Gonzalo Casaravilla (UTE): Las ganancias que podría dar la regasificadora oscilan entre 200 y 800 millones de dólares al año
El proyecto de la planta regasificadora, instalada en la Bahía de Montevideo, dio un paso más. Además de negociar con Brasil, la idea es exportar a Argentina. En diálogo con En Perspectiva, el ingeniero Gonzalo Casaravilla, presidente de UTE, explicó que el gran del país "fue lograr encontrar un lugar cercano a la demanda o a los gasoductos existentes con calado suficiente". También explicó que "cuando uno analiza los números de la regasificadora concluye que es una buena inversión, se financia en sí misma simplemente con la demanda nacional".
(emitido a las 7.50 hs.)
EMILIANO COTELO:
Cuando se conoció la intención del Gobierno de construir una planta regasificadora en la Bahía de Montevideo, una de las preguntas más frecuentes era si el proyecto sería viable, sobre todo teniendo en cuenta que la capacidad de producción de la planta que se eligió supera ampliamente a la demanda interna, incluso previendo el crecimiento que la demanda pueda tener en los próximos años.
Las autoridades han enfatizado que el emprendimiento es rentable aunque sólo se genere gas natural para el consumo uruguayo y, por lo tanto, se haga funcionar a la regasificadora por debajo de su potencial.
De todos modos, siempre quedó claro que lo mejor sería producir al máximo y colocar los excedentes de gas en otros mercados. De hecho, ese fue uno de los objetivos de la visita que el presidente José Mujica hizo este mes a su colega de Brasil, Dilma Rousseff.
Ayer se dio otro paso en esa dirección. Un grupo de técnicos de Ancap y UTE, las dos empresas propietarias de Gas Sayago SA –la compañía encargada de operar la regasificadora-, firmaron un memorándum de entendimiento con YPF, empresa estatal argentina, para analizar posibilidades de comercialización hacia ese otro lado.
¿De qué se trata? ¿Cómo viene esto? Vamos a conversar con el presidente de UTE, el ingeniero Gonzalo Casaravilla.
ROMINA ANDRIOLI:
La planta regasificadora tiene una capacidad de producción de diez millones de metros cúbicos diarios, utilizando su capacidad a pleno, pero nosotros nunca vamos a utilizar esos diez millones diarios.
GONZALO CASARAVILLA:
En estos primeros años no, nosotros estimamos que si prendemos todo el parque térmico de las máquinas que tenemos en Uruguay podemos llegar a 4.5 millones de metros cúbicos diarios, el parque de consumo industrial y residencial hoy está en 0.3, no llega a una mitad de metro cúbico, por tanto con 5 estamos bien por un rato. Evidentemente, si pensamos qué va a pasar de acá a 15 años, podría llegar a ser que de a poco fuéramos utilizando hasta los 10 millones de metros cúbicos en función de la capacidad industrial que se desarrolle, etcétera.
RA – De todas formas, si entiendo bien, la planta tendrá esa capacidad de 10 millones pero no necesariamente se tiene que regasificar todo.
GC – No, para nada. La diferencia entre hacer una planta de cinco o de 10 millones eran muy poquitos millones, porque estamos hablando de la parte más barata de toda la instalación. Hubiese sido una mala decisión no hacer esa inversión adicional que nos da una posibilidad enorme de intercambio energético. Ahí el costo grande es la escollera, que es lo mismo si es de cinco o de 10, o el dragado, el gasoducto o el barco de almacenamiento, esa es la parte cara del negocio.
Esa capacidad extra de regasificación claramente valía la pena tratar de ponerla para poder comercializar gas en la región, incluso energía eléctrica, porque en algún momento estaremos usando gas para generar energía eléctrica para el país, sino también para a Brasil o Argentina.
RA – Y ahora que tenemos este memorándum de entendimiento firmado con YPF, ¿cuál es la ventaja de este acuerdo? ¿Qué posibilidades se abren para el país?
