Análisis Económico

Los mercados financieros muestran mayor optimismo en relación a Estados Unidos. ¿Es el comienzo del fin del escenario de tasas bajas y dólar barato?

Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8:37 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En las últimas semanas los mercados financieros han dado varias muestras de mayor optimismo en relación a la recuperación de la economía de Estados Unidos y el debate en torno a la política monetaria de ese país ha vuelto a ganar relevancia en las discusiones de los analistas a nivel internacional.

Eso ha generado, por ejemplo, un fortalecimiento más o menos generalizado del dólar en las últimas semanas, que en el caso de Uruguay se vio reforzado por las medidas que finalmente fueron anunciadas por el Gobierno el jueves pasado.

¿Cómo se analiza esta situación? ¿Qué impactos puede tener para nuestro país? De esto vamos a estar conversando con el economista Pablo Rosselli de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI:
Pablo, en las últimas semanas se han visto varias señales de un mayor optimismo en la economía norteamericana. ¿Cómo lo están viendo ustedes?  

PABLO ROSSELLI:

Es así. Hay algunas variables que han evolucionado de forma positiva en las últimas semanas. Las bolsas en Estados Unidos subieron de forma sostenida desde comienzos de año y, si bien en las últimas dos semanas esa tendencia se interrumpió, los índices de acciones siguen en niveles récord en una perspectiva histórica.

Otro elemento que muestra un panorama más positivo en relación a la economía norteamericana es la evolución de las tasas de interés de largo plazo de los títulos de deuda del Gobierno. Por ejemplo, el rendimiento de las notas a diez años de plazo (la T-10) subió alrededor de 50 puntos básicos durante mayo y lo que va de junio y ayer se ubicó en 2,20%. Sigue siendo un nivel muy bajo en términos históricos pero es el más alto desde abril del año pasado y señaliza que los agentes comienzan a visualizar que las tasas de interés en Estados Unidos pueden comenzar a subir en algún momento no tan lejano.

El otro elemento que deja en claro ese mayor optimismo respecto de Estados Unidos es el fortalecimiento del dólar a nivel mundial, que fue significativo en varios mercados emergentes. Esa tendencia es muy clara en el caso de Brasil, donde el dólar subió 7% frente a los valores de fines de abril. En Chile subió 6%; en Colombia y Perú subió algo menos (en torno de 3%-4%). También se vieron subas fuertes (de 9%) en algunos países desarrollados como Nueva Zelanda y Australia, que siempre los contemplamos con atención porque son dos competidores importantes de nuestro país en los mercados de commodities.  

RA - ¿Por qué se han dado esos movimientos? ¿A qué obedece ese mayor optimismo?

PR - Son varios motivos. En primer lugar, tuvimos en los últimos meses buenos datos en relación a la recuperación de la economía de Estados Unidos. El último dato de PBI que refiere al primer trimestre y que comentamos hace algunas semanas atrás marcó algunas señales positivas, la economía norteamericana creció 2,4% en términos anualizados. Si bien ese ritmo de crecimiento no es demasiado contundente, marcó una aceleración en relación a la cifra de 0,4% del último trimestre de 2012. El otro elemento positivo del dato de PBI fue la expansión del consumo privado, que en este primer trimestre del año subió al ritmo más fuerte en dos años.

Por otro lado, en las últimas semanas han aparecido también otros datos favorables, el indicador de Confianza de los Consumidores alcanzó su mayor nivel en cinco años, los precios de las viviendas se recuperan de forma gradual pero sostenida y la creación de empleo sigue reflejando un mercado de trabajo algo más dinámico. Por ejemplo, el viernes pasado conocimos datos del mercado de trabajo que fueron mejor de lo que se estaba esperando, con una creación de empleo de 175.000 puestos de trabajo en mayo. Esto no cambia el hecho de que el desempleo sigue relativamente alto (por encima de 7,5%) pero es una nueva señal positiva en relación al dinamismo de la actividad económica.

Y, además, a esos buenos datos económicos se le agregó que tras la última reunión de la Reserva Federal, empezó a especularse con un retiro algo más temprano de los estímulos monetarios vigentes. Esa posibilidad también influyó en la suba del dólar.

