Análisis Económico

La producción industrial volvió a caer en setiembre. ¿Cómo es el comportamiento por ramas y cuáles son las perspectivas?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 9:25 Hs.)

EMILIANO CONTELO (EC):
La actividad de la industria había mostrado un repunte en agosto, pero según los datos del INE divulgados al comienzo de esta semana volvió a caer en setiembre. Concretamente, la producción industrial cayó 3,6% en relación al mismo mes del 2012. Incluso en esta cifra hay una influencia muy importante de la refinería de Ancap, si se excluye la producción de combustibles, la contracción pasa a ser de 7,3%.

Estos datos coinciden, además, con planteos bastante duros de la Cámara de Industrias en relación a la competitividad, a la rentabilidad y, en general, a las perspectivas del sector. Por esa razón, nos pareció importante poner el foco en los últimos datos del INE. En los próximos minutos conversaremos con la economista Tamara Schandy de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Recién comentábamos que la producción industrial cayó en forma fuerte en setiembre. ¿Qué lectura hicieron ustedes de los datos?

TAMARA SCHANDY (PR):  
Tal como mencionaban recién, en setiembre la producción manufacturera retrocedió 3,6% con respecto a setiembre del año pasado y en ese dato hay una influencia importante de la refinería de petróleo. De hecho, la actividad de la refinería de Ancap aumentó 20% con respecto a setiembre del año pasado, cuando la operativa estuvo en niveles relativamente bajos por mantenimiento.

Además de excluir la refinería, cuando analizamos los datos de industria en Deloitte generalmente miramos con bastante atención dos ramas más. Una de ellas es la de fabricación de pulpa y papel y la otra es la de producción de alimentos diversos. Nos gusta excluir estas ramas del análisis de tendencias porque reflejan básicamente lo que pasa en dos empresas muy grandes, UPM y la planta de concentrados de Pepsi respectivamente, y ensucian de algún modo la lectura de lo que está sucediendo en el general de la industria. El dato de setiembre no fue la excepción.

RA - ¿Cómo incidieron estas dos ramas?


TS - De hecho estas dos ramas solamente explican la mayor parte de la caída que marcan los datos del INE. En el caso de UPM la explicación es bien visible, ya que recordemos que UPM completó tempranamente la producción que tenía asignada para el año y, por lo tanto, bajó el nivel de actividad de la planta. Concretamente, la producción cayó a la mitad con respecto a agosto y más o menos 20% respecto a los niveles de setiembre del año pasado. Para el caso de la rama de alimentos diversos no tenemos una explicación específica y, pero es suele mostrar variaciones muy abruptas.

RA - ¿Qué pasó con el resto? ¿Cuáles fueron las tendencias sacando entonces esas dos ramas grandes?

TS - Lo que nosotros llamamos el "núcleo de la producción industrial" (que no es más que el índice general sin refinería, pulpa ni alimentos diversos) mostró un aumento muy ligero en setiembre, de menos de 1%.

Si miramos el acumulado en lo que va del año el mensaje es básicamente el mismo: la industria se encuentra estancada. En concreto, la actividad de este "núcleo" en los primeros nueve meses del año fue, en promedio, apenas 0,2% superior al del promedio del año pasado.

RA - ¿Ese freno es generalizado?

TS - Tal como hemos comentado en otras oportunidades, nosotros agrupamos las ramas en 3 grandes categorías: las ramas muy exportadoras, las ramas "intermedias" (que exportan, básicamente a la región, pero que también venden mucho en el mercado doméstico, en donde enfrentan competencia de importados) y las ramas de "bajo comercio" (que destinan la mayor parte de su producción al mercado interno y que además no enfrentan demasiada competencia de productos importados).

Desde esta perspectiva, se puede decir que el estancamiento es generalizado aunque con matices. En el caso de las ramas exportadoras, la producción se contrajo 1,4% en el acumulado a setiembre. En el caso de las ramas intermedias la variación es positiva, de 1,3%, y en el agregado de bajo comercio el crecimiento es nulo.

