Inflación: bancos centrales toman nuevas medidas expansivas
El regreso a los números macroeconómicos positivos en distintas regiones del mundo sugiere una necesidad de asumir mayores riesgos de parte de los inversionistas. La inflación se mantiene en niveles muy bajos, incluso en Estados Unidos. Esto está provocando que muchos bancos centrales tomen nuevas medidas expansivas.
Así se presenta el panorama para la economía mundial en el segundo trimestre, según el Deutsche Bank.
En Estados Unidos, los recientes datos muestran que estamos en el punto alto del ciclo y esto nos lleva a esperar subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) a partir del verano europeo.
Los datos del viejo continente sorprenden positivamente (especialmente en España y Alemania).
En los mercados emergentes, preocupa la desaceleración de la economía china, que podría crecer en este primer semestre del 2015 por debajo de la barrera de 7%, objetivo fijado por el Gobierno.
La inflación se mantiene en niveles muy bajos, incluso en Estados Unidos. Esto está provocando que muchos bancos centrales tomen nuevas medidas expansivas. En total, cerca de 20 bancos centrales, incluido el Banco Europeo (BCE), las han tomado desde que empezó el año.
Existen excepciones, como Brasil, donde han subido los tipos, o Ucrania, donde han situado los tipos en 30%, los más altos del mundo.
Los efectos de esta masiva expansión monetaria se perciben en los mercados, con mínimos históricos en la rentabilidad de los bonos (tanto públicos como corporativos) y subidas en los activos de riesgo. Bolsas como la estadounidense o la alemana han alcanzado ya máximos históricos.
Llegados a este punto, surge la pregunta. ¿Qué pasará en el 2015 y el 2016 en los principales bancos centrales del mundo?
La respuesta es que se implantará una política monetaria muy distinta. La Fed y el Banco de Inglaterra subirán los tipos (la Fed en verano y el Banco de Inglaterra a principios del 2016 probablemente), mientras que el Banco de Japón y el BCE seguirán con sus inyecciones masivas de dinero.
En lo que a efectos sobre las divisas se refiere, asistiremos a una debilidad del euro y el yen frente al dólar. En este sentido, los analistas de Deutsche Bank prevén que la divisa europea cerrará el año 2015 en la paridad 1:1 frente al dólar, se situará a mediados de 2016 en niveles de 0,90 dólares, y caerá aún más en el 2017, hasta 0,85 dólares.
Fuente: América Economía