GC – Nosotros estamos previendo tener la regasificadora para el segundo semestre del año que viene en una capacidad limitada, porque el barco regasificador va a ser de poco volumen, y un año después vamos a tener la capacidad plena, con una capacidad de almacenamiento que nos va a cambiar radicalmente la operativa. Tenemos tiempo, de cualquier forma todo lo que requiere un contrato complejo como son estos requiere tiempo. En ese sentido ya arrancamos a trabajar para estudiar las modalidades alternativas de intercambio, teniendo en cuenta plazos, volúmenes, la interrumpibilidad, porque el gas en primera instancia es para uso en Uruguay, los excedentes son excedentes, nunca podemos comprar el servicio de gas por exportaciones. El uso de los sistemas de transporte, las condiciones regulatorias, el respaldo mutuo que nos podemos dar, son un montón de detalles que tenemos que ir trabajando con tiempo. Por eso es que arrancamos de la mejor forma, haciendo un acuerdo de entendimiento en el cual nuestros técnicos mismo desde la semana que viene –ya está agendada una reunión acá en Montevideo- van a empezar a trabajar todos esos aspectos. En la medida que trabajemos bien y tengamos más claro el panorama vamos a poder hacer mejores modelos de negocios. Téngase en cuenta que esta regasificadora va a ser parte de un hub energético que va a brindar servicios a la región, por lo tanto en la medida que tengamos claro de todos los actores claves cuáles son las posibilidades y las alternativas, vamos a poder sacar mayor provecho de ellas.
EC – En el caso que efectivamente se exporte gas proveniente de la regasificadora a Argentina, ¿se va a usar el gasoducto Cruz del Sur, que ya existe?
GC – Correcto.
EC – Un gasoducto que hasta ahora se ha empleado en el sentido contrario, cuando se lo usó el gas venía de Argentina a Uruguay.
GC – Sigue viniendo. El poco gas que se consume hoy en Uruguay está viniendo vía ese gasoducto.
RA – ¿Y cuál es la necesidad que tiene Argentina de tener gas natural licuado regasificado, como le podríamos ofrecer nosotros?
GC – Hoy Argentina está importando gas natural licuado, tiene algunas plantas de regasificación y por unos años va a tener una situación que se va a mantener en ese sentido.
EC – ¿O sea que Argentina, además de tener su propio gas está importando por la vía de procesar gas licuado en plantas regasificadoras?
GC – Correcto.
EC – ¿E igual no le alcanza?
GC – No le alcanza, si bien hablando ayer con la gente de YPF nos contaban cómo han ido avanzando en su propia capacidad de extracción de gas, que han aumentado en los últimos tiempos, revirtiendo una curva que tenían de que cada vez producían menos. Esa bajada la han retenido y están empezando a mejorar esos números. De cualquier forma, por la ventana de tiempo que va a estar operativa esta regasificadora, la percepción y la información que se tienen, y los análisis que se hacen, es que va a haber una demanda argentina interesante. Justamente estamos tratando de generar las condiciones del gana-gana porque los intercambios en definitiva siempre son eso.
RA – ¿Y esto podría implicar, por ejemplo, que Argentina enviara el gas natural licuado y nosotros simplemente lo regasificáramos?
GC – Puede ser, cualquier modalidad. Después de que tenemos las infraestructuras los negocios empiezan a aparecer.
RA – ¿Pero cuáles son las distintas opciones que están manejando?
GC – Básicamente tenemos una primera opción que es que Uruguay compra gas y todo excedente que tiene –porque a su mercado le sobra- lo coloca en Argentina. Otra modalidad es que Uruguay compra gas ya pensando que va a exportar, con un plan de importación por parte de Argentina, y le vendemos el gas, evidentemente ahí está incluido el costo regasificador. Hay una tercera modalidad en la cual Argentina compra gas y utiliza los servicios de la regasificadora, pagando por ese servicio de regasificación. Otro posible negocio es ni siquiera usar el gasoducto, lo que se llama la pequeña escala, son pequeños barcos que se aprovisionan del barco regasificador que tenemos en nuestra terminal y ya sea a Argentina o a Brasil trasladan el gas, también licuados, a pequeñas plantas de regasificación o a actuales plantas de regasificación, como la que está en Buenos Aires, que no permite la llegada de grandes barcos con gas licuado.
