va de cauce. Entonces recurre a la heterodoxia, les pide a los supermercados o a algunos rubros importantes que no suban los precios. Esa política es otro desbalance, solo que ahora lo introducimos en la ecuación de beneficios y costos de las empresas. Si a usted le dicen "le van a aumentar los costos, pero no puede trasladarlo a precios", eso significa que sus beneficios y su rentabilidad van a sufrir. Y si usted no puede hacer nada y su rentabilidad sufre, va a tomar menos personal o va a reducir personal. O sea que esas políticas de control de precios, que no han funcionado nunca ni acá ni en ninguna parte del mundo, son políticas antitrabajo, es una política antitrabajador.

EC - A propósito de estas decisiones, usted dijo la frase esa que yo citaba al principio, allí hizo una de esas afirmaciones polémicas: "Daría la impresión de que se asiste a una suerte de politización de la gestión económica en la que el Gobierno ha entregado a las cúpulas sindicales y a sus aliados políticos la gestión del presupuesto del Estado y de la política salarial, renunciando a la responsabilidad constitucional de gobernar en dichas áreas en representación de todos los ciudadanos del país". ¿A qué se refiere?

ET - Si uno mira objetivamente los números, a partir de octubre de 2011 se pierde el control del gasto público y a partir de esa misma fecha la política salarial se sale de cauce con respecto a sus fundamentos económicos. Esto quiere decir que la política macroeconómica (esos tres pilares: política fiscal, salarial y monetaria-cambiaria del BCU), que estaba perfectamente balanceada, que era lo que el Gobierno podría mostrar como su gran logro, porque buena parte del crecimiento que tuvo, que produjo una formidable reducción de la pobreza y de la indigencia, vino por vientos muy favorables de afuera –lo vivió Argentina hasta mediados de 2011, lo vivió Paraguay, lo vivió Brasil, lo vivió Perú, lo vivió Colombia, lo vivimos todos–, pero la política macroeconómica era un poco el símbolo, la joya. Y no en vano así era, porque la política macroeconómica estaba manejada por un equipo serio, formado técnicamente y probado, que ofrecía previsibilidad y certezas. De golpe, esto se desancla y el país se desbalancea peligrosamente, porque estos desbalances no se resuelven con más desbalance, es como una persona que de golpe se marea, empieza a bambolearse...

EC - ¿Por qué pasa eso?

ET - Yo voy a ofrecer una hipótesis. En mi opinión esto empieza a desbalancearse cuando se empieza a coquetear con la idea del equipo económico alternativo, con la idea de que este equipo económico tiene el control pero no lo tiene, está siendo vigilado, este equipo económico conduce la economía pero hay otro que la conduce en paralelo y propone cosas contra las que este equipo económico tiene que estar permanentemente peleando y retrucando. Creo que desde adentro se socavó la autoridad del equipo económico, se lo debilitó tremendamente. Lo dijimos en su momento y puede parecer exagerado: socavar la autoridad del quipo económico, un equipo económico probado, que ha hecho las cosas bien, que ha funcionado –más allá de las discrepancias–, es una forma de suicidio en el contexto internacional en el que estamos viviendo.

EC - Pero este mismo equipo económico defiende lo que se está haciendo. Por ejemplo, en la conferencia de ACDE la semana pasada, cuando se aludió a las críticas por el aumento del gasto y los reclamos de que hay que recortar, el ministro Lorenzo mencionó que el recorte del gasto tiene escaso efecto en la caída de la inflación, "recortar 3% el gasto público tendría escasa significación en la inflación al reducirla apenas 0,2 puntos". Y después hizo notar que cuando se cuestiona el gasto, no se tiene en cuenta que una parte de ese gasto está destinada a medidas que buscan contener la inflación, "por ejemplo está explicado por qué no trasladamos a las tarifas, no trasladamos a los precios los costos transitorios, circunstanciales, excepcionales de producción de algunas empresas públicas, etcétera".

