Medición de bienestar

Expertos de Harvard lanzaron un nuevo Índice De Progreso Social: ¿qué dimensiones considera y cómo ubica a Uruguay?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, sobre esta nueva aproximación a la medición de bienestar y sus principales conclusiones.

(emitido a las 8:38 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
Hace algunas semanas un grupo de expertos de la Universidad de Harvard lanzó un nuevo "Indice de Progreso Social", que busca dar una nueva aproximación al tema de la medición del bienestar de las sociedades más allá de su nivel de riqueza.

Los primeros resultados muestran varias conclusiones interesantes, incluyendo un posicionamiento relativamente privilegiado de nuestro país. De hecho, Uruguay aparece en el lugar 26 de 132 países.  

Para comprender mejor qué mide este índice, estaremos conversando con Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, uno de los sponsors de esta iniciativa a nivel global.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Si te parece comencemos explicando por qué surge esta iniciativa. ¿Qué se pretende medir con el nuevo "Indice de Progreso Social"?

TAMARA SCHANDY (TS):
Como ustedes adelantaban, es un indicador que trata de presentar una nueva aproximación al tema de la medición del bienestar de las sociedades.

Es un indicador que se enmarca en un debate que lleva mucho tiempo en nuestra disciplina, que gira en torno a qué variables hay que mirar para entender cuán "exitoso" o "avanzado" es un país y en qué cosas debe trabajar para estar mejor y que sus ciudadanos vivan mejor.

En economía se utilizó por mucho tiempo al PIB per cápita como medida del bienestar, suponiendo implícitamente que a mayor valor de la producción de un país, mayor es el ingreso de las personas que allí viven y, por lo tanto, su bienestar. Sin embargo en las últimas décadas esta visión ha sido cuestionada desde varias disciplinas, incluso desde la propia economía. Es evidente que esa medición tiene múltiples limitaciones. Por ejemplo, el PIB per cápita no nos dice nada acerca de su distribución. Por otra parte, contar con un PIB per cápita elevado no necesariamente conduce a una mejor calidad de vida si no hay servicios adecuados y si los recursos de la sociedad no se invierten en salud, educación y protección social, por ejemplo.

El "Indice de Progreso Social" es un indicador, aunque ciertamente no el único, que trata de encarar el carácter multidimensional del tema bienestar.

RA - ¿Cómo se diseñó el Indice? ¿Qué variables considera?

TS - Es un desarrollo de una ONG basada en Estados Unidos que se llama Iniciativa para el Progreso Social. Esta fundación cuenta con varios sponsors. Deloitte es uno de ellos, pero también participan Cisco y la Fundación Rockefeller, por mencionar los más conocidos. La elaboración de la metodología y la confección del índice fue encomendada a un grupo de expertos de la Universidad de Harvard, liderado por Michael Porter.

El índice es un ranking que considera en total 53 indicadores. Esos indicadores se agrupan en distintas categorías hasta formar lo que la fundación considera las tres dimensiones de "base" del progreso social. La metodología las llama "Necesidades humanas básicas", "Fundamentos del bienestar" y "Oportunidades".

En la dimensión "Necesidades básicas" se toman en cuenta indicadores de nutrición, acceso al agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal. Por su parte, en la dimensión "Fundamentos del bienestar" se toma en cuenta el acceso al conocimiento, acceso a la información, indicadores de salud y de sustentabilidad ambiental. Finalmente, dentro del componente "Oportunidades" se evalúan cosas como el respeto a los derechos individuales, la libertad de elección, la tolerancia y temas de inclusión social.

RA - ¿Cómo se diferencia de otros indicadores multidimensionales como el Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas? Por lo que explicabas el espíritu de ambos parece bastante similar.

TS - Lo es. Este nuevo índice, sin embargo, es bastante más granular, considera más dimensiones. Y hay una diferencia grande, que es que el IDH (como habitualmente se llama al Indice de Desarrollo Humano) toma al PBI per cápita como una de las dimensiones del índice, mientras que en el "Indice de Progreso Social" esa no es una variable directa en el cálculo. Otro elemento particular de este índice es que en general para muchas variables se incluyen simultáneamente indicadores de nivel e indicadores de distribución o equidad en el país. Por ejemplo, no sólo se releva la matriculación en educación secundaria sino también la igualdad de género en la educación secundaria. Se busca complementar ambas cosas.