EC – O sea que hay una posibilidad que es que las instalaciones de la regasificadora funcionen simplemente como una escala en la que llega gas licuado proveniente por ejemplo de países árabes y luego se fracciona ese gas licuado, sin regasificar, y va a parar a una regasificadora en Argentina, por ejemplo.
GC – Correcto, a Argentina o a Brasil, eso es lo que se llama pequeña escala y que si uno ve lo que está pasando en el mundo… por ejemplo, en el Mar Báltico se armó una industria de intercambio, todos esos aspectos que acabo de mencionar ya están funcionando en el mundo, se generan hub regionales, todos los países del báltico están trabajando en esa modalidad. Hay un montón de alternativas, incluso en algún momento eso puede ser revertido, algún gas que está en una planta regasificadora de Argentina si tenemos saturados los gasoductos lo traemos a Uruguay… en definitiva, el que tiene infraestructura puede intercambiarla o convertirla en negocio, ese es el gran desafío que tenemos.
EC – En el caso del intercambio con Brasil, que se conversó en la última reunión entre los presidentes Mujica y Rousseff, básicamente la posibilidad es con los estados del sur, con Rio Grande do Sul, ¿de qué se trataría?
GC – Estamos hablando de lo que podría ser la pequeña escala, que básicamente en el sur de Brasil, en la zona de Porto Alegre, todavía no está desarrollada una red de gasoductos, tienen algunos consumos puntuales de gas y necesidades e intención de desarrollarlo. La empresa Sulgás es la que brinda el servicio en la región. Estamos viendo cuál es la fecha oportuna para firmar un acuerdo de entendimiento con Sulgás para buscar esa forma de intercambio en la cual el gas efectivamente pica en nuestra terminal y se va en pequeños barcos de 10 mil metros cúbicos, que pueden entrar por la Laguna de los Patos y llegar hasta Rio Grande do Sul o Porto Alegre y poder ser bajados allá en territorio brasileño.
EC – ¿Pero en ese caso el intercambio sería con gas licuado, todavía, no gas regasificado en la regasificadora?
GC – Sí, la gran ventaja del gas licuado es que baja 600 veces su volumen, por lo tanto los costos de transporte bajan significativamente. El gas viene licuado a presión atmosférica, ni siquiera viene a prisión, viene frío en el barco carrier que lo transporta. Cuando llega a Uruguay se va a trasladar al barco de almacenamiento, que además es regasificador, puede perfectamente venir un pequeño barco al cual el gas licuado se transfiere solo con un caño y una bomba, evidentemente tiene que estar aislado térmicamente, etcétera, pero es un traslado de un líquido de un barco a otro, cosa que se hace en el mundo sin ningún tipo de problemas hace muchísimo tiempo. En ese pequeño barco se traslada hasta una pequeña planta de regasificación o incluso a un pequeño barco regasificador, ese barco llega, se engancha en un puerto acondicionado a tales efectos y ahí puede descargar su gas.
EC – Usted alguna explicación ya dio, pero para terminar de entender, ¿por qué en Rio Grande do Sul comprarían el gas licuado que Uruguay a su vez está comprando en otro lado?, ¿por qué no lo importan directamente?
GC – Porque el tema es que llegar a esos puertos con grandes barcos es imposible, el gran desafío nuestro fue lograr encontrar un lugar cercano a la demanda o a los gasoductos existentes con calado suficiente. El gran trabajo de ingeniería que se está haciendo tiene que ver con lograr la profundidad adecuada para poder traer los barcos que tienen gas licuado y tener un precio competitivo y condiciones comerciales estándar.
