¿Cómo se analiza el aumento de los salarios de enero y qué nos dice sobre la suba prevista para este año?
Análisis del economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte
(emitido a las 7.44 Hs.)
ROMINA ANDRIOLI:
Ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó las cifras de salarios correspondientes al mes de enero. De acuerdo a esos datos, el Índice Medio de Salarios subió 5,13% en enero frente a diciembre y acumuló así un aumento de 11,79% en los últimos doce meses.
Los datos de enero pautan una señal importante en relación a la evolución de los salarios en el año, porque en enero se procesan los ajustes de salarios de varios sectores y, en particular, se realiza el ajuste anual de salarios de buena parte del sector público. Por eso, parece relevante analizar en más profundidad las cifras dadas a conocer por el INE y de eso vamos a conversar en seguida, entonces, con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Comencemos comentando las cifras clave. Recién comentaba que el Índice Medio de Salarios subió 5,13% en enero, pero ese promedio encierra diferencias a nivel de sectores, ¿verdad?
FLORENCIA CARRIQUIRY:
Sí. A nivel del sector público, el aumento de enero fue de 7,74% en promedio, mientras que en el promedio del sector privado, los salarios subieron 3,68%. Eso tiene que ver, como tú decías al inicio, con que los salarios públicos, al menos buena parte de ellos, se ajustan una sola vez en el año y justamente en el mes de enero, mientras que en el sector privado, la situación es más heterogénea. Hay sectores que ajustan anualmente en enero también, pero hay muchos que ajustan con frecuencia semestral, usualmente en enero y julio, y otros que ajustan en otros momentos del año, como por ejemplo, la Construcción y la Enseñanza, que tienen sus ajustes en octubre).
En cualquier caso, los ajustes de enero son una buena señal sí de lo que podemos esperar para el conjunto del año.
RA - Desde esa perspectiva, ¿Cómo vieron los aumentos que recién comentabas? ¿Cómo se comparan, por ejemplo, con los vistos en enero del año pasado?
FC - En términos generales podemos decir que los aumentos de enero pautan cierta desaceleración frente al año pasado. De hecho, a nivel del sector privado la suba de 3,7% es casi un punto menor a la que vimos en enero de 2012 (que había sido de 4,6%) mientras que a nivel del sector público el aumento de 7,7% es 1,6 puntos menores al de enero de 2012.
En nuestra entender, esa desaceleración de los ajustes de enero refleja, en buena medida, el efecto que tuvo el programa "UTE premia" en la inflación de cierre de 2012, que implicó en muchos sectores un correctivo por inflación pasada menor.
En cualquier caso, con subas de salarios algo menores y con una inflación que en los doce meses a enero volvió a trepar a 8,7%, el poder adquisitivo de los salarios en los últimos doce meses subió 2,8%, que es bastante menos de lo que venía subiendo.
RA - ¿Con estas cifras, están aguardando una moderación de la suba del salario real este año?
FC - En el margen sí esperamos cierta moderación frente al año pasado, aunque seguimos contemplando una dinámica de aumento de salarios importante. Concretamente, nuestras estimaciones apuntan a un aumento del salario real privado de 4% en el promedio del año (aunque diciembre contra diciembre tendería a subir algo menos, poco más de 3%) y a nivel del sector público, una suba del salario real de algo más de 2% promedio anual. En ambos casos son aumentos menores que en los últimos años, pero igualmente, a nivel del sector privado, se trata de una suba del salario real que volvería a ser mayor a la de la productividad media del trabajo. Al menos según nuestras estimaciones, que apuntan a una desaceleración apreciable de la actividad económica este año.
Pero además hay un punto adicional. Esas proyecciones tienen por detrás una proyección de inflación que permanece en torno de 8% en buena parte del año y cede levemente en los últimos meses para cerrar en 7,5%. Con estas subas nominales de salarios, si el Gobierno tiene éxito en moderar de forma más significativa la inflación este año, los aumentos del salario real serían aún más altos y por tanto la divergencia frente a la prevista evolución de la productividad sería mayor.
RA - Hace algunas semanas, en enero, el Ministerio de Trabajo divulgó un informe, en que se señala que la productividad ha subido más que los salarios. ¿Cómo se entiende esta conclusión frente a lo que tú estabas diciendo recién?
