Economía de la región

Tras la caída del PBI en el segundo trimestre, Brasil entró en recesión en medio de la campaña electoral

Análisis de la economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte, sobre la situación económica del vecino país.

(emitido a las 7:33 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
El viernes se conoció que en el segundo trimestre del año la economía de Brasil se contrajo 0,6% frente al trimestre anterior y que entró así en recesión.

Con esta nueva noticia nos pareció oportuno volver sobre la economía brasileña, sobre todo teniendo en cuenta que se da en medio de una campaña electoral que tiene a la presidenta Dilma Rousseff perdiendo terreno en las encuestas. ¿Cómo se explica este dato tan negativo? ¿Qué se puede esperar hacia adelante? Les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Para comenzar quizás sea bueno comentar las principales conclusiones que dejó el dato de PBI porque parece una caída bastante fuerte, ¿verdad?

JAVIER GLEJBERMAN (JG):
Sí, sin dudas una caída de 0,6% en un trimestre es una caída bastante significativa. De todos modos, no es una caída que sorprenda demasiado porque ya se conocían varios indicadores preliminares que mostraban que la actividad económica había tenido un desempeño bastante pobre en el segundo trimestre.

Por ejemplo, el índice de actividad económica que divulga mensualmente el Banco Central de Brasil indicaba una caída de 1,2% para el segundo trimestre. Con este dato sobre la mesa, la mayoría de los analistas ya estaban esperando una contracción de la economía. De hecho, a nivel local la Encuesta de Expectativas del Banco Central apuntaba a una caída de 0,5% para el segundo trimestre y a nivel internacional los analistas consultados por Bloomberg también esperaban una contracción de esta magnitud.

RA - ¿Y cómo se explica esa caída tan fuerte? Te lo pregunto porque uno pensaría que con el Mundial se debería haber dinamizado la economía

JG - Bueno, en realidad y en contra de lo que parece intuitivo, sucedió lo contrario. Varios analistas señalaban que el efecto positivo del Mundial por el lado del mayor turismo se vio más que compensado por la menor actividad en algunos sectores (como el comercio y la industria), como consecuencia de los feriados que se dieron los días de los partidos. De hecho, la industria tuvo una caída de 1,5% frente al trimestre anterior y el comercio cayó 2,2% (aunque obviamente no todo ese descenso se debe solamente al Mundial).

Además, si analizamos el dato de PBI desde la óptica de la demanda también vemos señales negativas: la inversión cayó 5% contra el trimestre anterior y acumuló así su cuarto descenso consecutivo, y el consumo privado siguió mostrando un muy bajo dinamismo y creció sólo 0,3%.

En definitiva, tuvimos un mal dato de PBI desde varias perspectivas y con esta caída del segundo trimestre la economía entró en recesión técnica.

RA - ¿Por qué decís recesión "técnica"? ¿Por qué esa precisión?

JG - Uno podría definir un contexto de recesión de varias maneras, pero hay una convención usual entre los economistas que es definirla por la caída del PBI durante dos trimestres consecutivos. Decimos "técnica" porque a veces la caída no es muy grande en magnitud y luego se revierte, pero es la convención que más se usa.

La última vez que Brasil estuvo en esta situación fue durante la crisis de 2008-2009, aunque en ese momento eran varios los países que entraron en recesión. La diferencia ahora es que se da en un momento en que si bien las economías emergentes se están desacelerando, todavía muestran números positivos de crecimiento.

Pero más allá del hecho circunstancial de haber caído en recesión técnica, lo que sí es más preocupante es la falta de dinamismo que muestra la economía brasileña desde hace ya bastante tiempo. De hecho, en los últimos tres años el PBI creció a un ritmo menor a 3% y si vamos a la industria ya son cuatros años de estancamiento e incluso en este 2014 con una clara tendencia a la baja.

RA - Los números son bien ilustrativos, pero ¿por qué se da ese contraste con otras economías emergentes?

JG - A nuestro juicio, lo que está pasando en Brasil es que ya se agotó el espacio para tratar de estimular el crecimiento por el lado de la demanda y lo que hace falta son reformas en varios sectores que dinamicen la economía, por ejemplo en infraestructura, en el sistema financiero, en temas de apertura comercial.

De hecho, queda claro que la capacidad para seguir aplicando políticas de demanda para impulsar la economía está bastante limitada cuando uno mira los desequilibrios macroeconómicos que acumuló Brasil en los últimos años. Uno de los temas que más preocupan es el deterioro de las cuentas públicas. Hoy el déficit fiscal de Brasil es de 3,6% del PIB cuando hace tres años era de 2%. El otro punto es el desequilibrio que hay en el frente externo, porque Brasil mantiene desde hace un par de años un déficit en cuenta corriente superior a 3% del PBI, es decir, exporta menos de lo que importa.

Todos estos elementos del contexto macroeconómico fueron deteriorando la valoración que tenían los inversores a nivel internacional por nuestro vecino, a tal punto que dejamos de hablar de Brasil como uno de los BRICS y pasamos a hablar de Brasil como uno de los "Cinco Frágiles", un conjunto de economías emergentes que se desaceleran y tienen desequilibrios macroeconómicos relevantes.

RA - ¿Y como recibió el mercado este último dato de PBI? ¿Se vieron ajustes fuertes en la plaza financiera o no hubo mayores cambios?

JG - En realidad no hubo grandes movimientos y de hecho los cambios que hubo fueron en la dirección contraria a lo que uno podría esperar luego de un mal dato de PBI. El dólar cayó 0,5% el viernes y cerró en 2,24 reales. El Bovespa (la referencia más importante de la bolsa brasileña) aumentó casi 2% y el precio de los bonos públicos se mantuvo relativamente estable.

RA - ¿Cuáles son las perspectivas para este año y el próximo? ¿Cómo tenemos que interpretar desde Uruguay esta situación por la que atraviesa Brasil?

JG - Las perspectivas obviamente no son buenas. Hace varios meses que los analistas brasileños vienen corrigiendo a la baja sus proyecciones de crecimiento económico para este año y el siguiente y de acuerdo a la última encuesta se ubican en 0,7% para 2014 y 1,2% en 2015. Son cifras realmente muy bajas en comparación con las perspectivas para otras economías emergentes y en relación con la historia reciente de Brasil. Esto ya de por sí es un elemento de preocupación para nuestro país.

El otro aspecto de preocupación es que con este bajo crecimiento y con los desequilibrios económicos que mencionábamos hace un rato, es bastante evidente que Brasil necesita un tipo de cambio más alto que le permita recomponer su competitividad. Es difícil saber cuándo va a suceder eso, pero es prácticamente un hecho que más tarde o más temprano vamos a ver una depreciación del real. Desde Uruguay debemos interpretar eso como una presión de devaluación más que se suma a la incertidumbre por la situación de Argentina y al cambio en las condiciones financieras internacionales a favor de un dólar más fuerte y de tasas de interés más altas.

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