Indicios de ajustes macroeconómicos en Argentina: ¿hay espacio para ser más optimistas?
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, sobre los cambios que se advierten en el panorama económico en Argentina.
(emitido a las 8:40 hs.)
EMILIANO COTELO (EC):
El tipo de cambio paralelo en Argentina cotizaba ayer debajo de 10 pesos con setenta centavos, casi 20% por debajo del máximo de 13 pesos con 10 que alcanzó en las jornadas posteriores a la devaluación de enero. La brecha con el dólar oficial está ahora en 33%, casi la mitad del 63% que supo marcar a comienzos de año.
Este es sólo uno de los cambios que se advierten en el panorama económico en Argentina. También tenemos, por ejemplo, nuevas estadísticas de IPC y PBI y anuncios de recortes de algunos subsidios. ¿Son indicios de un cambio de rumbo macroeconómico? Les proponemos conversar sobre este tema con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA):
¿Cómo están viendo ustedes el cambio en el contexto argentino? ¿Hay espacio para ser un poco más optimistas?
TAMARA SCHANDY:
Hay varios elementos que pueden considerarse giros positivos y que están siendo bienvenidos por el mercado. Pero también hay que tener presente que la magnitud de los desequilibrios argentinos es muy grande y que hay frentes (como el fiscal) en los que no hay cambios sustantivos. Entonces la respuesta a tu pregunta, en forma muy sintética, sería: sí, hay espacio para ser un poco más optimistas, pero los problemas "de fondo" siguen estando. Estamos viendo indicios de ajustes pero aún no son suficientes y sería muy prematuro decir que el riesgo de crisis quedó atrás.
RA - ¿Cómo están viendo la publicación de nuevas estadísticas de PBI e inflación? Te lo pregunto porque entre los analistas argentinos hay bastante debate en torno al grado de "sinceramiento" de los números oficiales.
TS - Hay diferencias entre los nuevos datos oficiales y las estimaciones privadas, pero es natural que las haya. Las técnicas de medición y los ponderadores de los cálculos no tienen por qué coincidir y eso puede explicar diferencias relevantes. Igual "en tendencia" hay una coincidencia importante. El nuevo PIB dio un crecimiento de 3% en 2013, muy en línea con las mediciones privadas, y el nuevo IPC de alcance nacional marcó una inflación de 7,2% en sólo dos meses. Hay discrepancias con lo que marcan otros relevamientos privados de inflación y sin duda hay que esperar a tener más datos para evaluar mejor los resultados, pero hay un cambio sustantivo en los mensajes que se desprenden de las nuevas cifras oficiales.
Que mejore la calidad de las estadísticas es bueno de por sí, pero también es bueno de cara a la posibilidad de que Argentina logre obtener alguna línea de financiamiento externo. El tema de las estadísticas era un punto en la agenda con el FMI y los otros organismos internacionales, así que es bueno que esté saliendo del medio.
RA - Se ha señalado que los servicios públicos tienen más peso en el nuevo IPC. ¿Qué pasará ahora con la reversión de los subsidios a algunas tarifas? ¿Cuán importante será el impacto sobre la inflación?
TS - Los incrementos de precios van a ser escalonados y dependerán del consumo (quienes ahorren en consumo tendrán mejores tarifas), pero los aumentos potenciales son muy fuertes. En el agua potable, por ejemplo, los precios pueden hasta quintuplicarse. Los analistas locales estiman que el impacto en el IPC puede ser de 1,5%.
Es un impacto fuerte, pero desde el punto de vista macro es bueno que empiece a plantearse una reducción de los subsidios. El abaratamiento de la última década fue realmente enorme. En el gas natural para uso residencial, por ejemplo, estamos hablando de una relación de 9 a 1 cuando comparamos precios ajustados por inflación en 10 años. Teniendo en cuenta eso y que Argentina pasó de ser un país superavitario en energía a tener un déficit de cuenta corriente por ese concepto de 1 punto entero del PBI, la reversión del esquema de subsidios parece muy necesaria.
RA - ¿Hay una estimación del ahorro fiscal?
TS - Sí, aunque no es claro que finalmente sea ahorro porque se plantea como una medida redistributiva. Kicillof dijo que lo ahorrado se va a destinar a planes sociales. En cualquier caso las medidas que se concretaron aun son relativamente pequeñas. Se estima que son entre 5.000 y 10.000 millones de pesos de un total de 130.000 millones de subsidios. Pero, reitero, parece un primer abordaje en la dirección correcta.
Desde la perspectiva inflacionaria es algún punto más, pero ese partido también se juega en otras canchas; en lo salarial y en lo monetario más que nada.