RA - ¿A qué te estás refiriendo con eso, Pablo? ¿Podés explicarlo un poco más?

PR - Sí. Desde el estallido de la crisis internacional la Reserva Federal ha bajado sistemáticamente la tasa de la política monetaria hasta llevarla a niveles de 0%-0,25%, que es prácticamente nada. Además, desde 2008 la Reserva Federal ha apelado a otras herramientas como forma de inyectar liquidez en el mercado y promover así una recuperación más rápida del crédito y de la economía en general. Esos programas que consisten en la compra de títulos públicos y privados se conocen en inglés como Quantitative Easing (aflojamiento cuantitativo) y han tenido distintas intensidades en estos últimos años. En la última reunión de la Reserva Federal comenzaron a aparecer algunas posturas favorables a comenzar a reducir el ritmo y la intensidad de esas compras de títulos. Si bien finalmente se resolvió mantener el programa sin cambios, el solo hecho de que se hayan planteado las primeras dudas en relación a cuándo comenzar a reducir esos estímulos generó impactos relevantes en los mercados.

RA - ¿Cómo debemos interpretar entonces este mayor optimismo en relación a Estados Unidos? ¿Podemos ver cambios relevantes en el escenario financiero de los próximos meses?

PR - Por ahora son señales muy incipientes y no podemos descartar que ante nuevos reveces o datos negativos en la recuperación de la actividad económica volvamos a ver cierta reversión en la evolución de algunas de las variables que mencionábamos antes. Pero, a nuestro juicio, son señales igualmente importantes porque, si se consolida una recuperación más firme de EEUU, podemos estar ante el comienzo de un cambio en algunas de las tendencias claves que predominaron en los últimos años (post-estallido de la crisis de 2008 en Estados Unidos y Europa).

Por el momento, nosotros pensamos que tenemos por delante un tiempo relativamente largo todavía con tasas bajas y con un dólar barato frente a las monedas emergentes pero, como decíamos, tendencialmente esto puede estar empezando a cambiar de aquí en adelante, con un dólar que se siga fortaleciendo paulatinamente en el mundo y con tasas de interés que comiencen a retornar aunque sea lentamente a niveles más "normales" desde una perspectiva histórica.  

RA - Para terminar, desde la perspectiva de Uruguay, ¿qué impactos tendría esa situación?

PR - Los impactos sobre Uruguay dependerán de si esta ola de más optimismo se mantiene y se profundiza o si resulta ser una mejora transitoria. Pero de consolidarse un escenario con una recuperación más vigorosa de Estados Unidos, el fortalecimiento del dólar en el mundo se reflejaría también en Uruguay. Y, por otra parte, si la política monetaria en Estados Unidos empieza a endurecerse antes de lo esperado y las tasas de interés vuelven más pronto a niveles más "normales", las economías emergentes –entre ellas Uruguay– van a ver probablemente una moderación notoria de los flujos de capitales y un aumento de sus costos de financiamiento. De hecho, ya en estas últimas jornadas vimos una primera señal en este sentido, con aumentos generalizados –aunque todavía muy moderados– en los indicadores de riesgo país de las economía emergentes.

Por ahora, nos parece que aún tenemos un tiempo largo por delante con tasas de interés muy bajas y un dólar relativamente barato pero a nuestro juicio sí deberíamos pensar en un escenario así, de tasas más altas y un escenario fortaleciéndose, para la segunda mitad de esta década.

Eso en nuestra opinión hace aún más relevante cuidar los equilibrios macroeconómicos, para llegar a ese momento en las mejores condiciones posibles y evitar que esos cambios del marco externo terminen obligando a ajustes "traumáticos" y a medidas de apuro que suelen ser de mala calidad. Como hemos dicho otras veces, hoy estamos a tiempo de tomar las medidas necesarias para readecuar las políticas macroeconómicas, con una moderación del gasto público y de los salarios que permitan mejorar el resultado fiscal y reducir la inflación. Esas variables serán claves a la hora de enfrentar el cambio del marco externo.

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