Economía y finanzas

2 de mayo, 2014

En el mercado local, ayer no hubo operativa por celebrarse el día de los trabajadores. Recordamos que el último día de abril, el dólar subió 0,3%, la tercera alza consecutiva. El interbancario fondo se operó en promedio a $ 23,027.

En pizarras del Banco República el dólar también había subido el miércoles y había cerrado a $ 22,75 a la compra y $ 23,25 a la venta. El euro cotizó a $ 31,35 y $ 32,45; el peso argentino a $ 1,80 y $ 2,80 y el real a $ 9,35 y $ 10,85 respectivamente.

REGION
En la región, el dólar tampoco se negoció ayer en debido al 1° de mayo. El miércoles, en Brasil la moneda estadounidense bajó 0,1% y cerró en 2,233 reales. En Chile el dólar subió 0,4% y finalizó en 564,45 pesos chilenos. En Argentina, el dólar oficial cerró estable en 8,01 pesos argentinos. Por su parte, el dólar blue cayó 0,5% y finalizó en 10,55 pesos argentinos.

MERCADO INTERNACIONAL
En el Mercado Internacional el balance semanal y mensual es para los granos.

Comenzamos por la soja.
Subió 0,1% en la semana, al comparar el cierre de ayer frente al del jueves pasado y finalizó en Chicago a 541,40 dólares la tonelada. En abril, la soja aumentó 4,5%.

¿Qué pasó con el trigo?
Se incrementó 1,4% en la semana y finalizó en 256,75 dólares la tonelada. Al comparar el cierre de abril con el de marzo, el trigo se valorizó 2,2%.

¿Qué sucedió con el maíz?
Subió 0,4% frente al jueves previo y cerró en 198,12 dólares por tonelada. En el mes, el maíz tuvo un alza de 2,4%.

NOTICIA PARA DESTACAR
La producción de maíz, el cereal más consumido en el mundo, podría reducirse hasta un 30% en EE.UU. en los próximos 50 años si las temperaturas siguen subiendo al ritmo actual por el cambio climático, alertó el investigador de la Universidad de Stanford David Lobell.

Si las temperaturas se siguen incrementando tal y como lo vienen haciendo hasta ahora, el equipo de Lobell predice que el 15% de la cosecha anual de maíz podría haberse perdido en 2064 y, si además las plantas mantienen la tendencia actual y se vuelven cada vez más sensibles al calor y al aire seco, esta reducción de la cosecha podría alcanzar el 30%.

El crecimiento de la población mundial y el consecuente aumento de la demanda han llevado a los agricultores estadounidenses a intensificar la producción durante las últimas décadas mediante la modificación genética del maíz, lo que ha dotado a las plantas de raíces que absorben el agua de manera más eficaz y las ha convertido en más resistentes a los insectos subterráneos.

Estas mejoras permitieron a los agricultores empezar a plantar las semillas de maíz dejando cada vez menos espacio entre sí, lo que ha llevado a plantaciones extremadamente intensivas que ahora se enfrentan a otro reto: sobrevivir a sequías y al aumento de las temperaturas sin que la escasez de agua y el "estrés" al que están sometidas las plantas reduzca la cosecha.

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