RA - Justamente te iba a consultar sobre la política monetaria. Recuerdo que ustedes han señalado en otras oportunidades que la emisión de dinero es la contracara del déficit fiscal. ¿Cómo es que se habla de una tónica más contractiva si, decías recién, no ha habido avances de reducción del déficit fiscal?
TS - Hay una tónica más restrictiva y ese es otro de los indicios "positivos" de los últimos 2 meses. Eso se ve en que la base monetaria prácticamente no está creciendo. Y al mismo tiempo las tasas de interés en pesos, que por mucho tiempo fueron negativas en términos reales (o sea, más bajas que la inflación), ahora están en torno de 30%.
El Banco Central está pagando tasas algo más atractivas y está colocando mucho más letras. Estos instrumentos, que allá se llaman Lebac y Nobac, permiten sacar dinero del mercado, o "esterilizar" la expansión de dinero como decimos los economistas.
Eso es lo que permite moderar la expansión monetaria, pero el motivo que está por detrás de la emisión, que es la necesidad de financiar al Tesoro, sigue estando presente. Por eso la moderación de la política monetaria es una señal súper bienvenida, pero debemos ser cautelosos porque no sabemos cuán sostenible puede ser.
RA - ¿Cuál es el panorama de financiamiento del déficit actualmente?
TS - Hasta el año pasado una parte importante del gasto se cubría con transferencias del Banco Central bajo diferentes modalidades. Por eso cuando uno mira las cuentas el déficit no parece tan grande en porcentaje del PIB. El de 2013 fue sólo unas décimas arriba de 2% del PIB, muy parecido al de Uruguay.
Pero esos ingresos no son sostenibles, entre otras cosas porque el stock de reservas se fue achicando. Si se quita ese financiamiento del Banco Central, el déficit a cubrir es del orden del 6% del PBI.
El Gobierno podría conseguir líneas de financiamiento del exterior o colocar deuda (de hecho hace dos semanas hubo una primera emisión chica en pesos que algunos dicen podría ser una prueba para nuevas emisiones de deuda, incluso en dólares), pero hoy hay un riesgo fuerte de que ese déficit se cubra con emisión de dinero. Y por eso los analistas advertimos sobre el riesgo inflacionario. En el caso más extremo, si Argentina emitiese por el 6% de su PBI, estaría aumentando la base monetaria en 70% aproximadamente.
El Banco Central podría colocar más letras y tratar de "esterilizar" la expansión monetaria, pero eso también es riesgoso.
RA - ¿Por qué?
TS - Porque tiende a aumentar el déficit por los intereses que se pagan sobre un stock creciente de letras.
Puede ser una buena estrategia para ganar tiempo mientras se procesa un ajuste del gasto público. Pero si el gasto primario va a seguir en torno del 40% del PBI, a la larga sólo se agranda el volumen total a cubrir y el problema que se genera cuando efectivamente se monetiza.
RA - ¿Cuál es la expectativa de inflación?
TS - Las encuestas para 2014 están en torno del 40%. Igual va a depender mucho de cómo se resuelva lo anterior y también de los resultados de las negociaciones salariales. Las noticias reportan incrementos muy grandes en las paritarias, pero hay que recordar que la inflación también es alta y está subiendo. En general el Gobierno está haciendo fuerza para que los ajustes cierren con aumentos nominales similares o inferiores a la inflación, cosa que no es una buena noticia para el poder de compra de los salarios pero sí es algo positivo desde la perspectiva de la estabilización de precios.
Allí parece que se está tratando de hacer otro ajuste en la conducción económica, pero es un frente que hay que seguir monitoreando.
RA - ¿Y el tipo de cambio? En Argentina algunos analistas señalan que se está usando como "ancla" para la inflación. ¿Cómo lo ven ustedes? ¿Es posible que el tipo de cambio oficial se sostenga en torno de los 8 pesos por dólar?
TS - Con inflación alta el efecto de la devaluación se "diluye" rápidamente y a nuestro juicio es muy probable que tengamos nuevos aumentos. Argentina se debe abaratar en dólares y tiene inflación, así que el dólar debe subir. Pero si el tipo de cambio está usándose como ancla, las devaluaciones van a ir "de atrás".
En síntesis, estamos viendo varios pasos que sugieren indicios de ajuste en Argentina y eso mueve un poco el "timing" de caída de reservas y la posibilidad de una crisis. No en vano el riesgo país bajó a los niveles más reducidos en más de 2 años. Pero igual seguimos preocupados por Argentina. Seguimos viendo una perspectiva de fuerte restricción externa, con un escenario en el que es difícil que la actividad económica pueda crecer.
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