Mario Bergara (BCU): "Stiglitz reafirmó un discurso que se viene pregonando en Uruguay" en materia económica
El Nobel de Economía Joseph Stiglitz estuvo en Uruguay y participó de varios seminarios durante el fin de semana. Algunos de sus diagnósticos dicen que Uruguay tiene la obligación de ser "creativo" a la hora de mantener el crecimiento y la estabilidad. A propósito de esta visita, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, dijo a En Perspectiva que el Gobierno tiene una "visión consistente" con los planteos de Stiglitz: "quienes han escuchado al equipo económico (...) tienen claro que venimos enfatizando la idea de que vivimos en un mundo incierto". Bergara agregó que el diagnóstico de Stiglitz sostiene que "es imprescindible mantener la cautela" en los períodos que se vienen y que éstos serán "muy desafiantes para los hacedores de políticas económicas porque también hay cuestionamientos a muchas verdades sagradas de varias concepciones teóricas".
(emitido a las 7.51 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía del año 2001, pasó este fin de semana por Uruguay y dejó algunas advertencias poco alentadoras.
Dijo que Estados Unidos y Europa aplicarán las medidas que sean necesarias para salir de sus crisis, sin importarles las consecuencias que éstas generen en otras zonas del mundo. Por lo tanto, Uruguay y los países de la región deberán afrontar por sí mismos los impactos de aquellas medidas y tienen la obligación de ser creativos a la hora de mantener el crecimiento y la estabilidad.
Stiglitz es considerado una referencia a nivel mundial con un pensamiento calificado de keynesiano. Es conocido por sus críticas a la globalización, a los economistas partidarios del libre mercado y a los organismos financieros internacionales. Llegó a Montevideo para participar en una serie de acitividades organizadas por la International Economic Association, instituto que preside, en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Central.
Según Stiglitz se vivirá en breve una etapa de "turbulencias" debido a las medidas que van a implementar los países del primer mundo, lo que supondrá un período "emocionante" para los conductores de la economía. "Les deseo suerte", dijo, mirando a los integrantes del equipo económico que el sábado lo escuchaba atentamente en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre.
Entre ellos estaba Mario Bergara, doctor en economía, presidente del Banco Central del Uruguay, con quien estamos en comunicación a partir de este momento.
En primer lugar ¿qué le dejó esta serie de contacto con Stiglitz entre el sábado y ayer domingo?
MARIO BERGARA:
Stiglitz es un referente, una voz influyente en la visión y las opiniones de los temas económicos a nivel global. No solo por ser un premio Nobel de Economía, que ya de por sí marca su estatura como académico, sino también por su experiencia en la visión y las actividades de índole global. Recordemos que él también fue vicepresidente del Banco Mundial, proceso que ha alimentado buena parte de sus opiniones posteriores acerca de los organismos multilaterales, de la globalización, pero sobre todo apuntando a enfoques pragmáticos de la economía tomando lo necesario de la academia, pero con la traducción necesaria para llevar las cosas a la práctica.
Coordinadamente con el Ministerio de Economía y Finanzas y la International Economic Association organizamos dos eventos este fin de semana: uno que duró los dos días en el marco de un seminario en el BCU, en el cual increíblemente Stiglitz tuvo una participación activísima en todas las mesas, las discusiones, etcéteraÂ...
EC Â Â... ¿Usted dice "increíblemente" porque no esperaban que él se mostrara tan dispuesto?
MB Â Claro, Stiglitz era la estrella del seminario y no siempre las personalidades tienen la humildad de participar activamente en la discusiones que todo el mundo va planteando. Él se arremangaba como cualquier hijo de vecino en la discusión de todos los temas que fueron transcurriendo en esas dos jornadas.
EC Â Yo lo interrumpí, usted estaba hablando de una de las actividades en las que intervino Stiglitz... pero hubo otras...
MB Â Sí, la del Sodre a la que usted hacía referencia, que fue en la sala Hugo Balzo. Fue la conferencia más abierta, más dirigida a los uruguayos en general, que contó con la participación de las autoridades pero también del mundo académico y de los interesados en la política económica. Creo que la descripción que usted hace de los planteos y las alertas que Stiglitz enfatizó es absolutamente atinada.
EC Â Por ahí, justamente, queríamos profundizar...
ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo vio los comentarios de Stiglitz sobre el período de turbulencia que se vienen y que a las potencias como Estados Unidos y Europa no les va a importar qué efectos tengan las políticas que asuman en el resto de los países?