ET - Las razones por las que el equipo pueda defender lo que no es defendible, en lo que probablemente ni ellos mismos crean, las dejo para el análisis de los cientistas políticos. Yo miro lo que está pasando, acá el gasto público se salió del cauce y es un error grave decir que esto no desbalancea. Puede que no contribuya mucho al tema de la inflación, pero le aseguro que sí contribuye mucho a dañar la competitividad. Mucho, hay evidencia categórica al respecto. Cuando uno sigue una política fiscal expansiva cuando tiene presiones para apreciar el tipo de cambio y perder competitividad, le está agregando leña al fuego. La política fiscal restrictiva funciona para proteger la competitividad, y por ende le saca al BCU la presión de tener que emitir pesos para poder contener la apreciación del dólar. En ese sentido contribuye con la inflación.

EC - Cuando se le pregunta al ministro Lorenzo, como también se le preguntó en el foro de ACDE, si con respecto a la evolución de los salarios el equipo económico y el Gobierno no estaban reaccionando tarde, ahora con el caso de la bebida, si no debieron haberse emitido señales más claras antes, Lorenzo responde que no.

ET - Las señales se emitieron de manera categórica, simplemente que en muchas de las negociaciones esas señales se desoyeron. Las señales de ser prudentes con el gasto –habría que googlear para buscarlo– se emitieron, y en los hechos fuimos extraordinariamente imprudentes con el gasto durante el último año. Y ahora se nos dice "que nos digan qué se puede bajar". Perdón, la pregunta es: ¿por qué lo subiste cuando no debiste haberlo hecho? No ahora que lo subiste y lo comprometiste preguntarles a los que opinan cómo hay que bajarlo. Por qué después de siete años de gestión ver que se pierde el control del gasto público, que se sale de cauce la política salarial, que se desbalancea la política macroeconómica como no lo había hecho en los siete años anteriores, que cada uno le dé su explicación. Mi explicación es que desde adentro se minó la autoridad de este equipo económico en un momento en que debió apuntalárselo más que nunca, y eso debilitó su capacidad de poner límites a todas las presiones que inevitablemente surgen de las unidades de gasto o de los sindicatos en las negociaciones salariales, y el equipo económico quedó debilitado para contrarrestar todas esas presiones.

***

EC - Pese a todas esas advertencias y a estos cuestionamientos que usted hace al manejo de la política macroeconómica, en la conferencia terminó siendo optimista. ¿Cuál es su pronóstico, cuál es la previsión que hace para la economía uruguaya de aquí en adelante?

ET - Lo que dije es que dada esta distensión que estamos viviendo a nivel internacional –que no está exenta de riesgo, porque la situación en Europa es muy delicada y de ella depende, la distensión se produce por lo que pasó en Europa y va a continuar dependiendo de cómo continúen los acontecimientos en Europa–, hay una tenue luz al final del camino en Europa, se abre una puerta, una expectativa de moderado optimismo que permite pensar que esta distensión siga, que la recuperación que estamos viendo de las afluencias de capitales hacia los países emergentes siga, que la recuperación en el crecimiento que estamos viendo en los países emergentes siga, y que nosotros acompañemos esa tendencia tal cual lo hemos hecho a lo largo de estos últimos años. Ese es el aspecto positivo, pero no estamos exentos de riesgos.

Entonces, si se materializan algunos de los riesgos y eso nos agarra en una situación tan desbalanceada nos puede golpear muy duro. Pero si el mundo nos sonríe y la economía vuelve a crecer y los recursos del fisco vuelven a crecer y el déficit se puede disminuir y los aumentos de salarios que se dieron en los actuales consejos finalmente se pueden pagar porque la economía se recupera, entonces se va a recuperar un cierto talante de rebalanceo en el conjunto de políticas. Hoy estamos desbalanceados, y crucemos los dedos para que el mundo siga bien y lo que hoy está desbalanceado se pueda rebalancear solo. Pero si algunos de los riesgos se materializan, nos agarra en el peor momento, nos agarra muy mal parados.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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