Análisis Económico

Rendición de Cuentas: ¿Qué espacio tiene el Gobierno para aumentar el gasto? ¿Cuál es el rol de las reservas?

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 9:24 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Como suele ocurrir todos los años, la proximidad de la presentación de la Rendición de Cuentas genera debates varios, y en particular debates sobre el espacio para incrementar los gastos del Gobierno y sobre las prioridades para utilizar ese eventual espacio. Como ustedes saben, este año no es la excepción. A cada rato se escuchan planteos a favor de utilizar tal o cual fuente de financiamiento para financiar algunos gastos y proyectos. Una de las ideas que han surgido es la de recurrir a una parte de las reservas del Banco Central. Esta vez fue el subsecretario de Educación y Cultura, Oscar Gómez, quien apeló a esa idea para cubrir el costo de un aumento del gasto en educación. El nuevo subsecretario de Economía y Finanzas, Alejandro Antonelli, entendió que esa no era una mala idea.

A partir de algunos de esos argumentos que se han manejado nos pareció oportuno dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a este tema. Conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI:
Florencia, para ordenar algunas ideas, expliquemos en primer lugar qué son las reservas internacionales, para qué se usan.

FLORENCIA CARRIQUIRY:
Las reservas internacionales están compuestas por activos financieros que el Banco Central tiene en su poder. La característica de esos activos es que se pueden transformar rápidamente en medios de pago aceptados internacionalmente. Para ser activos de reservas deben estar nominados en divisas (en monedas aceptadas en el mundo como el dólar, el euro o el yen). Normalmente, esos activos son depósitos en instituciones bancarias del exterior o inversiones en títulos de deuda pública de gobiernos con una elevada calificación crediticia. En el pasado el Uruguay tenía reservas de oro entre sus reservas internacionales, hoy ya no.

¿Para qué se usan? Los activos de reserva son recursos que el país tiene para enfrentar momentos de necesidad. Por ejemplo, si debido a turbulencias en los mercados internacionales se vuelve difícil emitir deuda pública para financiar el déficit fiscal, el Gobierno puede apelar por cierto tiempo y con muchos límites al uso de algunas de sus reservas.

RA - ¿A cuánto ascienden las reservas? ¿Y cuánto le rinden esas reservas al Gobierno?

FC -  Las reservas del Banco Central están en torno de los 15.000 millones de dólares. Como decíamos recién, esas reservas están invertidas en instrumentos nominados en monedas extranjeras. Como las tasas de interés en el mundo, para las inversiones en dólares, en euros o en yenes son muy bajas, los rendimientos o los intereses percibidos son muy pequeños. A su vez, los plazos de esas inversiones suelen ser bastante cortos, lo cual refuerza el resultado de una baja rentabilidad. No tenemos un dato preciso pero las reservas deben rendir más o menos un 1% en dólares por año.

RA - Te hacía esa pregunta porque a veces se sostiene que el Gobierno obtiene muy poca rentabilidad por esas reservas y de algún modo eso puede reforzar el planteo de darles un uso mejor.


FC - Es verdad, es un planteo frecuente. Lo que no se debe perder de vista, sin embargo, es que las reservas se tienen, como decía recién, para cubrir eventos excepcionales. Y esto ya nos dice algo importante de las reservas. Se pueden utilizar en momentos excepcionales pero no deberíamos pensar en utilizar las reservas de modo repetitivo o sistemático.

RA - ¿Por qué decís eso, Florencia?

FC - Porque con mucha frecuencia en el debate político uruguayo se plantea que una forma de incrementar el gasto en alguna área de prioridad es recurriendo a las reservas, como ustedes comentaban recién.

El tema es que si todos los años se va a realizar un gasto y ese gasto no es cubierto con ingresos tributarios sino que se emplean reservas para eso, más tarde o más temprano las reservas se van a resentir. Detrás de esos planteos hay dos confusiones conceptuales importantes.

RA - Aclaremos, ¿cuáles son esas confusiones?