FC - Esa conclusión es cierta en la comparación que realizan, que toma como indicador de productividad al ratio PBI por trabajador que tiene sus críticas, aunque como indicador macro es razonable y que compara las subas acumuladas entre 1998 y 2012. En esa comparación, entre 1998 y 2012 la productividad media subió 19% mientras que el salario medio en términos reales subió 11%. Con lo cual, efectivamente, la productividad aumentó más que el salario en el acumulado del período.
Sin embargo, a nuestro juicio hay varias precisiones que se deben tener presentes en relación a esos cálculos.
RA - ¿Qué precisiones?
FC - En primer lugar, cuando una mira las cifras promedio de la economía, pierde de vista en ese promedio situaciones sectoriales que son bien diferentes.
Pero más allá de eso, hay que tener presente que desde que comenzó la recesión en 1999, y sobre todo con la crisis de 2002-2003, el salario real cayó de forma muy marcada. Bajó entre 1998 y 2004 más de 20%. Y eso es mucho más de lo que cayó la productividad media en el mismo período, que bajó sólo 6%. Desde entonces, los salarios empezaron a subir muy rápidamente y de hecho desde 2005 han tendido a subir más que la productividad media de la economía, salvo algunos años excepcionales.
Es cierto que hay un brecha todavía favorable a la productividad en esa comparación frente a los niveles de 1998, pero esa comparación tiene algo de arbitrario. Uno podría preguntarse por qué tomar 1998 como el año de base. Y al menos es cuestionable, porque finalmente en 1998 teníamos un nivel de empleo que luego no se pudo sostener. Eso implicaba una relación de salarios-productividad también probablemente insostenible.
Ahora, más allá de esos puntos, hay otro tema, quizás bastante más técnico, pero que a nuestro juicio también es relevante a la hora de extraer conclusiones de esos cálculos de productividad y salario real.
RA - ¿A qué te estás refiriendo concretamente?
FC - A lo siguiente. El salario real considera la relación entre los salarios y el IPC, es decir, el Índice de Precios del Consumo. El tema es que no todas las empresas venden al consumo, de hecho gran parte de ellas venden su producción a otro precio. Si miramos la evolución de los Precios Promedio de la producción nacional, que podemos estimar a través del llamado deflactor implícito del PBI, estos precios subieron menos que el IPC. Por eso, nuestras estimaciones marcan que la masa salarial (es decir, el conjunto de salarios que se pagan en la economía, que depende de la evolución del salario pero también de la cantidad de asalariados) viene subiendo en relación al PBI, desde niveles bajos también después de la crisis, pero subió mucho y hoy se encuentra de hecho no sólo por encima de los niveles de 1998 sino también por encima del promedio histórico de este indicador.
Como decía, esto es un elemento un poco técnico, pero relativiza, en nuestro entender de modo sustancial, esa conclusión de que todavía hay espacio para más subas de salarios.
RA - Por eso es que ustedes, como otros analistas, han insistido en este último tiempo en la necesidad de acompasar los aumentos de salarios a la productividad.
FC - Efectivamente. A nuestro juicio, como hemos dicho otras veces, no hay espacio para subas de salarios fuertes y generalizadas como vimos en años pasados, si no se quiere comprometer aún más la competitividad y, más tarde o más temprano, sufrir consecuencias mayores en el empleo.
Como comentaba antes, los salarios de partida después de la crisis eran muy bajos y por eso los primeros años de aumentos de salarios fueron relativamente fáciles de asimilar para el sector empresarial. Pero, tras varios años de aumento salarial, los salarios hoy son sustancialmente más altos y nuevas subas de salarios, cuando no se apoyan en aumentos de productividad, empiezan a generar problemas de rentabilidad a nivel de las empresas que empiezan a ser claros en varios sectores.
En definitiva, si por perseguir un fin de redistribución del ingreso los salarios suben persistentemente más rápido que la productividad, más tarde o más temprano se empiezan a ver dificultades. Por eso, nosotros insistimos con que no deberíamos esperar de los Consejos de Salarios un rol importante en la distribución del ingreso. Está claro que es deseable que el país avance hacia una mejor distribución del ingreso, eso requiere de mejores políticas en áreas como la educación y requiere también de la generación de mejores empleos. Pero en última instancia, esos empleos van a ser mejores y van a ser sostenibles si permiten incrementar la productividad de la economía. Ese es el desafío del Uruguay hoy por hoy.
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