MB Â Él lo pone en el marco de que las turbulencias, la incertidumbre, la volatilidad, no es algo nuevo sino que se inicia con la crisis financiera 2007-2008. En ese sentido tenemos una visión absolutamente consistente con ese planteo. Quienes han escuchado al equipo económico y al Gobierno en el BCU tienen claro que venimos enfatizando la idea de que vivimos en un mundo incierto, volátil, turbulento, y que obviamente desde países pequeños como Uruguay difícilmente uno pueda incidir para que eso sea sustancialmente diferente. Por lo tanto, la obligación desde las políticas públicas y económicas es generar condiciones que nos permitan navegar en esas turbulencias. Con referencia a las políticas de los países desarrollados también tenemos esa visión coincidente de que Estados Unidos ha aplicado una política -sobre todo en el terreno monetario- muy expansiva. Es decir: ha volcado al mercado una masa infernal de dólares al punto tal que lo que llamamos la hoja de balance de la Reserva Federal -el banco central de Estados Unidos- ha multiplicado por cuatro desde el año 2008 su dimensión; eso da la pauta de la imponente cantidad de dólares que se han volcado al mercado.
Lo planteado por Stiglitz es consistente con esa visión de que ellos determinan esas políticas mirando de manera casi exclusiva lo que pasa en la economía de Estados Unidos. La crisis que hubo en dicho país generó una destrucción de liquidez muy importante en 2008-2009 cuando quebró buena parte del sistema bancario y financiero. Por lo tanto esa masa de liquidez que ellos tienen que volcar es para compensar primordialmente esa destrucción de liquidez.
EC Â Ya conocíamos que en el pasado, y a partir de la crisis de 2008, se actuó de esa manera, en Estados Unidos especialmente. ¿Por qué vendría otra ola de ese estilo?
MB Â Él no dice necesariamente que va a haber un reforzamiento de esto, lo que plantea es que esto va a durar un poco más y que después va a venir un proceso en donde eso se va a deshacer. Pero yo creo que el énfasis que él pone -y coincidimos- en que Estados Unidos actúa mirando la economía americana y no lo que pasa en el resto del mundo, es que el dólar no es una moneda cualquiera, es una moneda circula en el resto del mundo; es más, la mayoría de los dólares que emite la Reserva Federal circula fuera de Estados Unidos. Por lo tanto el impacto que las políticas de la Reserva Federal tiene en la economía americana (la de compensar esa destrucción de liquidez) tiene un impacto muy distinto fuera de Estados Unidos y, entre otras cosas, en los países emergentes. Es una inundación de dólares que empiezan a circular en el mundo, una cantidad de liquidez que comienza a andar por los mercados financieros internacionales y que comienza a fluir a los países emergentes generando aspectos positivos y también desafíos importantes. Tanta liquidez abarata los financiamientos, uno puede colocar títulos de deuda y demás más barato cuando hay mucho dinero que además mira a los países como oportunidades de rentabilidad; pero también son movimientos de capitales que hoy vienen, mañana van, pasado mañana vuelven. Son procesos de inundación y sequía que tienen mucho que ver con los anuncios propios que hace la Reserva Federal.
RA Â Yendo a eso, ¿cuál es el impacto que deberíamos esperar en Uruguay cuando se concretara el retiro de estos estímulos en Estados Unidos?
MB Â Yo creo que eso es un camino hacia la normalización de las condiciones financieras globales, porque lo que estamos viviendo en estos años nadie puede considerarlo como una situación de normalidad de largo plazo, o algo que va a durar toda la vida. Las tasas de interés cero en el mundo no van a durar toda la vida, esta afluencia de capitales de liquidez tampoco. Volver a una situación de mayor normalidad, con tasas de interés un poco más altas y con flujos financieros en donde los países desarrollados vuelvan a estar en el centro de la escena es algo que todos debemos esperar, en la medida en que uno aspira a volver a la normalidad. El problema es que el camino a esa normalización va a ser muy sinuoso, va a tener muchísima volatilidad, mucha incertidumbre. Eso es lo que desafía la estabilidad económica y financiera de los países emergentes, sobre todo si son chicos y abiertos como Uruguay, porque las entradas y salidas de capital en olas generan esos movimientos en las variables principales, en lo que todo el mundo mira, los tipos de cambio, por ejemplo.
RA Â ¿Qué puede pasar con el dólar a nivel local cuando se dé el retiro de estos capitales?
