Análisis de las principales cifras

La actividad comercial muestra señales de desaceleración al tiempo que crece la polémica en torno a las compras por Internet

Análisis del economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte, sobre el impacto del las compras por Internet en la actividad comercial.

(emitido a las 7:49 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
Ustedes saben, la economía uruguaya ha crecido fuertemente en los últimos diez años y las proyecciones del Gobierno y de los analistas apuntan a que 2014 será nuevamente un año de crecimiento (aunque algo más moderado).

Sin embargo, los últimos datos de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios indican que las ventas de varios giros comerciales muestran una desaceleración. Por otro lado, el miércoles se conoció que el índice de confianza del consumidor que elaboran la Universidad Católica y Equipos Consultores mostró una caída de 3% en enero-abril frente al mismo período del año pasado.

Frente a este panorama de menor dinamismo, desde el sector comercial son más frecuentes los reclamos en relación al impacto que tiene el crecimiento de las compras por internet. Entonces, con todos estos elementos sobre la mesa, nos pareció oportuno poner el foco justamente en este tema. ¿Cómo se analiza la evolución reciente de la actividad comercial? ¿Qué impacto tienen efectivamente las compras por internet? ¿Cómo debe reaccionar el Gobierno ante este fenómeno? En seguida, conversamos con el economista Pablo Rosselli, socio de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Comencemos comentando los principales resultados de la última Encuesta de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios. ¿Cómo vieron esas cifras?

PABLO ROSSELLI (PR):
Como ustedes decían, los datos marcan una desaceleración. De todos modos, hay que tener presente cuando se miran las cifras del primer trimestre, que tenemos una posible distorsión por la Semana de Turismo, que esta vez cayó en abril y que en 2013 había sido en marzo. Eso puede tener algunos efectos (positivos en algunos rubros comerciales y negativos en otros), por lo cual debemos analizar los datos del trimestre con cautela. Por eso, nos parece importante considerar los datos del primer trimestre en conjunto con la tendencia que se viene observando rubro a rubro en los trimestres previos.

Cuando se toma esa perspectiva vemos que los datos de la encuesta de la cámara están mostrando un enfriamiento desde hace varios trimestres y que hay caídas en algunos giros relevantes.

Por ejemplo, las ventas de los supermercados en términos reales están cayendo desde hace un año, a razón de 1,5% anual (en enero-marzo de este año cayeron 3% pero allí tenemos el efecto de la semana de turismo que comentamos antes y que probablemente acentúa la caída). Otro caso similar es el de la vestimenta. Las ventas de ropa para hombres cayeron en los últimos cinco trimestres, a una tasa de 6% anual, mientras que la comercialización de vestimenta femenina se estancó en el último año (mostró subas y caídas pequeñas en forma alternada).

RA - ¿Y qué está pasando a nivel de otros rubros de consumo relevantes, como los automóviles o los electrodomésticos?  Te lo pregunto porque estos giros eran los que venían creciendo más rápidamente en años pasados. ¿Sufrieron algún impacto de la suba del dólar que vimos desde finales de 2013?

PR - Es cierto que esos rubros que mencionas, al igual que los demás productos importados, se han encarecido en el último tiempo como resultado del aumento del dólar y eso debería desestimular la demanda. De hecho, en el caso de los electrodomésticos se observa una desaceleración, las ventas pasaron de crecer 15% en 2012 a 8% en 2013 y en el primer trimestre de este año se registró una pequeña caída que se da desde niveles récord. En tanto, las ventas de automóviles 0km continúan mostrando un muy buen desempeño, con una suba de 4% en enero-abril, a partir de niveles que ya eran récord. La suba no es muy fuerte se da a pesar del mayor valor del dólar.

En otros rubros que releva la encuesta hay comportamientos mixtos. Para tener una idea más global del desempeño de la actividad comercial, en Deloitte elaboramos un índice de difusión, que mide el porcentaje de giros comerciales que muestran crecimientos interanuales trimestre tras trimestre. Y ese indicador se ubica actualmente algo por debajo de 60%, es decir que la mayoría de las ramas continúan creciendo pero ese indicador estaba en valores notoriamente mayores antes y confirma esa visión de que hay una desaceleración de la actividad comercial con comportamientos heterogéneos. Hay unos cuantos giros que han tenido alguna caída en sus ventas.

RA - ¿Y cómo se explica esta desaceleración de la actividad comercial en un contexto de suba de los salarios y de niveles de empleo récord?  Por el lado de los ingresos de las familias, el consumo sigue teniendo un soporte importante ¿verdad?

PR - Es cierto. Los ingresos han seguido creciendo, las tasas de actividad y empleo siguen cercanas a los récords históricos y de hecho en niveles muy elevados en relación a otros países. Por otro lado, los salarios continúan aumentando en términos reales, un 2% interanual en el último trimestre. En consecuencia, el consumo privado se ha mantenido con muy buenas tasas de expansión, de 5% interanual a lo largo del año pasado (que es el último dato que tenemos disponible).

