Análisis Económico

La cotización del dólar blue en Argentina rompió un nuevo récord, generando un escenario de incertidumbre en varios frentes

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 7.43 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El precio del dólar "paralelo" o "blue" en Argentina rompió ayer un nuevo récord y alcanzó los 9,20 pesos por unidad. La divisa estadounidense se comercializó en las "cuevas" o "arbolitos" 26 centavos por encima de la cotización del día anterior

Mientras tanto, en el mercado oficial la cotización cerró a 5,13 para la compra y 5,18 para la venta, y se mantuvo estable respecto a la del día anterior.

Lo cierto es que ahora la brecha entre el valor del dólar en los bancos y casas de cambio y el precio que se maneja en los circuitos informales subió y quedó en un 77%. En lo que va del año, la depreciación del peso argentino es del 5,2 % en el mercado oficial y de 31% si se considera la cotización del mercado informal.

Vamos a conversar sobre esto con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI:
Pablo, ¿qué sucede en Argentina para que el dólar blue no pare de subir?, ¿cómo se explica esto?

PR – Es una buena pregunta. Los números que marcaba Emiliano recién son francamente muy llamativos: 30% de suba en lo que va del año cuando vamos apenas cuatro meses. Claramente en estos días está operando un factor de expectativas muy fuertes que está asociado a toda la polémica que tantea la reforma judicial que quiere llevar adelante el Gobierno.

Pero el contexto económico en el cual tenemos que situar esta suba del dólar es un contexto donde, lo hemos comentado muchas veces, en Argentina hay una fragilidad muy importante. Hay desequilibrios macroeconómicos muy severos por un exceso muy pero muy notorio del gasto público, que está a nivel récord probablemente en toda la historia de Argentina: 10 puntos del PBI por arriba de cualquier otro valor observado en los últimos 50 años.

Eso determina una situación de insuficiencia de recursos para el Gobierno, que tiene un déficit fiscal realmente elevado. Si lo medimos bien, si le sacamos todo lo que son los préstamos y los adelantos de utilidades del Banco Central al Gobierno, el déficit fiscal de Argentina está en torno del 4%. La inflación está en torno del 25%. Hay un contexto de mucha salida de capitales.

En ese marco de fragilidades hemos comentado varias veces que Argentina es vulnerable a shocks que coordinen expectativas negativas, ya sean externos o, como estamos viendo en estas semanas, internos, por ejemplo, problemas políticos. Esta reforma judicial genera realmente incertidumbre para los agentes desde todo punto de vista: desde la protección de los derechos individuales, civiles de las personas, también derechos de propiedad en la medida en que esta reforma judicial plantea un riesgo muy pero muy notorio de que el sistema judicial quede ampliamente politizado y eso afecta o puede poner en gran duda la seguridad jurídica en general en Argentina.

A su vez, la reforma judicial radicaliza el conflicto político, y en todo ese contexto obviamente se genera una mayor demanda de dólares. En un país que tiene estos niveles de inflación, cada vez con más represión financiera por todas las dificultades que tienen las empresas y personas para sacar dinero al exterior, en este contexto tan complejo y con tanta inflación, el dólar es el único refugio.

RA – ¿Y qué perspectivas se plantean para el dólar blue próximamente?, ¿puede seguir subiendo?

PR – La verdad es que es difícil hacer proyecciones, por varias razones. Una es que el mercado del dólar blue es relativamente pequeño y eso hace que tenga bastante volatilidad. De todas maneras parece que estamos viendo una sobrerreacción del mercado, es decir, los niveles de dólar blue que estamos teniendo, 75% por encima del dólar oficial son muy pero muy grandes.

En un contexto de mayor tranquilidad podríamos ver un descenso del dólar blue. Lo que sucede en realidad es que a esta altura es bastante claro que la evolución es paulatinamente creciente, con saltos, empujones, en momentos de incertidumbre, de crisis; después baja un poco, pero siempre lo que baja es poco, es decir, se van "afirmando", a medida que pasa el tiempo, valores cada vez más altos. Y ver el dólar blue hoy en 9 pesos argentinos hace bastante difícil de imaginarlo en 7 u 8.

EC – ¿Qué puede hacer el Gobierno argentino?

PR – Lo primero es que el Gobierno argentino no va a hacer lo que hay que hacer. La causa, en última instancia, de lo que está sucediendo en Argentina es que hay un nivel de gasto público absolutamente desmedido para el cual no hay financiamiento. Argentina debería aplicar un ajuste fiscal muy severo, eso obviamente tiene un costo recesivo, político, supone desandar un modelo de intervención en la economía que ha adquirido dimensiones muy grandes. El Gobierno debería desindexar la economía para cortar el círculo vicioso de ajustes de salarios altos y ajustes de precios en la economía y restringir fuertemente la cantidad de dinero.