EC – Estamos hablando de que Uruguay en estos casos es un intermediario, le llega gas licuado en grandes cantidades y una parte, sin procesar, sin regasificar, la vende a Rio Grande do Sul. Este negocio de intermediación, ¿le deja dinero a la regasificadora?
GC – Claro, todo negocio si se hace es porque hay una diferencia de dinero y esa diferencia va a ser totalmente capitalizada por Uruguay.
RA – ¿Tienen estimadas estas posibilidades que abre la regasificadora como hub regional? Usted comentaba estas distintas líneas de negocio, ¿cuánto más atractiva hace la inversión de la regasificadora, por ejemplo, si se concreta la venta a Argentina en sus distintas modalidades o a Brasil en estos mecanismos que usted está explicando?
GC – Cuando uno analiza los números de la regasificadora concluye que es una buena inversión, se financia en sí misma simplemente con la demanda nacional, además nos garantiza tener gas, la soberanía energética, etcétera. Pero si uno dice: todo buen negocio que haga en la región es la ganancia neta que vamos a tener, ese número puede andar en un piso de 200 millones de dólares por año pero puede llegar a ser 800 millones de dólares por año.
EC – ¿Usted ahí está hablando de ganancia o facturación?
GC – Estamos hablando de ganancia, por eso, como digo siempre cuando nos reunimos con los técnicos de UTE o con cualquiera, si uno analiza realmente el gran desafío que tenemos por delante es de gestión. Nos tenemos que convertir realmente en mercaderes, por supuesto garantizando la demanda nacional, haciéndolo como corresponde, dando el servicio de gas o energía eléctrica, etcétera, pero las oportunidades que se abren una vez que uno tiene las infraestructuras son enormes. Es difícil hacer estimaciones porque tenemos dos vecinos que tienen sus propias expectativas, el barrio está difícil, pero de cualquier forma históricamente siempre hemos intercambiado.
Con Argentina hace muchísimos años que intercambiamos incluso con los puentes cortados, es difícil decir: "va a ser exactamente así o asá";, por eso es muy importante lo que firmamos ayer porque fue con YPF, que es quien hoy está comprado todo el gas natural que ingresa a Argentina. Hay otras alternativas, también vamos a colocar energía eléctrica directamente en Argentina o también incluso podría existir la posibilidad de colocar gas directamente a otros operadores, o incluso podríamos mandar gas hasta Uruguayana para usarlo en la planta que tiene ahí Brasil y a la que no le llega suficiente gas en Argentina. En definitiva, modelos de negocio hay un montón y ahora justamente hay que agarrar el maletín y salir a recorrer el barrio.
EC – Tengo 500 preguntas de los oyentes, a ver si le planteo dos: ¿se va a fomentar el uso del gas en los vehículos?
GC – Es una alternativa, Ancap lo está analizando, no la descarto para nada. De hecho, la gran apuesta de transformación en Uruguay es el tema del transporte, tenemos que racionalizar el transporte. Lo que estamos haciendo no es lo bueno, hay un montón de alternativas, ya sea el gas o la energía eléctrica, ambas son competitivas. Una gran ventaja que tenemos en Uruguay es que como no desarrollamos tecnología, por la escala que tenemos, podemos usar las mejores tecnologías e incluso pueden compartir el territorio.
EC – Y lo otro: la planta regasificadora en sí, ¿en qué etapa de construcción está, cuánto falta?
GC – Por cronograma está previsto que se entregue en junio la escollera con el primer barco regasificador, que va a ser menor, y de ahí en más. Evidentemente, como toda obra compleja -en este momento estamos haciendo otras obras, como la de Punta del Tigre, que es muy compleja y muy grande- hay ajustes de cronograma permanentes, pero yo estimo que para el segundo semestre del año que viene vamos a tener las primeras moléculas de gas circulando en nuestro territorio asociado con la regasificadora.
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