PR - Cuando se sostiene que una forma de financiar una suba del gasto es utilizando las reservas se confunde el concepto de ingresos del Gobierno con el concepto de financiamiento del Gobierno. La realidad es que el Gobierno uruguayo está teniendo todos los años un déficit fiscal. Eso quiere decir que sus ingresos tributarios (y otros ingresos, como las utilidades de las empresas públicas) son menores que sus gastos. Sin embargo el Gobierno puede hacer frente a ese déficit porque obtiene financiamiento en los mercados. ¿Cómo lo hace? Emitiendo deuda. La realidad es que el gobierno no tiene ningún problema de financiamiento actualmente. Si el Gobierno quisiera gastar más, dentro de ciertos límites más o menos razonables, tendría más déficit fiscal pero encontraría cómo financiar ese déficit emitiendo deuda.

Si se usan las reservas o si se emite deuda pública adicional es un tema que no debería confundirse con la decisión de aumentar el gasto.

La otra confusión a la que hacía referencia tiene que ver con la noción de que las reservas son un patrimonio o un recurso de libre disponibilidad del Gobierno.

RA -  ¿Por qué decís eso?

FC - Por lo siguiente: que el Gobierno tenga reservas no quiere decir que pueda disponer de ellas a su antojo. El Banco Central tiene unos 15.000 millones de activos de reserva pero esos activos de reserva no son su patrimonio.

¿Cómo adquirió esas reservas el Banco Central? ¿De dónde las obtuvo? Si miramos el patrimonio contable del Banco Central al 31 de diciembre, era de solamente 140 millones de dólares. En su activo tenía reservas por casi 14.000 millones de dólares, pero el Banco Central también tiene obligaciones. Parte de esas reservas las obtuvo de los depósitos que en el Banco Central realizan los bancos comerciales. Otra parte las obtuvo comprando dólares en el mercado y emitiendo deuda en moneda nacional. Al 31 de diciembre el Banco Central tenía deudas con el sistema financiero por casi 6.000 millones de dólares. Había realizado emisiones de títulos de deuda en moneda nacional y unidades indexadas por 6.600 millones de dólares. Y podríamos seguir. Al final lo que tenemos es que la diferencia entre los activos (derechos) y pasivos (obligaciones) del Banco Central son su patrimonio: 140 millones de dólares, una cifra muy pequeña en relación al gasto del Gobierno.

Si el Banco Central gastara una parte significativa de las reservas en financiar gastos repetitivos del Gobierno, obviamente en algún momento no podría hacer frente a sus obligaciones. Por eso es que las reservas se pueden usar pero con limitaciones en momentos más o menos excepcionales. No deberían emplearse para financiar al Gobierno. En el pasado, la financiación del gobierno por parte del Banco Central terminó generando expansiones monetarias que condujeron a una inflación muy alta, esa fue la historia de la segunda mitad del siglo XX en el país. Cuando el Banco Central financia el gasto del Gobierno, más tarde o más temprano se genera inflación. Es un resultado que ya nadie discute en nuestra profesión. Tenemos de nuevo la experiencia de Argentina para ver cómo eso conduce a inflaciones elevadas.

RA - Entonces, Florencia, para terminar, ¿qué camino tiene el Gobierno para aumentar el gasto en esta Rendición de Cuentas?

FC - Si el gobierno quisiera aumentar el gasto, como decíamos recién, tendría un déficit fiscal más alto pero en las condiciones actuales probablemente podría financiarlo. El tema hoy no es cómo financiar algún aumento adicional del gasto que se apruebe en esta rendición de cuentas.

La pregunta clave es si hay espacio para aumentar el gasto. Como hemos comentado muchas veces en el programa, a nuestro juicio es necesario moderar el gasto público. El país ya tiene un déficit fiscal relativamente alto, que por ahora puede financiar sin dificultades. Pero el próximo gobierno enfrentará un contexto financiero más complicado, como señalábamos en el análisis del viernes. Además, el país tiene una inflación alta que está limitando la capacidad del Banco Central para flexibilizar su política monetaria y favorecer un dólar más alto. Pese a todo lo que subió el dólar en las últimas semanas, la competitividad del país sigue muy comprometida, y nuevos aumentos del gasto público contribuirán a agravar este problema de competitividad.

A nuestro juicio, en este contexto es francamente imprudente pensar en subas significativas del gasto público. El Gobierno gasta más o menos 15.000 millones de dólares anuales. El gasto ha subido fuertemente como porcentaje del PIB en estos años y tiene que ser posible encontrar economías en algunas áreas del gobierno y aumentar sustancialmente la calidad del gasto sin tener que incurrir en gastos adicionales.

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