Integración comercial

El acuerdo transpacífico se empieza a discutir en Uruguay: ¿de qué se trata y qué alcance tiene?

Análisis de la economista Javier Glejberman, de la consultora Deloitte, sobre este acuerdo trasnacional.

(emitido a las 8:40 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
En las últimas semanas el llamado "Acuerdo Transpacífico" comenzó a instalarse como tema de debate en nuestro país e incluso varios de los candidatos a la presidencia se refirieron al tema, en general con posturas bastante cercanas.

El acuerdo transpacífico es una iniciativa de integración comercial que está en proceso y que ha captado la atención a nivel internacional y ahora también en nuestro país. ¿Qué países lo integran? ¿Cuál es el alcance que tiene? ¿Qué temas aborda? Con estas preguntas sobre la mesa, enseguida les proponemos conversar con el economista Javier Glejberman de la consultora Deloitte.

ROMINA ANDRIOLI (RA):
Para los oyentes que no siguen este tema tan de cerca, quizás sería bueno que nos comentaras algunos aspectos generales del acuerdo transpacífico. Por ejemplo, ¿cómo y dónde nació este bloque? ¿Qué países lo integran actualmente?

JAVIER GLEJBERMAN (JG):  
El acuerdo transpacífico tiene como origen un convenio previo que está vigente desde 2006 entre Chile, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei (un pequeño país del Sudeste Asiático). El tema es que ése fue un acuerdo abierto que desde un primer momento contempló la posibilidad de que más países del Pacífico se fueran sumando. Así se fueron sumando países a tal punto que hoy son doce los que integran la negociación por el acuerdo transpacífico: Estados Unidos y Japón son las economías más grandes. Luego están Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Brunei, Malasia y Vietnam; y de América tenemos también a Canadá, México, Perú y Chile.

RA - ¿Cuál es el alcance de esta iniciativa? ¿Va más allá de lo comercial o se limita a ese plano solamente?

JG - El objetivo original del bloque fue crear una zona de libre comercio entre sus miembros. Con eso me estoy refiriendo a que se vayan reduciendo (y eventualmente eliminando) las barreras arancelarias y no arancelarias para el comercio de bienes y servicios. Pero al margen de esa motivación principal, también se están negociando varios temas que van más allá, que tienen que ver, por ejemplo, con temas regulatorios, de competencia, de inversiones, servicios financieros y propiedad intelectual (por nombrar sólo algunos).

RA - ¿Y qué plazos se manejan para ir cerrando los acuerdos sobre los distintos temas?

JG - Bueno, hay algunos temas que ya están cerrados. De hecho, de los 29 capítulos que componen el acuerdo central siete ya están cerrados, mientras que en el resto de los capítulos el estado de la negociación varía bastante en función de la complejidad del tema en cuestión. Algunos están cerca de cerrarse y en otros todavía queda bastante camino por recorrer.

Lo que pasa es que hay muchos de los países que componen el acuerdo transpacífico que ya tienen entre sí acuerdos bilaterales (por ejemplo Japón y Chile tienen cada uno siete acuerdos de este tipo) e incluso hay varios acuerdos multilaterales al interior del bloque. Está el NAFTA entre Estados Unidos, México y Canadá, y también hay varios acuerdos entre los países asiáticos. Si bien eso puede ser un aspecto favorable porque demuestra que hay una vocación de integrarse, puede ser que haya detalles contenidos en esos acuerdos que tengan que ser re-evaluados a la hora de formar parte de este acuerdo más grande y por eso las negociaciones son complejas.

El otro punto es que no es fácil la conducción del proceso de integración a medida que se va haciendo cada vez más amplio. Decía recién que hay 12 países formalmente integrando la mesa de negociación, pero hay más países que formalmente han manifestado "interés", incluso China. Agrandar el universo puede implicar dilatar el proceso todavía más.

RA - Está claro que no debe ser fácil llegar a acuerdos globales cuando hay tantos temas en discusión y la lista de  países se va ampliando. Pero, ¿cuáles son los temas más controversiales? ¿Dónde están las diferencias más grandes?

