Competitividad en la región

La perspectiva cambiaria en Brasil y las implicancias para la competitividad bilateral de Uruguay

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, sobre la operativa del mercado cambiario brasileño y su repercusión en Uruguay.

(emitido a las 8:36 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
En el mercado de cambios de Brasil el dóar está operando con mucha volatilidad, pero desde hace varios meses la tendencia subyacente es claramente alcista. Aunque en el comienzo de esta semana hubo cierto aflojamiento, el jueves pasado el valor del dólar en Brasil alcanzó un máximo de 2,40 reales y marcó un aumento de casi 10% respecto a sólo tres meses atrás.

¿Qué supone eso desde la perspectiva de la competitividad de Uruguay? ¿Es de esperar que continúe esta tendencia? En los próximos minutos, el diálogo sobre este tema será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
En los últimos meses se ha hablado mucho acerca del rezago de competitividad de Uruguay, en particular frente a Brasil que es un socio comercial muy relevante. ¿Cuán importante es ese rezago con los valores actuales de tipo de cambio?

TAMARA SCHANDY (TS):
Decías recién que el tipo de cambio en Brasil subió aproximadamente 10% en los últimos tres meses. Hace tres meses el tipo de cambio en Uruguay era 21,6, prácticamente igual al actual. De esa comparación surge claramente que en el último trimestre hemos tenido un deterioro muy significativo de la competitividad bilateral.

Pero la comparación en tres meses puede ser un poco arbitraria, por eso es habitual comparar los precios en dólares en Uruguay y en Brasil respecto a un promedio histórico bien largo. Si miramos la relación de precios hoy frente al promedio de los treinta años que van desde 1976 a 2007 tenemos un desvío de aproximadamente 25%. Puede ser discutible cuál es el promedio de referencia más indicado, pero esa magnitud habla claramente de un desequilibrio muy relevante.

RA - Para ubicar a los oyentes, ¿cómo se compara esta situación con la que tuvimos luego de la devaluación de Brasil en 1999?

TS - No estamos en esa situación. En ese entonces el desequilibrio respecto a ese mismo período de referencia llegó a ser de 40%. Pero dejando de lado ese episodio, la verdad es que no hay antecedentes de una brecha como la que tenemos hoy.

Históricamente el tipo de cambio en Uruguay y en Brasil ha tenido fluctuaciones muy similares, de modo que cuando incorporamos también el efecto de la inflación el tipo de cambio real osciló siempre en forma muy próxima a un "equilibrio", con desvíos que salvo en el período que fue desde la devaluación de Brasil en 1999 hasta la nuestra en 2002 casi nunca habían sido de ± 10%. Esa situación se empezó a revertir en 2011 y desde entonces Uruguay ha tenido un deterioro casi sistemático de su competitividad bilateral.

RA - La semana pasada cuando analizábamos las cifras de exportaciones de 2013 tú mencionabas que Brasil es el segundo destino más importante para el país, después de China. ¿Podemos repasar cuáles son los principales productos que le vendemos a Brasil y qué industrias son las más expuestas a este cambio de precios relativos?

TS - A Brasil le vendimos unos 1.900 millones de dólares el año pasado. En la lista de los 10 rubros principales están algunos productos plásticos, los lácteos, la malta, plaguicidas, autos y camiones y también algunas manufacturas de hierro o acero. Cada una de esas categorías tuvo exportaciones por más de 50 millones de dólares a Brasil el año pasado.

Pero para ver el riesgo la dimensión relevante no es sólo si se exporta a Brasil y cuánto sino además si esa producción se puede colocar en otros destinos. Naturalmente en el caso de los lácteos, el trigo o el arroz, Brasil es sólo uno de múltiples destinos posibles. Pero, por el contrario, en la mayoría de los otros casos que mencionaba la participación de Brasil en el total de exportaciones de esos rubros es de más del 70%. Eso habla de que son sectores muy dependientes de las exportaciones a Brasil.