Otra forma que tenemos de analizar qué tan generalizada es la situación es tomar lo que denominamos "índice de difusión", que es simplemente el porcentaje de ramas (de un total de más de 60) que mostraron crecimientos. Ese índice se ubicó en 42% en setiembre, de hecho, en el último año el índice se ubicó en menos de 50% en 10 oportunidades. Eso quiere decir que más de la mitad de las ramas dejó de crecer y confirma, entonces, ese estancamiento relativamente generalizado.

Por supuesto que estos promedios siempre ocultan desempeños dispares, particularmente en los grupos de bajo comercio e intermedias. En las exportadoras no tanto, ya que la producción de estas ramas está cayendo con la sola excepción de los frigoríficos.

RA - Las declaraciones del presidente de la Cámara de Industrias en ocasión del Día de la Industria enfatizaban el tema de la pérdida de competitividad. ¿Podemos detenernos en la situación puntual de ese segmento de industrias exportadoras?

TS - En algunos casos las dificultades de competitividad son más  "estructurales". Es el caso por ejemplo de la industria textil o de la misma industria pesquera, en estas ramas los problemas no se explican únicamente porque el dólar esté hoy muy bajo. Pero es claro, y muchas veces lo hemos mencionado, que incluso pese a la suba reciente del dólar, Uruguay está muy caro en la comparación internacional y eso dificulta las posibilidades de competir de todo el sector exportador.

Por otra parte, tampoco debemos perder de vista que hay industrias que en los últimos años crecieron de forma muy fuerte de la mano de una mayor disponibilidad de materia prima (como fue por ejemplo el caso de la industria láctea o la misma industria arrocera) y era esperable que tendieran a perder dinamismo después de períodos de crecimiento tan acelerados. En esos casos quizás la razón de la moderación no es tanto la variación del precio del dólar (aunque claramente las impacta) sino más bien la evolución de la cantidad de materia prima para procesar.

RA - Del comunicado del INE llama la atención que una de las ramas que más crece es la de "fabricación de automóviles y autopartes", cuando recuerdo que hemos comentado en otras oportunidades que esa es una industria con mucha exposición a Argentina. ¿A qué se debe ese repunte?

TS - Es claro que la situación de Argentina sigue planteando un panorama bastante negativo para todas las industrias que colocan buena parte de su producción allí. Lo que sucede en este caso, en particular, es que esa suba (que es del orden de 40%) se da a partir de niveles muy bajos el año pasado, se había dado una caída enorme por las múltiples restricciones para exportar a Argentina y ahora se ve cierta recuperación reorientando las exportaciones a Brasil.

RA - Para terminar, ¿qué perspectivas están manejando ustedes para el año que viene?

TS - Nuestras últimas proyecciones marcan una suba del orden de 10% en 2014, que es una tasa muy importante pero que está muy influida por la producción de pulpa. Tendremos el efecto de la recientemente aprobada ampliación del nivel de producción de UPM, que empieza a correr desde el último tramo de este año, y fundamentalmente el efecto de la puesta en marcha de Montes del Plata. Hay que tener en cuenta que la producción de pulpa, papel y cartón se va a duplicar una vez que Montes del Plata esté operando al 100%, con lo cual vamos a ver un "escalón" en la serie de producción industrial, como vimos en 2007-2008 cuando empezó a funcionar Botnia.

Sin ese efecto, las proyecciones que mencionaba antes llevan implícitas un crecimiento muy menor del resto de la industria (sin la rama de pulpa), por debajo de 1% anual.

Eso es muy consistente con la visión mayormente pesimista que se está viendo a nivel de los propios empresarios del sector. Nosotros no estamos proyectando una caída de la actividad industrial, pero no deja de ser significativo que el relevamiento de expectativas que hace la CIU está marcando desde hace meses una mayoría de empresarios que espera una situación negativa para su empresa. De hecho, el saldo entre los que tienen una visión optimista y quienes esperan un peor desempeño de su empresa es de -10%, algo que no se veía desde 2009, cuando los niveles de producción industrial estaba cayendo.

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