Pero eso no es lo que va a ocurrir. El Gobierno va a mantener niveles altos de gasto público, y entonces sobre esa lógica de que el Gobierno no quiere reconocer el fracaso de su modelo, lo que le queda dentro de este margen es conciliar dos posibles alternativas. Una es devaluar más el dólar oficial, la otra es desdoblar formalmente el mercado de cambios, estableciendo un dólar financiero que ya no sea paralelo y que por lo tanto el Gobierno tenga más margen de acción sobre ese valor del dólar blue, que pueda intervenir en ese mercado.

Lo que sucede es que devaluar en el dólar oficial parece que es una medida necesaria porque esta brecha es cada vez más distorsiva. Una brecha tan alta inevitablemente va a ir alentando la retención de exportaciones. Los exportadores van a encontrar cada vez más incentivos a postergar la liquidación de divisas y las exportaciones de los bienes que son postergables –típicamente, por ejemplo, en los granos– en espera de una devaluación oficial.

Lo que pasa al mismo tiempo es que la competitividad del sector exportador se ve muy resentida. El Gobierno argentino ha tratado de solucionar o mitigar este problema restringiendo fuertemente el comercio exterior y en particular las importaciones. Pero ese control de las importaciones no hace nada para remediar los problemas de competitividad que tiene el sector exportador en una economía donde los costos suben a más del 25% anual y el dólar sube muy pero muy poquito.

Eso entonces afecta la actividad económica, retroalimenta el problema de falta de divisas y empuja al dólar al alza. Con lo cual parece necesario que un camino sea aumentar el ritmo devaluatorio.

Una alternativa que puede ser complementaria con la anterior es que el Gobierno termine por reconocer la existencia de un mercado paralelo, lo desdoble, reconozca que hay un dólar típicamente para las actividades de comercio exterior, otro distinto para los turistas, otro para las transacciones financieras. Pero el Gobierno teme que ir por ese camino genere más expectativas de inflación. La verdad es que a esta altura es difícil aseverarlo con mucha fuerza pero parece más razonable, dentro de lo poco razonable que es este contexto de política económica, que el Gobierno termine por reconocer la existencia de diversos tipos de cambio.

De un modo o de otro, hay dos cosas que deberíamos estar esperando para Argentina: un dólar oficial que va a subir más en los próximos meses, por un lado, y por otro, como el dólar blue subió fuerte probablemente no va a haber en los próximos meses grandes retrocesos de esa cotización.

RA – Por último,¿qué impacto tenemos que esperar acá, de este lado, en Uruguay?

Los impactos son bastante obvios. Para el turismo esto tiene un impacto muy pero muy negativo. El año pasado perdimos aproximadamente un 1% del PBI entre menos ingresos de divisas por turismo y más gasto de uruguayos en el exterior. Probablemente este año vamos a estar perdiendo otro punto del PBI. Eso tiene implicaciones importantes, porque contribuye a la desaceleración de la economía, el turismo tiene un impacto muy significativo en materia de generación de impuestos.

Vamos a ver también un dólar oficial más alto en Argentina; aunque hay mucha inflación el tema de fondo es que el dólar oficial ya no nos importa para nuestras exportaciones porque finalmente Argentina desde su lado limita todas las importaciones. Pero bueno, si vemos un dólar oficial más alto podemos ver alguna recomposición de la competitividad de los exportadores argentinos hacia el mercado uruguayo.

La verdad es que es tan alta la incertidumbre que estamos viendo en Argentina que ese fenómeno quizás no sea tan importante. Pero en última instancia estamos recibiendo efectos negativos desde Argentina, esos efectos contribuyen de una manera relevante en la desaceleración de la actividad económica que empezamos a observar en 2012 y que seguramente vamos a seguir observando en 2013.

La verdad es que no tenemos una perspectiva de mejora en la situación para los próximos años, sino más bien tenemos que esperar un deterioro progresivo de Argentina que por lo pronto para la actividad turística uruguaya probablemente va a significar que el año 2013 sea peor que el 2012. El 2012 en todo caso había sido un buen año, el 2013 ya no lo va a hacer y probablemente el 2014 y el 2015 sean años peores. Para el sector turístico es claramente un shock muy negativo el que estamos viendo.

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