Análisis de los datos

Balance de la ronda de negociaciones de los Consejos de Salarios de este año

Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

(emitido a las 8:39 Hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, presentó los resultados de las negociaciones salariales que se llevaron adelante este año, en el marco de la 5ª ronda de Consejos de Salarios.

Aunque todavía hay algunos subgrupos que no llegaron a acuerdos, el ministro calificó como exitosa la ronda de negociaciones, destacando que se establecieron ajustes diferenciales más favorables para los trabajadores de menor remuneración, que se acordaron otros beneficios a los trabajadores y que se llegó a acuerdos entre empresas y sindicatos en la gran mayoría de los grupos. A partir de esa información, les proponemos analizar los resultados de esta ronda en diálogo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Antes de pasar al análisis de los datos presentados por el ministro Brenta, quizás valga la pena que nos comentes brevemente cuántos sectores estuvieron negociando estos convenios y cuántos trabajadores nuclean esos sectores.

PABLO ROSSELLI (PR):
En junio de este año vencieron 117 convenios. Para esta ronda de negociaciones, algunos grupos y subgrupos se subdividieron por lo que en realidad tuvimos 132 nuevas negociaciones, que representan más de la mitad del total de sub-grupos que están definidos para la negociación porque hubo otros grupos que negociaron a fines del año pasado.

La cantidad de trabajadores formales involucrados en estas negociaciones fue de casi 410.000, pero de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística esos sectores también incluirían casi 60.000 trabajadores informales. Aun estando en la informalidad, es razonable pensar que estos trabajadores igualmente tienen algún tipo de ajuste similar al que reciben los empleados formales. Por lo tanto, estamos hablando de un total de casi 470.000 trabajadores en torno a estos sectores. De ese total, el 70% se encuentra en los sectores de comercio, servicios técnicos y profesionales, construcción y actividades de transporte.

RA - ¿Cómo vieron los resultados de las negociaciones que se presentaron?

PR - Los acuerdos se pueden leer en varias dimensiones. Las más importantes son, a nuestro juicio, la frecuencia de los ajustes, la magnitud y la forma de cálculo del aumento propiamente dicho y los plazos.


RA - Empecemos por la magnitud de los aumentos y por la forma de cálculo de los ajustes. ¿Cómo se analizan los resultados desde esa perspectiva?

PR - Desde que se reinstalaron los Consejos de Salarios en 2005, los aumentos en general tienen tres grandes componentes: la inflación esperada, un incremento real y un "correctivo"; por inflación pasada.

Al comienzo de esta ronda había una preocupación relevante por la determinación de la forma de ajuste. En particular, en el equipo económico se temía por la posibilidad de que, debido a la persistencia de la inflación, los acuerdos comenzaran a tomar proyecciones de inflación más altas que el centro del rango meta. Eso podía conducir a una aceleración de los salarios y ante ese riesgo, el Gobierno planteó una alternativa de negociación que consistía en que se acordaran porcentajes fijos de aumento salarial (sin que tuvieran una referencia a la inflación prevista).

Fueron muy poquitos los convenios que tomaron ese camino. El ministro Brenta presentó información sistemática correspondiente a casi un 70% de los acuerdos alcanzados, y sobre esos datos solamente un 4% de los convenios tomó la opción de fijar porcentajes fijos de aumento en cada año. Es decir que los convenios se siguen fijando con una inflación esperada más un correctivo y más un componente real. Pero en el 95% de los convenios se siguió tomando como indicador de inflación esperada el centro del rango meta del Banco Central (que es 5%), por lo tanto no se materializó el riesgo de que se establecieran ajustes mayores a través de ese canal de expectativas.

RA - ¿Y cómo son los aumentos en términos reales que se acodaron? ¿Cuánto subirán los salarios por encima de la inflación?

PR - En general el porcentaje de aumento real de los salarios irá moderándose en cada uno de los años que duran los convenios.