De todos modos, es probable que en algunas decisiones de consumo se esté viendo algo más de cautela por parte de los consumidores por cierto deterioro de las expectativas, que se refleja en el índice de confianza que comentabas al inicio. También se observa alguna moderación en el crédito al consumo, pero a nuestro juicio, otro hecho relevante tiene que ver con el gasto de los uruguayos en Argentina.

RA - ¿Cuán importante es ese factor?

PR - Es difícil saberlo con precisión pero a nuestro juicio es probablemente muy relevante sobre todo para algunos rubros como la vestimenta y calzado. El año pasado el gasto de los uruguayos en Argentina aumentó 50% y llegó a alrededor de 730 millones de dólares. Es decir que el gasto en Argentina subió unos 250 millones de dólares, y ese gasto compite con el gasto que los uruguayos hacemos en Uruguay.

Las cifras del primer trimestre de este año muestran una moderación del crecimiento del gasto de los uruguayos en Argentina, pero la semana de turismo cayó en abril y los efectos se acumulan. El gasto realizado en 2013 puede traer como consecuencia una moderación del consumo en 2014.

RA - ¿Y cómo están jugando las compras por internet? ¿Hay cifras en relación a esto? Te lo pregunto porque este es otro tema que cada vez con más frecuencia es planteado como un problema por parte de los comercios locales.

PR - Es cierto. No hay cifras oficiales de los montos comprados por el decreto 184/012, que es el que regula las compras por internet que no pagan impuestos de importación. Lo que sí tenemos, son cifras de aduanas, sobre cantidad de transacciones realizadas bajo esta modalidad. Según estos datos, la cantidad de operaciones de este tipo en el primer trimestre alcanzó a casi 50.000, el doble de lo registrado en el primer trimestre de 2013.

Esto comprende únicamente las transacciones que utilizan el servicio de los couriers. Es probable que haya algunas compras adicionales que no son capturadas, con lo cual probablemente se trata de un piso.

RA - Si tomamos la cifra que comentabas (50.000 operaciones en un trimestre), se estarían realizando al menos unas 200.000 compras por internet al cabo del año. ¿Y de cuánto dinero estaríamos hablando? ¿Tienen alguna estimación al respecto?

PR - Allí tenemos que hacer algún supuesto en relación al valor promedio de cada encomienda. Si asumimos que cada encomienda tiene un valor promedio de 200 dólares (el máximo autorizado para ingresar sin pagar impuestos), estaríamos hablando de 40 millones de dólares al año. Es un monto relativamente pequeño en una mirada macroeconómica. Este tema es mucho menos importante, por ahora, que la expansión del gasto de los uruguayos en Argentina y en otros destinos derivados del mayor turismo en el exterior que estamos haciendo. Comparemos estos 40 millones de dólares con el incremento del gasto en Argentina de 250 millones el año pasado.

De todos modos, para algunos giros comerciales (como la vestimenta que mencionábamos ha tendido a bajar) y, sobre todo para algunos comercios en particular, más focalizados en segmentos socioeconómicos medio-altos y altos (donde presumimos que las compras por internet se han vuelto más relevantes), el impacto puede estar siendo significativo. Es difícil saberlo con certeza porque no hay información en relación a qué es lo que se está comprando vía internet. En todo caso, es un impacto que se acentuará en los próximos años.

RA_- Desde el sector comercial las quejas en relación al crecimiento de esta modalidad de compra son cada vez más frecuentes. Muchos señalan que se trata de una competencia "desleal";, en la medida en que esta mercadería está ingresando sin pagar los impuestos y aranceles que debe enfrentar el importador. ¿Cómo ven ustedes este tema? ¿Qué debería hacer el Gobierno?

PR - Se trata de un tema complejo. En primer lugar, está claro que hay una desventaja tributaria que perjudica al comercio, que debe importar pagando aranceles (de 20% más un 3% de tasa estadística) más el IVA (22%). De todos modos, no deberíamos pensar en soluciones que vayan en contra de una tendencia global. El desarrollo del comercio electrónico es irreversible, habrá cada vez más una demanda de la población por acceder a un mercado mucho más grande a través de internet. Por lo tanto, los Gobiernos no van a poder enfrentar esa demanda con medidas que apunten a una prohibición. Además de que no será posible, la expansión de esta modalidad de compra no obedece solamente a que hay una diferencia de impuestos. Esta modalidad tiene ventajas para el cliente, que accede a una oferta más variada y con costos bajos (lo que está sucediendo también es que está bajando el costo de transporte y entrega de estos productos ante el desarrollo de los servicios de entrega).

Con esos elementos, parece que a mediano plazo será necesario reducir la carga tributaria sobre la actividad comercial. En concreto, cada vez parece más difícil justificar aranceles a la importación de bienes de consumo tan altos como los que tenemos en el Mercosur. Y habrá que evaluar si esas importaciones deben pagar IVA y ver cómo implementarlo, pero aun recorriendo ese camino, la competencia de esta modalidad comercial vino para quedarse y pondrá más desafíos a los comercios locales.

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