Desafíos en el sector

¿Cómo se analiza la difícil situación que enfrenta la industria pesquera uruguaya?

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte, sobre la pérdida de competitividad en el sector.

(emitido a las 8:37 hs.)

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Hace unos días se conoció que Fripur, la principal industria pesquera del país, se presentó a concurso, como consecuencia de dificultades crecientes que le impedían hacer frente a sus deudas.

Ante esta noticia, parece importante poner el foco en esta industria tradicional de nuestro país. ¿Cómo es la evolución reciente del sector pesquero en Uruguay? ¿Cuáles son los principales problemas y desafíos que enfrenta esta actividad?  De eso vamos a estar conversando con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Ubiquemos un poco a los oyentes con los principales datos de esta industria. Estamos hablando de una industria exportadora tradicional de nuestro país, ¿verdad?

FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):  
Sí. Si bien nunca ha estado al nivel de otras grandes industrias exportadoras del país, como la cárnica, las curtiembres, la industria arrocera, o incluso la industria láctea, por poner algunos ejemplos, la industria pesquera es una industria tradicional para el país. Si miramos las cifras de comienzos de los años 2000, las exportaciones de pescado y otros productos del mar representaban entre 4% y 5% de las exportaciones de bienes del país. Desde esos niveles, la participación de la industria pesquera empezó a caer y el año pasado fue de menos de 2%, con ventas por unos 140 millones de dólares. Con lo cual la evolución del sector no ha sido buena en la última década y perdió terreno sobre todo en términos relativos a otras industrias productoras de alimentos, que tuvieron en estos años crecimientos muy fuertes.

De hecho, según los datos de INE, mientras que la industria manufacturera en su conjunto creció casi 50% entre 2004 y 2013 la actividad de la industria pesquera se contrajo 40% en el mismo período. El año pasado esta industria alcanzó niveles mínimos en términos históricos, con una captura total de aproximadamente 50.000 toneladas, poco más de un tercio de lo que se llegó a capturar en 2006, cuando se observó un máximo histórico.

RA - ¿A qué obedece una caída tan fuerte de la producción pesquera en estos últimos años?

FC - Antes que nada y en relación a las cifras que comentaba recién, hay que tener presente que esta industria ha tenido oscilaciones muy importantes de su nivel de actividad en las últimas décadas. Si uno mira un período más largo lo cierto es que el sector tuvo una contracción también muy fuerte en el transcurso de la década de los 90 y después se recuperó de forma notoria a inicios de los años 2000, hasta alcanzar un pico de actividad justamente entre 2004 y 2006.

Esas oscilaciones en la actividad de la industria se explican por varios motivos, pero un elemento fundamental ha sido -y sigue siendo- los vaivenes que tiene la oferta de recursos, que se ve afectada por motivos naturales (temas de dinámicas poblacionales de algunas especies, efecto de mareas, que los especialistas podrán explicar mejor) pero también por otros factores, como la sobrexplotación que se dio de determinadas especies en algunos períodos.

En estos últimos años, en particular, algunos operadores del sector señalan que la industria está sufriendo una competencia importante de buques de otras banderas por la captura.

Ahora, más allá de los factores de oferta, también hay problemas de demanda detrás de la contracción de la actividad de esta industria.

RA - ¿A qué te estás refiriendo con eso?

FC - Me refiero a que, además de la escasez de recursos, lo cierto es que la industria, sobre todo desde 2008-2009, con la crisis en las economías desarrolladas, empezó a tener mayores dificultades para colocar su producción. En términos de mercados, la Unión Europea ha sido tradicionalmente el principal destino de este sector, en particular para los productos de mayor procesamiento o valor agregado, como los filetes o los productos preparados. Brasil también es un destino muy importante (que incluso supo pelear el primer puesto algunos años atrás), pero en general las ventas a Brasil, así como a otros destinos africanos o al mercado chino, suelen ser de productos con menor procesamiento industrial (típicamente, pescado congelado entero).

Lo que está pasando en estos años es que después del pico en 2006, cuando las exportaciones a la Unión Europea alcanzaron a unos 70 millones de dólares, la crisis en Europa empezó a afectar las ventas a este destino. El año pasado las ventas a Europa ascendieron a 45 millones de dólares, un 35% por debajo de aquel pico. En relación a esto, además, a comienzos del año pasado Uruguay perdió el acceso a las ventajas arancelarias que le proveía el Sistema Generalizado de Preferencias de la Unión Europea, lo que lo deja en desventaja frente a varios competidores relevantes de Uruguay en este mercado.

Y, por último, a esta situación de escasez de recursos y dificultades de demanda, se suman los problemas de competitividad que enfrentan algunos sectores productivos en nuestro país, con costos internos que han tenido subas en dólares muy fuertes en los últimos años.

RA - ¿Podemos comentar alguna cifra en ese sentido?  
 
FC – En términos generales, los dos principales costos para la industria pesquera, son la materia prima (es decir el pescado captura) y los salarios. Si miramos la evolución de los últimos diez años (desde 2003-2004) en números redondos el costo del pescado captura se multiplicó por tres y los salarios por cuatro (siempre medidos en dólares), con lo cual, pese a que al mismo tiempo los precios promedio de exportación también subieron mucho (se duplicaron en algunos casos) los costos aumentaron mucho más que los precios de venta y terminaron comprimiendo los márgenes de la industria.

RA - Está claro. Para terminar, entonces, ¿cómo ven las perspectivas para esta industria?

FC - A nivel de actividad, según los últimos datos de la DINARA, la captura en la primera mitad de este año está mejorando frente a los niveles del año pasado (aumentó casi 8% en términos interanuales) pero es una comparación con un período particularmente malo, en el que hubo una conflictividad laboral muy importante. Si comparamos con el primer semestre de 2012, de hecho, la captura de este año está más de 20% por debajo de aquellos niveles, con lo cual el  panorama de actividad sigue siendo pobre.

Además, a nivel global, hay algunas tendencias que plantean desafíos adicionales para esta industria, el desarrollo de la piscicultura en algunos países del sudeste asiático, donde la mano de obra es barata y con un modelo de negocios que además no requiere consumo de combustible en el recorrido de los barcos, está resultando en una caída de los precios internacionales del pescado. Y, al mismo tiempo, Europa y Estados Unidos incrementaron recientemente sus cuotas máximas de captura, lo que supone una expansión de la oferta que también presiona a la baja los precios internacionales del sector, con lo cual el panorama para el sector luce bastante complicado.

Pero, como comentaba antes, la industria pesquera tuvo en la década de los 90 también un período difícil, con fuerte retracción de su actividad y pudo salir adelante y recuperarse. Lo que parece claro es que los desafíos son muchos para el sector.

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