Competitividad en la región

Brasil: anuncios de recorte de gasto y revisión a la baja de la proyección de crecimiento económico

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, sobre los recortes en la economía brasilera y su impacto en nuestro país.

(emitido a las 8:40 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, anunció una reducción del gasto público y una nueva meta de resultado fiscal primario.

Los cambios también vinieron de la mano de una rebaja fuerte de las proyecciones oficiales de crecimiento del PBI para este año, de 3,8% a 2,5%.

Con Argentina en dificultades, la mirada a nuestro otro vecino de la región es cada vez más relevante, sobre todo porque desde hace varios meses enfrenta un panorama de salida de capitales y de depreciación de su moneda. En los próximos minutos les proponemos poner el foco en la situación de Brasil. En diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
 
Te propongo comenzar repasando las grandes líneas de los anuncios fiscales que se hicieron la semana pasada.

TAMARA SCHANDY (TS):
Se anunciaron varias cosas. Lo que hizo más eco quizás fue que hubo recortes de gastos por un total de unos 44 mil millones de reales. No vale la pena entrar en los detalles de las partidas, pero mirado en su conjunto es un ajuste grande porque es equivalente a casi un punto entero del PBI.

Pero sucede también que paralelamente se rebajaron varias partidas de ingresos y se "sinceraron" varios supuestos usados en el presupuesto. Por eso, si bien uno esperaría que con semejante restricción de gastos se viera un mejor resultado fiscal, el Gobierno de hecho anunció una meta menor para el superávit fiscal primario.

EC - ¿Tan fuerte fue el cambio en los ingresos? ¿Cómo se explica el ajuste? ¿Se está frenando tanto la recaudación de impuestos?

TS - Los números fiscales de Brasil hace tiempo que están siendo cuestionados y de hecho el Gobierno viene teniendo resultados peores que los proyectados en forma sistemática, aun cuando ha ajustado más de una vez las partidas que considera y que no dentro de las cuentas y de las metas (lo cual es un elemento que de por sí no genera demasiada confianza en el mercado).

Esta vez parecería que se quiso apelar a un "sinceramiento" de la meta fiscal. El ministro dijo explícitamente que estaban bajando la meta de superávit primario para poner algo que fuera "realista" y "alcanzable". En esa línea, por ejemplo, se bajó fuertemente la contribución de los Estados y los Municipios, cosa que el Gobierno no controla. En las programaciones financieras anteriores se les ponía un superávit de 1% del PIB y esta vez se proyecta sólo 0,35%. Del mismo modo, también se bajaron previsiones de ingresos en el Gobierno central, incluyendo por ejemplo ingresos por el sistema de seguridad social.

En síntesis, no es que haya una expectativa de caída fuerte de los ingresos fiscales por el enfriamiento de la economía; lo que hay es menos ingresos en la programación financiera respecto a referencias "poco realistas" en proyecciones anteriores.

EC - ¿Cuál es la nueva meta fiscal entonces?

TS - Las metas se expresan en millones de reales, pero en porcentaje del PBI, para que sea más fácil interpretar, estamos hablando de una meta de superávit primario (esto es, antes del pago de intereses) de 1,9% del PBI.

Eso coincide además con el cierre de 2013, así que el anuncio es básicamente que habrá un recorte de gasto para mantener el balance en el número actual. Como decía, eso es probablemente un número más "realista" que la meta anterior de 2,1% del PBI, pero supone una nueva resignación (aunque marginal) a niveles de resultado cada vez más bajos. Recordemos que Brasil tenía niveles de resultado primario de alrededor de 3,7%-3,8% en 2004-2005 y que a partir de allí tuvo una política fiscal bastante expansiva (especialmente después de la crisis financiera internacional en 2008) y eso hizo que –al igual que en Uruguay- el resultado fiscal primario se deteriorara bastante frente a esos niveles.

EC - En ese "sinceramiento" del programa fiscal al que hacías referencia llama bastante la atención el recorte de la proyección oficial de crecimiento del PBI, de 3,8% a 2,5%. ¿Cómo vieron ese aspecto en particular?

TS - El 3,8% hace tiempo que había dejado de ser un número plausible. La encuesta de expectativas que hace el Banco Central de Brasil tiene una proyección de 1,8% para 2014 si nos fijamos en la mediana de las respuestas. Eso marca que el Gobierno está incluso "corriendo de atrás" en esta revisión. 2,5% sigue pareciendo un número optimista para este 2014.

EC - Seguramente muchos oyentes se estén preguntando por el impacto del Mundial de Fútbol. ¿Eso no va a dar un impulso a la economía de Brasil?

TS - No hay cómo hacer estimaciones precisas, pero el impacto de la construcción de infraestructuras es acotado y el del mayor gasto de los turistas es en cualquier caso  transitorio. Se puede discutir cuánto es el efecto aislado de uno y otro elemento, pero en definitiva las respuestas de los analistas a la encuesta del Banco Central ya consideran que en 2014 estará el Mundial, y aun así son bastante pesimistas.

A nuestro juicio, lo que está pasando en Brasil es que ya se agotó el espacio para tratar de estimular el crecimiento por el lado de la demanda. Desde el punto de vista fiscal, sobre todo, es claro que no hay espacio. Probablemente Brasil necesita procesar varias reformas que están limitando la potencialidad de crecimiento por el lado de la oferta (temas de infraestructura, temas tributarios, temas de financiamiento y de funcionamiento del sistema financiero). Esos asuntos hoy no parecen estar en la agenda de corto plazo y por eso las expectativas son de crecimiento muy pobre.

EC - ¿Cuánto incide el marco internacional más negativo que se advierte para todos los países emergentes?

TS - Es un elemento importante, sin dudas. Brasil está enfrentando un escenario de salida de capitales y hoy aparece  con Sudáfrica, Turquía, Indonesia e India en el grupo que muchos analistas internacionales están llamando los "Fragile Five" por sus debilidades macro.  

Son todos países con un déficit en cuenta corriente relevante y también con déficits fiscales más bien altos, lo cual los hace bastante vulnerables a un cambio en el contexto externo con menos acceso a financiamiento externo barato. Brasil tiene además la mayor parte de su deuda a plazos relativamente cortos (en contraposición por ejemplo a Uruguay, que tiene niveles aún más fuertes de déficit en cuenta corriente y también tiene déficit fiscal pero tiene un mucho mejor perfil de vencimientos).

A todo eso tenemos que agregar que 2014 es año de elecciones y hay analistas brasileños que incluso descreen que la nueva meta fiscal, que como decíamos antes es menos exigente, pueda ser alcanzada.

Con todo eso sobre la mesa, la verdad es que es bastante probable que sigamos viendo un signo negativo en el saldo de capitales desde y hacia Brasil y que la moneda siga estando bajo presión.

EC - El tipo de cambio superó los 2 reales con 40 centavos hace poco. ¿Esperan niveles aún más altos?

TS - Es probable. La encuesta de expectativas de Brasil, de hecho, apunta a un valor del dólar de 2 reales con 50 a fin de año.

Pero relacionado a eso hay un punto que nos parece importante que es que la depreciación de la moneda puede ser vista como un indicio de debilidad y de salida de capitales, pero también es un mecanismo de absorción del shock externo. En definitiva, Brasil (como Uruguay) se había encarecido mucho en dólares en los últimos años y un ajuste cambiario viene bien para corregir ese desequilibrio y permitir recomponer la competitividad de la producción brasilera.

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