Análisis Económico

El Banco Central europeo bajó la tasa de referencia a 0,25%. ¿Se pueden esperar impactos relevantes tras esta decisión?

Contacto con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8:40 Hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
El Banco Central europeo decidió el jueves de la semana pasada bajar la tasa de interés de política monetaria.

Se trata de una nueva iniciativa para reactivar a la Eurozona, que si bien en los últimos meses ha mostrado algunos avances todavía enfrenta muchas dificultades y riesgos. De acuerdo a los analistas la decisión se justifica desde varias ópticas, pero también surgen algunas preguntas: ¿Por qué se toma recién ahora esta resolución? ¿Qué expectativas hay acerca de su efectividad? ¿Pueden venirse más medidas en los próximos meses? En seguida, les proponemos conversar de este tema con el economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte.


ROMINA ANDRIOLI (RA):
Podemos comenzar repasando los anuncios que se hicieron el jueves.

JAVIER GLEJBERMAN (JG):
La principal novedad fue que se resolvió bajar la tasa de interés de referencia de 0,50% a 0,25% anual, lo que supone un nuevo mínimo histórico.

Además, el Banco Central europeo redujo de 1% a 0,75% la tasa de interés de los préstamos que le otorga a los bancos comerciales del bloque. Esa iniciativa va en la misma línea que la anterior, intenta abaratar el costo del dinero para los bancos y así fomentar una reactivación del crédito al sector privado.

Por último, el presidente del Banco Central europeo, Mario Draghi, dijo en la conferencia de prensa que las tasas de interés se van a mantener bajas por un tiempo prolongado y que no se descarta tomar más medidas si la situación lo amerita (aunque la verdad es que no fue muy concreto en este punto). Esto último, si bien no es una medida palpable o concreta, es una de las herramientas que han estado utilizando algunos bancos centrales en los últimos tiempos luego de que las herramientas convencionales se van agotando, se trata de incidir en las expectativas de los agentes mediante la propia comunicación, tratando de generar confianza y consolidar una visión de que el Banco Central tiene una vocación expansiva.


RA - ¿Cómo vieron ustedes esas decisiones?


JG - Las decisiones son correctas. Lo que le han criticado los analistas al Banco Central es el "timing" de la decisión, que llega bastante tarde. Recordemos que Estados Unidos fue bastante más agresivo tras la crisis de 2008, de hecho la tasa de referencia de la Reserva Federal está en un rango objetivo de entre 0% y 0,25% desde principios de 2009. La situación en ese entonces era bastante más crítica en Estados Unidos que en Europa, pero en Europa tampoco tardaron tanto en manifestarse los problemas. En cualquier caso, cinco años de diferencia para llegar a los mismos niveles de tasas parece demasiado.

RA - ¿Hay alguna razón para explicar por qué el Banco Central esperó tanto tiempo para bajar la tasa nuevamente?

JG - Como hemos conversado otras veces en este espacio, siempre se ha considerado al Banco Central europeo como muy ortodoxo respecto a la inflación. A menudo se decía que no se bajaban las tasas porque no había margen de inflación, pero ese argumento fue perdiendo peso con la evolución de la inflación de los últimos meses. Para poner algunas cifras para los oyentes: la inflación anual se ubicó en octubre en 0,7%, el valor más bajo en cuatro años y muy muy lejos del objetivo de 2% del Banco Central. De hecho, los temores a caer en deflación fueron apareciendo cada vez más en los medios de prensa e incluso algunos analistas, quizás los más arriesgados, comenzaron a comparar la situación de la Zona del Euro con la de Japón, que hace varios años que viene "luchando" con una situación deflacionaria.

Pero volviendo a la pregunta, la verdad es que desde el punto de vista de la situación económica era francamente difícil encontrar razones para que las tasas no bajaran más en forma más rápida.  

RA - Supongo que te referís a que la economía todavía sigue bastante débil. ¿Podemos repasar los últimos indicadores?

JG - Como ustedes decían al principio, los últimos datos reflejaron cierta mejoría de la actividad económica de la Zona del Euro. Hace un tiempo estuvimos comentando con ustedes el dato de PBI del segundo trimestre en Europa, y allí marcábamos como el elemento más positivo que la Zona del Euro había logrado cortar una racha de seis trimestres consecutivos de caída del PBI. Pero también decíamos que la suba del PBI de 0,3% en relación al primer trimestre no parecía un rebote demasiado fuerte para venir justamente después de una recesión de un año y medio.

Además, la Zona del Euro sigue con una situación de desempleo muy crítica. Si tomamos el promedio de los 17 países que componen el bloque la desocupación alcanza a 12,2%, una situación que seguramente no se va a corregir en el corto plazo y que siempre es una potencial fuente de inestabilidad. Además hay países como España y Grecia en donde el desempleo llega a situarse en torno de 27%.

Con esa situación y con una perspectiva de recuperación muy muy lenta por delante, el Banco Central podría haber decidido correr algún riesgo de inflación antes. De algún modo, podría decirse que el Banco Central europeo viene corriendo "de atrás".

RA - ¿Cómo se explica eso?

JG - En parte por lo que comentamos hace un rato, el Banco Central europeo tiene una tradición ortodoxa en relación a la inflación, heredada del Bundesbank alemán. Pero también tiene que ver con que tiene que considerar la situación de países con realidades diferentes. Es claro que Alemania, por ejemplo, no está en una situación crítica como para necesitar una tasa de interés de 0%. Esto puede explicar por qué, en general, en Europa han sido más lentos en mover las tasas.

RA - ¿Qué impactos pueden esperarse a partir de los anuncios de ayer?

JG - Quizás el efecto más importante que vimos en estos días fue la depreciación del euro, aunque parte de esa tendencia ya venía procesándose días atrás en la medida que la decisión final del Banco Central se iba anticipando.

Al margen de eso, la paridad dólar-euro cerró el viernes en US$ 1,33 cuando en la semana anterior llegó a ubicarse en US$ 1,38, el valor más alto en dos años. Eso es positivo para la Zona del Euro porque un euro tan apreciado se torna una dificultad adicional para lograr una recuperación más rápida.

Ahora, más allá de eso, a nuestro juicio los anuncios del jueves no cambian demasiado el panorama. Primero porque el cambio en las tasas es bastante marginal. Pero también por otros motivos. Recién comentábamos que el Banco Central parece venir de atrás en su estrategia de baja de tasas y esta rebaja, en particular, estaba bastante descontada. No hay entonces un elemento nuevo de expectativas. Y por otro lado, también comentábamos la última vez que conversamos sobre el panorama de tasas en Europa, hay que recordar que en la mayoría de las economías con más problemas dentro de la Eurozona las familias y las empresas probablemente están muy reticentes a tomar más deudas y los bancos probablemente están muy reticentes a prestar, con lo cual en general no se espera que menores tasas de interés vayan a redinamizar mucho el crédito ni la demanda agregada.

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