Para las remuneraciones más bajas, la suba del salario real para el primer año de convenio se ubica entre 4% y 5%, se trata de subas fuertes. Para los demás casos, las subas se sitúan en torno de 2,5%, eso parece apuntar a cierta moderación de la suba del salario real respecto de lo que hemos visto en los años anteriores, aunque no podemos saber con certeza cuánto terminarán pesando las subas más altas y cuánto las subas más bajas

RA - ¿Cómo queda la frecuencia de los ajustes? El Gobierno planteó que prefería que los ajustes se hicieran una vez por año. ¿Por qué es importante eso?

PR - A nuestro juicio eso no es demasiado importante. En realidad, el hecho de tener ajustes salariales muy frecuentes quizás le ponga un poco más de persistencia a la inflación. Digo esto porque las empresas están más dispuestas a veces a ajustar sus precios al alza cuando saben que los salarios en la economía se están ajustando. Desde esa perspectiva, espaciar los ajustes, pasando de ajustes cada seis meses a ajustes anuales, puede tener algún efecto de reducción de la inflación.

Pero francamente no nos parece muy relevante. Por otra parte, en esta ronda de negociación el 90% de los convenios tomó la opción de ajustes anuales, antes había muchos convenios de ajuste semestral. El tema es que el cambio de ajuste semestral a ajuste anual tiene como consecuencia que se adelanta el ajuste que se otorga a mitad de año. Entonces para las empresas pasar de un ajuste semestral a un ajuste anual supone un incremento de costos, en un contexto de presiones inflacionarias persistentes.

RA - ¿Cómo consideran los plazos de vigencia de los nuevos convenios? El Gobierno quería convenios a tres años de plazo, lo cual terminó siendo así en la mayoría de los casos

PR - Según los datos que presentó el ministro Brenta, en el 79% de los casos analizados, los convenios son a tres años. Que los convenios sean a plazos largos tiene la ventaja de que permiten espaciar en el tiempo las instancias de negociación, que son desgastantes para las partes y que están rodeadas de una conflictividad elevada. A su vez, en esta ocasión, permitirá que el nuevo Gobierno no tenga que gestionar muchas negociaciones en el primer año de gestión.

De todos modos, hay que tener en cuenta que con un contexto macroeconómico que está cambiando a nivel internacional porque habrá un fortalecimiento del dólar, con todos los problemas que vemos en Argentina y también en Brasil (que crece poco y que va a precisar un dólar más alto), este plazo largo de los convenios puede a nuestro juicio resultar problemático.

RA - Pero hay cláusulas de salida ¿verdad?

PR – Sí, en general hay cláusulas de salida. Pero en algunos casos son vagas y en otros casos las cláusulas establecen que recién se convoca a renegociaciones en escenarios macroeconómicos malos (de inflación mayor a 12% o 15% o de caída del PIB).

Las cláusulas están pensadas desde una lógica sectorial pero no pretenden establecer salvaguardas a nivel macroeconómico, no pretenden anticiparse a los problemas macroeconómicos desde una perspectiva del conjunto de sectores.

RA - ¿Cuál es el balance que realizan ustedes de esta ronda?

PR - Varias veces hemos comentado nuestra preocupación por la evolución de los salarios en los últimos dos años. Está claro que todos queremos que los salarios se incrementen en términos reales, pero para ser sustentable, el aumento de los salarios debe ser compatible con la preservación de los equilibrios macroeconómicos.

La persistencia de la inflación en niveles elevados y el deterioro de la competitividad del país son señales relevantes que pautan en nuestra opinión la necesidad de una moderación salarial. El incremento real de los salarios está siendo superior a las mejoras de productividad, además el mecanismo de ajuste, basado en meta (5%), correctivo (3% o 4% aprox) y ajuste real, nos deja con una perspectiva de ajustes salariales de más de 10% por año. Con una perspectiva de fortalecimiento del dólar en el mundo y en la región, ese ritmo de ajustes salariales puede resultar incompatible con el mantenimiento de la inflación en niveles de un dígito. Será tarea del próximo Gobierno gestionar ese desafío.

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