RA - Si te parece vayamos a los resultados. Uruguay sobresale en el puesto 26 de 132 países. ¿Cuáles son los destaques?

TS - Efectivamente Uruguay obtiene un muy buen posicionamiento, mucho mejor que el que tiene en términos de PBI per cápita, en donde está en el puesto 43 de estos 132 países que se consideraron en la muestra.

Al mirar las diferentes dimensiones, Uruguay obtiene la mejor posición en la dimensión "Oportunidades", con el lugar 18 entre los 132 países relevados. Allí destacan temas de libertad económica, derechos individuales y reducida percepción de corrupción, todos aspectos que también son recogidos por otros múltiples rankings parciales que se elaboran en el mundo. También rankeamos muy bien en lo que hace a temas de tolerancia e integración de diferencias raciales y religiosas, pero hay que tener presente que eso en parte responde a que los desafíos que tiene Uruguay en esas materias no son tan grandes. Comparado con otros países la diversidad que tenemos para gestionar es mucho menor.

RA - ¿Y qué pasa en las otras dimensiones?

TS - En "Necesidades Básicas" Uruguay obtiene el lugar 34, mientras que en "Fundamentos del Bienestar" se encuentra en el lugar 48.

En "Necesidades Básicas" destaca el acceso al agua y saneamiento. Pero por ejemplo también se identifica como oportunidad de mejora a la seguridad personal, y esto no por el reciente aumento (real o percibido) de la inseguridad, sino que hace referencia al número de muertes en accidentes de tránsito, que es muy alto.

RA - Más allá del posicionamiento de Uruguay, ¿qué conclusiones se desprenden del ranking global? ¿Cuáles son los países líderes?

TS - Los resultados del índice no arrojan demasiadas sorpresas. El "top 10" está integrado por países desarrollados y que tradicionalmente tienen buenas puntuaciones en este tipo de rankings. En particular, lo lideran Nueva Zelanda, Suiza e Islandia, con puntuaciones prácticamente idénticas. Entre los primeros 10 también están otros países del norte de Europa, Canadá y Australia.

Luego, continúan el ranking otros países europeos y Japón y Estados Unidos están en los lugares 14 y 16 respectivamente.

RA - Parecería, en cualquier caso, que la correlación con la riqueza es bastante grande, ¿verdad? Te lo pregunto porque todos los países que mencionabas son los países de mayor PIB per cápita.

TS - Por supuesto. Que el bienestar tenga un carácter multidimensional no quita que en general se observe una alta correlación con el PIB o la riqueza de las economías.

Pero hay dos elementos importantes. El primero es que el ajuste no es perfecto. Nueva Zelanda es el líder en este ranking pero está en el lugar 25 de PIB per cápita. En la misma línea, decíamos antes que Uruguay tiene mejor posicionamiento en este índice que el que tendría por PIB per cápita. También naturalmente hay países en donde sucede lo contrario: son relativamente ricos pero sus servicios y su abordaje de temas clave de bienestar para las personas son inferiores a lo que podría esperarse a la luz de su PBI. En este grupo el ejemplo de algunos países petroleros es bien ilustrativo. Países como Arabia Saudita o Kuwait tienen PIBs per cápita altos pero no rankean tan bien en este índice.

El otro tema a señalar es que la correlación entre el "Indice de Progreso Social" y el PIB per cápita no es una relación en absoluto lineal. En los países más pobres, el resultado parece mucho más asociado a la riqueza; mejoras pequeñas de ingresos parecen conducir a mejoras fuertes en este indicador de progreso social. Ahora, cuando los países acceden a cierto nivel de renta per cápita, los resultados parecen sugerir que la parte "fácil" del desarrollo o del bienestar ya fue recorrida e importa mucho lo que los países hacen. Se observan más matices entre países de riqueza similar. Allí las diferencias dependen más de cómo gestionan temas sociales, de integración o de medioambiente por ejemplo.

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