Análisis Económico

Pese al débil crecimiento económico, la inflación obliga al banco central de Brasil a subir la tasa de interés

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

(emitido a las 8:37 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La semana pasada, el Banco Central de Brasil subió en 50 puntos básicos la tasa Selic, llevándola a 8%. Este fue el segundo ajuste al alza de la tasa de interés en lo que va del año y fue incluso algo mayor de lo que se estaba esperando. En concreto, la mayoría de los analistas aguardaba una suba de sólo 25 puntos en esta oportunidad, a la luz de lo que sigue siendo un crecimiento muy lento de la economía brasileña.

Incluso, el miércoles pasado se conocieron también nuevos datos de actividad económica, del primer trimestre de 2013, que resultados decepcionantes.

Con este panorama, conversaremos sobre la economía de Brasil, ¿cómo se analiza la coyuntura actual de este vecino?, ¿cuáles son las perspectivas y qué implicancias tienen para nuestro país? El diálogo será con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Florencia, la decisión del Comité de Política Monetaria en Brasil, de subir en 50 puntos básicos la Selic, tomó de alguna manera por sorpresa al mercado, que esperaba una suba de menor magnitud, ¿cómo vieron ustedes esta decisión?

FLORENCIA CARRIQUIRY:
Sí. Podemos decir que fue una sorpresa en alguna medida, porque, según la Encuesta de Expectativas que publica el Banco Central, la mayoría de los analistas estaba esperando, al igual que en abril, un aumento de 25 puntos básicos en esta reunión de mayo.

Brasil viene sufriendo en el último año o quizás algo más una tensión creciente entre los objetivos de promover un mayor crecimiento económico (y para eso buscar un dólar más alto, que mejore la competitividad externa) y al mismo tiempo combatir la inflación. Justamente, intentando alentar una recuperación más vigorosa, sobre todo de la producción industrial, que está prácticamente estancada desde hace más de dos años, el Banco Central de Brasil había emprendido desde mediados de 2011 un ciclo de ajuste a la baja de la Selic agresivo, que llevó la tasa desde 12,5% en julio de 2011 a 7,25% a fines del año pasado.

El problema es que en ese marco y aun cuando la actividad económica y la industria en particular no tuvo la reacción esperada, la inflación empezó a mostrar un repunte importante. Concretamente, en los últimos doce meses a abril la inflación se ubicó en 6,5%, que es el techo del rango de tolerancia que maneja el Banco Central de Brasil (y hasta había llegado a superarlo, por una décima, en los doce meses a marzo).

En ese marco, ya en la reunión de abril se decidió aumentar la Selic (en 25 puntos) y había un consenso general de que en esta reunión de mayo, se iba a aumentar la Selic nuevamente. La sorpresa, como decíamos, fue en la magnitud, porque en general se aguardaba un nuevo ajuste de 25 puntos.

En definitiva, con el aumento de 50 puntos en la Selic y con el comunicado que publicó luego de la reunión, el Banco Central de Brasil volvió a remarcar su preocupación por la persistencia de las presiones inflacionarias. Además, hay que recordar que, junto con el endurecimiento monetario, las autoridades brasileñas están tomando otras medidas para lograr que la inflación ceda.


EC- ¿Qué otras medidas se están tomando?

FC- Se están tomando diversas medidas de corte "heterodoxo", que apuntan a impactar en los precios de productos y servicios de consumo masivo. En primer lugar, en enero se rebajó la tarifa eléctrica residencial en un 18%. Luego, hace ya un par de meses, se eliminaron las contribuciones a la seguridad social que recaen sobre las ventas de algunos productos de la canasta básica (como por ejemplo las carnes, el café, el azúcar, el jabón y el papel higiénico, entre otros) y se eliminó también el impuesto a los productos industrializados sobre el precio de venta para el azúcar y los jabones. Y el pasado 23 de mayo el gobierno anunció la extensión de la exoneración de impuestos a la seguridad social al sector de transporte urbano, con el objetivo de evitar un mayor reajuste del precio del boleto.

Con esta combinación de medidas se procura que la inflación  converja más claramente al objetivo. Debe tenerse presente que en Brasil el objetivo inflacionario se ha cumplido casi sin excepciones desde 2005, con lo cual las autoridades están realmente preocupadas por el repunte que ha mostrado la inflación, incluso pese al mal desempeño de la actividad económica.