JG - En realidad como suele pasar en este tipo de negociaciones todos los países tienen sus planteos o reclamos. Lo que pasa es que las negociaciones se han llevado adelante con bastante discreción y no es fácil conocer los detalles.

De todas maneras, en la prensa se mencionan varios temas que son foco de debate. Uno de los temas a resolver tiene que ver con la voluntad de algunos países para abrir ciertos mercados. Por ejemplo, entre Japón y Estados Unidos hay algunas rispideces porque Japón quiere mantener su esquema de aranceles altos y de restricciones a la inversión sobre algunos sectores que considera prioritarios (como arroz, trigo, productos lácteos y algún tipo de carne). Del otro lado, Estados Unidos exige pleno acceso al mercado de productos agrícolas de Japón y también insiste en que Japón debe eliminar algunas barreras técnicas que impiden que algunas marcas de autos estadounidenses se puedan vender en Japón.

Este diferendo es el que más suena porque se trata de las dos economías grandes que están negociando el acuerdo transpacífico, pero hay otros temas. Por ejemplo, muchos de los países que están negociando (sobre todo los asiáticos) tienen una presencia fuerte de empresas estatales en sus economías, y por lo general estas empresas gozan de algunas ventajas por tener el respaldo del Estado. Por lo tanto, se está avanzando en un protocolo que regule la competencia entre el sector privado y las empresas públicas, pero todavía hay un debate importante sobre este punto.

RA - Te propongo pasar a otro tema. ¿Cuál es el tamaño en términos de PBI o de comercio de este acuerdo que se está negociando? Te lo pregunto porque supongo que para Uruguay se trataría de un mercado muy amplio.

JG - Sin dudas se trata de un bloque muy grande. Tiene a Estados Unidos que es la principal economía mundial y a Japón que es la cuarta, pero además tiene a otros países con un tamaño significativo. De hecho, de acuerdo con las estimaciones del FMI los doce países que están negociando este acuerdo representan casi un 30% de la economía mundial. Por poner una comparación, es un tamaño parecido al de otro acuerdo que se está negociando entre Estados Unidos y la Unión Europea, y es obviamente mucho más grande que el Mercosur, cuyo peso en la economía mundial es de 5%.

Pero además del tamaño, la otra perspectiva interesante es que el acuerdo transpacífico tiene varios países con perspectivas de crecimiento firme. Hace poco se divulgó el Informe "Panorama Económico Mundial" que contiene las proyecciones del FMI para todo el mundo, y en relación a América Latina el FMI recortó la expansión del PBI hasta 1,3% para este año y 2,2% para 2015. Sin embargo, para México proyecta tasas de 2,4% y 3,5% y para Perú tasas de 3,6% y 5,1%, muy superiores al promedio de América Latina.

Y luego están los países de Asia Emergente (como Vietnam y Malasia), la región del mundo que ha crecido más en las últimas décadas y que lo seguirá siendo en los próximos años.

RA - Queda claro que desde la perspectiva del tamaño del bloque parece una oportunidad interesante. Ahora, ¿qué tan importante es el comercio de Uruguay con estos países?

JG - Para responder esa pregunta tenemos que analizar la situación país por país. Digo esto porque hay algunos países con los que tenemos un flujo comercial interesante. A Estados Unidos le exportamos el año pasado 350 millones de dólares (lo que representa un 4% del total exportado por Uruguay). En Chile, México y Perú las ventas estuvieron por encima de los 100 millones.

En otros casos, como Vietnam o Malasia, hoy tenemos muy poca relación comercial y el acuerdo podría ayudar a potenciar el intercambio. Y, finalmente, hay casos como Nueva Zelanda y Australia que en realidad producen bienes similares a los nuestros y de hecho son competidores de Uruguay en los mercados de commodities. Allí el intercambio comercial es prácticamente nulo (menos de 10 millones de dólares). Ahora, justamente allí se abre una perspectiva adicional para mirar este acuerdo, porque quedar fuera de esta integración nos dejaría en peores condiciones para competir con estos países y podría complicar oportunidades de colocar nuestros productos en algunos mercados importantes.

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