Estados Unidos

Nuevo movimiento de la Reserva Federal en un momento de mayor tensión financiera en los mercados emergentes

Análisis del economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte, sobre un nuevo recorte en el programa de compra de títulos.

(emitido a las 8:38 hs.)

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Durante el martes y la jornada de ayer se estuvo llevando a cabo la primera reunión de la Reserva Federal de 2014, que fue además la última presidida por Ben Bernanke. En esta ocasión el organismo volvió a recortar en 10.000 millones de dólares el programa de compra de títulos.

A diferencia del movimiento anterior, esta vez el anuncio tuvo lugar en un momento en el que los mercados financieros registran una mayor volatilidad. En particular, en los mercados emergentes se vieron depreciaciones bastante fuertes de algunas monedas y varios bancos centrales tomaron medidas agresivas para contener las subas del tipo de cambio. Para analizar y comentar más a fondo estas noticas, enseguida conversaremos con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

Podríamos comenzar comentando la decisión de la Reserva Federal de volver a rebajar en 10.000 millones de dólares el programa de compra de activos. Finalmente, la Reserva Federal siguió por el mismo camino de gradualidad que había señalizado en la reunión de diciembre, ¿verdad?

JAVIER GLEJBERMAN (JG):
Sí, el recorte de 10.000 millones de dólares en el programa de compra de activos (que ahora queda con un ritmo mensual de compras de 65.000 millones por mes) es sin dudas un movimiento bastante gradual y por lo que tú decías no es algo que sorprenda. Prácticamente podríamos decir que todos los analistas y las encuestas de opinión estaban manejando como escenario más probable que la Fed tomara este camino.  

RA - ¿Por qué decís eso?

JG - Porque en los últimos comunicados la Reserva Federal decía que el accionar de la política monetaria está y va a estar muy ligada, e incluso supeditada, a cómo evolucione la marcha de la economía. De hecho, en la reunión de diciembre (que fue incluso cuando se dio el primer recorte de los estímulos monetarios, dando comienzo a lo que en la prensa se ha mencionado como "tapering") el organismo reafirmó esa noción y dijo que los futuros recortes en las compras de bonos iban a estar ligadas a la actividad económica.

RA - ¿Y qué marcaron los últimos indicadores de actividad?

JG - Lo cierto es que en estas últimas semanas no hemos tenido grandes sorpresas en los datos económicos que pudieran hacer pensar en un recorte más grande de los estímulos monetarios. Es más, la creación de empleo (una de las variables que la Reserva Federal mira con mayor atención) tuvo un desempeño bastante flojo en diciembre, marcando un quiebre con lo que venían siendo los últimos datos que venían mostrando un panorama más positivo en el mercado de trabajo. De hecho, en diciembre se crearon solamente 74.000 puestos de trabajo, bien por debajo de lo que se esperaba y además fue el registro más bajo de todo 2013. Hoy, en algunas horas, se va estar publicando el dato de PBI del cuarto trimestre, habrá que mirar ese dato con bastante detalle para ver si nos da alguna pista adicional sobre el comportamiento de la economía, que como recién decíamos es una referencia obligada para la toma de decisiones de la Fed en estos momentos.

Por otro lado, la inflación medida en términos doce meses se ubicó en diciembre en 1,5%, todavía por debajo del objetivo de la Reserva Federal de 2%. Por lo tanto y como hemos comentado otras veces, desde esta perspectiva la Fed tampoco tiene mucha presión como para tomar una postura más agresiva en el retiro de los estímulos.

RA - Te propongo ahora que veamos este tema desde la perspectiva de los emergentes, porque en las últimas semanas se vieron movimientos bastante bruscos en estos países ¿Cómo están viendo eso?

JG - Más allá de que los primeros pasos que está dando la Reserva Federal con el retiro de liquidez son bien graduales y por ahora lo más probable es que se siga en esa línea, no hay que dejar de tener presente que eso ya marca un cambio en lo que ha sido el contexto financiero internacional de los últimos años, luego de la quiebra de Lehman Brothers.

En ese marco, entonces, no debería sorprendernos que los inversores se vayan desprendiendo de sus posiciones en los mercados emergentes si ven un panorama de mejores retornos en el mundo desarrollado. Según un artículo publicado en el sitio web del diario Financial Times los flujos de capitales financieros hacia las economías emergentes bajaron de forma considerable durante 2013, alrededor de unos 100.000 millones de dólares.