EC- Yendo justamente a eso. El miércoles pasado se dieron a conocer nuevas cifras de PBI, que marcaron un crecimiento de 0,6% en el primer trimestre del año. Se trata de un desempeño bastante peor al que se estaba esperando en general, ¿no es así?

FC- Efectivamente. Nuevamente las cifras oficiales de PBI resultaron decepcionantes. Ese crecimiento desestacionalizado de 0,6% frente al trimestre inmediato previo, estuvo por debajo de lo anticipado por el Índice de Actividad Económica que publica mensualmente el mismo Banco Central (que había arrojado una expansión de 1% en la misma comparación)  y también fue menor a lo esperado por los analistas brasileños, que aguardaban un crecimiento del orden de 1%.

Más aún, cuando se analiza la apertura sectorial, el crecimiento tuvo una contribución clave de la producción agropecuaria (que creció casi 10% al impulso de una muy buena zafra agrícola). En cambio, el sector de los servicios creció sólo 0,5% y la industria agregada cayó 0,3% (con una fuerte contracción de la minería y una producción manufacturera que siguió prácticamente estancada). Con lo cual, sin el rebote del sector agropecuario, el PBI habría mostrado un crecimiento prácticamente nulo en el trimestre.   


EC- Con estas cifras, ¿cómo quedan entonces las proyecciones para Brasil este año?

FC- Después de conocido este dato "desalentador", hubo un ajuste leve a la baja de las expectativas de PBI para este año. Según la última edición de la Encuesta de Expectativas del Banco Central, la mayoría  apunta a una suba del PBI del orden de 2,8% en el conjunto del año (frente al 3% que se estaba manejando a mediados de mayo). Y algunas instituciones tienen incluso previsiones menores... Por ejemplo, Itaú Unibanco corrigió su proyección de 2,8% a 2,4% para 2013.

De todos modos, en el contexto de preocupación por la inflación que mencionábamos antes, las expectativas de mercado continúan señalando un nuevo aumento de la tasa Selic en lo que resta del año. De hecho, la mayoría de los analistas esperan que la Selic se ubique en torno de 8,5% anual en diciembre.


EC- ¿Cómo afecta la suba de tasas al tipo de cambio? Te lo pregunto porque la falta de competitividad ha sido una de las causas de la desaceleración económica de estos últimos años.. ¿no?

FC- Sí. Ahora, por el momento, el aumento de la Selic no ha tenido un impacto en el valor del dólar. De hecho, aun cuando  esta última suba de la tasa de interés fue mayor a la esperada, el tipo de cambio en Brasil mostró incrementos importantes la semana pasada. El viernes concretamente cerró en 2,13 reales por dólar (que es el máximo valor desde mayo de 2009) e incluso durante esa jornada el Banco Central realizó ventas en el mercado de cambios por unos 880 millones de dólares, con el propósito de evitar subas adicionales del tipo de cambio. Ayer lunes el dólar se ubicó en 2,14 reales, pero el Banco Central no realizó nuevas ventas.

Con lo cual, lejos de generarse presiones bajistas en el valor del dólar, en las últimas jornadas la tónica ha sido la contraria, en un marco en el que estamos viendo una tendencia relativamente generalizada del valor del dólar en el mundo.


EC- Para terminar, Florencia, ¿qué implicancias tiene toda esta situación para nuestro país?

FC- En términos generales, debemos pensar que Brasil va a crecer relativamente poco en estos próximos años. Como adelantábamos antes, las proyecciones apuntan a un crecimiento de menos de 3% este año y quizás algo mejor (en torno de 3,5%) el año que viene (a instancias de la realización del mundial de fútbol sobre todo), pero incluso estas tasas de expansión tienen algún sesgo a la baja a la luz del desempeño reciente. Además, nuestra competitividad bilateral frente a Brasil tuvo un deterioro fuerte en la segunda mitad de 2012 y esto difícilmente se revierta de forma sustancial en los próximos meses. A nuestro juicio, vamos a seguir estando notoriamente más caros frente a Brasil que en años pasados.

Por eso, como comentamos otras veces, contemplando una economía que crece poco y con la cual perdimos competitividad de forma más o menos duradera, deberíamos hacernos a la idea que el mercado brasileño no va a presentar oportunidades muy importantes para Uruguay en estos próximos años.

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