Análisis Económico

Causas y consecuencias de la devaluación cambiaria en Venezuela

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.35 Hs.)

ROMINA ANDRIOLI:
Después de poco más de tres años con un tipo de cambio fijo en 4,3 bolívares por dólar, el Gobierno venezolano anunció un ajuste de 47% del valor del dólar, que pasó a cotizar en 6,3 bolívares.

Si bien hace algún tiempo se venía advirtiendo acerca de la probabilidad de un ajuste cambiario fuerte en la economía venezolana, esta devaluación cambiaria generó reacciones de preocupación en algunos sectores de actividad de nuestro país, por el impacto que puede tener en el flujo de exportaciones a ese destino.

Frente a esta situación les proponemos en seguida analizar las causas y las principales implicancias que puede tener esta medida para la economía uruguaya.

De eso conversaremos con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.

Antes que nada quizás vale la pena comenzar explicando ¿cómo es, o cómo era el régimen cambiario en Venezuela?

FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):  
En Venezuela básicamente había hasta la semana pasada, tres tipos de cambio: uno "oficial" para las operaciones de comercio exterior, otro (también "oficial") para las transacciones financieras que involucran títulos de deuda pública o de PDVSA, y un tercero que es el tipo de cambio en el mercado paralelo o mercado negro.

La diferencia entre los tres era muy fuerte. El tipo de cambio para las importaciones se ubicaba hasta el jueves pasado en 4,3 bolívares por dólar, mientras que el de las operaciones financieras estaba en 5,4 bolívares por dólar (era 25% más alto que el anterior) y el "negro" había alcanzado a superar los 20 bolívares por dólar la semana pasada.

De hecho, esa brecha cambiaria entre el dólar oficial (o dólares oficiales) y el dólar paralelo venía subiendo muy aceleradamente en las últimas semanas y eso para muchos era un aviso claro de que la devaluación era inminente.

RA - Lo que anunció el Gobierno el viernes pasado fue un ajuste del tipo de cambio que rige para el comercio exterior, ¿es así?

FC - El Gobierno anunció que ese tipo de cambio pasó desde 4,3 a 6,3 bolívares por dólar. Esa fue la sexta devaluación desde que comenzó con este régimen de control de cambios en 2003.  La última había sido en enero de 2010.

Además, junto con este anuncio, se desmanteló el llamado Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (el SITME), que se había establecido a inicios de 2011 y permitía obtener el dólar a 5,4 bolívares para todo lo que eran operaciones de deuda pública o de PDVSA.

Por lo tanto, el segundo tipo de cambio oficial que mencionábamos, ya no existe más. Ahora, Venezuela quedó con un único tipo de cambio oficial (fijado en 6,3 bolívares por dólar) y, por supuesto, sigue existiendo el tipo de cambio paralelo o negro, que cotiza por encima de los 20 bolívares.

RA - En buena medida este anuncio era esperado por varios analistas económicos en Venezuela y fuera de Venezuela. Ustedes mismos hablaban de esta posibilidad hace algunos meses en este espacio, ¿por qué, era una medida esperable?, ¿Cuáles son las causas detrás de esta devaluación?

FC - Era una posibilidad que efectivamente venía dando vueltas hace tiempo. Hay que tener presente que la inflación en Venezuela se ubica por encima del 20% anual. Con lo cual un tipo de cambio fijo supone un encarecimiento en dólares que se torna claramente insostenible rápidamente.

De hecho desde 2003 Venezuela ajustó el tipo de cambio en cinco oportunidades si contamos este último ajuste. Ese ritmo de inflación obliga a realizar ajustes sistemáticos del tipo de cambio.

Además, más allá de que las cifras fiscales venezolanas son muy "oscuras", (porque no consolidan una serie de fondos parafiscales importantes), el desequilibrio fiscal venía mostrando un claro aumento en los últimos años y, en ese sentido, la devaluación supone un "ajuste fiscal" significativo. Los ingresos del Gobierno están esencialmente en dólares (derivados de las exportaciones de petróleo) y los gastos se van a ver "licuados" por el aumento de la inflación que este ajuste cambiario va a traer aparejado.