MB Â El problema es que no va a ser un momento, va a ser un proceso que no sabemos cuánto va a durar, no va a ser corto, va a estar muy condicionado por cuestiones comunicacionales. Si no veamos lo que pasó este año cuando el que era en su momento el gobernador de la Reserva Federal, [Ben] Bernanke, comentó que estaba pensando que en algún momento iban a comenzar estos retiros. Hubo una reacción increíble en manada de volúmenes impresionantes en los mercados financieros internacionales de capitales que empezaron a fluir en la dirección contraria, es decir, volviendo hacia los países desarrollados. Al poco tiempo el propio Bernanke y la Reserva Federal dicen: Â"No, esto no va a pasar ahora, estábamos pensando para cuando recién Estados Unidos fortalezca un poco más su economíaÂ" y ahí los capitales vuelven de vuelta a los mercados emergentes. O sea, queremos decir que hay muchísima sensibilidad en los movimientos de capitales a nivel global de lo que vaya diciendo y haciendo la Reserva Federal. Y ese va a ser un proceso que va a llevar un tiempo porque la economía estadounidense aún no está mostrando una situación que indique que el deshacer los estímulos vaya a ser una cuestión rápida y el cambio de gobernador en la Reserva Federal, por sus características y su visión, indica también que ese proceso va a ser más largo del que se planteaba. Vamos a tener algún año más en el futuro con esta volatilidad y esta incertidumbre en los mercados financieros que implican que los capitales van y vienen en grandes volúmenes, y eso va a estar condicionando, por ejemplo, los tipos de cambio. Si uno mira el dibujo de los tipos de cambio de los países emergentes es bastante parecido de sube y baja porque está condicionado por estos factores que son bien globales, es como una ola enorme que nos mueve de manera muy similar a los países emergentes, sobre todo a aquellos que tenemos una dimensión pequeña y estamos efectivamente abiertos a lo que pasa en los mercados globales.
RA Â Stiglitz realizó un planteo sobre el que viene insistiendo en los últimos años refiriéndose a que el dólar deje de ser la moneda de referencia a nivel mundial. ¿Cómo ve esa idea?
MB Â Yo lo veo más como una expresión de deseo que como un proceso viable, por lo menos en un horizonte razonable. Creo que se deriva de esta idea de que el dólar es la principal moneda de referencia en el mundo, no la única, y de alguna manera estamos todos expuestos, sobre todo en esta era de globalización donde hay tanta interconexión entre los mercados, a las decisiones de política monetaria de Estados Unidos. En particular de Estados Unidos, porque el Banco Central Europeo también hizo anuncios importantes en esta materia y los impactos no son los mismos. Japón anunció que iba a duplicar la cantidad de yenes que circula, y los impactos no son los mismos. Sin duda el centro de decisión y de influencia en los mercados globales sigue estando en Estados Unidos, y en la moneda del dólar como referencia.
EC Â ¿Cuál podría ser una alternativa?
MB Â Cuando se creó el Fondo Monetario Internacional en la década del 40 se conformó una unidad de medida que de alguna manera era una canasta de monedas. Pero vemos que 70 años después lo que se llamaron los derechos especiales de giro, que procuró ser una unidad de medida incorporando una canasta de monedas, no cumplió un rol de referencia real. Quedó solamente de hecho para las operaciones con el propio Fondo Monetario. No es una cuestión sencilla cuando además las otras monedas también atraviesan problemas, el euro no pasa por su mejor momento, el yen japonés tampoco, y uno podría pensar que ahora también se incorpora China y el yuan todavía no juega con la flexibilidad en los mercados globales como para empezar a penetrar como una moneda global de relevancia. Tampoco se visualizan otras monedas en el mundo que estén pisando fuerte y procuren desplazar el dólar.
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MB - Quiero enfatizar el diagnóstico y las recomendaciones que hace Stiglitz: el mundo va a estar turbulento, incierto y volátil por un tiempo más y por lo tanto es imprescindible que los países que quieran navegar de manera razonable tengan que mantener la cautela, un diagnóstico adecuado y políticas que son las que han permitido navegar hasta el momento en esas condiciones. Hay que entender que hay que seguir en procesos de crecimiento, con énfasis en la equidad y en ir levantando los cuellos de botella para el desarrollo futuro, se ha puesto énfasis en temas de educación, de infraestructura, de tecnología. Yo diría que Stiglitz enfatizó y reafirmó un discurso que de alguna manera se viene pregonando en Uruguay, con un diagnóstico muy similar al que él plantea y también con una definición de necesidades de política en la dirección que Stiglitz plantea.
EC Â Supongo que le generó una sonrisa el término de "emocionante" referido al período que viene ahora para los conductores de las economías.
MB Â Absolutamente, estos son períodos muy desafiantes para los hacedores de políticas económicas porque también hay cuestionamientos a muchas verdades sagradas de varias concepciones teóricas. Hay que ser capaces de distinguir cuáles son los ejes del manejo de la economía que hay que mantener y cuáles son los manuales que uno puede flexibilizar o dejar de lado. Sin dudas es un mundo donde se desarrollan políticas que desafían algunas verdades absolutas, algunas están correctas y en la buena dirección, pero es un desafío identificar cuáles son las medidas y las políticas en situaciones tan complejas, tan novedosas como las que tiene el mundo de hoy, sin tirar por la borda algunos parámetros básicos que sin duda la teoría económica marca en su eje. Hay cosas de los manuales que tienen que mantenerse, otras que hay que flexibilizar y otras que definitivamente hay que dejar de lado, solo que todavía no hay absoluta claridad acerca de qué páginas de cada manual entra en cada uno de esos bloques.
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Foto: Presidencia