El acuerdo comercial entre los dos bloques regionales será uno de los ejes centrales del encuentro que Mujica mantendrá con su colega brasileña.

El diálogo entre la UE y el Mercosur para llegar a un TLC comenzó en 1999 , pero por más de un década estuvo trancado, principalmente por cuestionamientos y exigencias de los países sudamericanos.

Ahora , Brasil y Uruguay "están impulsando fuertemente" una definición, explicó este sábado en conferencia de prensa el prosecretario de Presidencia de la República, Diego Cánepa, al sostener que el Gobierno tiene la voluntad de "avanzar en el tema y consolidar las ofertas" que el bloque debe presentarle a la UE. Al respecto, Uruguay, Brasil y Paraguay ya tienen pronta su propuesta.

Argentina insiste con la necesidad de discutir más a fondo el acuerdo, y se niega a avanzar mientras el bloque no acepte su planteo de exigir a Europa salvaguardas para su industria en el marco de ese tratado. Parece que el resto del bloque se cansó de esperar.

Argentina "vive una realidad diferente", expresó Cánepa, asegurando que un acuerdo comercial con la UE" puede ser de gran beneficio" para el Mercosur.

El análisis de este tema estaba previsto que se realizara el próximo día 15 en Caracas, en una cumbre de cancilleres del bloque, encuentro que por estas horas está en duda. La voluntad era salir de esa reunión con una posición única.

La semana pasada trascendió que, por las demoras presentadas por Argentina por los "efectos" que el TLC tendría sobre su economía, la UE quiere negociar directamente con Brasil y Uruguay.

El Mercosur había recogido en parte la inquietud argentina al expresar en una reunión preparatoria afines de octubre el "interés en lograr un acuerdo que reconozca efectivamente las diferencias de desarrollo entre ambos bloques, incluyendo la potestad de aplicar políticas que preserven los modelos de desarrollo con inclusión social que permitieron a nuestros países en los últimos años lograr tasas de crecimiento que han posibilitado no solo reducir las desigualdades al interior de la región, sino también contribuir al impulso de la demanda global en un contexto de crisis internacional.

Para Uruguay es vital un TLC con la UE para abrir y diversificar mercados, teniendo en cuenta justamente los problemas que viene padeciendo en la colocación de sus productos en el Mercosur, principalmente Argentina.

Para Brasil también es prioritario el acuerdo, ya que el próximo año pasará a ser considerado por la Europa un país de "ingresos medios" y perderá una serie de preferencias arancelarias, que recuperaría con la firma del tratado.