Finalmente, hay un elemento adicional que también estaba presionando para tomar esta medida, y es que a través del llamado SITME que recién explicábamos, se estaba canalizando una demanda importante por dólares y eso suponía para el Gobierno la necesidad de emitir crecientes volúmenes de deuda denominada en moneda extranjera (a tasas cada vez más altas) para abastecer esa demanda de divisas.

En definitiva, el sistema estaba generando un aumento importante de la deuda pública, que como señaló el mismo presidente del Banco Central Venezolano, "no tenía mayor sentido".

RA - ¿Qué impactos se esperan tras esta devaluación? El aumento de la inflación es uno de los temores que hoy están presentes ¿verdad?

FC – Efectivamente, cómo en todos lados, un aumento del valor del dólar supone un encarecimiento de las importaciones y por esa vía un aumento de la inflación, que ya está en niveles altos en Venezuela.

Sin embargo, al mismo tiempo se espera que esta corrección cambiaria permita aliviar las restricciones de oferta que se estaban agudizando notoriamente en el último tiempo. El Gobierno estaba limitando fuertemente la liberación de licencias para importación y eso había derivado en una escasez clara de algunos productos (incluso básicos, como la harina). El cambio probablemente no va a ser muy grande pero en el margen quizás haya cierta mejora en este sentido.

RA - Desde la perspectiva de Uruguay, ¿qué impactos podemos esperar?

FC - En 2012 Uruguay exportó a Venezuela unos 417 millones de dólares, eso es un monto 25% mayor al registrado 2011 y es casi 80% mayor que el de 2010. En ese total, los principales productos son por lejos los lácteos, con ventas por unos 244 millones de dólares el año pasado. De hecho, el caso de los lácteos, sobre todo de los quesos (que representan más de 170 millones de esos 244 millones de dólares), es bien  particular. La concentración de las exportaciones de quesos en Venezuela alcanzó niveles realmente muy altos en estos últimos años, alentada justamente por precios de exportación muy superiores a los que la industria uruguaya encontraba en otros mercados.

Concretamente, en 2012 un 67% de las exportaciones totales de quesos de Uruguay se destinaron a Venezuela y para muchas empresas exclusivamente queseras el mercado venezolano llegó a representar el entorno del 80% de sus ventas en el exterior.

Después también se realizan exportaciones a Venezuela relevantes de carne vacuna, de arroz y de carne de pollo (por mencionar otros de los principales rubros de exportación a este país), pero en estos casos la importancia del mercado venezolano en las ventas es menor, ya sea porque también exportan a otros destinos de forma fluida (como es el caso de la carne vacuna o del arroz) o porque son industrias esencialmente de mercado interno (como es el caso del pollo) y las exportaciones son una parte relativamente menor de sus ventas.

RA - Los impactos más relevantes para la economía uruguaya, se van a sentir seguramente en la industria láctea y, más precisamente, en la industria quesera, ¿es así?

FC – Es correcto, hay que tener presente que las empresas queseras y aquellas empresas en términos más generales que concentraron sus ventas en Venezuela en el último tiempo (atraídas por los valores altos que recibían por sus productos), aprovecharon una situación coyuntural particularmente favorable, que en buena medida era esperable que no se sostuviera en el tiempo.

Por eso, algunos meses atrás decíamos que había que ser cautelosos a la hora de celebrar los aumentos fuertes que tuvieron las colocaciones uruguayas en el mercado venezolano, porque, cuanto mayor el crecimiento, más duro podía ser el golpe después, cuando esa situación de precios excepcional (y como era de esperar transitoria) se corrigiera.

Tras la devaluación del bolívar, estas empresas seguramente van a enfrentar una caída significativa de sus precios de colocación, porque es difícil que se mantengan precios en dólares tan altos como los que estaba pagando Venezuela.

Como los valores que se conseguían allí se apartan notoriamente de las referencias internacionales, reorientar ventas a otros destinos también probablemente supondrá una caída de precios significativa, con lo cual, la devaluación en Venezuela probablemente se va a sentir en la facturación de estos negocios.

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