Éste es un punto importante porque mientras los flujos de capitales eran abundantes y podían financiar la inversión y el consumo interno de las economías emergentes, las debilidades macroeconómicas que presentan varios de estos países no parecían un problema demasiado grande. El tema es que ahora, con menos flujos de capitales, las vulnerabilidades se hacen más visibles, los inversores ven mayores riesgos de cara al futuro y eso en definitiva se va traduciendo en una menor confianza en estos países, que se manifiesta también en una depreciación de sus monedas. Argentina no fue el único país que tuvo una depreciación fuerte de su moneda por estos días.


RA - ¿De qué magnitudes estamos hablando? ¿Podemos repasar otros ejemplos?   

JG - Obviamente no de las magnitudes de Argentina, que está atravesando una crisis cambiaria, pero igual hubo movimientos de importancia. Sin ir más lejos tenemos a Brasil en donde ayer el dólar llegó hasta 2,43 reales, eso deja un aumento de más de 3% en un solo mes. En otros casos se dieron episodios más fuertes incluso, en general con factores domésticos que en algunos casos tuvieron que ver con desarrollos políticos que generaron mayor nerviosismo.

En esa línea, los países que más han llamado la atención estos últimos días fueron Turquía y Sudáfrica (dos economías que están dentro de las 25 más grandes del mundo). En el caso de Turquía, la suba del dólar en lo que va del año fue de 4% aproximadamente y la caída de la bolsa estuvo en torno a 9%. En el caso de Sudáfrica, el dólar se valorizó cerca de 7% y el descenso de la bolsa fue algo menor, del orden de 2%.

RA - Justamente ayer Turquía y Sudáfrica aparecían en las portadas de varios sitios internacionales de noticias, porque los bancos centrales decidieron subir las tasas de interés de referencia y en el caso de Turquía sorprendía además la magnitud del aumento. ¿Cómo ven eso? ¿Es una medida suficiente para defender sus monedas?

JG - Son varias las economías emergentes que han estado tomando ese camino desde que comenzó a discutirse la posibilidad de que Estados Unidos empezara a recortar los estímulos monetarios. En algunas de ellas se da además que tienen situaciones de inflación alta, pero el objetivo implícito de tipo de cambio siempre suele estar allí también. Por ejemplo, desde mediados de 2013 a la fecha Brasil subió la tasa de referencia en siete oportunidades, Indonesia lo hizo cinco veces, India tres veces y si siguiéramos repasando seguramente encontraríamos más ejemplos.

Lo que sorprendió, como tú decías, fue la agresividad con la que se movió el Banco Central de Turquía, que el martes subió la tasa de referencia más de 400 puntos básicos hasta llevarla a 12% anual. El Banco de Sudáfrica se movió en la misma dirección, aunque de forma mucho más moderada, llevando la tasa de interés de 5% a 5,5%.

RA - ¿Pero son efectivas esas medidas?

JG - Lo que se hace es ofrecer un rendimiento más atractivo para quedarse en la moneda nacional. Puede funcionar en períodos cortos sobre todo, pero lo que hay que tener en cuenta es que si la depreciación está motivada por "fundamentos" es muy difícil que se detenga con este tipo de medidas. De algún modo, subir las tasas de interés (y sobre todo en la magnitud en que lo hizo Turquía) puede ser un camino peligroso. Intentar resistir depreciaciones puede llevar a una agudización de los desequilibrios macroeconómicos que ya presentan estos países, con saldos negativos a nivel fiscal y déficits de cuenta corriente que están entre 6% y 7% del PBI, o directamente puede no ser efectivo para calmar el nerviosismo del mercado. En el ejemplo de Turquía que estamos comentando, la lira se apreció fuertemente al comienzo de la jornada de ayer, pero luego esas ganancias se borraron y el tipo de cambio terminó en los mismos niveles que antes del movimiento del Banco Central.

En síntesis, este es un tema a monitorear porque muchas veces nosotros decimos que una de las fortalezas de las economías emergentes (a diferencia de otros momentos y de la crisis de fines de los 90 en particular) es que cuentan con un sistema de flotación del tipo de cambio. Pero si los países terminan usando la tasa de interés justamente para limitar esa flotación la fortaleza se desvanece. Con lo cual tendremos que seguir atentos a si se generalizan este tipo de estrategias en el futuro.

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