Por otra parte, cuando miramos los impactos de la pérdida de competitividad frente a Brasil tampoco debemos olvidar a los sectores que pueden enfrentar más competencia de productos importados por el abaratamiento relativo de Brasil.

RA - ¿En materia de turismo qué impactos cabe esperar?

TS - No hay cifras de la temporada aún. Podemos tomar como referencia el verano pasado, ya que a comienzos de 2013 la relación de precios ya era bastante desfavorable a Uruguay (con un "desequilibrio" en la medición que mencionaba al inicio del orden del 20%). Durante la temporada pasada la cantidad de visitantes brasileños había caído 16%, pero se trataba del primer año de Uruguay realmente bastante más caro frente a Brasil. Este año tenemos más bien una profundización de ese fenómeno. Teniendo en cuenta eso no esperamos que las cifras oficiales muestren una nueva caída de esa magnitud en el número de visitantes, pero tampoco vemos que haya habido condiciones para ningún repunte.

RA - ¿Cuánto pesan los brasileños en el total?

TS - Son unos 350.000 visitantes por año. En general las cifras muestran que son turistas que se quedan menos días que los de cualquier otro origen, pero gastan al mismo nivel que los de Estados Unidos o incluso un poquito más que los europeos. Por eso son turistas "valiosos" para la industria turística local.

En enero-setiembre de 2013 gastaron en promedio unos 150 dólares por día por persona, cuando los argentinos (por ejemplo) gastaron unos 110 dólares. Al final, los brasileños terminan representando un 15% de las divisas que entran al país por turismo.

RA - ¿Cómo están viendo las perspectivas cambiarias en Brasil? ¿Cabe esperar que el real se siga depreciando?

TS - Sí. En realidad las perspectivas tienen mucho que ver con lo que esperamos que suceda con el dólar a nivel mundial. Hay un aspecto que aún no mencionamos y es que la devaluación que se dio en Brasil de hecho se enmarcó en un contexto en el que el dólar se fortaleció frente a varias monedas emergentes. Por ejemplo, el tipo de cambio en Chile subió 6% en la misma comparación con principios de octubre, en Tailandia 5%, en Australia también 5%.

También es justo decir que Brasil estuvo bastante "a la cabeza" de ese proceso. Con esta depreciación Brasil viene ajustando bastante su desequilibrio de tipo de cambio real frente a Estados Unidos, pero sigue "caro". Hay una brecha de 15% respecto al promedio histórico. Dentro de los emergentes puede ser de los que están cerrando la brecha más rápidamente, pero al mismo tiempo tiene algunas vulnerabilidades que hacen que necesite (quizás más que otros) una moneda más depreciada. Y eso el mercado lo percibe. No es casualidad que 2013 cerró con una salida neta de capitales financieros de más de 20.000 millones de dólares, cuando en los años previos se habían registrado ingresos en forma sistemática.

RA - ¿A qué vulnerabilidades te estás refiriendo?

TS - Como es sabido, Brasil está creciendo muy poco y tiene a la industria estancada. Tiene demora en la implementación de varias reformas estructurales que se entienden claves para impulsar un desarrollo sostenido.

La encuesta de expectativas del Banco Central de Brasil muestra que los analistas aguardan una suba del PIB de sólo 2% para 2014 y siguen viendo un déficit de cuenta corriente importante, de 3.3% del PBI. En ese marco, no debe sorprender que el tipo de cambio ajuste al alza. De hecho, la mediana de la encuesta está dando un valor de 2,45 reales por dólar para fin de año.

Igual, la magnitud del aumento va a depender en buena medida del dólar en el mundo y de cómo sigan las acciones de la Reserva Federal y el apetito de los inversores respecto al riesgo emergente. Pero si no hay "sorpresas" en el marco externo, desde Uruguay no deberíamos esperar que se revierta esta depreciación que hemos visto en Brasil. En todo caso, las expectativas de mejora de la competitividad deberían venir por el lado de un aumento del tipo de cambio también en Uruguay, que nos ayude a cerrar esa brecha.

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