Ante la escasez de oferta local y los menores costos del ganado en Brasil, Uruguay importa carne del el país vecino
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8:48 Hs.)
ROMINA ANDRIOLI:
En las últimas semanas, ingresaron al país los primeros camiones con carne vacuna desde Brasil. Para un país productor y exportador de carne como es Uruguay, esto no deja de ser una novedad.
La importación de carne desde Brasil supo tener cierta importancia en el pasado, pero desde 2009 no se concretaban negocios relevantes.
¿Cómo se explica entonces esta situación actual? ¿Se trata de una oportunidad puntual o estamos ante el surgimiento de una corriente comercial más relevante? De esto vamos a conversar con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.
Florencia, recién decía que el hecho de que Uruguay importe carne es una situación bastante excepcional en estos últimos años. ¿Cómo analizan ustedes esta noticia?
FLORENCIA CARRIQUIRY:
Sin dudas es un hecho poco común en la historia reciente. En el pasado, hasta hace algunos años atrás, Uruguay realizaba importaciones esporádicas de carne desde la región, aunque nunca fueron muy significativas en relación al volumen total de consumo de carne en el país. En ese sentido, tampoco ahora esperamos que se importen volúmenes muy relevantes. Para tener una idea, el pico de importaciones se dio en 2005, cuando ingresaron unas 5.000 toneladas de carne vacuna, que es menos del 3% del consumo interno. Después las compras fueron bajando y desde 2009, en los hechos, no se registraban prácticamente importaciones de carne en volúmenes relevantes, apenas algunos negocios muy puntuales.
Más allá de que hay algunas restricciones sanitarias para el ingreso de carne desde algunos estados de Brasil, lo cierto es que la oportunidad económica para la importación de carne no estaba clara. Lo que está sucediendo ahora es que confluyen una serie de elementos que están generando un contexto competitivo muy particular para la industria frigorífica local, que justifican la aparición de este tipo de negocios.
RA - ¿A qué referís con eso de "un contexto competitivo muy particular para la industria frigorífica local"?
FC - Son varios elementos los que están jugando. Un factor que resulta determinante es que los precios relativos con Brasil están dejando una oportunidad de negocios rentable, fundamentalmente por el diferencial de precios a nivel del ganado. En Brasil el precio de las haciendas está hace varios meses bastante por debajo de los valores de Uruguay y esa diferencia se ensanchó notoriamente en el mes de agosto.
RA - ¿Y cuán por encima están los valores del ganado en Uruguay con respecto a Brasil?
FC - Antes de hablar de cifras hay que tener en cuenta que el ganado en Brasil varía por región. La referencia más relevante para Uruguay es la de Río Grande do Sul, por la cercanía, pero además hay un segundo punto a tener presente y es que en Brasil el ganado se comercializa en reales, no en dólares como en Uruguay. Entonces, en momentos de cambios muy abruptos en la cotización del dólar el valor del ganado en Brasil medido en dólares cambia de forma importante. Por eso, si miramos la evolución de los últimos años, hemos tenido en varios períodos momentos en que los precios del ganado en Brasil están algo más alto o más bajos que en el Uruguay, pero esos desalineamientos tendían a ser muy transitorios en general.
Lo que estamos viendo actualmente es que el ganado en Brasil se ha consolidado, ya desde mediados del 2012, aproximadamente 10% por debajo de los niveles de Uruguay, y esto, como decía antes, se agudizó en el mes de agosto con la suba fuerte que tuvo el real ese mes. Mientras que en Río Grande do Sul el precio medio del novillo llegó a cotizar en agosto por debajo de los 3 dólares por kilogramo en cuarta balanza, en Uruguay el novillo gordo está a un promedio de 3,7 - 3,8 dólares por kilogramo. 70 centavos de dólar menos por kilogramo es una diferencia realmente muy importante para los números de un negocio como este en que el ganado es parte fundamental de los costos de producción.
RA - El otro argumento que se señaló en estas últimas semanas en la prensa es que la faena cayó mucho en estos meses y que hay escasez de algunos cortes en el mercado interno. ¿Esto es así? ¿Por qué se ha dado esta caída en la industria?
FC - Es cierto, ese es el otro tema que está detrás la situación actual. Aquí para comprender mejor la coyuntura de estas semanas hay que entender el contexto del sector en una perspectiva un poco más larga. Si miramos la evolución de los últimos años, la faena llegó a alcanzar un pico de 2,6 millones de cabezas en 2006 y desde ese momento comenzó a caer, situándose en torno de los 2 millones de cabezas en estos últimos ejercicios.
Esa caída de la actividad se dio en un marco de descenso fuerte de la oferta de ganado, que se agudizó con la sequía de 2008/2009 y que derivó en un encarecimiento muy fuerte de las haciendas. Con lo cual, quedamos con una industria sobredimensionada (porque además en los años de auge probablemente se realizaron inversiones excesivas) y con un costo de la materia prima que subió mucho y se lleva una parte creciente de los ingresos.
No hay que perder de vista además que al mayor precio de la materia prima hay que agregarle que el resto de los costos en dólares en Uruguay también han subido mucho en estos últimos años con la apreciación fuerte que tuvo el peso. En ese marco, la rentabilidad de la industria frigorífica se redujo en forma sustancial y esa caída se agudizó este año, provocando en estos últimos meses la caída abrupta de la actividad que mencionábamos.
RA Es claro que el precio del ganado en Uruguay está en niveles históricamente altos, pero también aumentaron mucho los precios de la carne en la última década. ¿Podemos comentar un poco los números?
FC Sí, sin dudas que el sector en su conjunto se vio beneficiado por una valorización muy fuerte de la carne en todo el mundo. Esto tiene que ver con razones externas de aumento de los precios de los alimentos en general y de caída de la producción mundial de carne vacuna, y también con razones locales como son las mejoras en las condiciones sanitarias y de acceso a mercados, que han permitido valorizar la carne uruguaya en el mundo. Lo cierto es que el precio promedio de exportación de la carne vacuna de Uruguay, según publica INAC, pasó de unos 2000-2.500 dólares por tonelada embarque a inicios de los años 2000 a unos 5.500 dólares por tonelada embarque en los últimos años (llegando incluso a picos de casi 6.500 dólares por tonelada en algunos momentos).
El tema es que en el mismo período el ganado pasó de cotizar a 0,50-0,60 dólares por kilogramo en pie a superar los 2 dólares por kilo en pie, con lo cual mientras que la carne se multiplicó por algo más de 2 en la última década, el valor del ganado se multiplicó prácticamente por 4. Y, en definitiva, entonces, aún en un contexto excepcional de precios de venta, la materia prima pasó de pesar entre 70% y 75% de los ingresos en la primera mitad de los años 2000 a absorber el 80% de los ingresos de la industria en estos últimos tiempos.
Esto, además, se agudizó en los primeros meses de 2013, cuando los precios del ganado alcanzaron niveles pico y los valores de la carne han tendido a bajar levemente. Por eso, después de un comienzo de año con buenos niveles de actividad, la industria terminó bajando drásticamente la faena en estos meses, se está faenando menos de 30.000 cabezas semanales.
En definitiva, la combinación de una situación de relativa escasez de oferta en el abasto y, sobre todo, de precios más atractivos en Brasil (fundamentalmente para algunos cortes), fue lo que terminó generando las condiciones para que volvamos a ver importaciones de carne vacuna en estas semanas.
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